Manuel de Guirior

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Manuel de Guirior

Manuel de Guirior. Español, nacido en Aoiz (Navarra) el 21 de marzo de 1708 y fallecido el 25 de noviembre de 1788, que fue trigésimo segundo virrey del Perú (1776-1780). Hijo de Carlos de Guirior Erdozain, señor de Villanueva de Longuida, y de María Josefa Portal de Huarte. Desde temprano incursionó en la carrera militar. En 1721 fue nombrado Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, en 1733 alcanzó el puesto de alférez de navío de la Real Armada y en 1743 fue ascendido a teniente de navío. Participó en varias batallas navales contra los bajeles moriscos. Desempeñaba el cargo de gentilhombre de la cámara del Rey cuando fue propuesto como virrey de Nueva Granada, en 1771. Embarcó en Cádiz para su destino el 29 de mayo de 1772 en la fragata Astrea, acompañado de un enorme equipaje, su señora María Ventura Guirior (sobrina suya) y numerosos sirvientes. Llegó a Cartagena el 8 de julio, ciudad en la que le traspasó sus poderes el virrey saliente Messía de la Cerda. Guirior inició su mandato en la propia Cartagena, donde permaneció cuatro meses, ya que traía la comisión de inspeccionar sus defensas, averiguar algunas acusaciones sobre contrabando de varios funcionarios, y acometer la pacificación de los indios guajiros, que se encontraban sublevados. El Virrey encargó esto último al ingeniero Antonio Arévalo, que actuó eficazmente. Dio un indulto e impulsó la fundación de pueblos a los que trataba de atraer a los indígenas. En menos de un año había logrado la reducción de los guajiros.

