El Islam

El Islam

El islam (en árabe: الإسلام, Acerca de este sonido al-Islam ) es una religión monoteísta abrahámica cuyo dogma de dogma de fe se basa en el libro del Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y que Mahoma es el último mensajero de Alá». La palabra árabe Allah, hispanizada como Alá, significa ‘Dios’ y su etimología es la misma de la palabra semítica El, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos islámicos definen al islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el abandono de la idolatría». El libro sagrado del islam es el Corán, dictado por Alá a Mahoma a través de Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del islam se denominan musulmanes (del árabe muslim مسلم, ‘que se somete’). Atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía.

Se aceptan como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y Jesús (llamado Isa). Además del Corán, los musulmanes de tradición sunita siguen asimismo los hadices y la sunna del profeta Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta. Se aceptan también como libros sagrados la Torá (el Antiguo Testamento de los cristianos), los Libros de Salomón y los Evangelios (el Nuevo Testamento).

El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Se estima que hay en la actualidad entre 1000 y 1200 millones de musulmanes en el mundo. Es la segunda religión del mundo en número de fieles tras el cristianismo.

El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual Arabía Saudita). Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes de si se extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos al islam.

La palabra Islām, de la raíz trilítera s-l-m, deriva del verbo árabe aslama, que significa literalmente ‘aceptar, rendirse o someterse’. Así, el islam representa la aceptación y sometimiento ante Dios. Los fieles deben demostrar su sumisión venerándolo, siguiendo estrictamente sus órdenes y aboliendo el politeísmo. En palabras del arabista Pedro Martínez Montávez:

Se dice habitualmente que islam significa sumisión total a Dios, lo que es indudablemente cierto, aunque no es menos cierto que ello corresponde a la traducción de solo una parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raíz lingüística de la que deriva, que cubre el campo semántico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente se somete a Dios, se pone en sus manos, porque tiene la seguridad de que así se pone a salvo. Obsérvese también que islam y salam —que es como en lengua árabe se dice paz— son términos hermanos, al derivar ambos de la misma raíz.

La palabra está dada por numerosos significados en el Corán. En algunos versos (ayat, en español aleyas), la calidad del islam como una convicción interna es acentuada: «A quien quiera que Dios se desee dirigir, él ampliará su pecho al islam». Otros versos conectan la palabra islām y dīn (traducido usualmente como ‘religión’ o ‘fe’): «Hoy, he perfeccionado su religión (dīn) para usted; he completado mi bendición sobre usted; he aprobado el islam para su religión». Todavía, algunas facciones describen el islam como una acción de devolver a Dios, más que solamente una afirmación verbal de fe.

Con frecuencia se confunden los significados de palabras o términos como árabe, musulmán, islámico e islamista, que tienen significados distintos; para aclarar los significados de estas palabras pueden consultarse diversas referencias bibliográficas.

Doctrina del islam

 Chiita

La teología de chiitas contiene cinco principios de la religión conocida como Principios de la religión y además de los tres de sunita creen en dos otros, es decir: Tawhid (Monoteísmo), Nubuwwah (Profecía), Maad (El Día de la Resurrección), Imamah (Liderazgo), Adl (Justicia)

  1. La Unicidad de Dios Tawhid En la cosmovisión islámica la creencia más importante es la creencia en un Dios Único.
  2. Nubuwwah significa Profecía » Dios eligió a algunas personas para guiar a los seres humanos, a quienes envió a título de sus mensajeros.
  3. Imamah significa liderazgo y Tutela, ya sea en los asuntos religiosos o mundanales sobre las personas, en sucesión al Profeta del Islam.
  4. Adl (Justicia) Los chiitas creen que hay bien intrínseco o el mal en las cosas, y que Dios les manda a hacer las cosas buenas y se prohibieron el mal.
  5. Yaum al-Qiyamah, Día de la Resurrección, Es la creencia en la resurrección de los muertos y la vida después de la muerte, es uno de las creencias religiosas fundamentales y en especial del Islam.

Sunní

Según la opinión de sunní la doctrina islámica tiene cinco pilares en su fe que forman parte de las acciones interiores de los musulmanes. Los pilares principales son:

  1. La profesión de fe, es decir, aceptar el principio básico de que solo hay un Dios y que Mahoma es el último de sus profetas.
  2. La oración.
  3. El zakat o azaque (traducido a veces como limosna), es decir, compartir los recursos con los necesitados.
  4. El ayuno en el mes de ramadán.
  5. La peregrinación a la Meca (para quien pueda) al menos una vez en la vida.

A los cinco pilares de la concepción sunní añaden algunos el sexto pilar del yihad o esfuerzo en defensa de la fe. En términos estrictamente religiosos, se entiende fundamentalmente como un esfuerzo espiritual interior de cada creyente por vivificar su fe y vivir de acuerdo con ella. A esto se le llama yihad mayor, mientras que existe un yihad menor que consiste en predicar el islam o defenderlo de los ataques. De este último concepto nace la idea de yihad como lucha o guerra que se ha popularizado en todo el mundo.

Además, conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus ángeles, sus libros, sus profetas, la predestinación y en la próxima vida.

Dios

Medallón mostrando la palabra Allah. En Santa Sofía, Estambul (Turquía).

La creencia en la existencia de Dios es un principio común entre todas las doctrinas divinas, y básicamente, la diferencia substancial y fundamental entre una persona religiosa -cualquiera sea la doctrina que practique y un individuo materialista, radica en esta cuestión.

Dios en el Corán se nombra a sí mismo como Allah, nombre derivado de la raíz semítica El. Aunque el término es conocido en Occidente como referencia al Dios musulmán, para los hablantes en árabe (de cualquier religión, incluidos cristianos y judíos) se emplea como referencia a «Dios». La creencia en Dios dentro del islam consiste en cuatro aspectos:

  1. En Su existencia. Esto primeramente por guía del Creador a Su siervo, posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos, signos en la creación y como prueba principal; los textos sagrados.
  2. En que Él es el único, en Sus actos y dominio de este Universo, es decir: Él único Creador, Sustentador, Soberano, etc.
  3. En que Él es la única divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto solamente Él es el merecedor de la adoración.
  4. En Sus nombres y atributos: Consiste en afirmar de Dios lo que ha afirmado de Sí mismo en el Corán o a través del profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos divinos, sin distorsión, negación, o asemejarlo a algo de este mundo.

Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judíos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero hay diferencias considerables. Es reseñable, sin embargo, que el islam, a semejanza del judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad (tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas (como afirma en cambio la mayoría de las corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad) en su carácter incomparable e irrepresentable.

El islam se refiere a Dios también con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epítetos referidos a cualidades de Dios, tales como El Clemente (Al-Rahmān), El Apreciadísimo (Al-‘Azīz), El Creador (Al-Jāliq). El conjunto de los 99 Nombres de Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā’ al-husnà o ‘los más bellos nombres’, algunos de los cuales han sido utilizados asimismo por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre que permanece incognoscible, que es objeto de especulaciones místicas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-‘Azam), o como el Nombre de la Esencia, figura que existe igualmente en el judaísmo, y que ha tenido una gran importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (señor).

Mahoma dijo que Dios tenía 99 nombres; en este versículo del Corán se mencionan algunos:

Es Alá «no hay más Dios que Dios», el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el Compasivo, el Misericordioso. Es Alá «no hay más dios que Dios», el Rey, el Santísimo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a Alá! ¡Está por encima de lo que Le asocian! Es Allhá, el Creador, el Hacedor, el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo que está en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el Poderoso, el Sabio.

La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras españolas como «ojalá» (law šá lláh, si Dios quiere). En cuanto a la etimología de las palabras «olé» y «hala», el etimólogo Joan Corominas les atribuye un origen de creación expresiva por su similitud con otras expresiones francesas, inglesas y alemanas, mientras para el arabista Emilio García Gómez «olé» derivaría de la exclamación musulmana Wa-llâh, ‘por Alá’ o ‘¡por Dios!’.

Monoteísmo contra politeísmo

  • Monoteísmo significa la creencia en la Unidad de Dios en todos los conceptos. Él es Uno en esencia. Él es el Único Creador. Él es el Único que dirige el mundo. Solamente El merece la adoración y veneración. Y Él es Uno en muchos otros aspectos.

Todos los eruditos islámicos dicen que la orden más importante que Dios da al hombre es que este reconozca su absoluta unicidad (en árabe: توحيد Tawhid) y esto significa que lo adore únicamente a Él, y esta adoración no es válida excepto del monoteísta, por lo tanto Mahoma divulgó su mensaje entre hombres que tenían diferentes tipos de adoración: algunos adoraban ángeles, otros adoraban profetas y hombres piadosos, otros adoraban árboles, piedras, y entre ellos había quien adoraba al sol y a la luna. A todos ellos el Profeta les reprendió sus actos invitándolos al islam sin hacer distinción alguna.

¡Oh, humanos! Adorad a vuestro Señor, quien os creó a vosotros y a quienes os precedieron, para que así seáis piadosos. Él hizo de la Tierra un lugar habitable para vosotros y del cielo un techo, e hizo descender la lluvia del cielo con la que hace brotar frutos para vuestro sustento. No asociéis, pues, copartícipes a Allah, siendo que sabéis [que Él es el único Creador].

Di: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él.

La mayoría de los versículos del Corán sobre esta materia enfatizan la Unidad de Dios con respecto a la Creación, las órdenes (la dirección del mundo) y el culto. Primero llaman la atención del hombre al hecho de que solamente Dios es el Creador del mundo. Solamente Él tiene la autoridad soberana sobre el mismo. Luego extraen la conclusión de que solamente El merece ser adorado.

  • La prohibición más seria en el islam es considerada como politeíamo (en árabe: شرك shirk) y los actos siguientes son considerados como tal: tomar intermediarios ante dios, suplicarle a los profetas, muertos o santos, las supersticiones, utilizar amuletos, piedras o talismanes para alejar el mal, sacrificar para otro que no sea Dios, la magia, consultar adivinos, la astrología, pedirle a cualquier tipo de imagen o estatua, jurar por otro que no sea Dios, hacer actos de adoración para aparentar, pedirle a Mahoma, etc.

No invoques, en lugar de invocar a Allah, lo que no puede beneficiarte ni dañarte. Si lo hicieras, entonces, serías de los impíos. Si Allah te aflige con una desgracia, nadie sino Él podrá librarte de ella. Si Él te desea un bien, nadie podrá oponerse a Su favor. Se lo concede a quien Él quiere de Sus siervos. Él es el Indulgente, el Misericordioso.

