Las silabas

Las silabas. Se llama sílabas alas unidades fonológicas en que se divide una palabra cualquiera, de acuerdo a la agrupación mínima de sus sonidos articulados, lo cual generalmente significa la unión de una vocal y una o varias consonantes. Dicho en términos más simples, se trata de los fragmentos sonoros en que podemos dividir una palabra, respetando la lógica de su pronunciación.

Todas las palabras están compuestas por sílabas, desde las más largas hasta las que poseen una sola, y cada sílaba tiene también un núcleo, que en el español es siempre la vocal, dado que su sonido recibe un mayor énfasis en la pronunciación. Por ejemplo, en las sílabas “man-”, “-cha-” y “da”, la vocal a sería el núcleo de cada una. Atendiendo al número de sílabas de una palabra podemos clasificarlas en monosílabas (1), bisílabas (2), trisílabas (3), tetrasílabas (4) y polisílabas (5 o más).

Asimismo, las sílabas pueden clasificarse de distintas maneras, algunas de las cuales detallaremos más adelante. Dicha distinción puede parecer escolar, pero en algunas lenguas es fundamental dada su naturaleza silábica, como el japonés: cada signo de su escritura no representa un sonido simple, como en el español, sino el sonido de una sílaba completa.

Además, la correcta división silábica de una palabra nos permite interrumpirla cuando se nos agota el espacio de escritura en un renglón, continuándola debajo sin afectar la comprensión de la palabra.

Las silabas

Sílabas tónicas y átonas

La sílaba tónica se pronuncia más fuertemente que el resto.

Dentro de una misma palabra, las sílabas se pronuncian con entonación muy diferente. Algunas reciben una entonación regular, semejante, mientras que una sola posee una entonación mayor, más intensa, convirtiéndose en el centro sonoro de la palabra. A esta última se la conoce como sílaba tónica: la sílaba sobre la cual recae el acento prosódico (no necesariamente el acento ortográfico, o sea, el escrito) y se pronuncia más fuertemente que el resto (llamadas entonces sílabas átonas).

Por ejemplo, en la palabra “cayó” la sílaba tónica es la última, y está marcada además con un acento ortográfico. Pero en la palabra “cayo” la sílaba tónica es la primera y no lleva acento ortográfico. Se trata de dos palabras distintas con significados distintos, y dicha diferencia está marcada fonéticamente por la ubicación de la sílaba tónica. Ocurre lo mismo con “mamá” y “mama”, o con “súplica”, “suplico” y “suplicó”.

Las sílabas tónicas se consideran, además, como el núcleo de la palabra, y dependiendo de su ubicación, podemos distinguir en español cuatro tipos de palabras:

  • Agudas. Aquellas cuya sílaba tónica corresponde a la última sílaba: “ca-pi-tán”.
  • Graves o llanas. Aquellas cuya sílaba tónica corresponde a la penúltima sílaba: “ca-re-ta”.
  • Esdrújulas. Aquellas cuya sílaba tónica corresponde a la antepenúltima sílaba: “có-mi-co”.
  • Sobresdrújulas. Aquellas cuya sílaba tónica se ubica en cualquier lugar antes de la penúltima sílaba: “á-gil-men-te”.

Sílabas simples y compuestas

Dependiendo del número de letras involucradas en una misma sílaba, podremos conocer la complejidad o sencillez de su sonido conjunto, y clasificarlas de acuerdo a este criterio. Así, las sílabas sencillas, con sólo dos letras, una vocal y una consonante, serán sílabas simples: “ma-má”, “ta-za”, “bo-te”, “lo-mo”, “ca-sa”; mientras que las sílabas complejas, con más de dos letras en una misma emisión de voz, serán sílabas compuestas: “pas-tar”, “cro-tos”, “plan-cha”, “bru-jas”, “gra-tis”, “chis-te”.

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Sílabas libres y trabadas

Si la sílaba termina en una consonante, se considerará cerrada o trabada.

También conocidas como sílabas abiertas y cerradas, se distinguen a partir de la presencia de una coda silábica. Así, las sílabas libres carecen de coda y las sílabas trabadas la presentan.

