Los Partos

Los Partos

Partia fue un imperio en el territorio del actual Irán fundado por los partos1​ (en latín: Parthi) en el siglo III a. C. La región de Partia quedaba al noreste de Irán, conocido sobre todo por haber sido la base política y cultural de las dinastías arsácidas por las que el Imperio arsácida es entonces conocido también como el Imperio parto. El nombre latino Parthia deriva del antiguo persa Parthava o Partawa, que era la designación que los partos se daban a sí mismos en su idioma y que significaba «de los partos».

Ubicación de

La palabra “Partia” aparece originariamente en una inscripción grabada en el año 520 aC por el rey Aqueménida Darío I para referirse a “Parthava”, un territorio que se corresponde aproximadamente con el actual Khorasan, en el moderno Irán. Más tarde el término pasó a referirse a un imperio, cuyos inicios se establecieron en la misma área en el año 247 aC. Los orígenes del Imperio parto no están claros, a pesar de que la tradición nos dice que el primer emperador, un antiguo gobernador bajo los griegos bactrianos, se llamó Arsaces I. Se cree que en algún momento, a finales del siglo III aC, Arsaces se alzó militarmente contra el monarca griego y estableció su propio reino de Partia. Arsaces y sus sucesores consolidaron su control sobre los territorios al sur del mar Caspio y, mediante campañas militares, empezaron a construir un imperio.

Bajo los aqueménidas

Los partos originalmente eran una tribu perteneciente a los escitas distinguidos por ser criadores de caballos, camellos bactrianos y comerciantes de la Ruta de la Seda, con el nombre de parnos (parni o aparni), que residía en el sureste del mar Caspio. Tras haber conquistado la provincia persa de Partia adoptaron el nombre partos, derivado de este lugar.

Como una región habitada por los partos, Partia aparece por vez primera como una entidad política en las listas aqueménidas de gobiernos locales («satrapías») bajo su dominio. Antes de esto, los pueblos de la región parecían haber estado sometidos a los medos, y textos asirios del siglo VII mencionan un país llamado Partakka o Partukka (aunque puede que «no coincidiera topográficamente con lo que luego fue Partia»).

De cualquier manera, un año después de que Ciro II derrotase al rey medo Astiages, Partia se convirtió en una de las primeras provincias en reconocer a Ciro como su gobernante, «y esta alianza aseguró los flancos orientales de Ciro y le permitieron dirigir la primera de sus campañas imperiales contra Sardes». Según las fuentes griegas, después de que Darío I se hiciera con el trono aqueménida, los partos se unieron con el rey medo Fraortes para rebelarse contra él. El gobernador persa de la provincia, Histaspes, consiguió reprimir la revuelta, lo que parece haber ocurrido en torno al año 522/521 a. C.

La primera mención irania indígena de Partia está en la inscripción de Behistún de Darío I, donde Partia se encuentra incluida entre las satrapías cerca de Drangiana. La inscripción data de alrededor del año 520 a. C. El centro de la administración «pudo haber estado en [lo que más tarde sería conocido como] Hecatómpilo». Los partos también aparecen en la lista de Heródoto de pueblos sometidos a los aqueménidas; el historiador trata a los partos, corasmianos, sogdianos y areios como pueblos de una sola satrapía (la 16.ª),​ cuyo tributo anual al rey afirma Heródoto que era de solo 300 talentos de plata.​ Esto «ha causado con razón inquietud a los modernos eruditos».

En la batalla de Gaugamela en 331 a. C. entre las fuerzas de Darío III y las de Alejandro, una de tales unidades partas fue comandada por Fratafernes, que era entonces el gobernador aqueménida de Partia. Tras la derrota de Darío III, Fratafernes entregó su gobierno a Alejandro cuando el macedonio llegó allí en el verano del año 330 a. C.Fratafernes fue nombrado de nuevo gobernador por Alejandro.