Allah no perdona que se Le asocie nada a Él; pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Allah comete un pecado grave.

El Corán refuta la teoría de la pluralidad de dioses de la siguiente manera:

Dios no ha adoptado un hijo ni hay otro dios junto a Él. Si así fuera, cada dios se habría atribuido lo que hubiera creado y unos habrían sido superiores a otros. ¡Gloria a Dios, por encima de lo que le atribuyen! Él es el Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. ¡Exaltado sea de lo que Le asocian!

Si el mundo fuese a tener más de un creador, las relaciones subsecuentes estarían limitadas a asumir una de las siguientes formas:

  1. Que cada uno de ellos tuviera autoridad soberana en una parte del mundo, por ejemplo, en la parte que el mismo creó. En este caso las distintas partes del mundo tendrían distintos sistemas totalmente independientes uno del otro. Pero nosotros vemos que todo el mundo tiene un sistema compacto, único, interrelacionado.
  2. Que uno de los creadores y dios regional, tuviera una posición superior a la de todos los otros, para de esta manera mantener un tipo de coordinación y armonía general. En este caso, el que ejerce la autoridad suprema sería el real soberano de todo el mundo y todos los otros serían solamente sus funcionarios. (Esta alternativa desemboca en el monoteísmo).
  3. Que cada uno de estos dioses tuviera autoridad sobre el mundo y fuera libre de actuar independientemente y dar órdenes como le plazca. En este caso habría un caos y confusión total y no habría ninguna ley ni orden, como dice el Corán:

Si hubiera en ellos (los cielos y la tierra) otros dioses además de Dios, se corromperían sin duda. ¡Gloría a Dios, Señor del Trono, por encima de lo que Le atribuyen!

Ángeles

Ángel representado en un mosaico según la creencia Selyúcida.

Son criaturas que constituyen un intermedio entre Dios y este mundo visible y Dios les encargó los asuntos del mundo de la existencia y la legislación. Los ángeles son siervos honorables que nunca desobedecen a Dios en lo que les ordena. Todo lo que les manda lo llevan a cabo.

La fe en los ángeles dentro del islam consiste en:

  1. Su existencia.
  2. En aquellos ángeles de quienes se saben sus nombres (por la revelación), como Gabriel o Rafael, y de aquellos cuyos nombres ignoran, creen en ellos en general.
  3. En sus cualidades, creen que el ángel Gabriel se le apareció a Mahoma en diferentes formas. Son siervos de Dios y no desobedecen a Dios en lo que les ordena, no poseen cualidades de señórío o divinidad, son una gran cantidad, muchísimos y su número solamente lo conoce Dios.

Si en la Tierra hubiera habido ángeles andando tranquilamente, habríamos hecho que les bajara del cielo un ángel como enviado.

Libros revelados

La fe en los libros revelados dentro del islam comprende:

  1. En que fueron descendidos y revelados por Dios:
    • El Corán (Qur’an) revelado al profeta Mahoma.
    • La Torá (At-Tawrat) revelada al profeta Moisés.
    • Los Salmos (Az-Zabur) revelados al rey David.
    • El Evangelio (Al-Injil) revelado a Jesús (Issah para los musulmanes), hijo de María (Maryam).

Decid: Creemos en Allah y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus [descendientes de los hijos de Jacobo], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los profetas. No discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él.

Corán 2:36.
  1. Afirman lo legítimo que informan (en el caso del Corán afirman todo) y aquello que no ha sido tergiversado de los libros pasados. El Corán reconoce, pues, el origen divino de la Concep judía y el Evangelio cristiano, por ello llama a los cristianos y a los judíos ‘la gente del libro’ (Ahl al-Kitab), pero no reconoce la autenticidad de los textos que actualmente tienen por auténticos los fieles de dichas religiones; afirma que han estado expuestos al tahrif (تحريف) o distorsión por las personas, y como resultado no son cien por ciento confiables. De todas formas, la tradición católica no considera a la Biblia como única fuente de conocimiento, por lo que no entraría en contradicción con el cristianismo si se considera desde este punto de vista.
  2. Creen que deben actuar con las reglas y leyes que no han sido abolidas de ellos, y que el Corán abroga a todos los libros excepto en algunas leyes, para los musulmanes. Acerca de los asuntos que no abarca el Corán ni los dichos de Mahoma, como sucesos o datos históricos y no contradicen al islam, no los afirman ni los niegan a priori.

El Corán

 La primera azora en una copia manuscrita del Corán.

El Corán significa en idioma árabe la recitación por excelencia. Es el libro revelado al Profeta Muhammad por el Arcángel Gabriel de parte de Dios Altísimo.

El Sagrado Corán es el milagro por excelencia de Mahoma, ya que los árabes, especialmente en la época del Profeta, el año 600 de la era cristiana.

Existen numerosas tradiciones y diferentes puntos de vista en cuanto al proceso de compilación del Corán. La mayoría de los musulmanes aceptan lo que indican diversos hadices: el primer califa, Abu Bakr, ordenó a Zaid ibn Zabit compilar todos los auténticos versos del Corán, tal como se preservaban en forma escrita o a través de la tradición oral. La compilación realizada por Zaid, conservada por la viuda de Mahoma, Hafsa bint Umar, y que fue utilizada por ‘Uthmān, es la base del Corán actual.

La versión de ‘Uthmān organiza las azoras (capítulos) según su extensión, de forma que las más largas se encuentran al comienzo del Corán y las más cortas al final. Hay teorías que indican que este orden no cronológico de las azoras fue establecido por Dios.

El Corán, versión moderna de Al-Azhar, 1123.

El Corán fue escrito originalmente en escritura hijazi, masq, ma’il y cúfica. En un principio, sin vocales, solo con consonantes, siguiendo la técnica de escritura vigente hasta entonces en árabe y en otras lenguas semíticas de la península arábiga. Para evitar posibles desacuerdos en cuanto al contenido de los versos del Corán, se crearon marcas diacríticas que indicaran las vocales o la ausencia de estas, el fonema hamza y la prolongación o geminación de consonantes. En cambio, no tiene signos de puntuación, interrogación o exclamación, pues el idioma árabe contaba con partículas (palabras breves) de interrogación y de énfasis.

La forma del Corán más utilizada actualmente es el texto de Al-Azhar de 1123, preparado por un grupo de prestigiosos eruditos de la Universidad Islámica de Al-Azhar de El Cairo.

La mayor parte de los musulmanes veneran el libro del Corán. Lo envuelven en paños limpios y se lavan las manos antes de los rezos o para leerlo. Los ejemplares coránicos en desuso no se destruyen como papel viejo, sino que se queman o se depositan en «tumbas» para el Corán.

Muchos musulmanes memorizan al menos parte del Corán en su idioma original. Aquellos que memorizan totalmente el Corán son conocidos como hāfiz. En la actualidad existen millones de hāfiz en el mundo.

Desde el comienzo del islam, la mayoría de los musulmanes consideran que el Corán es perfecto únicamente en la versión árabe en la que fue revelado. Las traducciones son interpretaciones no infalibles del texto original. Muchas versiones actuales del Corán indican la versión original en árabe en una página y la traducción vernácula en otra.

Profetas

El Corán afirma que Dios mandó un mensajero (profeta) a cada comunidad, llamando adorar únicamente a Dios, y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Él. Cada uno de ellos era veraz, guiado y recto, y obedecieron a Dios en lo que les fue encomendado, ninguno de ellos cambió o alteró su mensaje. Todos ellos eran seres humanos, creaciones de Dios, sin cualidades de divinidad o Señorío, y no pueden responder si se les pide ayuda. El Corán menciona más de veinte profetas, desde Adán hasta Mahoma y llama a Mahoma, «sello de la profecía», creen que Su misión era devolver el mensaje divino a su pureza inicial, como en su momento hizo Jesús de Nazaret o Issah ibn Maryam en árabe (Issah: Jesús, Ibn: ‘hijo’, Mariam: María), a quien Alá en el Corán lo considera como un profeta y no su hijo.

Según lo que sostiene la escuela chiita del islam, el número de profetas es de ciento veinticuatro mil. Entre los que fueron mencionados en el Sagrado Corán, se encuentran: Adán, Noé, Abraham, Ismael, Isaac, Lot, Jacob, José, Job, Moisés, Aarón, Ezequiel, David, Salomón, Jonás, Zacarías, Juan el Bautista, Jesús y Muhammad.

Entre ellos, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad tuvieron una misión universal y trajeron nuevos códigos de ley y una Sharîat (Ley Divina). Ellos son llamados “Ûlûl ‘azm” significando “los poseedores de determinación”.

Mahoma

Representación común de caligrafía del nombre de Mahoma.

Ilustración del siglo XV de una copia de un manuscrito de Al-Biruni que representa a Mahoma predicando el Corán en La Meca.

Muhammad Bin Abdullah Bin Abdul-Muttalib Bin Hashem (Año del Elefante/570 dC. En La Mecca / 632 dC en Medina. Según la opinión de los musulmanes, Profeta del Islam, Muhammad es uno de los Archiprofetas (Ulul ‘Azm), y el último Profeta divino cuyo principal milagro fuese el Corán. Su invitación fue al monoteísmo y a la moral.55 56 La opinión de los musulmanes no es la del creador de una nueva religión, sino como el restaurador de la original, la fe monoteísta de Adán, Abraham y de otros que se había corrompido. En la tradición musulmana, Mahoma se ve como el último y el más grande de una serie de profetas, como un hombre muy cercano a la perfección, poseedor de virtudes en todos los campos de la vida, espirituales, políticos, militares y sociales. Por 23 años de su vida, comenzando a la edad de 40, Mahoma divulgó la recepción de revelaciones de Dios. El contenido de estas revelaciones, conocido como el Corán, era memorizado y registrado por sus compañeros. Durante este tiempo, Mahoma predicó a la gente de La Meca, implorándola para abandonar el politeísmo. Aunque algunos se convirtieron al islam, Mahoma y sus seguidores fueron perseguidos por las autoridades principales de Meca. Después de 13 años de predicación, Mahoma y los musulmanes realizaron la Hégira («emigración») a la ciudad de Medina (conocida antes como Yathrib) en 622. Allí, con los convertidos de Medina (Ansar) y los emigrantes de La Meca (Muhayirun), Mahoma estableció su autoridad política y religiosa.