Ahora bien, una coda silábica no es más que un tipo de terminación consonántico de la sílaba, dado que su núcleo generalmente debe ser una sílaba o un diptongo. Es decir: si la sílaba termina en una consonante, se considerará cerrada o trabada, como es el caso de “cor-”, “pa-”, “sen-”, “tris-”, “-tar”, “-bir “, etc., ya que dicha consonante constituye una coda silábica. Por el contrario, si la sílaba termina en vocal, carecerá de coda y se considerará abierta, como es el caso de “-to”, “-pá”, “-da”, “-te”, “re-”, “su-”, etc.

Palabras separadas en sílabas

A continuación, varios ejemplos de palabras separadas en sílabas (la sílaba tónica está subrayada):

  • Porotos. Po-ro-tos
  • Caparazón. Ca-pa-ra-zón
  • Bujía. Bu-jí-a
  • Sorpresa. Sor-pre-sa
  • Justicia. Jus-ti-cia
  • Motel. Mo-tel
  • Comadreja. Co-ma-dre-ja
  • Tul. Tul
  • Biorritmo. Bio-rrit-mo
  • Gigante. Gi-gan-te
  • Pozo. Po-zo
  • Desinteresado. De-sin-te-re-sa-do
  • Ejemplo. E-jem-plo
  • Rápidamente. Rá-pi-da-men-te
  • Trepidante. Tre-pi-dan-te
  • Monótonamente. Mo-nó-to-na-men-te
  • Servicio. Ser-vi-cio
  • Protagonizó. Pro-ta-go-ni-zó
  • Adversidad. Ad-ver-si-dad
  • Pequeño. Pe-que-ño
  • Holístico. Ho-lís-ti-co
  • Frecuencia. Fre-cuen-cia
  • Impertinente. Im-per-ti-nen-te
  • Compórtate. Com-pór-ta-te
  • Núcleos. Nú-cle-os
  • Xilófono. Xi-ló-fo-no
  • Dodecaedro. Do-de-ca-e-dro
  • Corrupción. Co-rrup-ción
  • Fulano. Fu-la-no
  • Pus. Pus
  • Obnubilado. Ob-nu-bi-la-do
  • Aldea. Al-de-a
  • Protuberancia. Pro-tu-be-ran-cia
  • Organización. Or-ga-ni-za-ción
  • Zapatos. Za-pa-tos
  • Barb udos. Bar-bu-dos
  • Fórmula. Fór-mu-la
  • León. Le-ón
  • Coz. Coz
  • Computadora. Com-pu-ta-do-ra
  • Fósforo. Fós-fo-ro
  • Resta. Res-ta
  • Inmigrante. In-mi-gran-te
  • Logaritmo. Lo-ga-rit-mo
  • Especuladores. Es-pe-cu-la-do-res
  • Risa. Ri-sa
  • Tosió. To-sió
  • Telefonía. Te-le-fo-ní-a
  • Dedos. De-dos
  • Capullo. Ca-pu-llo
  • Piedras. Pie-dras
  • Optimizado. Op-ti-mi-za-do
  • Números. Nú-me-ros
  • Garganta. Gar-gan-ta
  • Comisaría. Co-mi-sa-rí-a
  • Anormalidad. A-nor-ma-li-dad
  • Feo. Fe-o
  • Ahuecado. A-hue-ca-do
  • Desfallecer. Des-fa-lle-cer
  • Sopa. So-pa
  • Hilvanando. Hil-va-nan-do
  • Zurdo. Zur-do
  • Violín. Vio-lín
  • Brontosaurio. Bron-to-sau-rio
  • Asquerosidad. As-que-ro-si-dad
  • Nomenclatura. No-men-cla-tu-ra
  • Séptico. Sép-ti-co
  • Achicar. A-chi-car
  • Homosexual. Ho-mo-se-xual
  • Aburrimiento. A-bu-rri-mien-to
  • Tuétano. Tué-ta-no
  • Sahumerio. Sa-hu-me-rio
  • Abrasión. A-bra-sión
  • Grotesco. Gro-tes-co
  • Colegas. Co-le-gas
  • Épico. É-pi-co
  • Juveniles. Ju-ve-ni-les
  • Mágico. Má-gi-co
  • Patán. Pa-tán
  • Saborizada. Sa-bo-ri-za-da
  • Meteoritos. Me-te-o-ri-tos
  • Percepción. Per-cep-ción
  • Llantas. Llan-tas
  • Ergonómico. Er-go-nó-mi-co
  • Sílaba. Sí-la-ba
  • Sí.
  • Expresidente. Ex-pre-si-den-te
  • Velocípedo. Ve-lo-cí-pe-do
  • Globalización. Glo-ba-li-za-ción
  • Lobotomía. Lo-bo-to-mí-a
  • Entereza. En-te-re-za
  • Déjamelo. Dé-ja-me-lo
  • Catapulta. Ca-ta-pul-ta
  • Apagó. A-pa-gó
  • Aplacar. A-pla-car
  • Sincretismo. Sin-cre-tis-mo
  • Integral. In-te-gral
  • Geodésico. Ge-o-dé-si-co
  • Consuetudinario. Con-sue-tu-di-na-rio
  • Anestesia. A-nes-te-sia
  • Émbolo. Ém-bo-lo
  • Cigarra. Ci-ga-rra
  • Molaridad. Mo-la-ri-dad
  • Éxito. É-xi-to
  • Insultaron. In-sul-ta-ron
  • Epistemológico. E-pis-te-mo-ló-gi-co
  • Comprobación. Com-pro-ba-ción
  • Lectura. Lec-tu-ra
  • Pan. Pan
  • Moraleja. Mo-ra-le-ja
  • Indómito. In-dó-mi-to
  • Desincorporación. Des-in-cor-po-ra-ción
  • Apaciblemente. A-pa-ci-ble-men-te
  • Frágil. Frá-gil

