La cordillera de los Andes

La cordillera de Los Andes es una formación montañosa que atraviesa Sudamérica desde el occidente venezolano hasta la isla de Tierra del Fuego y que forma parte de la geología del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. Está compuesta por una serie de planicies elevadas y de picos aún más altos, entre los cuales figuran los volcanes más elevados del hemisferio occidental.

Su nombre proviene del vocablo anti de la lengua quechua, con el que los pueblos incaicos de la región llamaban al oriente geográfico. Según el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), en el antiguo imperio incaico (llamado Tahuantinsuyo, que significa “los cuatro rincones de la Tierra”) se le decía antisuyu a la provincia oriental del imperio y anti a la cordillera nevada que la atravesaba.

La cordillera de Los Andes no es totalmente homogénea, sino que comprende varios conjuntos de valles, planicies y picos, a lo largo de tres regiones geográficamente diferenciadas, que son:

Los Andes septentrionales. Se extienden desde la depresión de Barquisimeto-Carora en el occidente de Venezuela hasta el nudo de Pasco o meseta de Bombón en Perú. Este conjunto, a su vez, se divide en tres cordilleras:

  • La cordillera oriental nace en Venezuela y termina en el sur colombiano, y en la frontera entre ambos países se ramifica en la cordillera de Mérida y la Serranía del Perijá.
  • La cordillera central, separada de la cordillera oriental por unos 400 km, se encuentra enteramente en Colombia, desde el nudo de Almaguer o macizo colombiano, hasta la serranía de San Lucas. Los ríos Cauca y Magdalena la bordean al oeste y este respectivamente.
  • La cordillera occidental se extiende hacia el sureste desde el nudo de Pastos, en Colombia, hasta el nudo de Paramillo, donde se ramifica en diversas serranías: Ayapel, San Jerónimo y Avive. Esta cordillera constituye un solo bloque de montañas con la región noreste de Ecuador.

Los Andes centrales. Se extienden desde el territorio peruano hasta el nevado Tres Cruces, en la frontera entre Chile y Argentina. Se trata de la región de mayor envergadura de todo el conjunto orográfico, con una elevación constante y continua, sin pasos de montaña por debajo de los 4.000 metros de altura. Al ingresar a territorio boliviano, Los Andes de esta región se ramifican en dos cordilleras distintas, en medio de las cuales se encuentra el altiplano boliviano:

  • La cordillera occidental o volcánica, caracterizada por la presencia de volcanes, se extiende desde el nudo Jucuri hasta el volcán Licancabur, y hace de frontera natural entre Bolivia y Chile.
  • La cordillera central o real se extiende desde el nevado Chaupi Orco en el norte boliviano hasta el cerro Zapaleri entre Bolivia, Chile y Argentina. En esta región abundan los glaciares, los picos de más de 6.000 metros y las nieves de altura.

Los Andes australes o meridionales. Se extienden desde el cerro Tres Cruces hasta la Tierra del Fuego, a lo largo de la Patagonia del Cono Sur, haciendo las veces de frontera natural entre Chile y Argentina. A lo largo de su recorrido, se ramifica en tres subregiones, que son:

  • Los Andes áridos se extienden hasta Paso de Pino Hinchado, en el centro-sur de la cordillera, y presentan picos elevados e importantes, como el Aconcagua, así como pasos secos, difíciles y escarpados, vecinos a la región desértica de Atacama.
  • Los Andes patagónicos se extienden al sur de Paso de Pino Hinchado y presentan un marcado descenso de las elevaciones, debido a la acción erosiva de los glaciares en la región y a la subducción tectónica de las placas. Presenta bosques patagónicos de altura y numerosos pasos montañosos que permiten el tránsito del viento húmedo del Pacífico. Abundan, además, los lagos, glaciares y volcanes.
  • Los Andes fueguinos son la continuación de la cordillera en la Tierra del Fuego, en el sector austral de Chile y Argentina. Se encuentran inmediatamente al sur del estrecho de Magallanes, extendiéndose hasta la Isla de los Estados, en territorio argentino.

Orogénesis

La orogénesis es el tipo de proceso geológico que suele formar las montañas y cordilleras en la superficie terrestre. Esto ocurre cuando dos placas tectónicas se encuentran y una de ellas, de corteza continental, se fractura y arruga sobre sí misma, generando ensanchamientos y plegamientos.

La orogénesis también incluye ciertos movimientos magmáticos que arrojan nuevo material a la superficie, especialmente de tipo granítico. Pero ello generalmente produce cinturones orogénicos, que son franjas alargadas y paralelas de roca, que exhiben características muy similares a todo lo largo del conjunto, y se dan especialmente en zonas de subducción y zonas volcánicas.