La Sunna, libros que contienen la compilación de la vida de Mahoma, es de gran valor para muchos musulmanes, y la creen indispensable para la interpretación del Corán. Esto es debido a que se tiene registrado dentro de ella que el mismo Mahoma les ordenó a sus compañeros que escribieran todo lo que él decía, y conforme al Corán, toman sus palabras como revelación.

De acuerdo con la tradición, Mahoma era una persona de carácter excelente,61 bien parecido, iletrado y un profeta para toda la humanidad. Es frecuente entre los devotos la creencia en que el hecho de que Mahoma fuera analfabeto es una señal más de que solo pudo recibir el Corán por revelación divina, dada la complejidad del libro.

Jesús de Nazaret y el Islam

Según el Corán, Jesús (llamado Isa) fue uno de los profetas más queridos por Dios y, a diferencia de lo que ocurre en el cristianismo, para los musulmanes no tiene carácter divino.

El Corán confirma su nacimiento virginal. Dios purificó a su madre María. Existe un capítulo entero en el Corán llamado «Maryam» (María). El Corán describe el nacimiento de Jesús como sigue:

(40) Acuérdate de cuando los ángeles dijeron: «¡Oh María! Dios te albricia con un Verbo, emanado de Él, cuyo nombre es el Mesías, Jesús, hijo de María, que será ilustre en este mundo y en el otro, y estará entre los próximos a Dios, (41) hablará a los hombres, en la cuna, con madurez, y estará entre los justos.» (42) Ella dijo: «Señor mío: ¿cómo tendré un hijo si no me ha tocado ningún mortal?». Él dijo: «Así: Dios crea lo que quiere. Cuando decreta algo, solo dice: “¡Sé!”, y es».

Jesús nació milagrosamente [sin padre] por orden de Dios quien creó a Adán sin padre ni madre. Dios dijo:

Jesús es, ante Dios, igual que Adán, al que creó del polvo. Luego le dijo «Sé», y fue.

Corán, 3:52 (traducción de Juan Vernet).

Durante su misión profética, Jesús hizo varios milagros. Dios nos dice que Jesús dijo:

Dios le enseñará el Libro, la Sabiduría, el Pentateuco y el Evangelio. Y he sido enviado a los Hijos de Israel diciendo: He venido a vosotros con una aleya procedente de vuestro Señor. Yo os haré, de arcilla, algo semejante en la forma a los pájaros; soplaré en ella y se transformará en pájaros con el permiso de Dios; curaré al ciego de nacimiento y al leproso, resucitaré a los muertos con el permiso de Dios. Os anunciaré lo que coméis y lo que atesoráis en vuestras casas. Realmente, en esto hay una aleya para vosotros, si sois creyentes.

Corán, 3:43 (traducción de Juan Vernet).

Los musulmanes creen que Jesús no fue crucificado (y mucho menos que murió en la cruz) . Era el plan de los enemigos de Jesús el crucificarlo (y matarlo), pero Dios lo salvó y lo elevó hacia Sí. La apariencia de Jesús fue colocada sobre otra persona, y los enemigos de Jesús aprehendieron a este hombre y lo crucificaron, pensando que era Jesús. Dios dijo:

Ellos dicen: «Ciertamente, nosotros hemos matado al Mesías, Jesús, hijo de María, Enviado de Dios», pero no le mataron ni le crucificaron, pero a ellos se lo pareció. Quienes discuten y están en duda acerca de Jesús, no tienen conocimiento directo de él: siguen una opinión, pues, con certitud, no le mataron, al contrario, Dios le elevó hacia Él, pues Dios es poderoso y sabio.

Corán, 3:156 (traducción de Juan Vernet).

Predestinación

La predestinación forma parte de las creencias islámicas categóricas que nos llegan en el Libro de Dios y la tradición profética, y que son confirmadas por las pruebas e indicios lógicos contundentes.

Los pilares de la creencia de la predestinación en el islam son cuatro:

  1. En que el conocimiento de Dios abarca todas las cosas.
  2. En que Dios ha escrito todo en una tabla preservada Al Laûh Al Mahfudh.
  3. Todo lo que sucede es porque Dios quiere que suceda y lo que no quiere que suceda es imposible que suceda.
  4. La creación de todas las criaturas y seres vivientes son por deseo de Dios, conforme a Él lo sabía en la eternidad y como se escribió en la tabla preservada. Así que toda criatura, su ser y sus actos, son creación de Dios.

Creen que todos los acontecimientos sean buenos o malos, beneficiosos o dañinos, ocurren por la predestinación y el designio de Alá, pero que a la vez el ser humano tiene una facultad de elección, mas esta no es total.

Próxima vida

Todas las religiones celestiales están de acuerdo en la necesidad de la fe en el Más Allá y la exigencia de la creencia en la Resurrección. La muerte no es el final de la vida y la extinción, sino una transición de un estado de existencia a otro. En realidad, es el traslado hacia una vida eterna que damos en llamar “La Resurrección”, solo que entre esos dos estados de existencia hay un tercero intermedio que es denominado Barzaj, y al morir el ser humano es trasladado a ese estado hasta que acontezca la Hora de la Resurrección.

Creen en una vida dentro de la tumba después de la muerte y en su tribulación. Ellos creen que el tiempo de Qiyāmah es predestinado por Dios, pero no fue revelado a los hombres. El juicio y las pruebas precedentes y durante el Qiyāmah son descritas en el Corán y el Hadiz, y también en los comentarios de eruditos islámicos, en la retribución y rendición de cuentas ante Dios, que cada individuo recibirá un libro escrito por los ángeles que incluirá una mención completa de todas las obras que realizó el ser humano en la vida terrena, quien lo reciba en la diestra será de los exitosos y quien lo reciba en la mano izquierda será de los perdedores, en el Paraiso y el Infierno, así como en las Señales que indican la llegada de la Última Hora, afirman que la primera era la llegada del profeta Mahoma y entre las últimas es el retorno del profeta Jesus que romperá las cruces y legislará con el islam.

Resurrección y juicio

La creencia en «El día de Resurrección», yawm al-Qiyāmah (también conocido como yawm ad-dīn, «El día del juicio final» y as-sā`a, «La última hora») es asimismo crucial para los musulmanes. El Corán acentúa la resurrección corporal, una rotura del entendimiento preislámico de muerte. Esto declara que la resurrección será seguida de la reunión de toda la humanidad, culminando en su juicio por Dios.

El Corán hace referencia a varios pecados que pueden condenar a una persona al Jahanam (como la incredulidad, la usura y la falta de honradez). Los musulmanes ven el paraíso, Janah, como un lugar de alegría y dicha, con referencias del Corán que describen sus rasgos y los placeres físicos de dicho lugar. Hay también referencias a una aceptación de mayor júbilo por Dios. Tradiciones místicas en el islam colocan estos placeres divinos en el contexto de una conciencia extática de Dios.

En el Sagrado Corán se ha llamado al “Retorno” de muchas formas, como: “El Día de la Resurrección”, “El Día del Cómputo”, “El Último Día”, “El Día del Re¬surgimiento” y de otras maneras.

Cinco pilares de la adoración

En el hajj (peregrinaje) se debe caminar siete veces sin detenerse alrededor de la Kaaba en La Meca.

Los pilares del islam según la opinión de Sunita son cinco:

  1. El testimonio o Shahada, primer pilar del islam, reza: «No hay dioses, solo Dios (principio suficiente) y Mahoma es su profeta (el último).
  2. La oración o salat, realizada cinco veces al día (del alba, del mediodía, de la media tarde, del crepúsculo y de la noche) orientada hacia la Meca (la Mezquita Sagrada) y la oración comunitaria de los viernes en la Mezquita, presidida por el califato.
  3. El azaque, la limosna obligatoria, es una obligación económica imponible sobre bienes privados en beneficio de un grupo específico de personas en un momento determinado. Por ejemplo, en valores monetarios, la cantidad mínima para pagar el azaque es si se posee durante un año 85g de oro o su valor equivalente en billetes o monedas, y si la persona no la necesita, tiene que pagar el 2.5 % de ella a las personas que merecen el azaque.
  4. El ayuno o ṣawm (صَوْم) en el mes de Ramadán (el noveno según el calendario lunar islámico), el cual consiste en la abstención de ingesta de cualquier índole y el contacto sexual hasta la puesta del sol. Este principio estará dispensado por motivos de salud, edad, embarazo o viaje, debiendo compensarse su no cumplimiento con la ayuda equivalente a un necesitado o el ayuno en otro momento del año.
  5. La peregrinación o hajj a la mezquita santa de La Meca (con mayor precisión a la Kaaba, considerada por los creyentes como el primer santuario monoteísta, erigido por Adán mismo y reconstruido por Abraham e Ismael), al menos una vez en la vida, mientras exista la bonanza de medios para ello.

El modo de vida islámico se encuentra basado en una relación personal entre Alá y el creyente, siguiendo la Sharia, en donde la intención será el rasgo fundamental que rija todas las acciones del mismo.

  • Según la opinión de chiita las ramificas de la religión siguiendo la clasificación más utilizada la Religión se ramifica en:
  1. El Rezo (Oración),
  2. El Ayuno,
  3. El Jums (quinto),
  4. La limosna obligatoria (Zakat),
  5. La Peregrinación(Hayy),
  6. El esfuerzo en el camino de Dios (Yihad),
  7. El ordenar el bien, Consiste en orientar y disuadir a la gente para que mantenga una conducta correcta que conduzca a la prosperidad tanto individual como social.
  8. El prohibir el mal, Consiste en reprobar las malas acciones de la gente o evitar que las cometan.
  9. La amistad, Consiste en amar, seguir y obedecer a Dios, al Profeta Muhammad y a su Ahlul-Bait (Familia), y amar y ser amigos de todos aquellos que los aman, siguen y obedecen.
  10. La exoneración, Consiste en rechazar y alejarse de los enemigos de Dios, del Profeta Muhammad y de su Ahlul-Bait(Familia).

Yihad

Caligrafía islámica, destacando la primera Kalimah y Shahada, usada por el ejército musulmán durante el califato Abbasí.