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 El acento

La palabra “acento” es empleada en muchos ámbitos diferentes, en general vinculados con el lenguaje. Su sentido más común es como sinónimo de “tilde”, un signo ortográfico empleado en el español (y en otros idiomas), y que tiene forma de raya pequeña y oblicua, en sentido derecha a izquierda, colocada sobre alguna vocal: á, é, í, ó y ú. Dependiendo del idioma, también puede haber otras formas de acento.

Sin embargo, este término es también usado para describir otros aspectos gramaticales y del lenguaje. Se aplica también a otras áreas de la cultura como la poesía y la música, e incluso como parte de alguna imagen retórica, con el sentido de enfatizar algo: “el jefe puso el acento sobre las ausencias”. En este caso, la palabra «acento» tiene otro sentido.

La palabra acento proviene del latín accentus, vocablo formado por el prefijo ac– (una transformación de ad), que significa “hacia”, y el verbo cantare, “cantar”. De modo que podría interpretarse como aquello que se aproxima al canto, o sea, a la sonoridad adecuada.

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Acento prosódico y acento ortográfico

El acento prosódico es la entonación de mayor intensidad que se les da a ciertas sílabas de una palabra, para ayudar a segmentarla y a distinguirla de otras palabras que tengan la misma morfología. Su nombre proviene de prosodia, o sea, musicalidad.

Dicho así, es lo mismo que normalmente se llama en español la sílaba tónica, y que puede o no representarse gráficamente. Se trata de un cierto “relieve sonoro” o forma de pronunciación de las palabras.

Dicho acento está siempre presente en las palabras, pero sólo en determinadas ocasiones va acompañado de un acento ortográfico o gráfico, o sea, de una tilde. Para ello, el español tiene reglas fijas, dependiendo del lugar de la sílaba tónica en la palabra y en algunos casos, de su terminación.

En todo caso, la aparición de un acento ortográfico cumple con un cometido diferenciador: dos palabras se escriben igual, pero se pronuncian distinto (acento prosódico), por lo que alguna deberá llevar una marca en la escritura, que vendría a ser el acento, para indicar al lector cómo debe pronunciarla.

De esta manera, es posible distinguir palabras tan similares, pero tan distintas como “círculo”, “circulo” y “circuló”, siendo la primera un sustantivo, la segunda un verbo en primera persona singular del presente, y la última un verbo en tercera persona singular y tiempo pasado. Lo mismo ocurre con monosílabos como “sí” y “si”, “más” y “mas”, o “de” y “dé”, cuyas diferencias semánticas son radicales.

