La oración gramatical. En gramática y sintaxis, se denomina oración a un conjunto ordenado y lineal de palabras, que expresan en su totalidad una información completa y reconocible. Se trata de la unidad más pequeña del discurso, la cual constituye un enunciado autónomo, es decir, una proposición lógica que incluso si la sacamos de su contexto, continuará expresando una información.
La oración es una de las estructuras del lenguaje verbal que más se ha estudiado a lo largo de la historia de la lingüística, desde distintas aproximaciones, tanto morfosintácticas como semánticas y fonológicas, dado que es una estructura común a todos los idiomas. Sin embargo, y como es lógico, la forma y la entonación de las oraciones puede variar significativamente de una lengua a otra.
Además, así como las palabras juntas componen una oración, habitualmente en los textos las oraciones juntas componen un párrafo, que sería una unidad mucho mayor de sentido, abarcando un número variable de enunciados.
Características de las oraciones gramaticales
En general, las oraciones se caracterizan por:
- Se trata de una estructura lineal, jerarquizada, compuesta por un número finito de palabras.
- Según la gramática tradicional, se compone normalmente de un sujeto (quien realiza o sobre quien recae la acción) y un predicado (la acción realizada y su contexto). Sin embargo, es posible que en algunos casos el sujeto no esté explicitado.
- En la mayoría de los sistemas de escritura, se la reconoce usualmente por comenzar con una letra mayúscula y culminar con un punto, rasgos que denotan que es una unidad de sentido cerrada en sí misma.
Partes de la oración
Es posible identificar en las oraciones, en general, nueve distintas partes o tipos de componentes, que se diferencian en sus respectivas categorías gramaticales (o tipos de palabras):
- Sustantivos. Son las palabras empleadas para nombrar el mundo, ya que poseen sustancia (de allí su nombre).
- Pueden ser propios (o sea, nombres, como “Juan” o “Francia”)
- Comunes (términos más generales, como “muchacho” o “piedra”).
- Adjetivos. Palabras que acompañan a los sustantivos y nos indican algunos de sus rasgos de sentido, ampliando o acotando su significado. Pueden ser adjetivos que aportan un sentido específico
- (calificativos), como “feo” o “azul”; o un sentido de pertenencia
- (posesivos), como “suyo” o “nuestra”; o que expresen una relación
- (relacionales), como “internacional” o “político”; o que simplemente aclaren a quién nos referimos
- (demostrativo), como “ese” o “aquella”, entre otros.
- Artículos. Otro tipo de acompañantes del sustantivo, que también nos aclaran información respecto a él, pero en términos mucho más simples y de importancia gramatical: género, número y determinación. Así, los artículos en español son nueve:
- Los artículos determinados. Se usan cuando el sustantivo es conocido o específico, y son:
el (masculino, singular)
la (femenino, singular)
lo (neutro, singular),
los (masculino, plural)
las (femenino, plural).
- Los artículos indeterminados. Se usan cuando el sustantivo es desconocido o inespecífico, y son:
un (masculino, singular),
una (femenino, singular),
unos (masculino, plural)
unas (femenino, plural).
- Pronombres. Son comodines gramaticales que sustituyen a los sustantivos y nos permiten no tener que repetirlos constantemente, haciendo el lenguaje más eficaz. Pueden ser de distinto tipo:
- personales (“yo”, “tú”, “nosotros”, etc.),
- demostrativos (“ése”, “aquellos”, “ésta”, etc.),
- posesivos (“mío”, “tuyo”, “suyo”, etc.), entre otras categorías posibles.
- Verbos. Palabras que expresan y describen las acciones, y que siempre van conjugados en las oraciones, o sea, van en concordancia de persona y número con el sujeto. Además, expresan un tiempo y un modo en que ocurre la acción, de manera tal que sepamos por su estructura de qué exactamente estamos hablando. Son ejemplos de verbo “hablar”, “caminaría”, “nadaremos”, “asumirá” o “fuese”.
- Adverbios. Son palabras modificadoras de los verbos (o de otros adverbios u adjetivos), cuyo rol es modular o caracterizar el modo en que ocurren las acciones de la oración. Son ejemplos de adverbios: “muy”, “bien”, “jamás” o “lentamente”.
- Conjunciones. Palabras que tienen un sentido gramatical únicamente, y que sirven para juntar otras palabras o incluso oraciones, tendiendo un puente lógico entre ellas. Por ejemplo: “y”, “o”, “pero”, “sino”.
- Preposiciones. Palabras dotadas de un sentido relacional, es decir, que no poseen en sí mismas un significado, sino que expresan una relación entre otras palabras, que puede ser más o menos específica. Son ejemplo de preposiciones: “de”, “para”, “sobre”, “contra”, “por”, etc.
Sujeto y predicado
El enfoque tradicional de la oración la comprende como la suma de un sujeto, o sea, alguien que lleva a cabo o sobre quien recae la acción expresada por la oración, y un predicado, que es propiamente la acción y sus contextos y circunstancias. Así, toda oración se compone, por compleja que sea, por estas dos estructuras, que la dividen en dos.
