Ciclo de las rocas

Ciclo de las rocas. El ciclo de las rocas o ciclo litológico se refiere a la descripción de los procesos geológicos que atraviesan las rocas para transformarse en alguno de estos tres tipos de roca: ígneas, sedimentarias o metamórficas.

Este ciclo indica el tiempo geológico que le toma a las rocas transformarse, y esto se debe a que las rocas son forzadas a cambiar porque se encuentran vinculadas con otros ciclos como, por ejemplo, el ciclo del agua o los movimientos de las placas tectónicas.

Cabe destacar que las rocas son materiales sólidos compuestos por minerales y que la mayor parte de la Tierra está compuesta por ellas, por esta razón se considera que las rocas tienen un papel importante en el equilibrio de la naturaleza.

Nuestro planeta es un todo complejo que está formado por muchas partes que interactúan. Las rocas, consideradas a lo largo de espacios temporales muy prolongados, están en constante formación, cambio y reformación, cumpliendo un ciclo: el ciclo de las rocas, éste nos ayuda a entender el origen de las mismas mostrándonos las relaciones de los procesos internos y externos de la tierra y la forma en que cada uno de los tres grupos básicos de rocas se relaciona entre sí.

El magma, por ejemplo, que se forma a una gran profundidad por debajo de la superficie de la Tierra, se enfría y se solidifica (cristalización), ya sea debajo de la superficie terrestre o en la superficie, originando las rocas ígneas. Cuando las rocas ígneas afloran en la superficie experimentarán un proceso sedimentario, dando lugar a una roca sedimentaria; si esta roca sedimentaria, además, es enterrada a profundidad y es sometida a procesos metamórficos, la roca reaccionará ante el ambiente cambiante y se convertirá en una metamórfica. Finalmente, cuando ésta última es expuesta a cambios de presión adicionales o a temperaturas aún mayores se fundirá, creando un magma que nuevamente acabará cristalizando en rocas ígneas. Cabe decir que algo común a todos estos cambios es que requieren de grandes cantidades de tiempo para realizarse.

Desarrollo del ciclo de las rocas

El ciclo de las rocas es de suma importancia porque tiene que ver directamente con los procesos internos y externos por los que pasan las rocas y los materiales que componen la Tierra.

Una clasificación genética que refiere al origen externo o interno de las rocas las divide en 

Rocas Exógenas, que son aquellas que fueron formadas en la superficie de la tierra,

Rocas Endógenas, que son las que se formaron en el interior de la tierra (o al menos en parte).

Según esta clasificación las rocas exógenas incluirían a las rocas sedimentarias y las residuales (poco importantes), y en las endógenas incluirían a las ígneas y metamórficas.

Alrededor del 65% de la superficie continental (excluyendo la superficie de los océanos) está formada por rocas sedimentarias, y las rocas ígneas y metamórficas forman el 35% restante. Cabe señalar que estas proporciones son exactamente las existentes en las capas más superficiales de la tierra (hasta unos 40Km. de profundidad en los continentes y 10Km. bajo los océanos), ya que en zonas más profundas las rocas son exclusivamente metamórficas y magmáticas; la razón de esta característica es que las rocas sedimentarias se forman precisamente en la superficie terrestre, de ahí su abundancia. El hecho de que rocas formadas en profundidad (metamórficas y parte de las magmáticas) afloren en la superficie de los continentes se debe a diversos procesos geológicos, tales como la formación de cadenas montañosas o la erosión.

Rocas ígneas o magmáticas

El desarrollo del ciclo de las rocas inicia cuando los volcanes expulsan al exterior de la Tierra magma, el cual contiene una serie de minerales derretidos que, al enfriarse, generan estructuras cristalinas y en conjunto forman las rocas ígneas.

Por otro lado, las rocas ígneas también se pueden forman debajo la superficie del suelo en los casos que el magma no logra salir. En este caso, el magma se enfría lentamente, se forma la roca y junto con los movimientos de las capas terrestres va subiendo hasta llegas a la superficie.

Por tanto, las rocas ígneas se pueden formar de dos maneras, tanto en la superficie como en las capas internas del suelo.

Luego, dependiendo del lugar dónde se ubiquen las rocas ígneas y tras los efectos de la erosión, del agua y del viento, estas rocas se van desgastando y fragmentando hasta formar finos sedimentos rocosos.

Entre estas rocas están las rocas volcánicas y las rocas plutónicas.

Rocas sedimentarias

Las rocas sedimentarias se forman de la suma de los restos de sedimentos rocosos que quedan en la superficie del suelo de las rocas ígneas, a causa de la erosión y otros efectos de la naturaleza, más de los restos de seres vivos acumulados en las capas de la Tierra a través del tiempo.

Estas rocas son de suma importancia, en especial para diversos estudios científicos ya que, al estar compuestas por restos fósiles aportan información importante acerca de la vida en la Tierra y su composición.

Entre las rocas sedimentarias están las rocas dendríticas, las rocas químicas y las rocas orgánicas.

Rocas metamórficas

Las rocas metamórficas derivan de las rocas sedimentarias.

Se forman cuando las rocas sedimentarias quedan depositadas en las capas de la corteza terrestre, junto con el resto de otras rocas, bien sea por la acción del agua, si se encuentran en ríos o mares, por los movimientos de las placas tectónicas, entre otros.

Cuando estas rocas quedan entre las diversas capas de tierra ocurre un cambio en sus estructuras gracias a la alta presión y las elevadas temperaturas. De esta manera las rocas sedimentarias se transforman en rocas metamórficas.

Estas rocas se pueden encontrar tras grandes erosiones del suelo. De lo contrario, al estar debajo de varias capas de tierra, a altas temperaturas y presión, éstas se deshacen para luego ser expulsadas, nuevamente, tras la explosión de un volcán como rocas ígneas, repitiendo el ciclo.

Algunos tipos de rocas metamórficas son las rocas foliadas y las no foliadas.

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