La yihad (en árabe, ﺟﻬﺎﺩ yihād: significa ‘esfuerzo’ y ‘lucha en el camino de Dios’, inglés o al francés, jihad) es considerada «el sexto pilar de islam» por una minoría de autoridades musulmanas. Yihad en su sentido más amplio, es definido clásicamente como «el poder extremo de alguien, esfuerzos, habilidades, o la capacidad en contienda con un objeto de desaprobación». Dependiendo del objeto que suele ser un enemigo visible y los aspectos cotidianos de uno mismo, las diferentes categorías de la Yihad son definidas:

Cuando es usada sin justificación alguna es entendida en su aspecto militar. También se refiere a los esfuerzos de un fiel por lograr la perfección religiosa y moral.

Hay dos clases de yihad:

  • La «yihad menor», que consiste en la defensa ante el ataque del enemigo. (La yihad que llevó a cabo el Profeta fue en defensa de la comunidad islámica (ummah) que era atacada encarnizadamente por los enemigos.)
  • La «yihad mayor» que es la lucha en contra de nuestro ego, defectos y bajas pasiones.

La defensa del islam, de los musulmanes o de sus países frente al enemigo externo puede efectivamente adquirir el carácter de lucha militar o guerra santa, y así se halla en el Corán, donde se anima a combatir contra los infieles si el islam resulta atacado:

Combate en el camino de Dios a quienes te combaten, pero no seas el agresor. Dios no ama a los agresores. Mátalos donde los encuentres, expúlsalos de donde te expulsaron. La persecución de los creyentes es peor que el homicidio: no los combatas junto a la mezquita sagrada hasta que te hayan combatido en ella. Si te combaten, mátalos: ésa es la recompensa de los infieles. Si dejan de atacarte, Dios será indulgente, misericordioso.

La ley islámica

La Sharia (literalmente: ‘el camino que conduce al abrevadero’), es la Ley Divina, en el sentido de que es la encarnación concreta de la Voluntad Divina que el hombre debería seguir tanto en su vida privada como en sociedad. En cada religión, la Voluntad Divina se manifiesta de un modo u otro y los mandamientos morales y espirituales de cada religión son de origen divino. Pero en el Islam, la encarnación de la Voluntad Divina no sólo es un conjunto de enseñanzas generales sino concretas. Al hombre se le dice no sólo que sea caritativo, sino cómo serlo en circunstancias particulares de la vida. La Sharia contiene los mandamientos de la Voluntad Divina en su aplicación a cada situación de la vida. Es la Ley que Dios quiere que siga el musulmán en su vida. Por lo tanto, es la guía de la acción humana y abarca todas las facetas de la vida humana. Al vivir según la Sharia, el hombre coloca toda su existencia en «manos» de Dios. La Sharia, al tener en cuenta todos los aspectos de la acción humana, santifica la vida entera y le da un significado religioso a las actividades que podrían parecer más mundanales. En el islam, sharia es la expresión del divino destino «y constituye un sistema de deberes que son encargados a un musulmán en virtud de su creencia religiosa».

Los sabios musulmanes la interpretan como: «Los juicios que Dios determina para que el hombre sea feliz en esta vida y en la próxima».

Y los musulmanes la prefieren sobre cualquier sistema por lo siguiente:

  1. Las fuentes de donde se deriva: aseguran que Su origen es el Creador de todo, el Poderoso y Majestuoso, caracterizado por Perfecto, lejano de cualquier defecto, deseo o pasión. En cambio, el hombre es deficiente e imperfecto, ignorante acerca de lo que es mejor para él o que le perjudique; es común que el hombre sea dominado por sus intereses y sus deseos, adelantando el beneficio propio sobre el beneficio general
  2. Los propósitos: dicen que busca el mejor estado del hombre,45 la purificación de su corazón, la tranquilidad de su alma, su sentimiento por actuar, da suma importancia al bien familiar, a su intelecto, honor y propiedades, el establecimiento de una buena relación entre él y su hermano, entre él y su Creador. En cambio, la ley del hombre busca regular las relaciones entre las personas pero omite ciertos aspectos morales y éticos en la vida del hombre; bajo el título de libertad cae en acciones que perjudican a su persona o a la comunidad, como el alcohol y el adulterio.
  3. La recompensa: argumentan que la legislación islámica toma en cuenta las acciones interiores como exteriores. En cambio, la ley del hombre no interfiere en casos interiores o preliminares, sino en aquellos que ya se han presentado, como violaciones hacia los demás.
  4. La adoración y el efecto: para los musulmanes el legislar con ella es adoración, se recibe recompensa por ello en esta vida y en la otra; el diferenciarla merece el castigo en esta vida por los jueces y sabios de la legislación y en la otra próxima vida por Dios. En cuanto a los otros sistemas, omiten totalmente una recompensa en la próxima vida, el obrar con ellos no es adoración, es simplemente algo mundanal.
  5. El establecimiento y la continuidad: ven la ley islámica como perpetua y permanente, lo que es prohibido no puede llegar a ser permitido. En cambio, la ley del hombre es cambiante respecto a las ideologías de las personas en cargo, por el cambio de la sociedad, o por los intereses o deseos del hombre; algo que hoy es permitido, en otro tiempo lo deja de ser y viceversa, es por eso que se presentan diferentes discusiones acerca de lo que es correcto e incorrecto.
  6. Generalización: consideran que es para todos los hombres, tiempos y lugares. Del mismo modo creen que encierra todos los aspectos políticos, económicos, militares, sociales y culturales. En cambio, la del hombre necesita constante renovación.

Por consecuencia, creen que la diferencia entre la sharîah y los otros sistemas o leyes de los hombres es una diferencia como el Creador y Su Creación.

La ley islámica cubre todos los aspectos de la vida del musulmán. Aquellas leyes islámicas que están expresamente descritas en el Corán se denominan hudud. Incluyen la prohibición del homicidio, relaciones sexuales extramaritales, consumo de alcohol y juegos de azar. El Corán también detalla leyes relacionadas con la herencia, el matrimonio, la compensación en los casos de homicidio o daños físicos, así como reglas para el ayuno, el azaque y la oración. Los preceptos y prohibiciones son interpretados en la práctica por los eruditos en religión o ulemas.

Según la opinión de chiita Los principios de la Ley contenidos en el Corán fueron explicados y amplificados en el Hadiz y la Sunna del Profeta, que constituyen la segunda fuente básica de la Ley. Éstos, a su vez, fueron entendidos con la ayuda del consenso de la comunidad islámica (iŷmâ‘). Finalmente, estas fuentes de la Ley fueron completadas por el razonamiento humano analógico (qiyâs) donde fue necesario. Según el punto de vista islámico tradicional, por lo tanto, las fuentes de la Sharî‘a son el Corán, el Hadiz, el iŷmâ‘ y el qiyâs, los dos primeros de los cuales son los más importantes y son aceptados por todas las escuelas jurídicas, mientras que los otros dos son considerados de menor importancia o bien son rechazados por alguna de las escuelas.

Otros aspectos legales son dirimidos por los takzir o jueces. Se les da el poder de dictar sentencia siempre que se atengan a los principios del Corán y la Sunna («tradición»). La ley islámica es directamente aplicable cuando la constitución del país involucrado así lo establece, como es el caso de Arabia Saudita o Irán. De otro modo, se aplica la legislación sancionada por el Estado, que, según el caso, puede coincidir en mayor o menor medida con la Shariah.

Fuentes de la doctrina islámica

La principal fuente del islam es el Corán. Existe consenso entre todos los musulmanes sobre su autenticidad. En orden de importancia, sigue la Sunna o tradición: el conjunto de los hadices, que son dichos y hechos de Mahoma narrados por sus contemporáneos. Estos hadices son transmitidos por fuentes reconocidas y recopilados en distintas colecciones. En ellas se menciona la cadena de personas consideradas dignas de fe que transmitieron cada uno de los dichos o hechos expuestos. La tercera fuente es el consenso de la comunidad (ár. iyma’ إجماع).

La mezquita de la Cúpula de la Roca de Jerusalén, uno de los lugares sagrados del islam.

A diferencia del texto coránico, las colecciones de hadices no son unívocas. Se clasifican según su grado de verosimilitud. Unos son considerados exactos y genuinos; otros, «débiles» y apócrifos. Las distintas escuelas y vertientes a menudo no coinciden sobre la autenticidad de uno u otro hadiz. Hay colecciones que gozan de consenso muy generalizado, al menos dentro de la vertiente suní mayoritaria. Destacan los dos Sahih, que significa «verdadero»: el de Muslim y el de Al-Bujari.

Las colecciones más importantes de la tradición sunita son:

  • El Sahih Al Bujari de Muhammad Al-Bujari
  • El Sahih de Muslim
  • Las tradiciones (sunan) de Al Nisa’i
  • Las tradiciones de Ibn Maya
  • La Musnad de Ahmad bin Hanbal
  • Las tradiciones (sunan) de Al Tirmidhi
  • Las tradiciones (sunan) de Abu Daúd
  • La Muwata’ de Malik Ibn Anas

Alrededor del tiempo de estos recopiladores, surgen cuatro escuelas sunitas de interpretación, llamadas madhhab. Se reconocen mutuamente entre sí. Se denominan hanafí, por Abu Hanifah, malikí, por Malik Ibn Anas, shafi’í, por Al-Shafi’, y hanbalí, por Ahmad bin Hanbal. Estas escuelas tienen diferencias menores en la liturgia y a veces en la jurisprudencia, pero no difieren en lo que podría denominarse el «dogma» o doctrina.

Los libros generales de hadîz compilados que hoy se consideran el eje de referencia de la doctrina y las normas del Shiísmo son:

  1. Al-Kâfî, escrito por Muhammad Ibn Ia‘qûb Al-Kulainî (fallecido en 329 HL), que está conformado por ocho tomos.
  2. Man lâ iahduruh al-faqîh, escrito por Muhamamd Ibn ‘Alî Ibn Al-Husain Ibn Bâbûaih, conocido como As-Sadûq (306-381 HL), que se compone de cuatro tomos.
  3. At-Tahdhîb, escrito por Muhammad Ibn ‘Al-Hasan, conocido como Sheij At-Tûsî (385-460 HL), el cual se compone de diez tomos.
  4. Al-Istibsâr, escrito por el mismo autor anterior, en cuatro tomos.