- El sujeto. Aquella entidad sobre la cual recae la acción o bien que la ejecuta, y que suele hallarse preguntando al verbo “¿quién?” o “¿qué?”. Debe tener un núcleo, esto es, la palabra sobre la cual recae la mayor carga de sentido, y que será un sustantivo o un pronombre que ocupa su lugar. Por ejemplo, en la oración “El pobre Juan siembra porotos en la huerta”, nuestro sujeto será “El pobre Juan” (y el núcleo será “Juan”).
- El predicado. Una vez hallado el sujeto, el resto de la oración será predicado. Esto es, la acción descrita y todos sus acompañamientos contextuales o gramaticales. Igualmente, el predicado debe tener un núcleo, que en este caso será el verbo principal de la oración. Por ejemplo, en la oración “El pobre Juan siembra porotos en la huerta”, el predicado será “siembra porotos en la huerta” (y el núcleo será “siembra”).
Debemos notar que esta distinción sujeto-predicado no siempre calza a la perfección para todas las oraciones. Existen oraciones impersonales, en las que no hay un sujeto lógico, y existen otras cuyo sujeto es tácito, o sea, existe, pero no está explicitado.
Además, las oraciones de estructura más compleja como “¿Qué se ha hecho Laura en el cabello?” van en contra de este orden exacto, ya que el sujeto está inmerso en información del predicado.
Diferencia entre oración y frase
No deben confundirse las oraciones y las frases. Las primeras poseen un verbo y denotan una acción completa, articulada, mientras quelas frases son expresiones mucho más simples, a menudo incompletas, cuyo valor depende más del contexto que de lo que dicen en sí mismas.
Así, “Pedro va a llegar tarde hoy” es una oración, dotada de sujeto y verbo reconocibles, y que en sí misma es una unidad cerrada de información. No importa si no sabemos quién es Pedro o adónde va a llegar tarde, o cuándo sea ese “hoy”. Sabemos perfectamente a qué se refiere. No ocurre lo mismo con las frases “¡Buenos días!” o “Por favor” que dependen enteramente de su contexto para significar algo.
Tipos de oraciones
Existen múltiples criterios de clasificación de las oraciones, dependiendo del punto de vista desde el cual las analicemos. Los más importantes de ellos son:
- Según su complejidad sintáctica. Podemos hablar de dos tipos de oraciones: simples y compuestas.
- Oraciones simples. Aquellas que poseen un solo verbo principal que hace de núcleo del predicado. Por ejemplo: “Martín adora el fútbol”.
- Oraciones compuestas. Aquellas que integran dos o más oraciones simples en una sola, a través de nexos y partículas que hacen de puente. Dependiendo de cómo se integren las oraciones, podemos hablar de:
- Oraciones coordinadas. En las que las oraciones combinadas son intercambiables y poseen el mismo nivel de importancia. Por ejemplo: “Luis compra y María vende” o “Algunos vienen, pero otros van”.
- Oraciones yuxtapuestas. En las que no existe un nexo haciendo de puente, sino un signo de puntuación que permite la superposición de las oraciones. Por ejemplo: “Ayer me caí, no me lastimé”.
- Oraciones subordinadas. Cuando una de las dos (la subordinante) pose mayor jerarquía e importancia que la otra (la subordinada), y esta última hace las veces de una parte de la oración principal. Por ejemplo: “Mi primo, de quien te hablé ayer, viene a la fiesta”.
- Según su estructura sintáctica. Puede hablarse de dos tipos de oraciones: unimembres y bimembres.
- Oraciones unimembres. Son las que están compuestas de una única parte sintáctica, y no pueden dividirse en sujeto y predicado. Por ejemplo: “Está lloviendo”.
- Oraciones bimembres. En cambio, son aquellas que poseen dos partes claramente diferenciables, que son el sujeto y el predicado. Por ejemplo: “Tu padre dice que está lloviendo”.
- Según la forma del sujeto oracional. Podemos hablar de dos tipos diferentes de oración:
- Oraciones personales. En las que existe un sujeto reconocible. Se dividen a su vez en dos:
- Personales explícitas. Cuando el sujeto es mencionado en la oración. Por ejemplo: “Mi familia come lentejas los jueves”.
- Personales implícitas. Cuando el sujeto es reconocible pero no está mencionado en la oración, o sea, está tácito. Por ejemplo: “Aquí comemos lentejas los jueves”.
- Oraciones impersonales. En las que no existe un sujeto reconocible. Suelen referirse a fenómenos climáticos o eventos que no realiza nadie. Por ejemplo: “Hoy va a nevar” o “Hace mucho calor”.
- Oraciones personales. En las que existe un sujeto reconocible. Se dividen a su vez en dos:
- Según la intención de quien enuncia las oraciones. O sea, según lo que se propone con ellas, podemos clasificarlas en diferentes tipos:
- Oraciones enunciativas o declarativas. Aquellas que expresan una realidad concreta que puede juzgarse como verdadera o falsa, y que se dividen, dependiendo de si poseen o no elementos negativos, en enunciativas afirmativas (“En Uganda hay una guerra civil”) o negativas (“Ya no quedan testigos de la masacre”).
- Oraciones exhortativas o imperativas. Aquellas que buscan modificar la conducta del receptor de alguna manera, ya sea a través de órdenes, ruegos, mandatos, etc. Por ejemplo: “Pásame la sal” o “¡Déjame en paz!”.
- Oraciones exclamativas. Aquellas que expresan un estado anímico del emisor, y suele acompañarse en la escritura con signos de exclamación (¡!). Por ejemplo: “¡Qué dolor de panza tengo!” o “¡Cuántos soldados hay en la calle!”.