Bajo los seléucidas

Tras la muerte de Alejandro, en la Partición de Babilonia del año 323 a. C., Partia se convirtió en una región seléucida con Nicanor. Fratafernes, el anterior gobernador, se convirtió en gobernador de Hircania. En 320 a. C., en la Pacto de Triparadiso, Partia fue reasignada a Filipo, anterior gobernador de Sogdiana. Unos pocos años más tarde, la provincia fue invadida por Peitón, gobernador de Media Mayor, quien entonces intentó hacer gobernador a su hermano Eudamo. Peitón y Eudamo fueron rechazados, y Partia permaneció una región por derecho propio.

En 316 a. C., Estasander, un vasallo de Seleuco I Nicátor y gobernador de Bactria y al parecer también de Aria y Margiana, fue nombrado gobernador de Partia. Durante los siguientes sesenta años, varios seléucidas serían nombrados gobernadores de la provincia.

Moneda de Andrágoras, el último sátrapa seléucida de Partia. Proclamó la independencia alrededor del año 250 a. C.

En 247 a. C., después de la muerte de Antíoco II Theos, Ptolomeo III tomó el control de la capital seléucida en Antioquía, y «de esa manera dejó el futuro de la dinastía seléucida por un momento en cuestión». Aprovechando la incertidumbre de la situación política, Andrágoras, el gobernador seléucida de Partia, proclamó su independencia y comenzó a acuñar sus propias monedas.

«Un hombre llamado Arsaces, de origen escita o bactriano, [fue] elegido líder de los Parni», unos pueblos iranios orientales del valle del río Tajen/Tajend, al sureste del mar Caspio.11​ Tras la secesión de Partia respecto al Imperio seléucida y la resultante pérdida del apoyo militar seléucida, Andrágoras tuvo dificultad en mantener sus fronteras, y alrededor del año 247 a. C. —bajo el mando de «Arsaces y su hermano Tirídates»— los Parni invadieron​ Partia y tomaron el control de Astabene (Astawa), la región septentrional de aquel territorio, la capital administrativa de la que era Kabuchan (Kuchan en la vulgata).

Los partos consolidaron su posición, tras eliminar a Andrágoras, ocupando Hircania y frenando una expedición punitiva seléucida al mando de Seleuco II (228 a. C.), sucesor de Antíoco II. Arsaces mejoró las relaciones con Bactria, acordando un tratado con Diodoto II (235-225 a. C.). Seleuco II regresó poco tiempo después, según Justino, y consiguió vencer a Arsaces que tuvo que refugiarse entre los apasiakai. Sin embargo el rey seleúcida tuvo que hacer frente nuevamente a la rebelión de su hermanastro, Antíoco Hierax, (Estrabrón XI 8, 8). La fecha de esta campaña seleúcida es desconocida pero el historiador francés Edouard Will,15​ fija la campaña entre el 230 y 227 a. C

A finales del siglo II aC, los partos controlaban toda la meseta irania, el valle de los ríos Tigris y Éufrates y parte de Siria. Establecieron un primer tratado con sus futuros rivales, los romanos, en el año 92 aC, en un esfuerzo para vencer a su enemigo común, los Seléucidas. Ante el debilitamiento Seléucida, los partos absorbieron parte de su territorio. A mediados del siglo I aC, el Imperio parto, fuerte y estable, se encontraba en su apogeo.

Los aristócratas, nombrados regentes por los partos, gobernaban el imperio a nivel local. Durante los primeros siglos del imperio, la clase gobernante parta continuó observando muchos de los aspectos de la cultura helenística que había caracterizado a los niveles sociales altos bajo los reyes greco-bactrianos. Las inscripciones y los retratos en estilo griego marcan las monedas partas más antiguas, atestiguando esta etapa “helenofílica” del Imperio parto. Más tarde, los reyes partos empezaron a redefinirse como herederos directos del imperio Aqueménida; Mítrídates II (123-87 aC) fue, presuntamente, el primer soberano parto que usó el antiguo título Aqueménida de “Rey de Reyes” en sus monedas, en vez del correspondiente título griego. A partir de este momento, la cultura parta se desarrolló como una síntesis de la cultura griega y Aqueménida, con patrones locales iranianos que gradualmente fueron suplantando los elementos helenísticos.

Los partos controlaban las rutas comerciales terrestres entre Asia y el Mediterráneo, una posición que trajo una gran prosperidad financiera. Los mercaderes partos se enriquecieron como intermediarios de los productos de Asia Central y China, especialmente la seda. La artesanía y los productos partos fueron también ampliamente comerciados, especialmente las telas y tejidos.

