Francisco Diaz Canceco Corbancho

Francisco Diaz Canceco Corbancho

Francisco Diaz Canceco Corbancho. Nació en Arequipa. Fue hijo de Manuel José Diez Canseco Nieto y María Mercedes Corbacho Abril de Diez Canseco, pertenecientes a la alta sociedad arequipeña de origen español. Hermano de los generales Pedro Diez Canseco Corbacho y Manuel Diez Canseco Corbacho y de Francisca Diez Canseco Corbacho esposa del presidente Ramón Castilla.

Francisco Diez Canseco.jpgEn 1835 ingresó al ejército como cadete y fue destinado como ayudante del general Ramón Castilla, quien inmediatamente le otorgó el grado de subteniente y lo llevó en su compañía, primero a Lima cuando fue al encuentro del general Felipe Santiago Salaverry, y luego cuando huyó a Chile, evadiendo la persecución del triunfante Andrés de Santa Cruz, que estableció la confederación Perú Boliviana. Con otros desterrados peruanos en Chile, Francisco integró el Batallón de Cazadores, y en el combate del Barón del 6 de junio de 1837 contribuyó a derrotar a los amotinados que asesinaron al ministro chileno Diego Portales.

Concurrió a la Primera Expedición Restauradora; y durante la Segunda participó en las batallas de la Portada de Guías (1838) y Yungay (1839). Ascendido a teniente, pasó a guarnecer el departamento de Puno; secundó la acción de Castilla contra el movimiento regenerador de Manuel Ignacio de Vivanco; participó en la guerra contra Bolivia, y durante la batalla de Ingavi del 18 de noviembre de 1841 fue ascendido a capitán por el presidente Agustín Gamarra, a quien luego asistió durante sus últimos instantes de vida. Prisionero, permaneció en Santa Cruz de la Sierra hasta la firma de la paz con Bolivia, el 7 de junio de 1842.

Pasó a Lima y sirvió al gobierno del general Juan Crisóstomo Torrico hasta su derrota en la batalla de Agua Santa, el 17 de octubre de 1842. Colaboró luego con el gobierno del general Juan Francisco de Vidal, quien lo ascendió a sargento mayor en 1843. Derrocado éste, se unió al movimiento constitucional encabezado por los generales Domingo Nieto y Ramón Castilla, y actuó en el combate librado sobre el río Pampas y en la decisiva batalla de Carmen Alto, el 22 de julio de 1844. Mereció el ascenso a teniente coronel graduado (1845) y luego efectivo (1847). Enviado a Tacna, sofocó la sublevación iniciada por el general José Félix Iguaín (1848) y se mantuvo en Puno a fin de neutralizar los amagos bolivianos en la frontera.

Ascendido a coronel en 1851, sirvió como edecán del presidente José Rufino Echenique, pero se unió a la revolución que Castilla encabezó en Arequipa, participando a lo largo de la campaña que concluyó en la batalla de La Palma, el 5 de enero de 1855. Nombrado jefe de la plaza militar de Lima, mantuvo el orden mientras el general Vivanco intentaba extender la revolución contra el gobierno de Castilla mediante una incursión a lo largo del litoral; y, a fin de salvaguardar la estabilidad económica del país, se le confió la gobernación de las islas Chincha, que ejerció de 1857 a 1861.

Nombrado prefecto del Callao en 1861, pasó al cuerpo de edecanes del presidente Miguel de San Román, en 1862. En 1863, durante el breve interinato de su hermano, el general Pedro Diez Canseco, fue nombrado prefecto de Lima, cargo en el que se mantuvo debido a la reiterada solicitud del presidente Juan Antonio Pezet. En 1865 fue ascendido a general de brigada y se encargó del mando en la capital cuando Pezet marchó al frente del ejército para detener el avance de la revolución acaudillada por Mariano Ignacio Prado y Pedro Diez Canseco. A pesar de esta circunstancia personal, defendió tenazmente el Palacio de Gobierno, que cayó después de un violento combate de seis horas. El populacho intervino dedicándose al pillaje y parte del archivo palaciego se incendió.

Francisco fue apresado y luego retirado del servicio. Ya bajo el gobierno de Prado, conspiró activamente al igual que su hermano Pedro, quien le nombró jefe político y militar de los departamentos del centro. Tomó el Callao y luego Lima, el 8 de enero de 1868, poniendo así fin al régimen de Prado. Se encargó momentáneamente del Poder Ejecutivo, durante 14 días, para luego entregar el poder a su hermano Pedro, a quien le correspondía legalmente por ser el segundo vicepresidente constitucional, según las elecciones de 1862, consideradas las últimas legítimas.

Elegido segundo vicepresidente de la República del gobierno que encabezó José Balta, en 1868, asumió la autoridad suprema en dos breves oportunidades:

  • Por enfermedad del presidente Balta, del 27 al 28 de junio de 1871.
  • Por el asesinato de Balta y el linchamiento del coronel Tomás Gutiérrez, el 26 de julio de 1872, mientras se tomaba la decisión sobre quién asumiría el gobierno.

Cumpliendo con la Constitución de 1860, entregó el mando al primer vicepresidente, general Mariano Herencia Zevallos, el 27 de julio de 1872, a fin que éste concluyera el período presidencial del coronel Balta.

Retirado a la vida privada, solicitó volver al servicio durante la guerra con Chile, y disciplinó algunas unidades de la reserva. Durante la breve administración de Francisco García Calderón, en 1881, fue ministro de Guerra.

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