- Oraciones interrogativas. Semejantes a las exclamativas, le expresan una pregunta al receptor, y suelen escribirse entre signos interrogativos (¿?). Por ejemplo: “¿Cuándo piensas venir a casa?” o “¿Todavía me quieres?”.
- Oraciones dubitativas. Aquellas que expresan una suposición o una probabilidad, y suelen emplear verbos en condicional o en futuro del indicativo. Por ejemplo: “A ella le vendría bien un trago” o “Tendrás suerte si consigues un boleto”.
- Oraciones desiderativas. Aquellas que expresan un deseo del emisor, habitualmente precedidas del adverbio “ojalá”. Por ejemplo: “Ojalá lleguemos a tiempo” o “Quisiera tener más dinero”.
- Según la voz del verbo. Podemos distinguir las oraciones pasivas de las activas:
- Oraciones de voz activa. En las que la acción del sujeto es referida directamente. Por ejemplo: “Pedro tiró la carnada al río”.
- Oraciones de voz pasiva. En las que la acción del sujeto se refiere desde el punto de vista del predicado. Por ejemplo: “La carnada fue tirada al río por Pedro”.
- Según el tipo de predicado. Por último, tendremos dos categorías principales de oración:
- Oraciones copulativas o atributivas. Cuando su predicado está constituido por un sintagma nominal, o sea, cuando unen un sujeto y un atributo mediante un verbo copulativo. Por ejemplo: “Juan es muy guapo” o “María está muy flaca”.
- Oraciones predicativas. Aquellas que poseen un predicado verbal (o sea, no nominal), que expresa acciones y no atributos. Este tipo de oraciones pueden, a su vez, clasificarse en:
- Transitivas. Cuando requieren de un objeto o complemento directo sobre el cual recae la acción para poder expresarse por completo. El objeto directo puede intercambiarse por “eso”. Por ejemplo: “Yo compré una casa” (podría decirse “Yo compré eso”).
- Intransitivas. Cuando no requieren de un objeto o complemento directo para expresarse por completo. Por ejemplo: “Yo vivo muy bien” (no puede decirse “Yo vivo eso”).
- Reflexivas. Cuando el sujeto que realiza la acción es también quien la recibe. Por ejemplo: “Ayer me vestí de rojo”.
- Recíprocas. Cuando hay dos sujetos que intercambian acciones. Por ejemplo: “María y Pedro se aman locamente”.
La oración Gramatical
¿Qué es el sujeto?
Desde un punto de vista sintáctico, toda oración propiamente dicha se divide en un sujeto y un predicado. Mientras el predicado es la acción expresada en el verbo, el sujeto es la persona u objeto que lleva a cabo la acción o del cual estamos hablando.
En otros términos, el sujeto es una de las partes sintácticas que componen una oración y en concordancia con la cual se conjuga el verbo del predicado. Suele ser el primer término de la oración, pero ese no es su lugar de manera exclusiva.
A pesar de que la mayoría de las oraciones del español tienen un sujeto claro y reconocible, existen muchas en las que no es así, como las oraciones de sujeto tácito (implícito, o sea, no presente pero deducible del contexto), o las oraciones impersonales (desprovistas de un sujeto lógico).
Para comprobar cuál es el sujeto, el método tradicional consiste en observar el verbo principal de la oración, dado que éste se halla conjugado en concordancia (persona y número). Así, por ejemplo, en la oración “Juana come vegetales”, el verbo está en tercera persona del singular (“come” y no “comen” a pesar de que son varios vegetales), para concordar con el sujeto, “Juana”.
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Tipos de sujeto
El sujeto puede clasificarse de distintos modos, atendiendo a diversos criterios. Los principales de ellos son:
- Sujeto expreso y sujeto tácito. La primera distinción que debemos hacer para clasificar los sujetos tiene que ver con su aparición explícita en la oración. Así, cuando el sujeto está enunciado como tal dentro de la cadena sintáctica, o sea, cuando se lo dice expresamente, hablaremos de sujeto expreso. En cambio, cuando el sujeto no aparezca en la oración, pero se sobreentienda cuál es, o sea, se encuentre omitido o implícito, hablaremos de un sujeto tácito o sujeto desinencial. Por ejemplo: “Yo tengo 77 años” (sujeto explícito) y “Tengo 77 años” (sujeto tácito).
- Sujeto agente y sujeto paciente. Otra forma de clasificar al sujeto tiene que ver con su forma de aparición dentro de la oración, respecto a la acción detallada por el verbo. Así, cuando el sujeto es la persona que ejecuta activamente la acción del verbo, tendremos acciones activas y un sujeto agente. En cambio, cuando el sujeto es la persona que padece la acción del verbo, o sea, que es sometido a la acción en lugar de ejecutarla, tendremos una oración pasiva y por lo tanto un sujeto paciente. Por ejemplo: “Mi mamá acarició al gato” (sujeto agente) y “El gato fue acariciado por mi mamá” (sujeto paciente). Tengamos en cuenta que al convertir una oración de activa a pasiva, el sujeto y el objeto directo cambian sus roles respectivos.