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Reglas de acentuación en español

En español, la aparición del acento ortográfico está determinada por el lugar de aparición del acento prosódico en la palabra, o sea, de su sílaba tónica, según el siguiente criterio:

  • Palabras agudas. En las que el acento prosódico va en la última sílaba. En este caso, el acento prosódico se convertirá en acento ortográfico siempre que las palabras terminen en letra n, s o vocal. Por ejemplo: “salud”, “metal”, “capaz”, pero: “estrés”, “cantó”, “camión” y “Bogotá”.
  • Palabras agudas con tilde. – Al igual que en los demás casos, para averiguar si una palabra aguda lleva o no tilde, bastará con observar su terminación. Se acentúan siempre aquellas palabras agudas cuya terminación sea una vocal, -n o -s (precedidas de una vocal). Por ejemplo:

“camión” (ca-mión), “canción” (can-ción), “llantén” (llan-tén), “mazapán” (ma-za-pán), “terraplén” (te-rra-plén), “haragán” (ha-ra-gán), “jardín” (jar-dín), mastín (mas-tín), “peón” (pe-ón).

“además” (a-de-más), “mandamás” (man-da-más), “revés” (re-vés), cordobés (cor-do-bés), “trabajéis” (tra-ba-jéis), “existís” (e-xis-tís).

“sofá” (so-), “acorraló” (a-co-rra-), “acepté” (a-cep-), “Perú” (pe-rú), “murió” (mu-rió), impedí (im-pe-), manatí (ma-na-).

  • Palabras agudas sin tilde. – De la regla anterior se desprende que las palabras agudas no terminadas ni en -s, ni en -n, ni en vocal, no deberán llevar tilde. Esto se extiende a las palabras agudas que terminen en más de una consonante. Por ejemplo:

“capataz” (ca-pa-taz), “avestruz” (a-ves-truz), “dominatriz” (do-mi-na-triz), “perdiz” (per-diz).

“alguacil” (al-gua-cil), “profiterol” (pro-fi-te-rol), “nogal” (no-gal), “timbal” (tim-bal), “papel” (pa-pel), “burdel” (bur-del).

“amor” (a-mor), “vapor” (va-por), “cantar” (can-tar), “socorrer” (so-co-rrer), “impedir” (im-pe-dir), “cambur” (cam-bur).

“reloj” (re-loj), “virtud” (vir-tud), “salud” (sa-lud), “senectud” (se-nec-tud).

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Excepciones en palabras agudas

Las palabras agudas pueden acentuarse para romper un diptongo y producir un hiato.

Una excepción a tener en cuenta son aquellos casos en que, para romper un diptongo final, algunas palabras agudas pueden acentuarse a pesar de no terminar en vocal, en -n, ni en -s. Por ejemplo:

“baúl” (ba-úl), “raíl” (ra-íl), “maíz” (ma-íz), “tahúr” (ta-húr), “Raúl” (ra-úl).

  • Palabras graves o llanas. En las que el acento prosódico va en la penúltima sílaba. En este caso, el acento prosódico pasará a ortográfico siempre que la palabra termine en una consonante distinta de n y s. Por ejemplo: “canto”, “panza”, “porotos”, “reten”, pero: “lápiz”, “dúctil”, “láser” y “Félix”.

Una palabra grave es aquella cuya sílaba tónica se encuentra en la penúltima sílaba, de modo que se trata de una palabra grave o palabra llana, técnicamente conocidas como palabras paroxítonas.

La mayor parte de las palabras del español son graves, generalmente terminadas en -n o en -s, o en una vocal. Como en otros tipos de palabra, las palabras graves llevan o no el acento ortográfico dependiendo de su terminación específica.

  • Palabras graves sin tilde. – Para saber si debemos acentuar una palabra grave, basta con fijarnos en su terminación.

No llevan tilde las palabras graves que terminan -n, -s o vocal, que son la mayoría en español.

Por ejemplo:

“corren” (co-rren), “acaban” (a-ca-ban), “germen” (ger-men), “desinfectan” (des-in-fec-tan).

“tenazas” (te-na-zas), “cabeceas” (ca-be-ce-as), “puntos” (pun-tos), “rompes” (rom-pes), “santas” (san-tas).

“mirando” (mi-ran-do), “omega” (o-me-ga), “derrame” (de-rra-me), “pony” (po-ny),

  • Palabras graves con tilde. – Por otro lado, las palabras graves que no terminan ni en -n, ni en -s, ni en vocal llevan tilde, es decir, el resto de los casos posibles.