Éste conforma el segundo conjunto de los compendios del hadîz que elaboró y ordenó la Shî‘ah a lo largo de la historia mediante sus raudos esfuerzos hasta los siglos cuarto y quinto de la hégira. Como ya hemos mencionado, fueron elaborados compendios de hadices durante la época de los Imames en los siglos segundo y tercero, que se denominan “las primeras compilaciones”, eso sumado a los “usûl al-arba‘mî’ah” (los cuatrocientos documentos elaborados directamente por los compañeros de los Imames Inmaculados) cuyo contenido fue trasladado al segundo conjunto de los compendios del hadîz. Desde que la Ciencia del Hadîz fue siempre objeto de atención por parte de la Shî‘ah, de¬bido a ello, en los siglos XI y XII fueron elaboradas otras compila¬ciones del hadîz que no mencionamos para no extendernos. Las más famosas de estas compilacio¬nes son Bihâr Al-Anwâr (Los Mares de Luces) del ‘Al•lâmah Muham¬mad Bâqir Al-Maÿlisî, y Wasâ’il Ash-Shî‘ah (Los Medios de la Shî‘ah) de Muhammad Ibn Al-Hasan Al-Hurr Al-‘Âmilî.

Sistema político

Algunos eruditos musulmanes dicen que una nación islámica se basa en cuatro pilares:

  • La ley de Alá: es una legislación que caracteriza a la nación islámica y el Corán ordena que se juzgue con ella., de la misma manera reprende a quien no legisle con ella describiéndolo como un impío, perverso o infiel.
  • Ciudadanía: en su origen deben ser musulmanes, pero también pueden ser no musulmanes, quienes se dividen en dos tipos: Ahlu-dimah y musta´minun. Ahlu-dimah son los judíos y cristianos que hacen un acuerdo con el gobierno para que sea protegida su religión y sus bienes; entre sus obligaciones está el pagar la «yizia» sustitutiva del azaque, no vender cosas prohibidas en el islam y no prohibir que si alguien de sus familiares quisiera convertirse al islam lo haga. Ibn Qayyim dice que musta´minun son de cuatro tipos: mensajeros, comerciantes, arrendatarios y turistas o quienes tienen alguna necesidad en la nación; no tienen la obligación de pagar la «yizia» debido a que residen en el territorio solo por un tiempo determinado.
  • Territorio: es donde vive la ciudadanía y ejerce las regulaciones de la nación; los alfaquíes dividen los territorios en dos: territorio islámico y territorio no islámico. El territorio islámico es de tres tipos: los lugares sagrados como La Meca y Medina, la península arábiga y los que sean fuera de estos dos, a cada uno le corresponden juicios específicos.
    El Imperio islámico bajo los califas.
    Expansión bajo el profeta Mahoma, 622-632
    Expansión bajo los Califas ortodoxos, 632-661
    Expansión durante la dinastía omeya, 661-750

Autoridad: la autoridad en el territorio islámico después de la muerte de Mahoma es nombrada como califa, emir o imán; el Corán encomienda que se les obedezca, siempre y cuando no contradigan las leyes del islam. La forma en que son elegidos son tres: por consulta o elecciones entre los eruditos de la ley, si el emir elige a su sucesor, o a través de un golpe de Estado. La autoridad político-religiosa máxima en el islam es el califa, elegido entre los creyentes.

En segundo lugar se sitúan los emires o príncipes, y a continuación le siguen el jeque, el alcalde y el imán. El islam no tiene sacerdotes, sino guías religiosos llamados imanes (ár. imam -religión-), que generalmente son nombrados por la propia comunidad. Existe de todos modos una serie de sabios, los ulama, y alfaquíes, que tienen el mismo tipo de autoridad social y religiosa que el clero en otras religiones.

El islam está abierto a todos sin importar la raza, edad, creencias previas o sexo. Es suficiente ser creyente en los principios fundamentales del islam. Esto se realiza atestiguando la unicidad de Dios y la aceptación de Mahoma como profeta de Dios, recitando la shahada (testificación), lo cual debe hacerse sin coacción y sinceramente estando presentes otros musulmanes.

Todos los actos que el Islam nos ha ordenado hacer, poseen indudables ventajas, y todos los actos que nos veda, tienen claras desventajas. Ninguno de los mandatos islámicos deja de tener una razón válida que los sustente. Por ejemplo, las cosas comestibles y bebibles (lícitas e ilícitas según la ley islámica), las relaciones legales, etc., tienen alguna ventaja o desventaja inherente, ya sea que exista alguna ley que les concierna o no. Las órdenes divinas se basan sobre esas ventajas o desventajas innatas.

Por ejemplo, las bebidas alcohólicas y las substancias narcóticas son dañinas, independientemente de lo que la ley islámica diga sobre ella. De igual manera, la usura es una gran trampa usada para la explotación económica. La adoración a Dios es purificante y vigorizadora. Si los intoxicantes y la usura están prohibidos es porque son malignos. Si el rezo u oración ha sido ordenado se debe a sus efectos benéficos sobre el ser humano.

Ali ibn Abi Talib el primer Imam de los chiitas, escribió una carta a Mâlik Al-Ashtar Al-Naja’í al designarlo gobernador de Egipto y sus provincias cuando el gobierno de Muhammad Ibn Abu Bakr estaba en peligro. Es el más largo compendio de instrucciones (en el Nahyul Balâgha La cumbre de la elocuencia).

Muchos de los gobernadores creen que los consejos son los mejores consejos para los gobernadores.

Entre todas sus cartas ésta es la que contiene el mayor número de buenos consejos.

Unas partes de sus consejos a su compañero, Mâlik:

¡Mâlik! Debes ser amable, compasivo y amar a tus súbditos. No te comportes (con ellos) como una bestia voraz y rapaz, considerándolos como una presa fácil, pues ellos una de dos: o son tus hermanos en religión, o se equiparan a ti en su creación (como seres humanos). Hombres de una y otra clase padecen de las mismas debilidades e incapacidades que se heredan en la carne, pecan y dan rienda suelta a sus vicios, ya sean intencional o involuntariamente, sin darse cuenta de la enormidad de sus actos. Deja que tu misericordia y compasión los rescate y los ayude de la misma manera que tú esperas que Dios te demuestre su misericordia y su perdón.

¡Mâlik! no debes olvidar jamás, que tú gobiernas sobre ellos, el Califa gobierna sobre ti y Dios es el Señor Supremo sobre el Califa. Y la realidad es que el Señor te ha elegido gobernador y te ha probado dándote la responsabilidad de gobernar. No pienses jamás en elevarte a un prestigio tan vano que te atrevas a declararle la guerra a Dios, porque no podrás evitar Su castigo y Su venganza. No podrás jamás liberarte de la necesidad de Su misericordia y compasión.

No sientas vergüenza de perdonar y olvidar. No te apresures a castigar y, no te enorgullezcas de tu poder de castigo. No te enfades ni pierdas la calma por los errores y fallas de aquellos a los que gobiernas; por el contrario, sé paciente y compasivo con ellos. El enojo y deseo de venganza no te ayudarán en tu administración. Nunca digas: “Yo detento la autoridad, doy órdenes, y debo ser sumisa y humildemente obedecido”. Porque tal pensamiento te trastornará y te hará vanidoso y arrogante, debilitará tu fe en la religión y te hará buscar el apoyo de cualquier otro poder distinto que el de Dios (tal vez, el de tu partido o el de tu gobierno).

Sistema económico

Economistas islámicos presentan las siguientes particularidades de su sistema económico:

  • 1. El sistema económico islámico forma parte de la religión: tiene una relación completa con la creencia y la sharia, de la creencia se deriva lo siguiente:
La actividad económica en el islam es adoración: el trabajo con una buena intención y ejecutado acuerdo a lo permitido en las leyes es considerado como adoración, dijo Mahoma a sus compañeros al ser preguntado por un hombre trabajando:

Si sale a esforzarse por su niño, está en el camino de Dios; si sale a esforzarse por sus padres ancianos, está en el camino de Dios; si sale a esforzarse para sí mismo y no tiene que pedirle a los demás, está en el camino de Dios, pero si sale a esforzarse por presunción y orgullo, está en el camino de Satán.

Sahih At-Targuib wa Tarhib, Al-Albani
Consciencia del conocimiento de Dios: dicen que si el gobernante y los ministros están conscientes de que Dios conoce lo que hacen en secreto, y que serán juzgados en un Juicio Final; evita la corrupción, el robo, engaño y deficiencia del trabajo, ya que aunque no sean supervisados todo el tiempo por sus jefes, sí están conscientes de que Dios ve todo lo que hacen. De igual manera, el vendedor si fuera creyente no engañaría a sus compradores y viceversa.
Alejarse de lo prohibido: todo creyente se apartaría de las cosas que se prohíben en la legislación, por lo tanto no gastaría cantidades grandes en cosas prohibidas dentro del islam, como las drogas, el alcohol, la pornografía, las apuestas y cosas nocivas para la sociedad, como la usura. Así, también se reprime la avaricia.
Gastar los bienes conforme a Dios lo legisla: en el islam el dinero y los bienes pueden ser bendición o discordia; dicen que el dinero no debe ser el objetivo principal del hombre, sino que deben de tenerlo en la mano, más no en el corazón, así como reconocer que Dios ha ordenado que el dinero debe de ser gastado en asuntos benéficos, y deben reconocer que todo lo que tienen no es solamente por su propio esfuerzo, sino que Dios quiso que así fuera. Dijo Mahoma:

El sirviente de Alá permanecerá de pie en el Día de la Resurrección hasta que se le hagan cuatro preguntas: por su vida y a qué la dedicó, por su juventud y cómo la usó, por sus propiedades, la forma de adquirirlas y el manejo que hizo de las mismas y por su conocimiento y por cómo lo utilizó.

Iqtidah Al-´ilm wa Al-´amal, Al-Albani
  • 2. Equilibrio en el cuidado del bienestar individual y general: dicen que es un sistema intermedio entre el socialismo y el capitalismo se respeta el esfuerzo y trabajo individual, pero cuando hay un choque entre el bienestar general y el bienestar común y no hay forma de salir de un perjuicio, se adelanta el bien general sobre el individual, remunerando al individuo conforme a su perjuicio.
  • 3. Equilibrio entre lo espiritual y lo mundanal: invita a que el hombre trabaje y produzca en esta vida, como también al mismo tiempo lo llama a buscar la otra vida, dice el Corán:

¡Busca en lo que Alá te ha dado la morada postrera, pero no olvides la parte que de la vida de acá te toca! ¡Sé bueno, como Alá lo es contigo!¡No busques corromper en la Tierra, que Alá no ama a los corruptores!

Si un hombre es rico puede ser el mejor musulmán al igual que el pobre, lo único que los distingue es su obediencia a Dios.