- Sujeto simple y sujeto compuesto. Otra forma de clasificar el sujeto atiende a su composición morfológica, o sea, a la cantidad de términos que involucra. Así, podemos tener un sujeto simple cuando consta de un único referente, y un sujeto compuesto cuando alude en cambio a varios referentes, teniendo por ende dos o más núcleos. Por ejemplo: “Pedro robó el banco” (sujeto simple) y “Pedro y Mario robaron el banco” (sujeto compuesto).
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Núcleo del sujeto
El sujeto oracional generalmente se compone de un sintagma nominal, del cual podemos distinguir dos tipos de elementos: el núcleo del sujeto y sus modificadores o adjuntos.
El núcleo generalmente es un sustantivo o un pronombre, o algún otro término sustantivado, sobre el cual recae la mayor carga semántica del sintagma y por lo tanto funciona como eje del sujeto.
Así, en la oración “Los monos comen maní”, el sujeto (“Los monos”) tendrá como núcleo al sustantivo monos. Mientras que en “Ellas dos también son mis compañeras”, el sujeto (“Ellas dos”) tiene como núcleo el pronombre personal Ellas.
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Modificadores del sujeto
Aparte del núcleo, en el sujeto hacen vida los modificadores del sujeto, o sea, aquellos términos oracionales que acompañan y modifican el significado del sujeto, ya sea de modo directo o indirecto. Así, tenemos:
- Modificadores directos. Se trata de aquellas palabras que van junto al núcleo del sujeto e inciden directamente sobre él, como son los artículos y los adjetivos. Los primeros definen gramaticalmente al sustantivo, o sea, indican su número y género gramatical, mientras que los segundos añaden un significado completo al sustantivo. Por ejemplo, en la oración “Unos tristes tigres comen trigo” el núcleo del sujeto (tigres) está acompañado de dos modificadores directos: el artículo “Unos” (indeterminado, masculino, plural) y el adjetivo “tristes” (o sea, no felices).
- Modificadores indirectos. Sin embargo, el núcleo del sujeto puede ser acompañado por modificadores que no actúan directamente sobre él, sino que lo hacen a través del puente de una preposición y que constituyen, en sí mismos, sintagmas nominales o preposicionales. En este caso, el sintagma completo funciona como un adjetivo lo haría, pero debido a su lejanía sintáctica lo tendremos por un modificador indirecto. Por ejemplo: en la oración “El perro de mi primo me mordió”, el núcleo del sujeto (perro) está acompañado de un modificador directo (El) y de uno indirecto: “de mi primo”, que consiste en un sintagma preposicional (de+adjetivo+sustantivo), pero que en este caso no es autónomo, sino que tiene como propósito modificar al núcleo del sujeto, indicando que no se trata de cualquier perro, sino el perro “de mi primo”.
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Oraciones con sujeto y predicado
Las oraciones dotadas de sujeto y predicado discernibles se conocen como oraciones bimembres (o sea, de dos miembros). Entre ellas se incluye a las que poseen un sujeto tácito o un predicado elidido, porque en ambos casos se puede inferir el contenido ausente a partir del contexto. Algunos ejemplos de oraciones bimembres son:
- Mi padre limpia el patio con el rastrillo.
Sujeto: Mi padre
Núcleo del sujeto: padre
Modificador del sujeto: Mi (directo)
Predicado: limpia el patio con el rastrillo
Núcleo del predicado: limpia
- Muchos grandes artistas pasaron inadvertidos.
Sujeto: Muchos grandes artistas
Núcleo del sujeto: artistas
Modificadores del sujeto: Muchos (directo), grandes (directo)
Predicado: pasaron inadvertidos
Núcleo del predicado: pasaron
- Un gato persa se pasea por el comedor.
Sujeto: Un gato persa
Núcleo del sujeto: gato
Modificadores del sujeto: Un (directo), persa (directo)
Predicado: se pasea por el comedor
Núcleo del predicado: se pasea (pasearse)
- Tengo dolor de estómago.
Sujeto: yo (tácito)
Predicado: Tengo dolor de estómago
Núcleo del predicado: Tengo
- La mujer de mi primo falleció anoche.
Sujeto: La mujer de mi primo
Núcleo del sujeto: mujer
Modificadores del sujeto: La (directo), de mi primo (indirecto)
Predicado: falleció anoche
Núcleo del predicado: falleció
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¿Qué es el predicado?
Desde un punto de vista sintáctico, las oraciones bimembres se dividen en un sujeto y un predicado. El sujeto es la persona u objeto a la que nos referimos. En cambio, el predicado de una oración es todo aquello que no forma parte del sujeto (es decir, del sintagma nominal del sujeto).
Visto de otra manera, es todo aquello en una proposición que se afirma del sujeto: las acciones que llevó a cabo, las condiciones en que está, las acciones que recibió de otros, etc. El predicado es indispensable en una oración para que ésta tenga sentido.
Existen diversas formas y tipos de predicado, pero casi siempre está compuesto por un sintagma verbal, de mayor o menor tamaño y con más o menos elementos. Su eje lo constituye el verbo principal de la oración.
Este verbo principal es reconocible porque está conjugado de manera tal que responde al sujeto (persona). Además, en el predicado se encuentra la información contextual o complementaria (en la forma de complementos directos, indirectos o circunstanciales) del verbo.