Por ejemplo:

“lápiz” (-piz), “látex” (-tex), “quórum” (quó-rum), “césped” (cés-ped)

“fértil” (fér-til), “débil” (-bil), “difícil” (di--cil), “útil” (ú-til)

“máter” (-ter), “láser” (-ser), “súper” (-per), “carácter” (ca-rác-ter)

“árbol” (ár-bol), “cárcel” (cár-cel), “ángel” (án-gel), “béisbol” (béis-bol)

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Excepciones en palabras graves

Existe una excepción a la regla de acentuación de las palabras graves, que tiene que ver con el diptongo ia, el cual requiere de acentuación para romperse. Así, ciertas palabras graves como “María” (Ma--a), “biología” (bio-lo--a) o “podría” (po-drí-a) llevan acento o tilde, a pesar de terminar en vocal.

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Palabras graves o palabras llanas

Dependiendo de los autores consultados,es posible hallar que a las palabras paroxítonas se las denomine “graves” o bien “llanas”, y debemos manejar ambos términos como sinónimos: no existe ninguna diferencia más allá de la nomenclatura, o sea, del nombre asignado para su estudio.

  • Palabras esdrújulas. En las que el acento prosódico recae en la antepenúltima sílaba, y siempre deberá estar acompañado de tilde o acento ortográfico, sin importar su terminación. Por ejemplo: “estéreo”, “cándida”, “pájaros”, “tímpano”.

Las palabras esdrújulas son excepcionales y bastante menos comunes en la lengua española, al menos en comparación con las graves y agudas, que componen casi la mayoría de las palabras de nuestro idioma. En parte porque sólo palabras de tres sílabas o más pueden ser esdrújulas. En general, llevan tilde en su sílaba tónica, sin importar su terminación.

Una lista de ejemplos de palabras esdrújulas incluye las siguientes:

“teléfono” (te--fo-no)

“melómano” (me--ma-no)

“empírico” (em--ri-co)

“árboles” (ár-bo-les)

“fértiles” (fér-ti-les)

“esdrújula” (es-drú-ju-la)

“insólito” (in--li-to)

“pírrico” (-rri-co)

“zócalo” (-ca-lo)

“témpano” (tém-pa-no)

“cámara” (-ma-ra)

“párroco” (-rro-co)

“pétalo” (-ta-lo)

“antipático” (an-ti--ti-co)

“ímpetu” (ím-pe-tu)

“pálido” (-li-do)

“América” (A--ri-ca)

“hígado” (-ga-do)

“válido” (-li-do)

“miércoles” (miér-co-les)

“fósforo” (fós-fo-ro)

“máquina” (-qui-na)

“oxígeno” (o--ge-no)

“características” (ca-rac-te-rís-ti-cas)

“ejército” (e-jér-ci-to)

“cállate” (-lla-te)

“dámelo” (-me-lo)

“oxímoron” (o--mo-ron)

“lávense” (-ven-se)

“atávico” (a--vi-co)

  • Palabras esdrújulas sin tilde

Las esdrújulas siempre se acentúan, con la excepción de un grupo muy reducido de palabras correspondiente alos adverbios de modo terminados en -mente, cuya raíz se compone de un adjetivo. Por ejemplo: “velozmente” (ve-loz-men-te). Ninguno de estos adverbios se acentuará, a pesar de ser esdrújulos todos, tal y como en:

“originalmente” (o-ri-gi-nal-men-te)

“audazmente” (au-daz-men-te)

“popularmente” (po-pu-lar-men-te)

“igualmente” (i-gual-men-te)

“medicinalmente” (me-di-ci-nal-men-te)

“verticalmente” (ver-ti-cal-men-te)

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Palabras esdrújulas y sobreesdrújulas

Las palabras sobresdrújulas suelen ser fruto de procesos de composición.

Así como existen palabras esdrújulas, existen unos pocos casos particulares en nuestro idioma de largas palabras cuya sílaba tónica se ubica en la posición previa a la antepenúltima, o sea, uno o más espacios antes de la antepenúltima, y dichas palabras se conocen como sobreesdrújulas.