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En marzo de 1773 el virrey abandonó Cartagena y se dirigió a Bogotá, donde entró el 22 de abril. Su primera gestión fue un informe económico encabezado con el título de Causas de que procede la pobreza general del Reino…, en el que señaló que el empobrecimiento se debía al enorme contrabando que se hacía con los géneros extranjeros, vendidos incluso como “géneros de Castilla”. Guirior propuso gravar más los productos extranjeros y aligerar los impuestos que pagaban los buques mercantes españoles. Finalmente solicitó eliminar las restricciones existentes al comercio por el río Atrato y el que se efectuaba entre Guayaquil y Panamá. Puso luego su empeño en pacificar los motilones, aprovechando los buenos oficios de los capuchinos y especialmente los del padre fray Fidel de Roda. Solicitó los permisos oportunos y recabó las rentas necesarias para ello. En 1774 dio cuenta a la Corona del éxito de la pacificación, lo que había permitido restablecer las comunicaciones con Mérida y La Grita. En el terreno religioso tuvo que favorecer las reformas acometidas por las diversas religiones, así como de la reunión del Concilio Provincial de Santa Fe, que se hizo el 27 de mayo de 1774. Se incorporó al arzobispado santafereño de las diócesis de Quito y Panamá, que antes eran sufragáneas de Lima. La cultura neogranadina tuvo entonces un inusitado progreso. La Junta Superior de Aplicaciones, formada por el virrey, el gobernador del Arzobispado, el oidor decano de la Audiencia, y Moreno y Escandón, elaboró cuatro iniciativas trascendentales que fueron: la reforma universitaria en el virreinato; la iniciación de una universidad pública, la fundación de los reales hospicios para pobres inválidos de ambos sexos, y el establecimiento de la Real Biblioteca. Lo primero fue acometido por el propio Moreno y Escandón con el llamado Método provisional e interino de los estudios que han de observar los colegios de Santa Fe, por ahora, y hasta tanto que se erige Universidad Pública, y permitió incorporar nuevos saberes científicos, más acordes con los tiempos, disminuyendo la importancia de los estudios tradicionales. Para los hospicios se destinaron los edificios del antiguo Seminario y la Casa del Noviciado de los jesuitas. En cuanto a la universidad pública, la configuró reuniendo las tres que habían existido hasta entonces; las de los jesuitas, los dominicos y los agustinos. Se abrieron cátedras en los colegios del Rosario y San Bartolomé. Este programa fue desaprobado por la metrópoli, por lo que apenas tuvo duración. Finalmente fundó la Real Biblioteca pública de Santa Fe con los fondos de los jesuitas expulsados, y se inauguró en 1777. El virrey realizó otras obras no menos importantes. Mandó levantar un censo de la ciudad de Santa Fe, que dio un total de 16.233 almas y 3.346 vecinos, con 1.770 casas; completó el servicio de Correos de todo el virreinato; favoreció el comercio en el Chocó; redujo los derechos sobre las harinas (lo que permitió su extracción por Cartagena); y acometió algunas obras públicas necesarias para la capital, como la calzada a Fontibón y la terminación del Puente Grande. A fines de 1775 recibió la cédula de 24 de agosto del mismo año que le nombraba virrey del Perú. Escribió su Relación de Mando y se dirigió a Cartagena para entregar el gobierno a su sucesor Manuel Antonio Flórez. Una vez realizado, se dirigió al Istmo y embarcó por el Pacífico hasta Paita. Entró en Lima el 3 de diciembre de 1776. En cuanto al gobierno económico, la minería en Potosí y Huancavelica continuó su fase de declive. Durante este gobierno se creó el virreinato del Río de la Plata por Real Cédula del 8 de abril de 1776. A consecuencia de ello quedaron desvinculadas del Perú la villa de Potosí, la región del Collao y todos los territorios comprendidos en la Audiencia de Charcas que pasaron a la jurisdicción del nuevo virreinato. En compensación por la pérdida de Potosí, los asientos mineros de plata de Cailloma, Hualgayoc, Huantajaya y Cerro de Pasco comenzaron a proporcionar los recursos económicos que requería la Hacienda Real para recuperarse. Por otro lado, la circulación interna de mercancías se benefició con el fin del monopolio comercial en 1778 que permitió que los barcos vinieran directamente de Cádiz a El Callao, con la consiguiente rebaja de los fletes y el abaratamiento de las mercancías. El 14 de junio de 1777 el Consejo de Indias envió al Perú a José Antonio de Areche en calidad de visitador general de la Real Hacienda y Tribunales del Reino. La llegada de este personaje a Lima provocó un problema de jurisdicción con el virrey ya que la autoridad de éste fue limitada en varios momentos. Areche procedió a introducir reformas en lo concerniente al mineral de Huancavelica y a incrementar o crear impuestos con el objetivo de cumplir su encargo de aumentar las rentas reales. Areche y Guirior iban a mantener una abierta rivalidad hasta el fin del gobierno de este último. Las medidas de Areche en lo concerniente al aumento de los cobros por alcabalas y aduanas junto con los repartos de mercancías que promovían los corregidores provocaron un estallido de motines por parte de indígenas y mestizos en poblaciones como Chumbivilcas, Huamalíes, Yungay, Arequipa, Moquegua, Pasco y Lambayeque. Sin embargo, el suceso más grave ocurrió en la ciudad de Cuzco el 17 de marzo de 1780 cuando fue descubierta la conspiración que tramaba el gremio de plateros, liderada por el criollo Lorenzo Farfán de los Godos en protesta por el aumento de la presión fiscal. Farfán de los Godos y el cacique Bernardo Tambohuacso fueron ahorcados. Obras de Guirior en el aspecto económico fueron la abolición del impuesto de la media annata, la protección del comercio legal con nuevas medidas encaminadas a erradicar el contrabando y la firma con los azogueros de Huancavelica de contratos que permitieron elevar el cobro del quinto real. En defensa, la guerra que estalló entre España e Inglaterra en 1779 condujo al virrey a aumentar los efectivos militares con el apoyo económico del Tribunal del Consulado. Se mandó edificar en Lima el cuartel de Santa Catalina y se empadronó a los esclavos negros para enrolarlos en las tropas en caso de producirse un conflicto bélico. Simultáneamente, varias expediciones militares fueron enviadas a la región del Putumayo para controlar el avance de los portugueses. En 1778 llegó a El Callao la expedición científica de Hipólito Ruiz y José Pavón, misión auspiciada por el gobierno ilustrado de Carlos III. Tras visitar varias regiones del virreinato, en 1783 Ruiz y Pavón remitieron a España en el navío «San Pedro de Alcántara» cincuenta y tres cajones que contenían especies de los reinos animal, vegetal y mineral que se perdieron cuando la embarcación naufragó en las costas de Portugal. Más éxito tendrían ambos expedicionarios con el nuevo envío de especies realizado en 1788. Guirior impulsó la difusión de la práctica de la medicina. En lo concerniente al Patronato Real, fue reinaugurada la iglesia de la Virgen de los Desamparados en Lima y se repartieron entre distintas órdenes religiosas los bienes rurales y urbanos confiscados a los jesuitas. En cuanto a instrucción pública iba a destacar la apertura del aula de latinidad junto a la iglesia de los Desamparados. El visitador Areche emprendió en 1780 una campaña de desprestigio del virrey ante la Corte que tuvo como resultado el abrupto relevo de Guirior. El 10 de enero de 1780 por real orden se nombró a su reemplazante, el capitán general de Chile Agustín de Jáuregui. Guirior hizo a éste entrega del mando el 21 de julio de 1780. Al concluir el juicio de residencia con su absolución, Guirior se embarcó con rumbo a España en octubre del mismo año. En reconocimiento a sus servicios, la Corona le concedió el título de marqués de Guirior el 18 de febrero de 1786. Murió el 25 de noviembre de 1788.

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