La cultura medieval. Se entiende por cultura medieval al conjunto de manifestaciones sociales, políticas, económicas y culturales que caracterizaron al período histórico denominado Edad Media o Medioevo en Europa.
Dicho período tuvo lugar entre los siglos V y XV y fue tradicionalmente considerado como un período de oscurantismo y retroceso cultural, como una época en medio del esplendor de la antigüedad grecorromana que la precedió y del Renacimiento de la cultura occidental clásica que la sucedió.
En la actualidad se suele reconocer que la cultura medieval fue un fenómeno mucho más complejo y que, a pesar de estar caracterizada por la estricta vigilancia religiosa de las instituciones cristianas y por importantes niveles de pobreza (especialmente rural), desigualdad y analfabetismo, también dejó lugar a variadas manifestaciones culturales y artísticas.
Características de la cultura medieval
- La cultura medieval se desplegó entre los siglos V y XV en Europa. Si bien solía ser considerada una época oscura y decadente hoy se la reconoce como un fenómeno mucho más complejo y variado.
- La cultura medieval fue principalmente rural y se conformó en las tierras agrícolas que poseían señores feudales atados a vínculos de vasallaje con otros señores o con un rey.
- El clero y la nobleza constituían los estamentos privilegiados de la sociedad y tenían sus propias normas de conducta. Los siervos y campesinos debían trabajar los campos y tenían sus propias costumbres.
- La cultura medieval dio origen a un resurgimiento de la vida urbana y al nacimiento de las burguesías mercantiles que extendieron las relaciones comerciales a lo largo del mar Mediterráneo.
- Durante el Medioevo tuvieron lugar algunas innovaciones filosóficas, técnicas y científicas pero bajo la atenta mirada de la Iglesia y la Inquisición.
- El papel de la Iglesia y de la religión fue central en la cultura medieval. Regía una concepción teocéntrica de la sociedad que legitimaba las desigualdades sociales.
- El arte medieval estuvo mayormente determinado por la doctrina cristiana, pero permitió el desarrollo de importantes estilos como el románico y el gótico.
Contexto histórico
El Medioevo fue un período largo, de casi mil años, que comenzó tras la caída del Imperio romano de occidente provocada por migraciones e invasiones en el siglo V y culminó con la caída de Constantinopla a manos de las tropas otomanas en 1453.
Generalmente se la suele subdividir en tres fases:
- Alta Edad Media (entre los siglos V y X)
- Plena Edad Media (entre los siglos XI y XIII)
- Baja Edad Media (entre los siglos XIV y XV)
- Se suelen reconocer características generales de estos períodos en las distintas regiones de Europa pero también se destacan diferencias, razón por la que las descripciones sobre la cultura medieval deben entenderse como generalizaciones.
La sociedad medieval
La sociedad medieval se caracterizó por la baja movilidad de clases.
Durante gran parte de la Edad Media en Europa occidental la sociedad se organizó en un régimen feudal de tenencia de tierras y relaciones de vasallaje. Las tierras eran poseídas por “señores feudales” (reyes o nobles) que cedían porciones de ellas (llamadas “feudos”) a sus vasallos a cambio de lealtad y prestaciones militares. Las tierras las trabajaban campesinos generalmente sometidos a lazos de servidumbre. A este sistema se lo conoce como feudalismo.
Esta sociedad era fundamentalmente rural y era sostenida ideológicamente por la Iglesia (cuyos clérigos también podían ser señores feudales). La ideología eclesiástica planteaba que la diferencia entre los tres estamentos de la sociedad medieval había sido determinada por Dios: el clero tenía la función de orar, la nobleza tenía la función de luchar y los siervos y otros sectores populares del campo y la ciudad tenían la función de trabajar.
La sociedad medieval generalmente impedía la movilidad social. De todos modos, en algunos períodos de la Edad Media ciertos sectores de la baja nobleza podían aspirar a mayores riquezas, y la crisis del siglo XIV favoreció la liberación de siervos y la mejora en las condiciones laborales de los campesinos. También el crecimiento de las ciudades impulsó a partir de la Plena Edad Media la prosperidad de las burguesías mercantiles y la expansión de las relacionescomerciales a través del mar Mediterráneo.