Moralidad de la economía islámica

Se puede argumentar que la economía que existe en el Islam no llega a ser una teoría económica, siendo solamente un sistema moral que se entiende que lo ofrece a sus creyentes, a quienes le pide que lo sigan.

En cambio, así como el Islam exhorta a la gente a ser veraz, honesta, paciente y cordial, refrenándola de la falsedad y las peleas, de la misma manera la exhorta a ayudar al pobre, a no cometer injusticias, a no usurpar los derechos de otros y a no obtener dinero por medios ilegales. Así como ha ordenado el ayuno, la oración y la peregrinación, también ha prescripto el zakat como un acto meritorio compulsivo, para implementar su política de ayuda al pobre.

Todas estas leyes representan los requerimientos morales del Islam y apuntan a la elevación moral de los musulmanes. No tienen el sentido de la invención de una teoría económica con vistas a organizar la sociedad.

El Islam ha definido los confines de la justicia y ha establecido leyes generales para la vida en sociedad en los distintos campos de la producción, distribución de los bienes y relaciones mutuas. Ha descrito cualquier violación o rechazo de estas leyes y mandatos como injusticia y transgresión.

La sociedad en el islam

En el islam el hombre está creado para adorar a Dios.

En el islam cada miembro de la sociedad tiene un conjunto de derechos y deberes. A todo ser humano que acepta esta religión se le exige que oriente su vida de acuerdo con estas reglas.

Es un libro moral se llama Risalatul Huquq (Tratado Sobre los Derechos), Ali ibn al-Husayn el cuarto Imam de los chiitas en este libro expresó las tareas de los humanos, hay que hace el humano para Dios y la gente y él mismo.

 

Algunos de los derechos enumerados en este tratado son:

  • Derechos de Dios
  • Derechos del auto
  • Derechos de la lengua
  • Derechos de oración
  • Derechos de la caridad
  • Derechos del profesor
  • Derechos de las personas
  • Derechos de la mujer
  • Derechos de la madre
  • Derechos del padre
  • Derechos de los niños
  • Derechos del hermano
  • Derechos de los funcionarios
  • Derechos de los asociados
  • Derechos del vecino
  • Derechos del préstamo tomador
  • Derechos del enemigo
  • Derechos de la persona que te hace feliz
  • Derechos de la que te trata mal
  • Derechos de la gente que debe de

De una manera general, la ley del islam impone cuatro clases de derechos y deberes en el hombre:

  • 1. Los deberes hacia Dios, que todo hombre está obligado a cumplir.
El Corán incita a que el hombre reflexione y esté en constante recuerdo de Dios, obedezca sus mandatos, acepte la voluntad y el decreto divino, se arrepienta constantemente y sepa que su función en esta Tierra es adorar a un solo Dios y complacerlo, dijo Mahoma:

Quien quiera que busque la complacencia de Alá a pesar de disgustar a la gente, Alá se ocupará de él y lo protegerá. Pero quienquiera que busque la complacencia de la gente sin preocuparse de la ira de Alá, Alá lo abandonará al cuidado de la gente.

At-Tirmidhi con cadena de transmisión auténtica

El mayor derecho que Dios, Exaltado Sea, posee sobre ti, consiste en que Lo adores y no Le asocies nada. Si haces esto con sinceridad, Él se compromete a satisfacer tus necesidades en este mundo y en el más allá, conservando lo que deseas de ambos.

Tratado Sobre los Derechos
  • 2. Los deberes del hombre con respecto a sí mismo.
El Corán especifica que Dios no cambia la situación de un pueblo o una sociedad hasta que los individuos de esta cambian lo que hay en sí mismos, respecto al cuerpo, mente y alma:

  • Cuerpo: está reprendido el comer con inmoderación, la mala apariencia, Mahoma dijo que un creyente fuerte es más amado por Alá que un creyente débil, el baño corporal es obligatorio al asistir a las oraciones de los viernes, así como el uso de perfume, cortarse las uñas, afeitarse el pubis y depilarse las axilas.

En cuanto al derecho de tu sexo, implica que lo preserves de aquello que no te es lícito, buscando ayuda para eso mediante bajar la mirada, porque éste es el mejor de los auxilios, también mediante abundante recuerdo de la muerte y la conminación a tu alma por Dios y atemorizarla con Él, puesto que en Él está la castidad y la fortaleza. Y no hay fuerza ni poder sino en Él.

Tratado Sobre los Derechos
  • Mente: Mahoma dijo que la búsqueda del conocimiento es un deber para todo musulmán,y dicen los eruditos musulmanes que en el Corán no hay otra súplica en la que se le instruye a Mahoma que pida el acrecimiento de algo, sino en el conocimiento.
  • Alma: el Corán encomienda purificar el alma a través de las adoraciones y buenas obras y juntarse con quienes le invitan al bien:

El derecho de tu alma sobre ti mismo consiste en exigirla en la obediencia a Dios. Así pues, cumplir con los respectivos derechos de tu lengua, tus oídos, tu vista, tus manos, tus piernas, tu vientre y tu sexo, y procura para ello la ayuda de Dios.

Tratado Sobre los Derechos
  • 3. Los derechos de los demás con él.
Los derechos con las terceras personas se clasifican en:

La familia

Boda en la mezquita, kazajistán.

Sostener los vínculos de parentesco es uno de los mayores principios del islam y uno de los rasgos característicos del Derecho islámico.

Los padres

En numerosas aleyas del Corán la orden de complacer a los padres está ligado después de la complacencia a Dios, Mahoma encomendó ser bondadoso con ellos aunque profesen una religión diferente, y la madre debe ser la primera persona en grado de importancia para el musulmán, debe de tratar bien a los amigos de sus padres y pedir por ellos ya después de su fallecimiento. Desobedecerlos es uno de los pecados mayores. Inclusive antes de partir al Yihad tiene que gozar de su autorización.

En cuanto al derecho de tu padre, consiste en que tú sepas que él es tu raíz y tú eres su rama. Si él no existiera, tú no existirías. Por consiguiente, cuando veas en tu alma algo que te enorgullece, debes ser consciente que el origen de esa merced es tu padre. Entonces, alaba a Dios y agradécele por ello. Y no hay poder excepto en Dios.

Tratado Sobre los Derechos

Dentro de los derechos de tus parientes, el de tu madre implica que sepas que ella se ha hecho cargo de ti en circunstancias en la que nadie se hace cargo de nadie; te ha alimentado del fruto de su corazón como nadie lo haría. Ella te ha protegido con sus oídos, su vista, sus manos, sus piernas, su cabello, su piel y el resto de sus miembros con júbilo y regocijo, tolerando aquello que detesta, que le causa dolor, le resulta pesado y la entristece, hasta que la Mano Poderosa (de Dios) te hace nacer de ella, sacándote al mundo. Ella se complace de tu saciedad mientras padece hambre; te viste mientras se desnuda; apaga tu sed permaneciendo sedienta; te pone bajo la sombra exponiéndose al sol; te beneficia a costa de su miseria y hace que te sea agradable el sueño a costa de su desvelo. Su vientre es para ti un recipiente, su regazo un cojín, su pecho un abrevadero y su alma un guardián. Ella recibe el calor y el frío del mundo para ti y por ti. Debes agradecerle en la medida de lo posible; mas no podrás hacerlo sino con la ayuda de Dios y Su favor.

Tratado Sobre los Derechos

El matrimonio

En el Corán se describe que la vida matrimonial debe ser de la siguiente manera:

Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona.

  • Obligaciones del marido respecto a su esposa: es obligatorio que el hombre mantenga a su esposa y a sus hijos, proporcionando alimento, vestido y vivienda; es su protector y debe darle buen trato, dijo Mahoma:

El creyente que tiene la fe más completa es aquel que se comporta bien, y el mejor de entre vosotros es quien mejor trata a su esposa

Hdhiz transmitido por At-Tirmidhi (#1162) quien lo clasificó como auténtico
De la misma manera, la mayoría de los eruditos y entre ellos Ibn Hazm dicen que la mujer tiene derecho a tener relaciones con su marido por lo menos una vez cada menstruación.
  • Obligaciones de la esposa respecto a su marido: según la tradición islámica dijo Mahoma que el mejor consuelo en este mundo es una mujer piadosa, por lo tanto debe mostrar respeto y obediencia siempre que no sea pecado; no le está permitido admitir la entrada en la casa a alguien que desagrade a su marido, obedecer a alguien en contra de este y acudir a su lecho cuando este la requiera.

Niña iraquí sonriendo.

  • Los hijos: su primer derecho es que antes de nacer se haya escogido un buen padre o madre para él, tener un buen nombre, si es niña; no ser preferido el varón sobre ella por el padre, tenerles misericordia y no imprecar contra ellos, si se les da un obsequio, hacerlo equitativamente y no preferir a ninguno sobre los demás; Mahoma instruyó a que se les enseñara la natación, el tiro de arco y el montar a caballo.

En cuanto al derecho de tu hijo implica que tú sepas que él proviene de ti y depende de ti en este mundo, en lo bueno y en lo malo. Tú eres responsable de encargarte de su buena educación, de orientarlo hacia su Señor y de ayudarlo para que Le obedezca en su relación contigo y consigo mismo, resultando de esto una recompensa o un castigo. En consecuencia, obra con él de un modo correcto, ejerciendo una buena influencia sobre él en este mundo. Tu relación con él, lo bueno que le brindes y lo que aprenda de ti, serán tu excusa ante Dios. Y no hay poder sino en Dios.

Tratado Sobre los Derechos

Comunidad y sociedad

¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre [Adán] y una mujer [Eva], y [de su descendencia] os congregamos en pueblos y tribus para que os reconozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Allah es el más piadoso. Ciertamente Allah es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis.

  • Los vecinos: el Corán prescribe continuamente tratar bien a los vecinos parientes y no parientes, está prohibido incomodarlos o perjudicarlos está prohibido comer hasta saciarse mientras el vecino tiene hambre, y Mahoma dijo que aquél cuyo vecino no esté a salvo de su maldad no entrará al Paraíso.

