Gea (mitología)
Gea (mitología). Gea (del latín Gæa) o Gaya alternativamente Gaia literalmente: «Tierra» es la diosa primigenia que personifica la Tierra en la mitología griega. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego, considerada la Tierra Madre. Su equivalente en el panteón romano era Terra Mater (Madre Tierra) o Tellus. Su hija Rea-Cibeles-Ops y su nieta Deméter-Ceres heredaron sus funciones como diosas madre de la tierra, la agricultura y la vida. Es la madre Tierra.
Gea es la madre Tierra de donde surgen todas las razas divinas. Ella nace después de Caos y antes de Eros (el Amor). Ella sola engendró a Urano (el Cielo) que la cubre al igual que Ponto (el mar).
Historía
Tras el Caos, surgió Gea «la de amplio pecho», la eterna fundación de los dioses del Olimpo. De su propio ser, «sin mediar el grato comercio», trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella y a las colinas, y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Se menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, constructores de murallas, a los que posteriormente se les dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’): «El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.» Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas. Los gigantes también aparecen como hijos de Urano y Gea, nacidos de la sangre del dios del cielo derramada sobre Gea al ser castrado por su hijo Cronos. Con Ponto, su segundo hijo nacido sin intervención de varón, tuvo cinco hijos, los Póntidas, Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia.
Después se une con Urano y da a luz a los seis titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto y Cronos. También tuvo a las seis titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis (madre del héroe Aquiles). Después nacieron los cíclopes (monstruos gigantes con un solo ojo), divinidades relacionadas con el rayo y el trueno. Por último nacieron los Hecatonquiros, seres de cien brazos, gigantescos y violentos.
Urano odiaba a todos sus hijos, por lo que los obligaba a vivir en las profundidades de su madre. Un día ella decidió liberarlos y les pidió que se vengaran de su padre, pero todos le temían demasiado. Sólo el menor, Cronos aceptó, pues lo odiaba mucho. Gea le entregó una hoz de acero a su hijo. En la noche cuando Urano cubrió a Gea toda para unirse con ella, Cronos le cortó los testículos a su padre y los arrojó detrás de él. La sangre que brotaba de la herida fecundó a Gea y de ahí nacieron los Gigantes, las Herinias y las Ninfas de los Fresnos, además de todas las divinidades realcionadas con los árboles.
De sus relaciones con Eter nacieron la ninfa Eco, Pentos y Tártaro al cual dio un hijo y una hija, Tifón y Campe respectivamente. La ninfa o diosa montaña Etna (que según otros es hija de Briareo y por lo tanto nieta de la diosa) aparece en algunas fuentes como hija de Gea y Urano. Con su nieto Posidón tuvo a Anteo y a Caribdis. También eran hijos suyos Ticio (según la mayoría de las fuentes hijo de Zeus y Elara), Pitón y los aborígenes del Ática como Erecteo y Cécrope. Su nombre significa simplemente“Tierra” y se utiliza para designar a nuestro planeta cuyo símbolo astronómico es un globo terrestre con el ecuador y un meridiano.
Posterior a esta mutilación, Gea se unió con Ponto de donde nacieron las divinidades marinas: Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Mientras, Cronos reinaba en el mundo y se había vuelto un tirano terrible y había encerrado a sus hermanos en el Tártaro, por lo que Gea planeó una nueva venganza. Los hijos de Rea y Cronos habían sido devorados por su padre, pero cuando ella estaba en cinta de Zeus, pidió ayuda. Gea y Urano le revelaron el secreto de los Destinos y le enseñaron como burlar a Cronos. Cuando el niño nace, Gea lo esconde en una caverna, al mismo tiempo que a Cronos le era entregada una piedra envuelta en mantillas, a la que devoró sin notar la diferencia.
Cuando Zeus estuvo mayor, luchó abiertamente con Cronos y Gea le hizo saber que necesitaría la ayuda de los Titanes. Estos al ser liberados por Zeus del Tártaro, le dieron el rayo, el trueno y el relámpago, armas con las que destronó a su padre.
Pero Gea seguía descontenta por la suerte de los Hecatonquiros, que habían sido derrotados, por lo que se une con Tártaro (dios de los abismos) y engendró a Tifón, con el que tuvieron que luchar los dioses por largo tiempo. Además nació de esta unión otro monstruo, Equidna.
La mayoría de las teogonías le atribuyen a Gea la maternidad de diversos monstruos como Caribdis, las Harpías, Pitón, el dragón guardián del vellocino de oro, e incluso la Fama.
Con el tiempo, Gea se convirtió en la madre universal, y conforme el mundo helénico personificaba a sus dioses, la tierra se encarnaba en divinidades como Démeter o Cibeles, y la tierra como elemento abandonaba la mitología.
Gea se consideraba además, como inspiradora de muchos oráculos, poseía los secretos de los Destinos, y sus predicciones eran más antiguas y seguras que las del mismo Apolo.
Sabiduría
La idea de tierra fértil como femenina y nutricia va más allá del mundo griego; es una idea común en casi todas las culturas que la fuerza primigenia y omnipresente, sea femenina y así aparece en diversas mitologías.
En la sugerencia de Carl Gustav Jung, la madre arquetípica era una parte del inconsciente colectivo de todos los humanos. La fuerza femenina como tal, que da a luz, que nutre y que luego recibe el cuerpo de sus hijos para verlos renacer. Tierra como entre vivo que genera, que responde, que recibe.
Madre de todos, dioses y hombres. Dioses que jamás estuvieron por encima de las leyes naturales, y que nunca osaron alterar el equilibrio cósmico. Diosa que presidía los matrimonios y los juramentos, la madre universal.
Personifica el principio cósmico de vida y fecundidad. Muchas veces representada como una mujer gigante que surge de la tierra, asociada también al Cuerno de la Abundancia o Cornucopia, sentada sobre una gran roca, estable e inamovible. Hoy en día, Gaia es un símbolo utilizado para proteger y salvar a la Tierra, misma que los griegos ya entendían como una esfera precaria y sensible que daba vueltas alrededor del sol y la llamaron planétes, o errante.