Este fenómeno ocurre porque una de las dos placas se sumerge de vuelta al manto, por debajo de la corteza de la otra, sufriendo los efectos físicos del calor, la presión y la gravedad que bajo tierra modifican su estructura.

Sin embargo, la orogénesis es un proceso largo y lento, que se da conforme a tres fases o etapas:

  • Plegamiento. En que los elementos blandos de ambas placas chocan entre sí y forman pliegues o deformaciones en la corteza.
  • Fallamiento. O sea, producción de fallas, cuando los materiales de mayor dureza ejercen presión y los pliegues se rompen.
  • Cabalgamiento. Cuando una placa se desplaza sobre la otra o por debajo de ésta.

Este proceso es muy importante para la diversificación del relieve de la corteza terrestre y la renovación de las cadenas montañosas. De hecho, se considera a la corteza terrestre como una entidad viviente, en el sentido de que, dado el suficiente margen de tiempo, cambiará y se reacomodará, y donde hubo valles podrá haber montañas, o viceversa.

Tipos de orogénesis

La orogénesis asimétrica involucra una placa continental y una oceánica.

Podemos distinguir dos formas distintas de este proceso:

  • Orogénesis simétrica. Aquella que involucra a dos placas continentales, que se ven comprimidas entre sí debido a una depresión en la corteza terrestre, entre dos masas que se aproximan la una a la otra. Tal es el caso de las cordilleras de los Alpes o del Himalaya, por ejemplo.
  • Orogénesis asimétrica. Aquella que involucra a una placa continental y a una oceánica, estando la última por debajo de la primera, de modo tal que los sedimentos se acumulen en la zona de subducción. Tal es el caso de la cordillera de los Andes, o la de Las Rocosas.

¿Dónde se encuentra la cordillera de Los Andes?

Los Andes atraviesan los territorios Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.

La cordillera andina se encuentraen América del Sur. Allí abarca buena parte de la región, desde Venezuela hasta la Tierra del Fuego, bordeando la costa pacífica del continente. En su recorrido, atraviesa los territorios de siete países: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.

¿Cómo se formó la cordillera de Los Andes?

La cordillera de Los Andes se formó en la era mesozoica, específicamente en el período Cretácico tardío (entre 100,5 y 66 millones de años atrás), debido a la convergencia de dos placas tectónicas: la placa de Nazca y la placa suramericana.

Las placas tectónicas o placas litosféricas son los distintos fragmentos en que se divide la litósfera terrestre, o sea, la capa más superficial del planeta, donde están incluidas la corteza y la parte superior del manto terrestre. En sus bordes se concentra la actividad sísmica, volcánica y orogénica.

Esto último se debe a que las placas tectónicas se hallan en constante movimiento sobre la astenosfera, una zona más o menos viscosa del manto superior, conforme a lo establecido en la teoría de Tectónica de placas.

No se sabe demasiado en la actualidad de la naturaleza de las placas tectónicas, más allá de que son rígidas y que sus desplazamientos producen fenómenos geológicos cuyo impacto podemos medir y conocer, como los sismos y terremotos, los volcanes. Pueden provocar incluso la génesis de las cadenas montañosas y las cuencas sedimentarias. Este es un fenómeno activo únicamente en el planeta Tierra. Sin embargo, existe evidencia de que otros planetas tuvieron, alguna vez, fenómenos tectónicos similares.

La teoría de la Tectónica de placas, que explica estos fenómenos, fue formulada entre 1960 y 1970, y es el resultado de más de dos siglos de observaciones geofísicas y geoquímicas, así como de los hallazgos, a menudo indescifrables, del registro fósil y geológico. Fue formulada partiendo de la teoría de la Deriva continental desarrollada en 1912 por el alemán Alfred Wegener (1880-1930).

Tipos de placas tectónicas

Existen dos tipos de placas tectónicas en el mundo: la oceánicas y las continentales.

  • Placas oceánicas. Aquellas cubiertas íntegramente por la corteza oceánica, o sea, el suelo de los océanos, de modo que están sumergidas en toda su extensión. Son delgadas, compuestas principalmente por hierro y magnesio.
  • Placas continentales. Aquellas cubiertas parcialmente por la corteza continental, o sea, por los continentes mismos, son el tipo más predominante de placa tectónica y poseen generalmente una parte continental y otra sumergida en el agua de los mares.