Tipos de predicado
En las oraciones simples, los predicados pueden ser básicamente de dos tipos:
- Predicado verbal. Se trata del predicado que detalla acciones o eventos que atañen al sujeto, y está caracterizado por verbos acompañados de complementos verbales (complemento directo, indirecto o circunstancial), atributos o elementos adverbiales. Por ejemplo: “Mi gato maúlla” (sólo verbo), “Mi gato come sardinas” (verbo con complemento directo), “Mi gato le maúlla al vecino” (verbo con complemento indirecto), “Mi gato maúlla de manera extraña” (verbo con complemento de régimen).
- Predicado nominal. En este caso, el predicado consiste en un atributo que se expresa del sujeto, lo cual requiere de un verbo copulativo o semicopulativo, y de un sintagma nominal. Por ejemplo: “Mi gato es gris”, “Mi gato fue el ganador del concurso”, “Mi gato estaba enojado esta mañana”.
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Núcleo del predicado
Los sintagmas del predicado y del sujeto poseen siempre un núcleo, que es la palabra sobre la cual recae la mayor importancia sintáctica dentro de sus respectivos segmentos de la oración. En el caso del sintagma verbal, el núcleo es el verbo principal de la oración, o sea, el verbo conjugado con el sujeto, sea del tipo que sea.
Por ejemplo: en “Mi gato come la mejor comida disponible”, podemos identificar un sujeto (“Mi gato”) y un predicado verbal: “come la mejor comida disponible”. De dicho predicado, el núcleo viene siendo el verbo come (comer). Pero al mismo tiempo, en “Mi gato está un poco gordo”, el sujeto será el mismo, pero tendrá un predicado nominal: “está un poco gordo”, cuyo núcleo será el verbo está (estar).
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Estructura del predicado
Generalmente, el predicado se compone de un sintagma verbal. Dicho sintagma puede ser, como vimos en el caso previo, de tipo verbal o copulativo, dependiendo de si se trata de un predicado verbal o nominal. Pero grandes rasgos, todo predicado está estructurado por:
Un núcleo, que se corresponde con el verbo principal de la oración.
Complementos verbales, que acompañan al verbo y le permiten expresar totalmente su contenido, es decir, lo complementan, como su nombre lo dice. Estos pueden ser:
- Complementos directos (u objetos directos). Abreviados como CD (u OD), se trata de los complementos típicos de un verbo transitivo, los cuales refieren al objeto sobre el cual recae la acción indicada por el verbo y desempeñada por el sujeto. Se le identifica fácilmente porque responde a la pregunta “¿qué cosa?” o al cambio por el pronombre “eso”. Por ejemplo: en “Mi gato caza ratones” el CD será ratones (“¿Qué cosa caza mi gato?”), y en “Mi gato tiene pulgas y garrapatas”, el CD será pulgas y garrapatas (“Mi gato tiene eso”).
- Complementos indirectos (u objetos indirectos). Abreviados como CI (u OI), son los complementos generalmente no obligatorios, que refieren al receptor, benefactor o perjudicado por la acción referida por el verbo. Suele responder a la pregunta “¿a quién?” o al cambio por el pronombre “le/les”. Por ejemplo: en “Mi gato rasguña al vecino”, el CI será al vecino (“¿A quién rasguña mi gato?”).
- Complementos circunstanciales. Consiste en un sintagma nominal, adverbial o preposicional que acompaña al verbo y señala alguna circunstancia temporal, espacial o de modo respecto de la acción referida. Los complementos circunstanciales más usuales son de: tiempo (CCT, responde a la pregunta “¿cuándo?”), de lugar (CCL, responde a la pregunta “¿dónde?”), de modo (CCM, responde a la pregunta “¿cómo?”), de causa (CCC, responde a la pregunta “¿por qué?”), de finalidad (CCF, responde a la pregunta “¿para qué?”), entre otros. Por ejemplo: “Mi gato come muy rápidamente” (CCM: muy rápidamente), “Mi gato come en la cocina” (CCL: en la cocina), “Mi gato comió ayer” (CCT: ayer).
- Complemento agente. Este complemento aparece únicamente en las oraciones en su forma pasiva, y consiste en un sintagma preposicional que, de estar la oración en su forma activa, correspondería al sujeto. Por ejemplo: en “Mi gato fue acariciado por el vecino”, el complemento agente será por el vecino, ya que si la oración estuviera en voz activa sería “El vecino acarició a mi gato”.
- Complemento de régimen verbal. En este caso nos referimos a un sintagma proposicional que no cumple funciones de CO, CI ni de CC, ni de agente ni atributo, sino que forma parte necesaria del modo sintáctico de expresarse del verbo. Son complementos meramente sintácticos, cuyas preposiciones son invariables, tales como atreverse a, acordarse de, burlarse de, etc. Por ejemplo: “Mi gato se atreve a maullar de madrugada” (CRV).
Atributos. Los atributos son complementarios de los verbos copulativos generalmente, ya que se trata de adjetivos o sintagmas nominales que expresan cualidades, capacidades o rasgos del sujeto. Por ejemplo: en “Mi gato es persa con angora”, el verbo copulativo “ser” pide un atributo que es persa con angora.