En cuanto al derecho del vecino, implica que lo cuides en su ausencia, lo honres cuando está presente, lo auxilies y ayudes en ambos casos. No buscas en él defecto ni vicio alguno para conocerlo. Si llegaras a saberlo de manera involuntaria, y sin esfuerzo, debes ser una fortaleza inexpugnable y un velo oculto de aquello que conoces, de tal forma que si las lanzas buscaran y entran en tu corazón, no lo alcanzarían. No debes escucharle disimuladamente. No lo abandones ante la dificultad ni lo envidies ante la merced. Pasa por alto sus deslices y perdona sus errores. Sé benévolo con él cuando te ignora. No dejes de ser pacífico con él. Aleja de él la mala lengua, aquello que no sirve y el consejo tramposo, y frecuenta su grata compañía. Y no hay fuerza ni poder sino en Dios.

Tratado Sobre los Derechos
  • 4. Los derechos de los recursos que Dios ha puesto a su disposición y que le ha autorizado para su bienestar.

Etiqueta y dieta

¡Creyentes! ¡Comed de las cosas buenas de que os hemos proveído y dad gracias a Dios, si es a Él sólo a Quien servís! Os ha prohibido sólo la carne mortecina, la sangre, la carne de cerdo y de todo animal sobre el que se ha invocado un nombre diferente del de Dios

Muchas prácticas comprenden la categoría de adab islámico o de etiqueta. Esto incluye entre otros el saludo «salamu` alaykum» («la paz sea con vosotros«), diciendo «bismilah» («en el nombre de Alá«), antes de las comidas, y usan solo la mano derecha para comer y beber, respecto al aseo la mano izquierda, como sonarse la nariz. Las prácticas de higiene islámicas principalmente en la categoría de aseo personal y de la salud, como la circuncisión de los varones descendientes. Los rituales islámicos de entierro incluyen el salat al-Janazahla oración fúnebre«), ya que bañan y envuelven el cadáver en un manto blanco y posteriormente lo colocan en la tumba. Los musulmanes, como los judíos, están restringidos en su dieta, y los alimentos prohibidos incluyen productos de cerdo, sangre, carroña y el alcohol. Toda la carne debe proceder de animales herbívoros sacrificados en el nombre de Dios por un musulmán, judío o cristiano, con la excepción del juego que uno tiene de caza o de pesca para uno mismo. La alimentación permisible para los musulmanes se conoce como alimentos halal.

El profeta del Islam dijo:

“El creyente come teniendo presente el apetito de su familia, y la familia del hipócrita come teniendo presente la voracidad de él”

Imam Ali ibn Abi Talib, el primer Imam de los chiitas dijo:

“Empezad por la sal al inicio de vuestras comidas, puesto que si la gente supiera el beneficio de la sal la preferirían como medicamento probado”

Hay una larga lista de recomendaciones sobre el beber y el comer, provenientes de la Sunna o Conducta del Profeta del Islam, Muhammad y retransmitidas por los sabios del Islam, como las siguientes escritas por el teólogo iraní Allamah Muhammad Baqir Ibn Muhammad at-Taqi al-Maylisi (1628-1699):

  • No hay que ser pródigo en materia de comer y beber.
  • No comáis nada cuando tengáis el estómago lleno.
  • Es Sunna lavarse las manos y la boca antes y después de las comidas.
  • Es conveniente decir Bismillah (“en el Nombre de Dios”) cuando se pone la comida en la mesa, y empezar y terminar las comidas con una pequeña pizca de sal.
  • Comer con los sirvientes y sentados en el suelo es Sunna.
  • No toméis la comida cuando está demasiado caliente.
  • Limpiaros los dientes después de haber comido.

Indumentaria islámica

Cuatro ejemplos de hijab. Siguiendo las agujas del reloj desde la izquierda: América, Irán, Afganistán e Indonesia.

El velo es un valor de acuerdo con la naturaleza del ser humano. El exhibicionismo y el aumento de las relaciones íntimas entre los sexos es una acción en contra de la naturaleza, ya que contradice las peticiones humanas. Dios, el Supremo en pro de la vida de la pareja formada por el hombre y la mujer y para que ellos puedan administrar sus asuntos en esta vida, ha establecido una orden correspondiente a su naturaleza.

Para los seguidores del islam, el puritanismo en la indumentaria es considerado como una orden de Alá, según establece su libro sagrado, el Corán, en el cual, Mahoma estableció lo que está permitido usar o no para los musulmanes, y aquello que es recomendable y lo que no lo es. Tanto el hombre como la mujer no deben vestir ropas demasiado justas ni provocativas a la vista de los demás, cuando se está frente a personas ajenas a su familia, a excepción de sus parejas.

Está plenamente prohibido que el hombre vista como mujer y viceversa.

Una de las consecuencias más polémicas de indumentaria islámica es uso prescriptivo de prendas femeninas que cubren totalmente el rostro de la mujer y que a veces son rechazadas en los territorios no islámicos por los no musulmanes, como es el caso del velo o el burka.

Algunos defensores del islam responden a esta acusación argumentando que el islam mira a las mujeres como si fueran joyas. Afirman buscar su protección de los ojos lujuriosos y de los corazones perversos como es el caso de los violadores, ya que el islam evita los medios que lleven a un perjuicio grave para la sociedad, reduciendo con esto el número de adulterios, la fornicación y las violaciones. Estos argumentos pueden resultar ofensivos para los habitantes de países donde hay minorías islámicas, ya que consideran que van en contra de los derechos de la mujer. Basándose en su moral religiosa, establecen taxativamente que si cualquier hombre desea a una mujer, no tiene otro recurso sino el matrimonio; por ello es el único lazo que hace lícita la unión del hombre con la mujer y permite todo aquello que antes era prohibido, puesto que para el islam el matrimonio es la única vía para que la mujer y el hombre puedan gozar uno del otro.

Un orante suplicando en la mezquita Masjid Al Haram, en la ciudad de La Meca.

La palabra «Imam o Imán» (en árabe, إمام) denota una persona que se mantiene o camina «delante». Para el Islam sunita, la palabra se utiliza comúnmente para referirse a una persona que dirige el curso de la oración en la Mezquita. También significa que el jefe de una escuela de jurisprudencia («escuela de pensamiento»). Sin embargo, desde el punto de vista de los chiitas esto es simplemente el básico entendimiento de la palabra en la lengua árabe y, para su uso religioso propio, la palabra «Imam» se aplica sólo a los miembros de la Casa del Profeta designados como infalible por el Imam anterior.

Los chiitas creen que el Profeta del Islam fue ordenado por Dios a nombrar a su sucesor, al que la gente debe obedecer. Este sucesor fue el Imam Ali Ibn Abi Talib y después de él el Imam Hasan y Husayn.

Los chiitas duodecimanos (Izna-´ashari) creen que después del Husayn, nueve de sus descendientes fueron nombrados como sus sucesores. El doceavo de ellos, el Imam Mahdi se encuentra oculto a las miradas y un día se levantará para establecer la Justicia en el mundo. El Imam es una personalidad conductora única, y su función entre Dios y sus siervos consiste en preservar los asuntos devocionales de la religión divina, así como los éticos y sociales. Él es por cierto un modelo perfecto para la humanidad y una merced universal (general para todos). Es quien con su capacidad puede conducir el desarrollo humano hacia la perfección; y por esto es obligatorio para el siervo creyente obedecer sus órdenes e imitarlo en todo asunto. Es el ejemplo racional y perfecto para la educación tanto del individuo como de la sociedad en general; y en particular es además alguien cuyos antecedentes biográficos son un ejemplo para una formación excelente del individuo islámico.

La mayoría de los sabios de la escuela sunni sostienen que la Imamah y la jilafah no difieren en nada en cuanto a su significado, pues son términos sinónimos que tienen un significado único, a saber la responsabilidad suprema, social y religiosa, que se le confiere a alguien de parte de la ummah (comunidad islámica universal). Y él (el califa o imam) consigue ese cargo sin importar si se lo selecciona o elige para ello. El sentido es que el califa responde por la licitud de las cuestiones religiosas, y con el poder militar custodia las fronteras del territorio y la seguridad general. Según esto entonces el imam es un jefe ordinario, un simple gobernante dedicado a aplicar la justicia social y la preservación de la seguridad del territorio y nada más; tarea para lo cual desde luego es elegido.

Lo que más distingue a la escuela de Ahlul Bayt de las otras escuelas islámicas es el concepto del Imamah, o la inmediata sucesión del Profeta Muhammad. La escuela de Ahlul Bayt cree que el oficio del Imam es un oficio divino – significa que, el Imam o Califa (líder) tiene que ser designado directamente por Dios, este oficio es tan importante como el de la profecía. La gente ha sido comandada de este modo por Dios a seguir sucesores específicos (Imames) después del fallecimiento del Profeta. La sucesión -Califato o Imamah- es designada solamente por Al.lah, en repetidas ocasiones esto es mencionado en el sagrado Corán. En la escuela de Ahlul Bayt, el califato se refiere no solo al poder temporal y a la autoridad política sobre el pueblo, mucho más, se refiere a la autoridad para ejercerlo. Esta autoridad debe provenir de Dios ya que Él se atribuye el Gobierno y el Juicio a sí mismo.

El imanato chií

Entre los chiíes, el término imán, aparte de referirse al guía de una comunidad, es el título que ostentaban los jefes supremos de toda la comunidad chií (el equivalente al califa suní), cargo hereditario cuyo último representante, Muhammad al Mahdi, según la tradición, «desapareció» en el año 873 d. C. y vive desde entonces oculto (el mahdi o imán oculto), rigiendo desde la sombra los destinos de la comunidad (creencia sostenida por la mayor parte de los chiíes, denominados imamíes).

Mausoleo de Husain ibn Ali en Karbala, Irak

Lista de los más renombrados imanes chiíes:

  1. Ali ibn Abi Talib (600–661), también conocido como Ali, Amir al Mu’minin
  2. Hasan ibn Ali (625–669), también conocido como Hasan al Mujtaba
  3. Husayn ibn Ali (626–680), también conocido como Husayn al Shahid, o Sah Husseyin
  4. Ali ibn Husayn (658–713), también conocido como Ali Zayn al Abidin
  5. Muhammad ibn Ali (676–743), también conocido como Muhammad al-Baqir
  6. Jafar ibn Muhammad (703–765), también conocido como Jafar al Sadiq
  7. Musa ibn Jafar (745–799), también conocido como Musa al Kazim
  8. Ali ibn Musa (765–818), también conocido como Ali al Raza
  9. Muhammad ibn Ali (811–835), también conocido como Muhammad al-Yawad
  10. Ali ibn Muhammad (829–868), también conocido como Ali al-Hadi
  11. Hasan ibn Ali (846–874), también conocido como Hasan al-Askari
  12. Muhammad al-Mahdi (869–está viva), también conocido como Mahdi

El islam y otras religiones

Hay diferentes puntos de vista de acuerdo a la enseñanza del Corán respecto a otras religiones. Existen grupos no musulmanes que enfatizan la siguiente azora que indica:

Entonces, cuando los meses sagrados hayan pasado, matad a los idólatras dondequiera que los encontréis, y llevadlos (cautivos), y asediadlos, y preparar para ellos toda emboscada. Pero si se arrepienten y establecen adoración y se humillan, dejadlos libres. ¡Mirad! Alá perdona, es misericordioso.

