Los astros. Se conoce como astros, o más formalmente como cuerpos celestes, a las diversas entidades físicas existentes en el universo, desde una perspectiva astronómica. En términos estrictos, los astros son elementos singulares, únicos, cuya existencia se supone o se ha comprobado mediante métodos científicos de observación espacial; por esa razón constituyen una categoría de los objetos astronómicos, entre los cuales puede haber objetos múltiples, como los anillos planetarios o los cinturones de asteroides, compuestos por muchos elementos distintos.
Los elementos que existen en el espacio exterior a nuestro planeta han fascinado a la humanidad desde tiempos antiguos, y mucho esfuerzo se ha dedicado a su observación y comprensión, a través de telescopios, sondas espaciales e incluso un viaje tripulado a la luna. Gracias a esos esfuerzos, hemos podido llegar a saber mucho sobre los otros mundos que existen, la galaxia que los alberga y el universo infinito que lo contiene todo.
Sin embargo, no todos los astros existentes son visibles a simple vista, ni siquiera con la ayuda de un telescopio ordinario. Otros incluso requieren de aparatos científicos especiales o sólo puede deducirse su presencia por los efectos físicos a los que someten a otros cuerpos a su alrededor.
Astros del Sistema solar
La longitud del Sistema solar supera los 4500 millones de kilómetros.
El Sistema solar, como sabemos, es el nombre que reciben las vecindades de nuestro Sol, la estrella en torno a la cual orbitan los planetas y demás elementos que componen una suerte de ecosistema espacial inmediato. Se extiende desde el mismo Sol en su centro, hasta los bordes exteriores donde existen nubes de objetos misteriosos, conocidas como la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper. La longitud del Sistema solar hasta su último planeta (Neptuno) supera los 4500 millones de kilómetros, equivalentes a 30,10 Unidades Astronómicas (UA).
En el Sistema solar existe un número diverso de astros, tales como:
- 1 estrella. El Sol.
- 8 planetas. Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno.
- 5 planetas enanos. Plutón, Ceres, Eris, Makemake y Haumea.
- 400 satélites naturales.
- 3153 cometas.
Estrellas
La estrella más cercana a nuestro planeta y conocida es el Sol.
Las estrellas son bolas incandescentes de gas y plasma, que debido a su fuerza de gravedad se mantienen en perpetuo estado de explosión por fusión atómica. Dicha explosión genera enormes cantidades de luz, radiaciones electromagnéticas e incluso materia, a medida que los átomos de hidrógeno y helio en su interior devienen elementos más pesados, como los que componen nuestro planeta. d
Las estrellas pueden ser de diverso tipo, dependiendo de su tamaño, contenido atómico y el color de la luz de su incandescencia. La más cercana a nuestro planeta y conocida es el Sol, aunque de noche pueden verse una variable cantidad de estrellas en la lejanía del firmamento. Se estima que en nuestra galaxia haya unas 250.000 millones de estrellas.
Planetas
La Tierra es el único planeta con agua líquida en enormes cantidades.
Los planetas son cuerpos de tamaño variable y forma redondeada, formados a partir de la misma materia gaseosa que dio origen a las estrellas o que provino de ellas, pero infinitamente más fría y condensada, adquiriendo así propiedades físicas y químicas distintas. Existen planetas gaseosos (como Júpiter), planeas rocosos (como Mercurio), planetas congelados (como Neptuno), y está la Tierra, el único planeta con agua líquida en enormes cantidades, y por lo tanto el único con vida, que sepamos.
De acuerdo a su tamaño, también puede hablarse de planetas enanos: algunos que son muy chicos para codearse con los planetas ordinarios, pero a la vez demasiado grandes para ser considerados asteroides, y que además llevan una existencia independiente, es decir, no son satélites de nadie.
Satélites
El único satélite de nuestro planeta Tierra es la Luna.
Orbitando alrededor de los planetas, es posible hallar astros semejantes pero de mucho menor tamaño, que atraídos por su gravedad se mantienen en órbitas más o menos cercanas, sin caer en ellos ni alejarse del todo.
