Neologismo

Neologismo. Los neologismos son ciertos usos, expresiones y palabras que no existían tradicionalmente en una lengua, pero que son incorporados a ella debido a su necesidad de adaptarse a la realidad de sus hablantes. Es decir, son aquellas palabras y giros nuevos que los hablantes incorporan a un idioma, a medida que surgen nuevas cosas que nombrar y nuevas formas de hacerlo. Son lo exactamente opuesto a los arcaísmos.

La aparición de neologismoses un proceso común y ordinario en todos los idiomas, obligados como están a adaptarse y actualizarse, o morir. Sin embargo, una palabra puede considerarse un neologismo durante un tiempo determinado, ya que una vez que ha sido incorporada y normalizada como parte del idioma, sencillamente deja de ser una novedad.

Neologismo

Los neologismos pueden tener diferentes orígenes, como veremos más adelante. Dependiendo del punto de vista (si se es más o menos purista en asuntos del idioma) pueden considerarse una fuente de riqueza lingüística, o un síntoma de degeneración y cambio irreversible. Lo más probable es que constituyen ambas cosas al mismo tiempo.

Así, un neologismo puede ser a la vez un extranjerismo o un barbarismo, pero no debe confundírselos con las palabras compuestas, pues los primeros son, como el nombre lo indica (del griego neo, “nuevo” y logos, “palabra”), siempre nuevos.

¿Cómo se forman los neologismos?

Los neologismos pueden tener muy distintos orígenes. Pero sea cual sea el procedimiento y la lógica que los trae a la existencia dentro de un idioma, siempre se consideran intentos del idioma por adaptarse a una realidad específica.

Como sabemos, la realidad es algo cambiante, a medida que surgen nuevas invenciones científico-tecnológicas, nuevas formas de pensar o nuevas necesidades afectivas que expresar, y todo ello requiere de un correlato en el idioma, o sea, de un modo de decirse. Por ende, la necesidad de crear palabras es constante e inevitable.

Los mecanismos usuales de creación de neologismos no son muy distintos de los que se han empleado tradicionalmente en la historia de los idiomas, como son:

Neologismo

  • Siglas y acrónimos. Sumando iniciales y primeras letras de una oración, se puede obtener mediante el uso y la repetición nuevas palabras de valor lexical propio, olvidando incluso que inicialmente se trataba de una forma de abreviatura. Es el caso, por ejemplo, de “láser”, que proviene del acrónimo en inglés de Light Amplification by Simulated Emition of Radiation (Amplificación de la Luz por Emisión Simulada de Radiación).
  • Composición o parasíntesis. Juntando dos o más palabras en una sola, se puede también “componer” literalmente un nuevo término. Este fue alguna vez el caso del término “Hispanoamérica” (composición de América Hispana), y lo es hoy el de “cortafuegos” (composición de cortar y fuego) en su significado digital (de Internet).
  • Métodos de derivación. La adición de sufijos derivativos es una práctica tradicional a la hora de crear palabras. De hecho, muchas de las que hoy en día empleamos tuvieron alguna vez dicho origen. En ese sentido, continuamos creando nuevos términos, como “impresora” (derivación de imprimir + el sufijo “ora”, que otorga características) o “computadora” (derivación de computar + el sufijo “ora”).
  • Préstamos del extranjero. A menudo el idioma no tiene otra alternativa, frente a una realidad nueva, que acudir a otra lengua para crear un término nuevo, ya sea porque en esa otra lengua ya existe, o porque ésta lo tuvo primero. Es lo que ha ocurrido con términos como “craquear” (anglicismo, del verbo to crack: romper o abrir a la fuerza) o “hackear” (anglicismo, del verbo to hack: secuestrar o colarse en un sitio).
  • Onomatopeyas. A partir del intento de reproducir con palabras un sonido, podemos también obtener nuevos términos que incorporar mediante el uso a nuestro diccionario formal. Es lo que ocurrió con el verbo “chirriar” alguna vez, aunque ya lo tengamos por una palabra cualquiera del español, o con el nombre “pingpong”.