En cambio, los musulmanes consideran que juzgar al islam en partes es como un lector que, al leer, se tapa un ojo y no quiere leer con el otro, ya que hay textos que reprenden este acto. Además en el Corán, en la vida de Mahoma y en la historia del islam, también hay ejemplos para la misericordia con los no musulmanes.

El islam afirma que todos los profetas han sido musulmanes y que ninguno de ellos afirmó que su religión haya sido el judaísmo o el cristianismo, por lo tanto creen que Abraham no era judío ni cristiano. Asimismo aseguran que Moisés y Jesús predicaron el islam.

De la misma manera el Corán indica en la azora:

Realmente la práctica de adoración ante Dios es el islam.

Los musulmanes han respetado a los judíos y a los cristianos como «gente del libro», pero aseguran que han abandonado el monoteísmo y corrompido las sagradas escrituras. El islam tolera a judíos y cristianos, pues les está permitido vivir y practicar su religión en territorios musulmanes, aunque tienen que pagar un impuesto especial, la «Yizia», sustitutiva del azaque. Está prohibido el uso de la fuerza para convertir al incrédulo al islam.

La apostasía está penada (con la muerte) bajo la ley islámica según se indica en la Sura XVI, 106

Sobre quien reniega de Dios después de su profesión de fe —se exceptúa quien fue forzado, pero cuyo corazón está firme en la fe— y sobre quien abre su pecho a la impiedad, sobre esos caerá el enojo de Dios y tendrán un terrible tormento.

Corán, Sura de las Abejas (16), 106. Trad. de Juan Vernet.

Sin embargo, los no musulmanes sufren persecución en ciertos países islámicos, y así lo muestran determinados informes del Human Rights Watch. Por ejemplo, los Ahmadis en Arabia Saudí o en Indonesia; cristianos y bahaíes en Irán; cristianos en Egipto, cristianos y animistas en Sudán, etc.

Historia del islam

Arabia preislámica

Al momento de su muerte en el año 632, Mahoma había logrado unir toda la península arábica.

Arabia antes de Mahoma estaba escasamente poblada por habitantes de habla árabe. Algunos eran beduinos, pastores nómadas organizados por tribus. Algunos eran agricultores, que vivían en oasis en el norte, o en las áreas más fértiles y densas en el sur (en lo que se conoce ahora como Yemen y Omán). En ese tiempo, la mayoría de los árabes eran seguidores de las religiones politeístas, aunque unas pocas tribus seguían el judaísmo, el cristianismo (incluido el nestorianismo) o zoroastrianismo. La ciudad de La Meca era un centro religioso para algunos politeístas árabes norteños, ya que contenía el muro sagrado del Zamzam y un pequeño templo, la Kaaba.

Auge del califato (632–750)

En 1187, Saladino invadió el reino de Jerusalén y derrotó a los cruzados en la batalla de Hattin.

La destrucción de Bagdad en 1258 por Hulagu Kan se considera tradicionalmente el final aproximado de la Edad de Oro.

La historia del islam comienza en la Arabia en el siglo VII con la predicación del profeta Mahoma, seguida de la violenta conquista de los mayores Estados de la época: el imperio persa sasánida, buena parte del Imperio romano y el reino visigodo.

Omar fue sucedido por Uthman ibn Affan, otro de los primeros seguidores de Mahoma. Bajo Uthman, el Nuevo califato se vio sumido en una guerra civil a la que se le llamó la Fitna, o desorden. Muchos de los familiares y primeros seguidores de Mahoma estaban descontentos con Uthman, porque sentían que estaba favoreciendo indebidamente a sus parientes y actuando menos como un líder religioso y más parecido a un rey. Soldados rebeldes mataron a Uthman y ofrecieron el liderazgo a Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno de Mahoma. El período del califato de Ali ibn Abi Talib fue aquel en que asumió directamente la carga y dirección de la comunidad. Fue una etapa extremadamente importante para el Estado Islámico pues intentó, en un lapso de tiempo muy corto, poner en práctica su concepción de gobierno, de la sociedad civil, de los lazos que unían a sus miembros así como de su concepción de la vida doctrinaria, intelectual y espiritual de la comunidad.152 Ali murió a manos de un asesino jariyí, y los Omeyas reclamaron el califato. Ellos lograron retener el liderazgo de la mayoría de los musulmanes por varias generaciones, pero salvo por un breve período, nunca volvieron a gobernar sobre un imperio islámico no dividido. La fe islámica divergió también, separándose en las principales de la actualidad: los Suníes y los Chiíes.

En la historia del islam existen diversas dinastías que se disputaron los califatos o el liderazgo del islam y muchos Estados islámicos que ofrecían una mínima o ninguna obediencia al califa.

No obstante, el imperio de los califas abasíes y el de los turcos selyúcidas se contaban entre los más poderosos de su época. Después de la desastrosa derrota de los bizantinos en la batalla de Manzikert en 1071, la Europa cristiana llevó a cabo diversas Cruzadas. Tras la Primera Cruzada, los occidentales lograron capturar y gobernar por algún tiempo Jerusalén. Saladino, sin embargo, restableció la unidad islámica en el Oriente Próximo y derrotó a los chiíes fatimíes.

Entre los siglos XIV y el XVII, uno de los más poderosos imperios fue el Imperio de Malí, cuya capital era Tombuctú. Sin embargo, esta cultura estuvo profundamente pautada por la árabe (incluso en el idioma), no siendo realmente original.

Batalla de Lepanto, victoria de la Liga Santa sobre la flota del Imperio otomano.

En el siglo XVIII, hubo tres grandes imperios musulmanes: el otomano en torno a Turquía, Oriente Próximo, el Mediterráneo y los Balcanes; el safaví en Irán, Iraq, la Armenia histórica, el Cáucaso y Afganistán; y el mogol en el Indostán. En el siglo XIX, estos imperios habían caído bajo la dominación del poder político y económico de Europa. Después de la Primera Guerra Mundial, el remanente del Imperio otomano fue dividido en protectorados o esferas de influencia europeas. El islam y el poder político del islam han experimentado un resurgimiento en el siglo XX, en buena medida gracias al petróleo. Sin embargo, las relaciones entre Occidente y cierto número de Estados de mayoría musulmana siguen siendo precarias cuando no tensas.

Tiempos modernos (1918-presente)

Luego de las pérdidas posteriores a la primera guerra mundial, los restos del Imperio otomano son esparcidos con los protectorados europeos. Desde entonces la mayoría de las sociedades musulmanas se han convertido en naciones independientes, y han adquirido prominencia nuevos temas, como la riqueza petrolera y las relaciones con el Estado de Israel.

Dinar

El dinar es la unidad monetaria de diversos Estados del mundo, la mayoría de los cuales de lengua árabe o que antiguamente habían formado parte del Imperio otomano, ya que históricamente fue usado en tierras musulmanas. La palabra «dinar» (دينار en árabe y en persa) tiene el mismo origen que dinero, puesto que deriva del denario romano.

Era una antigua moneda musulmana de oro que se empezó a acuñar a finales del siglo VII en Al-Andalus y que tenía un peso que, según las épocas, oscilaba entre los 3,85 g y 4,25 g. En sus inicios imitaba los modelos bizantinos, pero pronto adquirió carácter propio y definido, hasta el punto de que fue imitado fuera de los territorios califales.

Estados que usan actualmente el dinar como moneda:

  • Argelia: el dinar argelino
  • Baréin: el dinar bareiní
  • Irán: el rial iraní se divide en 100 dinares
  • Irak: el dinar iraquí
  • Jordania: el dinar jordano
  • Kuwait: el dinar kuwaití
  • Libia: el dinar libio
  • Macedonia: el dinar macedonio
  • Serbia: el dinar serbio
  • Sudán: el dinar sudanés (antes utilizaba la libra sudanesa)
  • Túnez: el dinar tunecino

Dirham

El dirham o dirhem (en árabe: درهم) era una antigua moneda de plata utilizada en varios puntos del mundo islámico que valía la décima parte del dinar de oro. El nombre dirham procede del griego dracma (δραχμή). Las monedas actualmente en circulación con este nombre son el dírham marroquí y el dírham de los Emiratos Árabes Unidos.

El islam contemporáneo

Si bien el más famoso movimiento del islam en tiempos recientes ha sido el fundamentalismo islámico, existen diversas corrientes liberales que ven como alternativa el alinear al islam con los tiempos contemporáneos.

Este movimiento no está dirigido a cuestionar los fundamentos del islam, sino que trata de aclarar malas interpretaciones o abrir paso a la renovación del islam como un centro moderno de pensamiento y libertad.

La población musulmana actual

Países cuya población musulmana supera el 10% del total (FUENTE – CIA World Factbook, 2012). Los países coloreados con tonos rojos son aquellos en los que la mayoría de la población pertenece a ramas del islam distintas de la suní mayoritaria.

Según el World Factbook de la CIA, en el año 2005 el islam era la segunda religión con más seguidores en el mundo, un 19,9% de la población mundial. Es asimismo la religión que está creciendo más rápidamente, hecho atribuible principalmente al mayor crecimiento demográfico en los países musulmanes, así como a las conversiones al islam como religión monoteísta.

La población musulmana se estima que excede los 1.200 millones de personas. Solamente el 18% de los musulmanes son étnicamente árabes; otro 20% se encuentra en la región del sur del Sahara en África, y el 30% en el subcontinente indio (sumando los fieles de Pakistán, Bangladés y la India). El país con la población de musulmanes más grande del mundo es Indonesia, con casi 200 millones de fieles. También hay importantes grupos musulmanes en China, Europa, Asia Central y Rusia.

En Europa, Austria fue el primer país en reconocer el islam como una de sus religiones oficiales, mientras que Francia es el país europeo con mayor población de musulmanes: 6 millones, que representan un 10% de su población total.

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