Tal es el caso del único satélite de nuestro planeta: la Luna, y de los numerosos astros de otros planetas mayores, como es el caso de las lunas de Júpiter, estimadas hoy en día en unas 79. Estos satélites podrían tener el mismo origen que su planeta asociado, o podrían provenir de otros orígenes, sólo para quedar enganchados en la fuerza gravitacional que los mantiene en órbita.
Cometas
Los cometas podrían provenir de las agrupaciones de objetos trasneptunianos.
Se llama cometas a los diversos cuerpos celestes móviles, compuestos de hielo, polvo y rocas de distinto origen. Estos cuerpos orbitan el Sol en órbitas elípticas, parabólicas o hiperbólicas, y son reconocibles porque, al aproximarse a la estrella, el calor funde sus capas de hielo y le otorga una “cola” gaseosa muy distintiva. Los cometas conocidos forman parte del Sistema solar y tienen trayectorias previsibles, como el célebre cometa Halley, que pasa a nuestro lado cada 76 años.
Se desconoce el origen exacto de los cometas, pero todo apunta a que podrían provenir de las agrupaciones de objetos trasneptunianos, como la Nube de Oort o el Cinturón de Kuiper, situados a unas 100.000 UA del Sol, en los límites del Sistema solar.
Asteroides
Algunos asteroides vagan por el espacio y pueden atravesarse en las órbitas planetarias.
Los asteroides son objetos rocosos de diversa composición (generalmente elementos metálicos o minerales) y forma irregular, mucho más pequeños que un planeta o un satélite.
Desprovistos de atmósfera, la mayoría de los que hacen vida en nuestro sistema solar se hallan conformando un gran cinturón entre Marte y Júpiter, separando así los planetas interiores de los exteriores. Otros, en cambio, vagan por el espacio y pueden atravesarse en las órbitas planetarias, o devenir en satélites de algún astro mayor.
Meteoroides
Los meteoroides ser fragmentos de cometas y asteroides que han quedado errantes.
Se llama así a los cuerpos menores de nuestro Sistema solar, inferiores a los 50 metros de diámetro, pero superiores a los 100 micrómetros (y por ende más grandes que el polvo cósmico).
Pueden ser fragmentos de cometas y asteroides que han quedado errantes, y que pueden muy bien ser atraídos por la gravedad de los planetas, ingresando a su atmósfera y convirtiéndose en meteoritos. Cuando esto último ocurre, el calor de la fricción contra el aire atmosférico los calienta y vaporiza total o parcialmente. Y en algunos casos, fragmentos del meteoro pueden llegar a impactar contra la superficie terrestre.
Nebulosas
Las nebulosas pueden ser producto de la destrucción de una estrella.
Las nebulosas o nébulas son cúmulos de gas, principalmente hidrógeno y helio, así como de polvo cósmico y otros elementos, que se hallan dispersos en el espacio, retenidos más o menos en su lugar por fuerzas gravitacionales. En ocasiones, estas últimas serán lo suficientemente intensas para empezar a compactar todo este material estelar y, de esa manera, dar origen a nuevas estrellas.
A su vez, estos cúmulos de gas pueden ser producto de la destrucción de una estrella, como una supernova, o de la aglomeración de material sobrante del proceso de producción de estrellas jóvenes. La nebulosa más próxima a la Tierra es la Nebulosa Hélice (Helix), ubicada a 650 años-luz del Sol.
Galaxias
La galaxia en la que se encuentra nuestro Sistema solar es la Vía Láctea.
Los cúmulos de estrellas, cada una tal vez con su Sistema solar propio, constituyen junto con nebulosas, polvo cósmico, cometas, cinturones de asteroides y otros objetos celestes, unidades de mayor tamaño conocidas como galaxias.
De acuerdo a la cantidad de estrellas que integren una galaxia, podremos hablar de galaxias enanas (107 estrellas) o galaxias gigantes (1014 estrellas); pero también podremos clasificarlas de acuerdo a su forma aparente, en galaxias en espiral, galaxias elípticas, galaxias lenticulares y galaxias irregulares.
La galaxia en la que se encuentra nuestro Sistema solar es la Vía Láctea, llamada así en honor a la leche materna de la Diosa Hera del panteón de la Antigua civilización griega.