Los desastres naturales. Se entiende por desastres naturales aquellos cambios violentos o repentinos en la dinámica del medio ambiente, cuyas repercusiones pueden causar pérdidas materiales y de vidas, y que son producto de eventos ambientales en los que no se halla presente la mano del ser humano, como son los terremotos, inundaciones, tsunamis, entre otros.
Se los cataloga como desastres dado que las condiciones ambientales se van a los extremos, superando los límites de lo tenido por normal. Así, un sismo puede resultar inofensivo, pero si aumenta su intensidad y se vuelve un terremoto, seguramente ocasionará muertes, destrucción y cambios estructurales en la superficie terrestre.
No debe confundirse a los desastres naturales con los desastres medioambientales, caracterizados por la presencia de una sustancia específica que contamina, degrada o destruye el equilibrio químico, físico o biótico de un ecosistema. Este tipo de tragedias medioambientales suelen ser consecuencia directa de actividades humanas irresponsables con el entorno.
Sin embargo, uno podría alegar que estos desastres nunca son exclusivamente naturales, ya que en cierta medida se pueden complicar o incluso deber a una mala planificación (incluso a la falta total de planificación), por parte de las sociedades humanas. Aun así, fenómenos impredecibles como la erupción de los volcanes resultan retos importantes para incluso las más desarrolladas y organizadas de las sociedades.
Clasificación de los desastres naturales
Los desastres naturales se pueden clasificar de acuerdo a su naturaleza, de la siguiente manera:
- Fenómenos atmosféricos. Se derivan de las condiciones climáticas o de la atmósfera terrestre, y tienden a ser extremas: sequías prolongadas o tormentas eléctricas inacabables, ventiscas, huracanes, etc.
- Deslizamientos de masas. Se entiende por ello a los aludes, avalanchas y otros corrimientos de masas terrestres, como ríos, piedras, montañas, lodo, etc.
- Desastres biológicos. Aquí entran las pandemias y extinciones masivas, entre otros brotes infecciosos que pueden o no atacar directamente al ser humano.
- Erupciones volcánicas. Cuando el magma hirviente de las profundidades de la Tierra brota hacia afuera violentamente, da origen a volcanes. La lava caliente origina nuevas capas de superficie y lo destruye todo a su paso.
- Fenómenos espaciales. Aquí entran la caída de objetos desde el espacio como meteoritos, vientos solares y otros fenómenos provenientes de fuera del planeta.
- Incendios forestales. La sequía, el intenso sol o la presencia de vidrio y otros materiales que concentran los rayos solares haciendo de lupa, pueden iniciar incendios enormes, que devoran hectáreas de pastizales e incluso bosques enteros a su paso, acabando con la vida y ensuciando masivamente la atmósfera con sus humos y partículas en suspensión.
- Terremotos. Se llama así a los movimientos espasmódicos y desordenados de la corteza terrestre, consecuencia de los movimientos de las placas tectónicas. Pueden ser leves y ocasionar poco daño, o ser sacudones terribles que derriban árboles, edificios y montañas.
- Tsunamis e inundaciones. Consecuencia de terremotos sumarinos o de abruptos cambios climáticos (como el fenómeno El Niño), lo anegan todo a su paso, sumergiendo casas enteras y acumulando masas de agua que arrastran todo a su paso, arruinando cosechas y pueblos enteros.
Ejemplos de desastres naturales
A lo largo de la historia ha habido grandes desastres naturales, entre los que podemos enumerar los siguientes:
- La Gran Sequía en los Estados Unidos durante la década de los 1930.
- La Tragedia de Vargas, una vaguada en el litoral de Venezuela en 1999, que ocasionó lluvias intensas durante una semana y deslaves masivos de tierra, por lo que es catalogada como el alud de barro más mortal de la historia por el Récord Guinnes.
- La gripe española de 1918, una pandemia que mató alrededor de 40 millones de personas.
- El tsunami de Japón de 2011, consecuencia de un terremoto catastrófico en la cuenca del Océano Pacífico de 9,0 grados en la escala de Richter, que creó olas de hasta 40,5 metros de altura.
- La erupción del monte Vesubio, que sepultó en lava la ciudad romana de Pompeya en el año 79 d.C.
- El terremoto de Chiapas de 2017, ocurrido en septiembre de dicho año y con epicentro en la ciudad mexicana, tuvo una intensidad de 8,2 en la escala de Richter y dejó 98 muertos y 2.500.000 afectados.
- El Huracán María en 2017, el tercer huracán de la temporada del año en el Caribe, luego de Irma y José, también devastadores. Ocasionó la muerte de alrededor de 500 personas y fue particularmente cruel en Puerto Rico, que aún se recuperaba de los daños causados por Irma.