Principales placas tectónicas

En total, nuestro planeta posee 56 placas tectónicas, de las cuales 14 vendrían a ser las más importantes. Éstas son:

  • La placa africana. Cubre el continente africano en su totalidad y se extiende hacia el océano a su alrededor, excepto en su zona norte.
  • La placa antártica. Cubre la Antártida por completo, extendiéndose luego por los océanos circundantes a lo largo de sus casi 17 millones de kilómetros cuadrados.
  • La placa arábiga. Se encuentra bajo la península arábiga y parte del llamado Oriente Próximo, proviene de una fracturación de la placa africana y guarda el 43% de las reservas de gas y el 48% de las de petróleo del mundo.
  • La placa de Cocos. Subyace al océano Pacífico en la región de la costa occidental de América central, justo al lado de la placa del Caribe, bajo la cual forma los arcos volcánicos de la región centroamericana.
  • La placa de Nazca. Ubicada bajo el océano Pacífico oriental, frente a las costas de Perú, Ecuador y Colombia, así como las regiones centro y norte de Chile, se encuentra subducida a la placa sudamericana, formando así la cordillera de los Andes.
  • La placa de Juan de Fuca. Una pequeña placa ubicada al costado occidental de la placa norteamericana, en las costas del Pacífico de los estados California, Oregón, Washington y la Columbia Británica. Ésta, junto a la placa de Cocos y la placa de Nazca, proviene de la desintegración de la antigua placa de Farallón hace alrededor de 28 millones de años.
  • La placa del Caribe. Como su nombre lo indica, se ubica en la región caribeña, al norte de Sudamérica y al este de Centroamérica, extendiéndose por 3,2 millones de kilómetros cuadrados. Abarca una porción continental centroamericana (Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Panamá y el estado mexicano de Chiapas), así como la totalidad de las islas del mar Caribe.
  • La placa del Pacífico. Una de las de mayor tamaño del planeta, abarca casi la totalidad del océano del mismo nombre, y presenta numerosos “puntos calientes” y zonas sísmicas o volcánicas, especialmente hacia Hawái.
  • La placa euroasiática. Abarcando un territorio de 67.800.000 kilómetros cuadrados, esta enorme placa abarca toda Eurasia (Europa y Asia enteras), con la excepción del subcontinente indio, Arabia y de parte de Siberia. También se extiende varios kilómetros sobre la parte oriental del océano Atlántico Norte.
  • La placa filipina. Ubicada en el océano Pacífico, al este de las Filipinas, es una placa en subducción justo en la región de la fosa de las Marianas. Es bastante pequeña en comparación a sus vecinas.
  • La placa Indo australiana. Como su nombre lo sugiere, esta placa se extiende desde la frontera de la India con China y Nepal, a lo largo de todo el subcontinente indio, el océano Índico y la totalidad de Australia y la Melanesia, culminando en Nueva Zelanda. Es el resultado de la fusión de las antiguas placas Índica y australiana hace unos 50 millones de años.
  • La placa norteamericana. En ella se asientan América del Norte en su totalidad, incluida Groenlandia, así como los archipiélagos de Cuba, Las Bahamas, la mitad de Islandia, y parte de los océanos Atlántico Norte, Glaciar Ártico y del territorio Siberiano. Es la placa de mayor tamaño del planeta.
  • La placa de Scotia. Ubicada en la unión de los océanos Pacífico, Atlántico y Glaciar Antártico, al sur de América del Sur. Es una placa pequeña y relativamente reciente, nacida en el Cenozoico. Posee una intensa actividad sísmica y volcánica.
  • La placa sudamericana. Tal y como el continente con que comparte su nombre, esta placa se encuentra por debajo de la totalidad de Sudamérica, extendiéndose además en dirección sureste hacia el océano Atlántico Sur.

Mapa de las placas tectónicas

Movimientos de las placas tectónicas

Las placas tectónicas se desplazan sobre la Astenosfera, la porción fluida del manto terrestre. Se mueven a velocidades diferentes, generalmente lentas, pero constantes, de modo tal que resultan imperceptibles, excepto cuando colisionan con otras y entonces percibimos las ondas sísmicas del impacto.

Dichos movimientos se deben a factores que aún no están demasiado claros, pero que podrían tener que ver con la rotación terrestre, con el desplazamiento del magma cálido hacia arriba y el frío hacia el fondo, o incluso a las diferencias en las fuerzas gravitacionales y de densidad de la corteza planetaria.

Sin embargo, los movimientos se producen como parte de las dinámicas propias del manto terrestre, donde existen corrientes de convección y de distribución del calor, lo cual permite que la materia se mantenga en un estado semisólido y que los elementos más densos y pesados desciendan, abriendo lugar para los más livianos.

