La neumonía

La neumonía es la infección del pulmón por bacterias como el neumococo Streptococcus pneumoniae o el virus de la gripe como los de la influenza tipo A y tipo B. Estas infecciones producen inflamación y daño en el tejido de los pulmones llevando los alvéolos pulmonares de pus y líquido e impidiendo el correcto intercambio de aire para la oxigenación de la sangre y la eliminación de dióxido de carbono al exterior. Es muy frecuente, sobre todo, en invierno.

La neumonía

Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad, pero es más habitual en mayores de 65 años y en niños menores de cinco años. También tiene mayor prevalencia entre fumadores o personas expuestas al humo del tabaco y en quienes no han recibido la vacuna antigripal o la antineumocócica.

Causas de la neumonía

Vía respiratoria

Una persona sana respira ente 10 y 15 veces por minuto y las bacterias y los virus respiratorios que viven en las fosas nasales (nariz), los senos paranasales y la boca son los microorganismos que pueden infectar el pulmón y causar neumonía con más frecuencia. La infección también puede producirse por aspiración de alimentos o secreciones que llegan desde la boca a los pulmones o por inhalación de microorganismos que estén en el medio ambiente o que se inhalen después de toser o estornudar una persona infectada.

La principal bacteria que causa la neumonía es el neumococo Streptococcus pneumoniae y entre los virus el que suele ser responsable de esta infección es los virus de la influenza (gripe) tipo A y tipo B.

Otros factores de riesgo para padecer la enfermedad son:

– Padecer una enfermedad pulmonar crónica.

– Tener diabetes.

– Alcoholismo.

– Tabaquismo.

– Problemas para tragar bebidas y alimentos.

– Problemas del sistema inmunitario.

– Problemas crónicos de salud.

Los tipos de neumonía se pueden clasificar en dos grupos:

– Neumonía adquirida en la comunidad (NAC): fiebre alta, dolor en el costado o abdominal transitorio, respiración rápida (taquipnea), tos y expectoración herrumbrosa. Suele ser causada por el Streptococcus pneumoniae.

– Neumonía adquirida en la comunidad con presentación clínica atípica: fiebre baja, tos poco productiva, diarrea y/o vómitos. Es la infección causada por virus o bacterias atípicas como la Mycoplasma pneumoniae o la Legionella pneumophila.

Síntomas de la neumonía

Dolor en el pecho, tos y más síntomas

La causa de la infección puede variar los síntomas con los que se presenta la neumonía, pero por lo general son:

– Dolor en el pecho al respirar o toser.

– Tos por lo general productiva.

– Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor.

– Fatiga.

– Náuseas, vómitos y/o diarrea.

– Temperatura corporal baja en personas con una patología autoinmune.

– Dificultad para respirar.

Los adultos de más de 65 años pueden presentar desorientación o cambios de percepción mental y temperatura corporal más baja de lo normal.

Diagnóstico de la neumonía

Radiografía simple de tórax y más pruebas

El examen físico y la descripción de síntomas marcan el inicio del diagnóstico. El médico de cabecera o el especialista en neumología pueden encargar una radiografía simple de tórax, análisis de sangre, comprobación de la saturación de oxígeno en sangre, hemocultivo, cultivo de esputo, frotis nasofaríngeo para virus respiratorios, cultivo de líquido pleural, detección de antígenos de orina y una tomografía computerizada (TC).

Tratamiento y medicación de la neumonía

Antibióticos

El tratamiento de referencia contra la neumonía es un antibiótico cuya selección se realiza en función del microorganismo causante de la infección. Como referencia en el tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) leve están: moxifloxacino o levofloxacino, betalactámico o macrolido. Se debe administrar antes de que pasen cuatro horas desde el diagnóstico.

En vía hospitalaria, vía intravenosa, el tratamiento sería cefalosporina de tercera generación, amoxicilinaclavulánico, asociados a un macrólido o levofloxacino en monoterapia.

En la UCI el tratamiento pautado es una cefalosporina de tercera generación asociada a levofloxacino o a un macrólido.

Prevención de la neumonía

Vacunación, no fumar y medidas de higiene

Algunos tipos de neumonía se pueden prevenir mediante la vacunación como la vacuna antigripal o la antineumocócica.

También se recomienda no fumar y mantener una buena higiene lavando las manos de forma regular o utilizando un desinfectante para las manos con base de alcohol. También se indica mantener una buena higiene dental para evitar que la formación de placa y la colonización de microorganismos en la boca. También conviene dormir las horas suficientes, seguir una dieta saludable y equilibrada y evitar el contacto con personas infectadas sobre todo si son niños y los adultos no están vacunados o padecen una enfermedad crónica.

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