Fragmentación política y diversidad cultural
Durante la mayor parte del tiempo que abarca la Edad Media, Europa occidental estuvo caracterizada por la fragmentación política. Los reyes muchas veces tenían menos poder fáctico que sus vasallos y estosse constituían como señores feudales con autoridad sobre tierras, siervos y campesinos. La defensa contra invasiones externas y los conflictos entre señores feudales fomentaron la construcción de murallas y castillos que remarcaban las diferencias.
Además de la fragmentación política existía una diversidad cultural según las formas de vida en las distintas regiones de Europa. Las migraciones fueron uno de los elementos característicos desde la caída del Imperio romano de occidente. Por esta razón, la Europa cristiana se componía de poblaciones hispanas, visigodas, romanas, britanas, normandas, anglosajonas, francas, lombardas, entre otras.
A pesar de las diferencias, la religión cristiana y el reconocimiento a la autoridad del Papa (no exento de tensiones y conflictos con nobles y reyes) otorgaba una identidad general como cristiandad que se consolidó durante las Cruzadas en oposición a las poblaciones islámicas y a quienes eran considerados paganos.
La Iglesia y el teocentrismo
Enla Edad Media, los reyes cristianos estaban teóricamente bajo la autoridad del Papa.
La Edad Media fue una época caracterizada por el teocentrismo. Los reinos y nobles de Europa occidental se identificaron como pertenecientes a una misma cristiandad que respondía a la autoridad del Papa, aunque esto no impidió la existencia de conflictos. Los reyes estaban teóricamente bajo la autoridad del sumo pontífice y podían ser consagrados por autoridades eclesiásticas, pero en la práctica existían tensiones entre reyes o emperadores y el Papa.
Esta identidad religiosa se intensificó a partir de episodios como la “Reconquista” en la península ibérica y las Cruzadas, hechos que contribuyeron a marcar una oposición entre el occidente cristiano y el oriente musulmán y pagano. A raíz de estos episodios nacieron las órdenes de monjes guerreros, como los caballeros templarios. En la Edad Media también surgieron las órdenes monásticas y mendicantes.
La doctrina de la Iglesia católica tenía una influencia decisiva en usos, costumbres y leyes de la sociedad medieval. La Inquisición se ocupaba de investigar y condenar casos de presunta herejía (desviación de la ortodoxia católica), pero quienes se ocupaban de ejecutar los castigos eran autoridades seculares.
El teocentrismo que impulsaba la Iglesia se manifestó en el arte y el pensamiento. La escolástica, que se enseñaba en universidades, subordinaba la razón a la fe y favorecía la idea de que Dios era la medida de todas las cosas. El arte plástico solía representar temas cristianos con el objetivo de comunicar la doctrina de la Iglesia.
El arte medieval
Durante la Edad Media el arte estaba subordinado a la Iglesia.
El arte medieval estuvo fuertemente influido por la religión cristiana y fue promovido y vigilado por la Iglesia. Las manifestaciones artísticas de la Edad Media suelen ser agrupadas en tres etapas o estilos:
- El prerrománico (entre los siglos V y X)
- El románico (entre los siglos XI y XII)
- El gótico (entre los siglos XII y XVI).
Cada uno de estos estilos tenía sus propias características y se diferenciaba también del arte grecorromano clásico y de las obras del Renacimiento, tanto en la arquitectura como en la pintura y la escultura. A diferencia del Renacimiento, en el que los mecenas eran individuos privados, durante la Edad Media el arte estaba subordinado a la Iglesia.
Como la sociedad medieval era en su mayor parte analfabeta, las piezas literarias solían ser producidas por eclesiásticos. Por tal razón, abundaban las hagiografías (vidas de santos), las reflexiones teológicas o de filosofía cristiana y la poesía mística.
De todos modos, también fueron compuestos cantos y relatos épicos de caballería, como los cantares de gesta centrados en figuras heroicas como el Cid Campeador (que había combatido contra los moros en la península ibérica) o Roldán (un comandante de los francos durante el Imperio carolingio), siempre portadores de la simbología cristiana.