Choque de placas tectónicas

Cuando las placas chocan pueden producirse temblores, volcanes o incluso montañas.

Eventualmente, las placas tectónicas chocan entre sí en sus límites, donde usualmente se producen las llamadas “fallas tectónicas” u otros fenómenos geológicos semejantes. Por ejemplo:

  • Los temblores y terremotos. Tienen que ver con las ondas generadas por el rozamiento de las placas y su transmisión a través de distintas capas de materiales.
  • Las formaciones montañosas. Se deben a pliegues y distorsiones de las placas tectónicas, al ejercer resistencia unas contra otras de manera frontal, impidiendo su desplazamiento y forzando una deformación.
  • Los volcanes. Se deben a la subducción de una placa tectónica por debajo de otra, o sea, a que una se introduzca por debajo de la otra, penetrando en el manto y por lo tanto entrando en contacto con el magma hirviente, cuyo exceso de roca líquida se expulsará luego en forma de erupciones.

La cordillera forma parte del llamado Cinturón de fuego del Pacífico, como lo evidencia la presencia de importantes volcanes en su recorrido, especialmente en las regiones colombiano-ecuatoriana, boliviana y chilena.

Características de la cordillera de Los Andes

Actualmente Santiago de Chile es una de las ciudades más grandes en la cordillera andina.

Las características generales de la cordillera de Los Andes son:

  • Se extiende a lo largo de 8500 kilómetros, surcando el territorio de siete países. Su anchura oscila entre los 250 y los 750 kilómetros, y ocupa una superficie aproximada de 2.870.000 km2.
  • Es la cadena montañosa principal de Sudamérica, la más extensa de los cinco continentes y alberga los volcanes más altos del planeta, que forman parte del Cinturón de fuego del Pacífico.
  • Su altura promedio oscila entre los 3000 y 5000 metros de altura, pero cuenta con numerosos picos que superan esa medición. Sus tres puntos de máxima altura son el Aconcagua (en Argentina) con 6962 metros de altura, el Nevado Ojos del Salado (entre Chile y Argentina) con 6891 metros de altura y el Monte Pissis (Argentina) con 6795 metros de altura.
  • Comenzó a formarse hace 450 y 250 millones de años, a través de la acumulación de sedimentos provenientes del macizo brasileño, produciendo una depresión de la corteza terrestre que, hace 170 millones de años, comenzó a elevarse debido a la subsunción de la placa de Nazca por debajo de la placa sudamericana.

La corteza terrestre

La corteza terrestre es la capa más superficial del planeta Tierra. Es la más externa, delgada y reciente de las capas de la Tierra. Es la capa sobre la cual habitamos los seres vivos, incluso aquellos que se adentran en las más profundas capas del suelo.

La corteza terrestre forma parte, junto al manto terrestre y el núcleo terrestre, de la llamada geósfera, que es la parte sólida del planeta. La corteza se extiende desde la superficie hasta los 35 kilómetros promedio de profundidad. La profundidad se toma en promedio ya que varía dependiendo de si se trata de:

  • Corteza oceánica. Cubre el 55% de la superficie del planeta, ubicada a miles de metros de profundidad bajo el océano, y es más delgada que la continental (con un espesor de 5 km en el fondo oceánico).
  • Corteza continental. De naturaleza heterogénea, dado que está formada por rocas de distintos orígenes, siendo los minerales más abundantes el cuarzo, los feldespatos y las micas. Su grosor es mucho mayor, alcanzando en zonas montañosas los 70 km.

La Tierra es el único planeta rocoso conocido que posee una corteza heterogénea desde un punto de vista químico y físico, dado que se produjeron mediante procesos geológicos distintos.

Características de la corteza terrestre

La corteza terrestre es sólo el 1% del volumen total de la Tierra.

La corteza terrestre representa menos de 1% del volumen total del planeta. Sin embargo, es todo lo que conocemos directamente, ya que se extiende hasta 35 kilómetros hacia el núcleo, de los cuales apenas 12,2 km fueron excavados con el pozo más profundo de la historia, el Pozo Superprofundo de Kola (KSDB), obra de la antigua Unión Soviética.

La corteza es la parte superior de la litósfera, junto con la parte superior del manto, por encima de la discontinuidad de Mohorovicic. Dado que es mucho menos densa que el manto, la corteza “flota” por encima.

A medida que aumenta la profundidad también asciende la temperatura, oscilando entre los 200 y 400 °C, a un ritmo de 30 °C por kilómetro de profundidad.