Al igual que las esdrújulas, siempre se acentúan, y suelen ser fruto de distintos procesos de composición o unificación de palabras. Por ejemplo:

“dígaselo” (-ga-se-lo)

“únicamente” (ú-ni-ca-men-te)

«quédatelo» (qué-da-te-lo)

  • Palabras sobreesdrújulas. En las que el acento prosódico recae en cualquier sílaba previa a la antepenúltima. Son palabras excepcionales y siempre se acentúan. Por ejemplo: “pálidamente”, “dígamelo”. “fríamente” la sílaba tónica se encuentra antes de la antepenúltima sílaba, de modo que se trata de una palabra sobreesdrújula o sobresdrújula, técnicamente conocidas como palabras superproparoxítonas.

Las palabras sobreesdrújulas son poco comunes, en comparación con las graves y agudas, que forman casi la mayoría de las palabras de nuestro idioma. Quizá porque sólo las palabras de más de tres sílabas pueden ser sobreesdrújulas, y generalmente llevan tilde en su sílaba tónica, sin importar su terminación.

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¿Cómo se forman las palabras sobreesdrújulas?

Las palabras sobreesdrújulas suelen ser particularmente largas (cuatro sílabas o más). Por eso suelen provenir de diversos procesos de formación de palabras, como la composición lexical o la derivación por sufijos.

Así, es común hallar entre las sobresdrújulas palabras con varios pronombres enclíticos:

               “-se”, “-nos”, “-la”, etc., que se ubican al final de la palabra. Por ejemplo:

“Tráiganosla” (Trái-ga-nosla), un verbo con dos pronombres.

“Digámoselo” (Di--mo-selo), un verbo con dos pronombres.

“únicamente” (ú-ni-ca-men-te), un adjetivo con un sufijo adverbial.

“rígidamente” (rí-gi-da-men-te), un adjetivo con un sufijo adverbial.

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¿Cuándo llevan tilde las palabras sobreesdrújulas?

Los adverbios terminados en «mente» sólo llevan tilde si la raíz la llevaba.

En principio, las palabras sobreesdrújulas, al igual que las esdrújulas, siempre se acentúan en español, sin importar su terminación. Esto se cumple en la mayoría de las palabras de este tipo, pero tiene algunas excepciones en palabras sobreesdrújulas formadas mediante el sufijo -mente.

En este caso, se pondrá la tilde a las palabras cuya raíz (usualmente un adjetivo) lo posean, y no se le pondrá a aquellas cuya raíz tampoco las posea. De la siguiente manera:

“rápidamente” (-pi-da-men-te) se acentúa porque “rápida” también.

“ágilmente” (á-gil-men-te) se acentúa porque “ágil” también.

Pero:

“efectivamente” (e-fec-ti-va-men-te) no se acentúa porque “efectivo” tampoco.

“sorpresivamente” (sor-pre-si-va-men-te) no se acentúa porque sorpresiva tampoco.

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Ejemplos de palabras sobreesdrújulas

A continuación, una lista de palabras sobresdrújulas de distinto origen:

“impídanselo” (im--dan-se-lo)

“camaleónicamente” (ca-ma-leó-ni-ca-men-te)

“rápidamente” (-pi-da-men-te)

“devuélveselas” (de-vuél-ve-se-las)

“cálidamente” (-li-da-men-te)

“gánamela” (-na-me-la)

“recuérdenmelo” (re-cuér-den-me-lo)

“anímicamente” (a--mi-ca-men-te)

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Acento o tonada

También se le dice “acento” o “tonada” a la manera particular de pronunciar propia de una región geográfica. Es decir que dos hablantes provenientes de dos regiones geográficas distintas (y a veces incluso de dos clases sociales distintas en una misma ciudad) tendrán modos de entonar diferentes, incluso cuando estén usando las mismas idénticas palabras en el mismo idioma.

Dicha variación no incide sobre el significado de las palabras (o sea, no es una variante léxica o dialectal), sino que es de tipo musical, prosódica, rítmica. Cada región de un mismo país tiene variantes en el acento o la tonada, y dichas variaciones son más extremas aún si comparamos dos países lejanos dentro del mismo continente.

Así, por ejemplo, los hablantes de español en América Latina hablan el mismo idioma, pero con realizaciones sonoras diferentes, o sea, con acentos distintos: el acento andino, el rioplatense, el caribeño, entre otros. Cada región cultural posee uno propio, compartido por las poblaciones que hacen vida allí.