Parece ser que varias religiones eran practicadas con pocos conflictos en Partia, aunque el Zoroastrismo ganó una importancia creciente a lo largo de los siglos. El Budismo se practicaba en las regiones más orientales del Imperio parto, y algunos religiosos partos son conocidos por haber tomado parte en misiones a la China con el objetivo de estudiar con los maestros budistas Han.

A partir del siglo I aC, romanos y partos se enzarzaron en una serie de guerras que duraron casi tres siglos. Luchaban principalmente por Siria, Mesopotamia y Armenia, cuyos territorios pasaron primero a manos romanas para ser recuperados después por los partos en sucesivas batallas. Más que llegar a ningún resultado duradero, esto mermó los recursos de ambas partes, por lo que la disputa acabó en tablas, proporcionando casi un siglo de paz.

El Imperio parto

El Imperio parto en su máxima expansión, a finales del siglo I a. C.

Pese al triunfo de la rebelión de Arsaces I, los monarcas seleúcidas no daban por perdida las satrapías superiores, así, en el año 209 a. C., el emperador seléucidaAntíoco III Megas invadió Partia y derrotó a Arsaces II, sucesor de Arsaces I, en varios enfrentamientos. Sin embargo, Polibio, principal fuente, no especifica si tras tomar Syrinx, cayó el resto de la provincia de Hircania, ya que se menciona que Arsaces se retiró a las zonas más inaccesibles y se defendió de manera honorable (Polibio 10.4.27-31). El tratado entre Antíoco III y Arsaces II devolvía la autoridad seléucida sobre Hircania y obligaba a Partia a dejar de emitir moneda propia; pese a todo el tratado representaba la alianza entre los partos y Antíoco III.

Desde su base en Partia, los dinastas arsácidas con el tiempo extendieron su dominio para incluir la mayor parte del Gran Irán. Incluso cuando los arsácidas solo esporádicamente tuvieron su capital en Partia, la base de su poder estaba allí, entre las familias feudales partas, de cuyo apoyo militar y financiero dependían los arsácidas. A cambio de su apoyo, estas familias recibieron amplias concesiones de tierra en los territorios primeramente conquistadas adyacentes a Partia, que la nobleza parta entonces gobernó como gobernadores provinciales. Las más grandes de estas ciudades-estado fueron Kuchan, Semnán, Gorgan, Merv, Zabol y Yazd.

Es a partir de Fraates I cuando los partos inician una política expansiva que será completada por los sucesivos reyes partos. En el año 165 a. C., con Mitrídates Icomo rey, los partos añadieron amplias regiones del reino grecobactriano, Media y Atropatene. En el 141 a. C. Mitrídates I añadirá Mesopotamia a su imperio al arrebatársela a Demetrio II Nicátor, rey que cayó prisionero de Mitrídates en el 139 a. C. Éste fue el primero en ostentar el título «Sháh an Sháh» (Rey de reyes). Con Mitrídates II (124/123-88/87 a. C.) se abre en el año 115 a. C. la Ruta de la Seda, recibiendo una delegación del emperador chino Liu Che, el Guerrero (Wu Di).

Desde alrededor del año 105 a. C. en adelante, el poder y la influencia del puñado de familias nobles partas era tal que frecuentemente se opusieron al monarca, y con el tiempo llegarían a ser un «factor decisivo en la caída» de la dinastía.

Desde el año 130 a. C. en adelante, Partia sufrió numerosas incursiones por varias tribus nómadas, incluyendo a los sakas, los yeuchi y los masagetas. Cada vez, los dinastas arsácidas respondieron personalmente, haciéndolo incluso cuando había amenazas más severas de los seléucidas o de los romanos amenazándolos en las fronteras occidentales de su imperio, como ocurrió con Mitrídates I). Defender al imperio de los nómadas le costó sus vidas a Fraates II y Artabano I.

Jinete parto, actualmente expuesto en el Palacio Madama de Turín.

Reproducción de un arquero parto tal como está representado en la Columna de Trajano.