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Oraciones con sujeto y predicado
Las oraciones dotadas de sujeto y predicado discernibles se conocen como oraciones bimembres (o sea, de dos miembros). Entre ellas se incluye a las que poseen un sujeto tácito o un predicado elidido, porque en ambos casos se puede inferir el contenido ausente a partir del contexto. Algunos ejemplos de oraciones bimembres son:
- Mi padre limpia el patio con el rastrillo
Sujeto: Mi padre
Núcleo del sujeto: padre
Predicado: limpia el patio con el rastrillo
Núcleo del predicado: limpia
Complemento directo: el patio
Complemento circunstancial: con el rastrillo
- Los artistas fueron ovacionados por el público
Sujeto: Los artistas
Núcleo del sujeto: artistas
Predicado: fueron ovacionados por el público
Núcleo del predicado: fueron
Atributo: ovacionados
Complemento agente: por el público
- Un gato persa se pasea por el comedor
Sujeto: Un gato persa
Núcleo del sujeto: gato
Predicado: se pasea por el comedor
Núcleo del predicado: se pasea (pasearse)
Complemento circunstancial: por el comedor
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¿Qué son las oraciones bimembres?
Desde la perspectiva de la sintaxis oracional, las oraciones bimembres son aquellas que expresan un sentido completo, a lo largo de una estructura oracional divisible en dos sintagmas o apartados: el sujeto (quien realiza la acción) y el predicado (la acción realizada). De allí su nombre de bimembres, pues poseen dos miembros identificables.
El sujeto, el predicado o sus núcleos (sustantivo y verbo) pueden estar ausentes en la oración. Existen casos de sujeto tácito y verbo elidido, en el que dicha información no está explícita en la oración, pero se la puede inferir a partir de la manera en que está construida.
A diferencia de las oraciones bimembres, las oraciones unimembres no poseen dicha estructura interna. En algunos textos y tradiciones se distingue entre oraciones bimembres (llamadas propiamente oraciones) y oraciones unimembres, consideradas estas últimas como “frases”.
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Estructura de la oración bimembre
Las oraciones bimembres poseen una estructura reconocible, que divide en dos su contenido:
- Sujeto: Está compuesto usualmente por un sintagma nominal o pronominal.
- Predicado: Está compuesto por sintagmas verbales y sus complementos.
Cada uno posee un núcleo, una palabra que funciona como eje del sintagma: en el caso del sujeto suele ser un sustantivo, pronombre o palabra sustantivada. En el caso del predicado siempre es el verbo principal de la oración, el cual estará conjugado de acuerdo al sujeto, estableciendo así una relación de concordancia.
Por ejemplo: en la oración “Mi pobre padre se levanta cada mañana de madrugada”, tenemos dos miembros claramente distinguibles: “Mi pobre padre”, el sujeto de la oración, cuyo núcleo es “padre”, y el predicado “se levanta cada mañana de madrugada”, cuyo núcleo es “se levanta” (levantarse), y posee además un sintagma nominal (“cada mañana de madrugada”) que cumple el rol de complemento circunstancial.
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Ejemplos de oraciones bimembres
A continuación, veremos otros ejemplos y los analizaremos sintácticamente de la misma manera:
- Oración: “Mi perro jamás se cansa de correr”
Sujeto: Mi perro
Núcleo del sujeto: perro
Complementos del sujeto: Mi
Predicado: jamás se cansa de correr
Núcleo del predicado: se cansa (cansarse)
Complementos del verbo: jamás, de correr
- Oración: “Furiosas multitudes de italianos se concentran en la plaza”
Sujeto: Furiosas multitudes de italianos
Núcleo del sujeto: multitudes
Complementos del sujeto: Furiosas, de italianos
Predicado: se concentran en la plaza
Núcleo del predicado: se concentran (concentrarse)
Complementos del verbo: en la plaza
- Oración: “Tengo un dolor intenso de barriga”
Sujeto: Yo (tácito)
Predicado: Tengo un dolor intenso de barriga
Núcleo del predicado: Tengo
Complementos del verbo: un dolor intenso de barriga
- Oración: “María tiene un tatuaje en la cadera”
Sujeto: María
Núcleo del sujeto: María
Predicado: tiene un tatuaje en la cadera
Núcleo del predicado: tiene
Complementos del verbo: un tatuaje, en la cadera
Oraciones unimembres
Al contrario de las oraciones bimembres, existen oraciones unimembres (de un solo miembro) que carecen de sujeto y predicado reconocibles. A menudo consisten en frases, interjecciones o palabras que expresan un significado parcial, incompleto, pero comprensible contextualmente. Por ejemplo: “¡Epa!”, “¡Qué calor hace!” o “¿Por qué a mí?”.
Pasar una oración bimembre a unimembre
Las oraciones bimembres poseen mucha más información que las unimembres, de modo queno pueden ser “transformadas” unas en otras sin perder información en el camino. Así, es posible que alguna oración muy breve como “Tengo frío” pudiera convertirse en “Hace frío”, para convertirla en una oración impersonal.
Sin embargo, es imposible hacer lo mismo con “Mi padre compra verduras en el mercado”, dado que la estructura, el sentido y el significado de la oración requerirían varias oraciones seguidas, algo como “el viejo, en el mercado, por las verduras”.
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¿Qué son las oraciones yuxtapuestas?
En gramática, las oraciones yuxtapuestas son un tipo de oraciones compuestas, esto es, de oraciones que integran dos o más oraciones simples en una sola expresión. Como su nombre lo indica, son resultado de un proceso de yuxtaposición, es decir, de superposición de dos oraciones sin la necesidad de utilizar nexos para ello, sino solamente signos de puntuación.