Muchos relatos y cantos populares paganos fueron prohibidos y suplantados por versiones “correctas” conforme al cristianismo, aunque en muchos casos esto simplemente consistió en revestir los relatos celtas y germánicos con algún sentido católico. Es así que mucho de la tradición oral de los pueblos europeos no cristianos sobrevivió hasta nuestros días. Otra forma literaria importante fueron los bestiarios, en los que se describían las distintas criaturas existentes y fabulosas en términos más o menos religiosos, echando mano a grandes dosis de fantasía e imaginación.
La cultura popular en la Edad Media
Las clases populares celebraban festividades, juegos y bailes en los que se liberaba el cuerpo y se daba rienda suelta a lo grotesco. Estas actividades se diferenciaban tanto de las fiestas religiosas realizadas por la Iglesia como de las fiestas profanas de la aristocracia.
En particular, el carnaval fue interpretado por algunos historiadores como una forma de resistencia contra la opresión eclesiástica y la dominación y el refinamiento de las clases privilegiadas. Otras celebraciones populares tenían un sentido religioso vinculado con la vida de la aldea, como los nacimientos o las bodas.
También predominaban los juglares y bardos errantes que iban de pueblo en pueblo cantando romances y poesías, a menudo inspirados en tradiciones folclóricas y en un imaginario alejado del rigor cristiano. Algunas de estas tradiciones fueron posteriormente incorporadas en obras literarias que las adaptaron a las creencias religiosas oficiales.
La ciencia medieval
Los alquimistas y hechiceros fueron muy populares en la cultura medieval.
Aunque el método científico es un invento del humanismo renacentista, la Edad Media no fue un período ajeno a las innovaciones científicas y tecnológicas. Algunas de estas novedades tenían fines prácticos (por ejemplo, el incremento de la producción agrícola, un mejor desempeño militar o la navegación) pero solían ser sometidas al escrutinio de la Iglesia y la Inquisición, lo que podía llevar a acusaciones de hechicería o herejía.
Algunas innovaciones técnicas fueron introducidas por la vía de poblaciones árabes o bizantinas, como la fabricación de la pólvora que había sido explorada por primera vez en China.
La figura del alquimista, que en algún momento de la Edad Media adquirió la fama de un hechicero que lograba manejar los elementos y descubrir secretos arcanos de la naturaleza, parece haber recibido alguna influencia árabe y contribuyó al posterior desarrollo del método experimental en áreas como la química (fue el alquimista Roger Bacon quien probablemente introdujo la fabricación de la pólvora en Europa). Algunos teólogos como Guillermo de Ockham también marcaron el camino hacia el posterior método científico.
Las universidades nacieron en la Edad Media como lugares para la enseñanza y el estudio de la teología, a menudo vinculada con ideas filosóficas como las de Aristóteles, que eran acomodadas a la doctrina cristiana (en esta integración se destacó Tomás de Aquino). Pero también se ocupaban del derecho, la retórica, la medicina, la aritmética, la geometría y la astronomía. De todos modos, el dogma religioso limitaba las posibilidades de llegar a conclusiones como que la Tierra no era el centro del universo.
El latín medieval
El latín, lengua que se había extendido por Europa durante los años del Imperio romano, sobrevivió como lengua culta en la Edad Media. Era la lengua franca con la que se comunicaban las cortes, con la que se enseñaba en las universidades y con la que se escribía en los reinos cristianos de Europa occidental, en contraste con el griego que se utilizaba en el Imperio bizantino y la Iglesia oriental. El latín dio origen a las lenguas romances como el español, el italiano, el francés y el portugués. A partir del siglo XIV se fue extendiendo el uso de lenguas vernáculas en obras escritas pero el latín siguió en uso hasta al menos finales de la Edad Moderna. En la actualidad, la Iglesia católica mantiene el empleo litúrgico del latín en algunas oportunidades, aunque desde la celebración del Concilio Vaticano II en 1962 su uso ya no es obligatorio.