Poco después de su primer encuentro con los romanos, el Imperio parto se convierte en rival de Roma para conseguir la hegemonía al este del Mediterráneo. Una infinidad de confrontaciones militares caracterizó desde entonces la relación entre los dos estados. Una de las derrotas romanas más sonadas es seguramente la batalla de Carrhae del año 53 a. C., donde 20 000 soldados romanos perdieron su vida y 10 000 quedaron cautivos de los partos. La causa de esta batalla había sido la ruptura del tratado del año 69 a. C.que reconocía al Éufrates como frontera entre ambas potencias, por parte de Marco Licinio Craso, gobernador romano de la provincia de Siria.

Alrededor del año 32 a. C., la guerra civil estalló entre un tal Tirídates que se rebeló contra Fraates IV, probablemente con el apoyo de la nobleza que Fraates había perseguido previamente. La revuelta fue inicialmente exitosa, pero fracasó en el año 25 a. C.

En el año 20 a. C., bajo Augusto, el Imperio romano y el Parto reconocieron de nuevo el Éufrates con la ciudad Dura Europos como frontera. En el año 9/8 a. C.|, la nobleza parta consiguió poner el rey que prefería en el trono, pero Vonones demostró ser demasiado estricto controlando el presupuesto, así que fue usurpado por Artabano I, quien parece haber sido un noble parto no arsácida. Pero cuando Artabano intentó consolidar su posición, fracasó al hacerlo en las regiones donde los gobernantes provinciales partos prevalecieron.

Hubo nuevos conflictos bélicos con el Imperio romano bajo el mandato de Nerón (54-68 d. C.). Trajano consiguió victorias importantes sobre los partos, por lo que recibió el sobrenombre de «Párthico», aunque no consiguió la sumisión completa del territorio. Con Adriano siguió una época de paz relativa aunque ya bajo Marco Aurelio volvieron a producirse enfrentamientos y los partos recuperaron los territorios perdidos.

A menudo en las guerras con los partos se demuestra el mismo esquema: tras una ofensiva sorprendente que a menudo conseguía llegar hasta Siria o Armenia, sigue un contraataque romano con tropas de refuerzo. Estas a menudo eran exitosas y conseguían reconquistar Armenia y Mesopotamia. La capital parta, Ctesifonte, también cayó repetidas veces. Sin embargo, los romanos nunca consiguieron consolidar sus conquistas y tras su retirada se restablecía la situación inicial. A la vista de las numerosas guerras, la fronteras del Éufrates se demostraron sorprendentemente estables.

El poder militar de los partos residía sobre todo en su caballería con arqueros y su caballería pesada, los Katafraktoi o catafractos y los Klibanoforoi.

El final bajo los sasánidas

Para el siglo II d. C., las guerras con Roma y con los nómadas, y las luchas internas entre la nobleza parta había debilitado a los arsácidas hasta el punto de que ya no podían defender sus territorios sometidos. El imperio se dividió conforme los vasallos comenzaron a reclamar su independencia o eran sometidos por otros. En el año 200 empezó un levantamiento en Persia bajo Ardacher I, miembro de la dinastía sasánida. Los arsácidas finalmente fueron derrocados por los sasánidas persas, que anteriormente eran un vasallo menor del suroeste de Irán. Ardacher mató en abril de 224 al último rey parto Artabán IV. Ardacher fue coronado rey y fundó la dinastía de los sasánidas.

Bajo el gobierno sasánida, Partia fue incorporada a la provincia recientemente formada, Jorasán y por lo tanto dejó de existir como una entidad política. Parte de la nobleza parta siguió resistiéndose al dominio sasánida durante algún tiempo, pero la mayor parte cambiaron su alianza con los persas muy pronto. Varias familias que reclamaban descender de las familias nobles partas se convirtieron en una institución sasánida llamada las «Siete dinastías», cinco de las cuales son «con toda probabilidad» no partas, pero se inventaron genealogías «para enfatizar la antigüedad de sus familias».