Tipos de neologismos

A partir de lo visto sobre su origen, el modo más simple de clasificar los neologismos sería a partir del método empleado para crearlo. Sin embargo, una mirada más estrecha puede diferenciarlos también conforme a lo siguiente:

  • Neologismos de forma. Se construyen mediante palabras ya existentes en la lengua, a través de los procesos antes mencionados de composición o derivación. Por ejemplo, la palabra “aeronave” alguna vez fue un neologismo, compuesto por el prefijo aero- (“aéreo”) y nave (“barco”). Es lo que ocurre también con “teleoperador” o con “bioseguridad”.
  • Neologismos semánticos. En cambio, se obtienen cuando una misma palabra ya existente en el idioma adquiere nuevos sentidos, más o menos vinculados a los que ya poseía. Es lo que ocurrió con la palabra “virus” a partir de la aparición del software malicioso en Internet, o con “navegar” a partir de la posibilidad de incursionar en la web: ambos términos ya existían, pero se aplicaban a otros ámbitos.
  • Extranjerismos. Como hemos dicho ya, en el caso en que provengan de otros idiomas, ya sea que respetemos o no su forma y su pronunciación. Es el caso de “setear” (del inglés set up), “customizar” (del inglés customize) o “hostear” (del inglés host), términos vinculados con el argot de internet.
  • Barbarismos. Que son pronunciaciones o formulaciones erróneas del idioma, pero que, al transmitirse y popularizarse, acaban por gestar nuevos términos, como ocurrió con “cedé” y “cidí” (CD), o “deuvedé” y “dividí” (DVD) para nombrar los distintos tipos de discos compactos. En muchos casos, los barbarismos pueden ser a la vez extranjerismos, neologismos o arcaísmos.

Ejemplos de neologismos

Una lista adicional de neologismos no nombrados hasta ahora incluye los siguientes:

  • Blogs. Término empleado en internet para designar a los diarios o bitácoras en línea. Es a su vez un anglicismo (de log, “bitácora”).
  • Googlear. Verbo surgido a partir de la invención de la plataforma de búsquedas en Internet Google.
  • Smartphone. Un neologismo y anglicismo de uso común para “teléfono inteligente”, o sea, teléfono computarizado.
  • Hipster. Nombre de una subcultura popular asociada a la moda y a la música independiente (indie).
  • Fake news. Frase acuñada en inglés para referirse a los bulos y las noticias engañosas, se emplea también en español con más frecuencia que “bulo” o “noticia falsa”.
  • Selfie. Nombre que recibe en la cultura contemporánea la (auto) fotografía personal tomada con la cámara frontal de un Smartphone.
  • Tuit. Modo en que se llama a cada publicación de la red social Twitter, una de las más empleadas del mundo.
  • Vapear. O sea, fumar un cigarrillo electrónico, proviene del término en inglés “vaping”.
  • Wifi. Palabra originada mediante las siglas de Wireless Fidelity, nombre a su vez del estándar de comunicación para el Internet Inalámbrico propuestos por la agencia WECA estadounidense. Hoy en día es sinónimo de “Internet inalámbrica”.

Oraciones con neologismos

A continuación, veremos algunos de los neologismos anteriores puestos en una oración para brindarles más contexto:

  • Estaba actualizando mi blog anoche, pero la wifi se cayó.
  • No puedes creerte cualquier fake news, sin importar quién la tuiteó. Lo ideal es googlearla.
  • No dejes entrar a esos hípsters, están todo el día vapeando.
  • ¿Te quieres tomar una selfie con mi Smartphone?

Neologismos y arcaísmos

Los arcaísmos son lo diametralmente contrario a los neologismos: si los primeros constituyen formas nuevas, los últimos son formas antiguas, ancestrales, en desuso, que de algún modo logran sobrevivir total o parcialmente en el idioma. A menudo se siguen utilizando en una geografía específica, o sea, en un dialecto de habla puntual, o bien en ámbitos técnicos o muy especializados. En otros casos sólo se utilizan en la lengua literaria, que acude a ellos como un recurso estilístico.

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