Los elementos químicos más abundantes en la composición de la corteza son: oxígeno (46,6%), silicio (27,7%), aluminio (8,1%), hierro (5,0%), calcio (3,6%), sodio (2,8%), potasio (2,6%) y magnesio (1,5%). El resto del volumen de la corteza lo representan agua y otros elementos escasos, sumando menos del 1% de su composición.

Formación de la corteza terrestre

En la historia geológica del planeta, la primera corteza terrestre se formó hace 4400 a 4550 millones de años. Desde entonces sus volúmenes han ido aumentando con el tiempo.

A medida que las condiciones terrestres se estabilizaban y el planeta se enfriaba, nuevas capas de corteza fueron emergiendo hasta ocupar un volumen considerable hace 2500 millones de años, en gran medida gracias a dos eventos geológicos mayores: uno hace 2500-2700 millones de años atrás, y otro 1700-1900 millones de años atrás.

Sin embargo, la corteza terrestre se está formando constantemente. Para ello, porciones de ella se hunden en el manto (subducción) para fundirse en el magma líquido subterráneo, mientras que otras porciones nuevas emergen en los centros de expansión de la corteza oceánica.

La corteza continental tiene una edad promedio de 2 millones de años, lo que la hace mucho más antigua que la corteza oceánica.

Movimiento y dinámica de la corteza terrestre

Aunque no lo percibamos, la corteza se encuentra en movimiento.

La corteza terrestre dista de ser estática. Las placas que la componen se hallan flotando sobre el manto, compuesto por materiales pastosos sometidos a enormes presiones. Por lo tanto, se produce un desplazamiento lento de la corteza, lo cual es conocido como la dinámica tectónica.

Así, las distintas porciones de la corteza se rozan y chocan, ejerciendo presión la una sobre la otra y dando pie a la orogénesis o creación de las montañas, a medida que la corteza se pliega y abulta. De esta manera el relieve depende en gran parte del movimiento de la corteza.

Similarmente, pueden también generarse depresiones o fallas tectónicas, cuando una placa se sumerge por debajo de la otra, ludificándose y aumentando la presión interna del magma por salir. Así es como surgen los volcanes.

Dichos movimientos de la corteza terrestre dan origen, además, a los sismos y temblores, ya que el roce entre las placas tectónicas produce ondas sísmicas que se transmiten hacia la superficie, a veces con efectos devastadores.

Del mismo modo, originan la deriva continental, que es el movimiento de las masas continentales a lo largo del tiempo, desde los supercontinentes primitivos (como Pangea) hasta la configuración actual.

Capas de la corteza terrestre

La corteza terrestre es una capa relativamente homogénea, es decir que no tiene capas ni subdivisiones. La única forma de diferenciarla es entre la corteza continental, más gruesa, antigua y robusta, y la corteza oceánica, más joven, delgada y móvil.

Importancia de la corteza terrestre

La corteza terrestre es un área vital del planeta. Para empezar, allí es donde tiene lugar la vida (biosfera), fenómeno único de nuestro planeta en el Sistema Solar.

Además, en este punto las rocas secas y cálidas pueden reaccionar con el agua y el oxígeno que abundan en la superficie. En la corteza surgen nuevas formas de rocas y minerales que componen la riqueza y abundancia mineral de nuestro entorno.

Además, la orogénesis no sería posible sin los movimientos de la corteza, ni la compleja dinámica de cambios geológicos que ello implica, y por lo tanto tampoco se podrían dar ciclos químicos como el del agua, que requiere de las montañas para fluir en ríos hacia el mar.

  • Hay evidencia de presencia humana en la región desde hace al menos 12.000 años, poco después de la llegada del ser humano al continente americano. Actualmente las ciudades más grandes emplazadas en la cordillera andina son Bogotá y Medellín (Colombia), Santiago (Chile) y La Paz (Bolivia).

Flora y fauna de la cordillera de Los Andes

El cóndor andino actualmente se encuentra en peligro de extinción.

La vida en la cordillera de Los Andes varía dependiendo de la altura y la humedad que presenta cada subregión del conjunto montañoso. En aquellas regiones más elevadas y secas, la presencia vegetal es minoritaria, predominan los pastizales y arbustos pequeños, dicotiledóneas rastreras y escasean los árboles. En cuanto a la fauna local, existen distintas especies endémicas de importancia, como los camélidos (guanacos, llamas o vicuñas) y el cóndor andino, actualmente en riesgo de extinción, único de estas regiones y célebre por su gran tamaño. Existen también depredadores como el puma y el zorro colorado, y presas de buen tamaño como la vizcacha. Existen aves e insectos endémicos, especialmente mariposas.

Entradas Relacionadas