Organización política

Políticamente se trataba de un estado feudal donde se instauraron condados dinásticos. El gobierno central tenía poca importancia y el poder de los nobles era importante. La falta de autoridad sobre el imperio por parte del rey, conllevó la inestabilidad en el trono y las luchas internas eran constantes. En el ámbito cultural los partos eran tolerantes y estaban abiertos sobre todo a la cultura helenística, aunque con el comienzo de nuestra era empezaron a dar más importancia a la influencia irania.

Lengua y literatura

Los partos hablaban parto, un idioma iranio noroccidental relacionado con el medo. No sobrevive nada de la literatura parta anterior al período sasánida en su forma original,​ y, de todos modos, parece que solo una pequeña parte de ella se puso por escrito. Los partos, sin embargo, tuvieron una importante literatura oral, mantenida por juglares; de hecho su palabra para juglar —gosan— sobrevive hasta la actualidad en muchos idiomas iranios. Estos cantores profesionales estaban presentes en cada faceta de la vida cotidiana parta, desde la cuna hasta la sepultura, y entretenían lo mismo a los reyes que al pueblo, proclamando la riqueza de sus mecenas a través de la asociación con héroes y gobernantes míticos. Sus poemas heroicos ha sobrevivido «principalmente a través de las redacciones persas y árabes del perdido Xwaday-namag en persa medio, y notablemente a través de la obra de Firdusi Shahnameh, sin dudas no se habían olvidado por completo en el Jorasán de la época de Firdusi».

En la propia Partia, el uso documentado de parto escrito está limitado a casi 3000 óstraca encontrados (en lo que parece una bodega de vino) en Nisa, en lo que hoy es Turkmenistán. Un puñado de otras evidencias de parto escrito se ha encontrado también fuera de Partia; la más importante de estas es la parte de un documento de venta de tierra encontrado en Avroman (en lo que hoy es el Kurdistán iraní), además de una óstraca, una pintada y el fragmento de una carta de negocios encontrada en Dura (en lo que hoy es Siria).

Los arsácidas partos no parecen haber usado el parto hasta relativamente tarde, y el lenguaje aparece por vez primera en monedas arsácidas durante el reinado de Vologases I (51-58).​ Evidencia de que el uso del parto fue de todos modos amplio viene de los primeros tiempos sasánidas; las declaraciones de los primeros reyes persas fueron —además de su persa medio nativo— también inscritas en parto.

Sociedad

Canalón parto, siglos I-II.

Las ciudades estado de «cierto tamaño considerable» existían ya en Partia tan pronto como el I milenio a. C., «y no solo desde la época de los aqueménidas o los seléucidas».​ Sin embargo, en su mayor parte, la sociedad era rural, y estaba dominada por grandes terratenientes con gran número de siervos, esclavos y otra mano de obra contratada a su disposición.​ Las comunidades con campesinos libres también existían.

Para la época arsácida, la sociedad parta estaba dividida en cuatro clases de hombres libres. En lo alto estaban los reyes y los miembros cercanos de su familia. Les seguían los nobles menores y el sacerdocio general, seguidos por la clase mercantil y los funcionarios de rango menor, y con granjeros y ganaderos en la base.

Poco se sabe de la economía parta, pero la agricultura debe haber tenido el más importante papel en ella. El comercio significativo ocurrió por vez primera con el establecimiento de la Ruta de la Seda en 114, cuando Hecatómpilos se convirtió en un importante cruce de caminos.

En el año 114 dC, las fuerzas romanas penetraron una vez más en la Partia y, en las subsiguientes campañas, Roma fue capaz de retomar de forma permanente territorios que anteriormente habían ido pasando de manos partas a romanas y viceversa. Los partos fueron capaces de evitar la derrota absoluta y retuvieron gran parte de la meseta iraniana, pero a finales del siglo II dC el poder central parto se debilitó. Hacia el año 195 dC, momento de la última guerra con Roma, los regentes se habían vuelto suficientemente ricos y poderosos como para desafiar a la autoridad central, y negarse a proporcionar impuestos y soldados al trono. En el alo 224 dC, una rebelión interna liderada por el rey de los Pars desembocó en una guerra civil. El último rey parto, Artabanus V, murió en la batalla contra el rey persa Ardashir I, que reunificó Irán bajo un nuevo imperio, el Sasánida.

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