Esto significa que en un mismo país el acento puede variar, como ocurre entre los argentinos del Río de la Plata y los argentinos del norte andino, o entre los colombianos de la costa caribeña, los de la costa del Pacífico y los del eje cafetalero.

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Acento en poesía

En el lenguaje tradicional de la poesía, la métrica es la estructuración de los poemas obedeciendo a reglas fijas de rima, en las que se determinaba el número de sílabas que debía tener un verso. En el mismo sentido, el acento es el lugar del verso en la que se hace un énfasis musical o prosódico, o sea, cierto énfasis que no por ello modifica la grafía de las palabras.

Así, dependiendo de su posición en el verso, se habla de:

  • Acento rítmico. Conocido como acento constitutivo o constituyente, viene determinado por el modelo del verso, manteniendo el ritmo interno del mismo.
  • Acento extrarrítimico. Conocido como acento accesorio, no forma parte de lo requerido por el modelo del verso, sino que rompe o varía el ritmo del mismo, generalmente ocupando una posición interior.
  • Acento antirrítmico. Es aquel que ocupa la sílaba inmediatamente anterior a la del acento rítmico, razón por la cual se lo conoce como acento antiversal, dado que rompe la rima.

Quizá sea importante hacer notar que este tipo de reglas no son ya de uso en la poesía contemporánea, liberada de métricas y rimas a favor del “verso libre.”

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Acento musical

Similarmente, en el lenguaje de la música el acento marca ciertas notas que requieren de un énfasis especial, o que deben ejecutarse de un modo específico para expresar determinados sentidos dentro de la pieza.

Estos momentos enfáticos pueden darse en un acorde o una nota, como parte de un contexto de ejecución o bien pueden estar indicados con un signo en la partitura. Auditivamente, estos acentos se perciben como una descarga de energía o una sensación de apoyo, en la ejecución sonora de la pieza.

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Barbarismo prosódico.

Como barbarismos denominamos todas aquellas incorrecciones lingüísticas que cometemos cuando incurrimos en errores al escribir o pronunciar una palabra.

La voz, como tal, proviene del latín barbarismus, que a su vez procede del griego βαρβαρισμός (barbarismos). Este término viene de βάρβαρος (bárbaros), forma en que eran designados en Grecia antigua los extranjeros, quienes tenían dificultades para hablar la lengua local.

Así, pues, son consideradas barbarismos todas aquellas palabras, expresiones o construcciones sintácticas queno se adecúan a las normas gramaticales de la lengua, ya que adicionan, omiten o transponen letras, sonidos o acentos.

La palabra barbarismo también puede usarse como sinónimo de barbaridad, es decir, palabras o acciones que, por su impropiedad o temeridad, resultan impertinentes. Por ejemplo: “Basta de barbarismos: hablemos con sensatez”.

Barbarismo, asimismo, se usa con el sentido de barbarie, falta de cultura o rudeza: “El barbarismo entró al congreso de la República con ese diputado”.

Tipos de barbarismos

Existen distintos tipos de barbarismos dependiendo del tipo de incorrección que impliquen. Pueden ser prosódicos, sintácticos u ortográficos.

Barbarismos prosódicos

Los barbarismos prosódicos son aquellos en los que se cometen vicios en la dicción o impropiedades en la forma de articular determinados sonidos.

Por ejemplo:

  • Llendo o iendo por yendo, del verbo ir.
  • Jalar por halar.
  • Insepto por insecto.
  • Preveer por prever.
  • Haiga por haya.

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Barbarismos sintácticos

Son barbarismos sintácticos aquellos en los cuales se corrompe la concordancia, el régimen o la construcción de las palabras, oraciones o modismos.

Por ejemplo:

  • En relación a en lugar de en relación con o con relación a.
  • Queísmos: “Llama antes que vengas”, en lugar de “llama antes de que vengas”.
  • Dequeísmos: “Yo opino que no es bueno”, por “yo opino que no es bueno”.
  • Oraciones impersonales: “Ayer se llegaron a los 30 grados”, en vez de “ayer se llegó a los 30 grados”.