Las oraciones yuxtapuestas están formadas por dos partes, cada una correspondiente a una oración simple diferente, unidas por un signo ortográfico como pueden ser la coma (,), el punto (.), el punto y coma (;) o los dos puntos (:).
Si bien constituyen una misma unidad sintáctica, las oraciones son diferentes y diferenciadas, por lo que pueden pronunciarse por separado y tienen el mismo valor. No se consideran oraciones entrelazadas o unidas.
Por su naturaleza, las yuxtaposiciones en la lengua no son muy precisas y se manejan con cierto margen de ambigüedad. Sobre todo en la lengua hablada, dado que los signos de puntuación permiten mayor certeza en lo escrito.
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Ejemplos de oraciones yuxtapuestas
Algunos ejemplos de oraciones yuxtapuestas son:
- Antonio toca la guitarra, Elena canta, Manuel lleva el compás.
- Llegamos tarde, la película ya había empezado.
- Nos dieron respuesta: no fuimos seleccionados.
- Las medidas no funcionaron: miles se contagiaron del virus.
- Simón Bolívar, el Libertador, fue un prócer de la independencia suramericana.
- María no vendrá, me imagino.
- No nos dieron tiempo, la situación era muy crítica.
- Vale la pena ir a pie; no estamos muy lejos.
- No puedes irte aún; todavía no he terminado contigo.
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Oraciones coordinadas
A diferencia de las oraciones yuxtapuestas, las oraciones coordinadas combinan oraciones simples empleando nexos de distinto tipo.
Por ejemplo, la oración compuesta “Pedro viene a casa y María sale al supermercado”, conecta dos oraciones distintas y del mismo valor sintáctico, mediante el nexo y. En otros casos, los nexos pueden variar e introducir además una relación de tipo disyuntiva (o), adversativa (pero, mas) o de otra naturaleza.
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Modificadores indirectos
modificador indirecto es un tipo de palabras que caracterizan o determinan al núcleo del sujeto, tanto a un nivel gramatical, como semántico. Pueden hallarse subordinadas al núcleode manera indirecta (o sea, a través de intermediarios). Se encuentran en las oraciones bimembres (o sea, las que poseen sujeto y predicado).
Es decir, se trata de un tipo de palabras (generalmente adjetivos, artículos, pronombres o combinaciones de adjetivos y adverbios) que forman parte del sintagma nominal del sujeto de la oración gracias al puente que les tiende una preposición o un nexo, y que acompañan al núcleo del mismo, señalando o determinando sus características. La presencia de un nexo los distingue de los modificadores directos.
Los modificadores indirectos (MI) pueden ser más largos o más breves, dependiendo de la cantidad de palabras en su interior. Además de la preposición o el nexo, pueden consistir en breves sintagmas nominales (un artículo, un sustantivo, un adjetivo) o pueden abarcar estructuras más complejas, con verbos y contenido subordinado.
Por ejemplo, en la oración: “Los gatos de mi tía Justina son inmensos”, hay un sujeto (“Los gatos de mi tía Justina”) y un predicado (“son inmensos”). El núcleo del sujeto es el sustantivo “gatos”, y su modificador directo, el artículo “Los”. Además, posee un modificador indirecto, unido a él gracias al puente de la preposición “de”: “de mi tía Justina”, frase entera que opera como un adjetivo, o sea, que añade sentidos al sustantivo.
La oración Gramatical
Ejemplos de modificadores indirectos
Algunos ejemplos de modificación indirecta son los siguientes:
- “El profesor de castellano la tiene agarrada conmigo” (MI: de castellano).
- “El mejor amigo de mi primo Juan es antropólogo” (MI: de mi primo Juan).
- “Llegó el regalo de Navidad para tu papá” (MI: de Navidad, para tu papá).
- “El gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte me lo prohíbe” (MI: del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte)
- “Los viajeros con pasaporte europeo descenderán primero del avión” (MI: con pasaporte europeo).
- “Una nación bajo tutelaje de una potencia mundial del calibre de Estados Unidos a duras penas puede llamarse soberana” (MI: bajo tutelaje de una potencia mundial del calibre de Estados Unidos).
La oración Gramatical
Modificadores directos
A diferencia de los modificadores indirectos, que se juntan con el sustantivo gracias a un puente (o sea, de modo indirecto), los modificadores directos (MD) no requieren de intermediarios, sino que van directamente junto al sustantivo, dentro del sintagma en donde se encuentre. Muchos de ellos expresan significados gramaticales, como género y número, del sustantivo.
Por ejemplo, en la oración “Un hombre simpático le preguntó la hora”, tenemos un sujeto oracional: “Un hombre simpático” y un predicado: “le preguntó la hora”. Dentro del sujeto está el núcleo (“hombre”) y dos modificadores directos: “Un” (artículo indeterminado, masculino y singular), y “simpático” (adjetivo)
La oración Gramatical
Modificador directo
En gramática, los modificadores directos son un tipo de palabras que, en las oraciones bimembres (o sea, las que poseen sujeto y predicado), caracterizan o determinan al núcleo del sujeto, tanto a un nivel gramatical, como semántico. Pueden hallarse subordinadas a él directamente (sin intermediarios).
