Los factores bióticos son todos aquellos que poseen vida, es decir, que están contemplados en alguno de los reinos de la vida y cuyas interacciones apuntan a la supervivencia y la reproducción de su especie. En otras palabras, los factores bióticos son todos los seres vivos que forman parte de un ecosistema y todas las interacciones que se producen entre ellos. Usualmente se refieren a lo contemplado en la flora y la fauna de un ambiente determinado, pero también incluyen a los hongos y los microorganismos.
Los factores bióticos se encuentran comúnmente organizados en poblaciones, es decir, conjuntos de individuos de la misma especie que comparten un hábitat específico. A su vez, las poblaciones de una misma zona interactúan entre sí, formando una comunidad.
El compartir un ambiente da como resultado el establecimiento de distintos tipos de relaciones entre los factores bióticos, por ejemplo, la competencia por el alimento, por el espacio o por otros recursos. Otro tipo de relación que se da entre los seres vivos que comparten un hábitat son las relaciones alimentarias, que se representan en cadenas tróficas (o cadenas alimentarias) y reflejan el flujo de materia y energía en el ecosistema.
Los factores bióticos se distinguen de los factores abióticos en que estos últimos son inertes, es decir, no están relacionados con la vida sino con la materia circundante y sus procesos (químicos, climáticos, físicos, etc.) de tipo no orgánicos. Los factores abióticos son los que determinan el medio físico en el cual habitan los seres vivos.
Clasificación de los factores bióticos
Los organismos fotoautótrofos fabrican su alimento mediante la fotosíntesis.
Los factores bióticos se pueden clasificar en tres tipos, según la forma en que se alimentan y el lugar que ocupan en las cadenas alimentarias:
- Organismos productores. También llamados autótrofos, estos seres vivos son capaces de fabricar su propio alimento a partir de materia inorgánica y una fuente de energía. Los organismos productores pueden ser de dos tipos:
- Fotoautótrofos. Son aquellos que fabrican su alimento mediante la fotosíntesis, proceso por el cual sintetizan azúcares a partir de dióxido de carbono y agua, aprovechando la luz Un ejemplo de organismos fotoautótrofos son las plantas.
- Quimioautótrofos. Son aquellos que obtienen la energía para fabricar su alimento a partir de distintas reacciones químicas exotérmicas de compuestos inorgánicos. A diferencia de los fotoautótrofos, estos organismos no utilizan agua en el proceso de quimiosíntesis y tampoco producen oxígeno. Dentro de este grupo se incluyen algunas bacterias que viven en ambientes extremos.
- Organismos consumidores. También llamados heterótrofos, son aquellos seres vivos que necesitan alimentarse de otros, es decir, deben consumir materia orgánica para sostener su metabolismo y lo obtienen de otros seres vivos. Los consumidores pueden ser de dos tipos:
- Herbívoros. Son aquellos que se alimentan de organismos productores, por ejemplo, comen plantas, semillas, raíces, algas o vegetales. Este grupo incluye desde animales pequeños, como el conejo, hasta otros de gran tamaño como la jirafa.
- Carnívoros. Son aquellos que se alimentan de otros organismos consumidores (herbívoros o incluso de otros carnívoros). Este grupo incluye desde insectos, como arañas, hasta grandes mamíferos, como el león.
- Organismos descomponedores. También llamados detritófagos, son aquellos seres vivos que se nutren a partir de la materia orgánica en descomposición, colaborando con el proceso de “reciclaje” de la materia y la energía. Dentro de este grupo se incluyen lombrices, bacterias, hongos, y levaduras.
Otro tipo de clasificación de los factores bióticos se relaciona con el rol que ocupan en sus ecosistemas. Así, por ejemplo, podemos distinguir los siguientes grupos:
- Mutualistas. Especies que establecen entre ellas relaciones que les permiten beneficiarse mutuamente. Por ejemplo, los polinizadores y las flores, y los hongos micorrizos y los árboles.
- Ingenieros de ecosistemas. Organismos que acondicionan el medio con sus actividades, creando hábitats para que otras especies puedan habitarlos. Por ejemplo, al crear sus diques, los castores crean hábitats para otras especies.
Ejemplos de factores bióticos
Las lombrices de tierra reducen la materia orgánica en descomposición.
Algunos ejemplos de factores bióticos pueden ser:
- Los bosques. Grandes aglomeraciones de árboles de buen tamaño, que sirven de hábitat a muchos animales y suministran materia orgánica constante a los detritófagos del suelo.
- Los hongos e insectos. Dos de los grandes tipos de descomponedores, que reducen la materia orgánica en descomposición (hojas muertas, trozos de corteza, restos de animales muertos, mudas de piel, excrementos) y asimilan todos los nutrientes presentes en ella, dejando el resto para nutrir de nuevo la tierra.
- Los grandes depredadores. Grandes felinos, serpientes, aves de rapiña: los grandes consumidores de carne animal, que se alimentan exclusivamente de animales más pequeños. Mantienen controladas las poblaciones y eventualmente mueren, sumándose a la materia orgánica por reciclar.
- El fitoplancton. Presente únicamente en los entornos marinos, se trata de una variedad de microorganismos fotosintéticos que sostienen toda la pirámide trófica marina, pues son alimento para formas mayores de crustáceos (krill) e incluso de grandes animales como las ballenas.
- Los herbívoros de buen tamaño. Tales como bueyes, antílopes, ñus, elefantes, etc. Se alimentan de toneladas de materia orgánica vegetal, que luego sirve de sustento a los grandes depredadores y a los carroñeros que vendrán después.
Factores bióticos y abióticos
Los factores bióticos y abióticos se distinguen en que los primeros tienen que ver con las formas de vida y sus relaciones, mientras que los segundos se relacionan con la disposición físicoquímica de los elementos no orgánicos de un hábitat determinado. Así, mientras que los animales y las plantas son factores bióticos, el pH del suelo, el clima y la composición del suelo son factores abióticos.
No obstante, ambos tipos de factores están fuertemente vinculados, ya que el estado de uno se refleja en el del otro. La composición química del suelo, por ejemplo, incide directamente en su fertilidad y por lo tanto en la capacidad de sostener vida vegetal, que sostendrá a su vez a consumidores y detritófagos; pero la existencia de estas formas de vida añadirá con el tiempo capas de materia orgánica al suelo, manteniéndolo fértil y rico en nutrientes que a su vez fijarán su composición química.
En conclusión, podemos afirmar que los bióticos y los abióticos son fundamentales para el desarrollo de las especies y su hábitat: no es posible concebir la existencia de uno sin el otro.