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Barbarismos ortográficos

Barbarismos ortográficos son aquellos que implican faltas a la norma de la correcta escritura y formación de las palabras. Se da no solo con palabras de la lengua propia, sino también con extranjerismos no adaptados a las normas gramaticales.

Por ejemplo:

  • Andé por anduve, del verbo andar.
  • Dijistes por dijiste, del verbo decir.
  • Descomponido por descompuesto, del verbo descomponer.
  • Mounstro por monstruo.
  • Estube por estuve, del verbo estar.
  • Restaurán por restaurante.
  • Boucher por voucher.
  • Bulling, bulyng, buling, bulin o bulyn por bullying.

Las silabas

Análisis prosódico.

Análisis Prosódico es un término cuya etimología nos lleva al latín prosodĭcus, aunque los antecedentes más remotos se hallan en la lengua griega. Se trata de un adjetivo que refiere a lo vinculado con la prosodia (la rama de la gramática orientada a la acentuación, la entonación y la pronunciación).

Se conoce como acento prosódico a la vigorización que se realiza de una cierta sílaba. En castellano, dicha acentuación se reconoce a partir de la inclusión de un acento ortográfico (también llamado tilde) o de su ausencia, según lo indicado por las reglas de la ortografía.

La sílaba que debe resaltarse en la acentuación se conoce como sílaba tónica, más allá de que lleve tilde o no. El resto de las sílabas que no reciben el acento prosódico se denominan sílabas átonas.

La manera en la que se aplica el acento prosódico varía en cada lengua. En nuestro idioma, el acento prosódico implica una intensificación de la voz y un cambio en el tono para que la sílaba tónica se diferencie de las demás.

Veamos algunos ejemplos de acentos prosódicos. La palabra “automóvil” se separa en las siguientes sílabas: au-to-mó-vil. El acento prosódico recae en la sílaba , que lleva tilde ya que se trata de una palabra grave.

“Perro”, por su parte, es un término compuesto por dos sílabas: pe-rro. En este caso, el acento prosódico se sitúa en la sílaba pe, que no lleva acento ortográfico ya que las palabras graves que finalizan en vocal no deben acentuarse con tilde.

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Tipos de acento prosódico

La función del acento es establecer un contraste entre las sílabas prominentes y las sílabas suaves; dicha acción se manifiesta de forma acústica y también en la escritura. La explicación académica dice que «el acento es una sensación perceptiva que permite darle relieve a una sílaba por sobre el resto de las que conforman una palabra «.

En los idiomas que poseen un acento fijo, como es el francés o el polaco el acento posee un valor de tipo demarcativo que permite establecer los límites de las palabras, las fronteras que las dividen.

En los idiomas en los que el acento gráfico puede variar teniendo en cuenta las normas de la ortografía, el acento tiene la función de indicar una apertura en las cuerdas vocales de modo que podamos pronunciar adecuadamente las palabras.

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Dentro del acento prosódico existen dos tipos de acento.

El acento léxico: Como su nombre lo indica este tipo de acentos depende de una categoría gramatical. Esto significa que dependiendo del tipo de palabra: léxicas (acentógenas) o gramaticales (no acentógenas) será la distribución de los acentos. Este tipo de acento se caracteriza por su cualidad de movible que le otorga dentro de la lengua a la que pertenece una determinada libertad. Este tipo de acento puede darle a la sílaba una distinción de tipo tonal (sonidos más intensos, golpe en la sílaba) o de intensidad (sonidos más extensos).

El acento oracional: Es un tipo de marcación dentro de una palabra que está relacionado con su entonación. Se utiliza al comunicar un mensaje con el fin de crear sonidos que se vayan entramando y entremezclando. Esto significa que este asunto no se reduce a la forma en la que se pronuncia una palabra sino a cómo se pronuncia al ir ligada a otras. Es decir que es un tipo de acento que contempla a las palabras como partes del todo que es la oración o el enunciado.

Es necesario aclarar que existen otro tipo de acentos vinculados a otras lenguas diferentes al español. En el griego antiguo, por ejemplo, la forma en la que se distinguía la acentuación era a través de una elevación del tono de voz (tensando más las cuerdas vocales en las sílabas acentuadas). Los nombres que suele recibir el acento en estos casos pueden ser tónico, de altura, cromático, tonal o melódico.

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