Dicho en términos más sencillos, son palabras (generalmente adjetivos, artículos, pronombres o combinaciones de adjetivos y adverbios) que forman parte del sintagma nominal del sujeto de la oración. Acompañan al núcleo del mismo, señalando o determinando sus características de género y número (significado gramatical), o bien de otra naturaleza. Por esa razón también se les conoce como adjuntos del núcleo.
Estos modificadores del sujeto pueden ser de dos tipos:
- Directos
- Indirectos.
En el caso de los modificadores directos (MD), se los reconoce porque van adheridos directamente al núcleo del sujeto, sin necesidad de conectores de ningún tipo de por medio. Entre ellos se cuentan también las aposiciones.
Por ejemplo: en la oración: “Los momentos felices siempre se recuerdan”, tenemos un sujeto (“Los momentos felices”) y un predicado (“siempre se recuerdan”). El sujeto posee un núcleo: el sustantivo “momentos”, y dos modificadores directos: el artículo “Los”, que indica el género y número del sustantivo, y el adjetivo “felices”, que añade un sentido a su significado lexical o semántico.
La oración Gramatical
Ejemplos de modificador directo
Algunos ejemplos de modificación directa son:
- “El vestido morado te queda mejor” (MD: El, morado).
- “Nuestro primer aniversario será en enero” (MD: Nuestro, primer).
- “Mis abuelos maternos nunca han estado en España” (MD: Mis, maternos).
- “Un gato gris se atravesó en su camino” (MD: Un, gris).
- “Muy buenas noticias llegan desde África” (MD: Muy buenas).
- “El pasto verde y húmedo nos aguarda en el campo” (MD: El, verde, húmedo).
- “Simón, el herrero, vino a decirnos algo importante” (MD: el herrero).
La oración Gramatical
Modificadores indirectos
A diferencia de los modificadores directos, que se acompañan al núcleo del sujeto, los modificadores indirectos son aquellos que ejercen su función de caracterizar al sustantivo, pero desde una posición más alejada: unidos a él a través de preposiciones y/o nexos gramaticales.
Por ejemplo: en “El verano del hemisferio sur es mucho más cálido”, tenemos un sujeto oracional (“El verano del hemisferio sur”) y un predicado (“es mucho más cálido”). Dentro del sujeto, está el núcleo (“verano”) con su modificador directo (“El”) y modificador indirecto (“del hemisferio sur”).
En gramática, un modificador indirecto es un tipo de palabras que caracterizan o determinan al núcleo del sujeto, tanto a un nivel gramatical, como semántico. Pueden hallarse subordinadas al núcleode manera indirecta (o sea, a través de intermediarios). Se encuentran en las oraciones bimembres (o sea, las que poseen sujeto y predicado).
Es decir, se trata de un tipo de palabras (generalmente adjetivos, artículos, pronombres o combinaciones de adjetivos y adverbios) que forman parte del sintagma nominal del sujeto de la oración gracias al puente que les tiende una preposición o un nexo, y que acompañan al núcleo del mismo, señalando o determinando sus características. La presencia de un nexo los distingue de los modificadores directos.
Los modificadores indirectos (MI) pueden ser más largos o más breves, dependiendo de la cantidad de palabras en su interior. Además de la preposición o el nexo, pueden consistir en breves sintagmas nominales (un artículo, un sustantivo, un adjetivo) o pueden abarcar estructuras más complejas, con verbos y contenido subordinado.
Por ejemplo, en la oración: “Los gatos de mi tía Justina son inmensos”, hay un sujeto (“Los gatos de mi tía Justina”) y un predicado (“son inmensos”). El núcleo del sujeto es el sustantivo “gatos”, y su modificador directo, el artículo “Los”. Además, posee un modificador indirecto, unido a él gracias al puente de la preposición “de”: “de mi tía Justina”, frase entera que opera como un adjetivo, o sea, que añade sentidos al sustantivo.
La oración Gramatical
Ejemplos de modificadores indirectos
Algunos ejemplos de modificación indirecta son los siguientes:
- “El profesor de castellano la tiene agarrada conmigo” (MI: de castellano).
- “El mejor amigo de mi primo Juan es antropólogo” (MI: de mi primo Juan).
- “Llegó el regalo de Navidad para tu papá” (MI: de Navidad, para tu papá).
- “El gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte me lo prohíbe” (MI: del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte)
- “Los viajeros con pasaporte europeo descenderán primero del avión” (MI: con pasaporte europeo).
- “Una nación bajo tutelaje de una potencia mundial del calibre de Estados Unidos a duras penas puede llamarse soberana” (MI: bajo tutelaje de una potencia mundial del calibre de Estados Unidos).
La oración Gramatical
Modificadores directos
A diferencia de los modificadores indirectos, que se juntan con el sustantivo gracias a un puente (o sea, de modo indirecto), los modificadores directos (MD) no requieren de intermediarios, sino que van directamente junto al sustantivo, dentro del sintagma en donde se encuentre. Muchos de ellos expresan significados gramaticales, como género y número, del sustantivo. Por ejemplo, en la oración “Un hombre simpático le preguntó la hora”, tenemos un sujeto oracional: “Un hombre simpático” y un predicado: “le preguntó la hora”. Dentro del sujeto está el núcleo (“hombre”) y dos modificadores directos: “Un” (artículo indeterminado, masculino y singular), y “simpático” (adjetivo).