El Compromiso de Caspe
El Compromiso de Caspe fue una reunión producida por nueve compromisarios en Caspe (Aragón), donde se produjo la renovación de la monarquía catalo-aragones y posiblemente sea el suceso más importante del siglo XV, pues con ella apareció la dinastía Trastamara con la figura de Fernando de Antequera, un noble de Castilla y que posteriormente sus sucesores darán lugar a la unión de ambos territorios (Reino de Castilla y Reino de Aragón) con el matrimonio de Isabel la católica de Castilla y Fernando II de Aragón.
La corona catalo-aragonesa se encontraba en una clara situación de decadencia biológica por la falta de descendencia. Los sucesores de Pedro IV “el ceremonioso” (1319-1387) fueron sus hijos Juan I y Martín I cuyos monarcas ambos tuvieron reinados no muy amplios. Juan I pese a que tuvo doce hijos, siete de ellos varones, todos ellos murieron antes que él, por lo que le sucedió su hermano, Martín I “el humano”, que pese a tener un hijo, Martín “el joven”, este murió tempranamente y después el propio monarca en 1410.
Además, pese a que se lograron algunos éxitos exteriores como la reincorporación de Sicilia a la corona de Aragón mediante el enlace matrimonial de Juan I con María de Sicilia, pese a ello nos encontramos ante una situación de carestía en el exterior como podemos observar en su política exterior de expansión mediterránea, ya que se perdieron Atenas y Neopatria entre 1388 y 1391 y tuvieron que sofocar revueltas en Cerdeña y Sicilia. Revueltas provocadas por la República de Génova y por el Papa de Roma. El Papa de Roma, pues estamos en el contexto del Gran Cisma de Occidente, también llamado Cisma de Aviñón y la corona de Aragón se decantó por el Papa de Aviñón.
Por este motivo existe un debate sobre si la expansión mediterránea se produce por los intereses de la dinastía catalo-aragonesa o por los intereses económicos de los mercaderes que ejercen una dura presión sobre el monarca.
En el ámbito interno de la corona catalo-aragonesa tenemos guerras internas en los estamentos entre bandos y grupos de nobles, por ejemplo en el Reino de Aragón hubo tensiones internas entre banderías nobiliarias como los Luna contra los Urrea, o en el Reino de Valencia donde encontramos el conflicto entre la familia Vilaragut y posteriormente los Soler contra los Centelles.
En este contexto se produjo la muerte de Juan I sin descendencia y la muerte después de su hermano Martín I. Martín I “el humano” que tras la muerte de su hijo Martín “el joven” que murió sin descendencia legítima en el 1409 y su padre el año 1410, sin herederos directos legítimos, puesto que su hijo Martín “el joven” tuvo un hijo de una relación extramatrimonial llamado Fadrique de Luna, pese a ello Fadrique podría haber sido rey, pero a la muerte de Martín I tenía tan solo ocho años y carecía de partidarios que apoyaran su candidatura. Además Martín I murió sin haber indicado de forma clara quién habría de sucederle. Con lo cual, no encontramos rey en la corona de Aragón.
Esto dio lugar a un interregno que duró dos años y a que finalmente en el año 1412 se convocara en Caspe una reunión que resolviera la cuestión sucesoria entre dos grandes rivales al trono. Por un lado, Jaime de Urgel de origen catalán, conde de Urgel, casado con la hija de Pedro IV “el ceremonioso” y con lo cual hermana del último monarca y designado por Martín I como lugarteniente general de la corona, por lo tanto, era el candidato con más probabilidades, pero contaba con muchos enemigos dentro de la propia corona. El otro gran candidato es Fernando de Antequera, nombrado de Antequera por sus conquistas en esta zona, un noble castellano vinculado a la Corona de Aragón por su madre, era un hombre de gran prestigio, además en este momento era el regente de Castilla, por ser hermano del anterior rey de Castilla, Enrique III de Trastámara. En Castilla había un rey, pero este era menor de edad y en este momento el máximo dirigente de Castilla era Fernando de Antequera y por lo tanto tenía también un gran poder.
También había más pretendientes al trono, pero eran de menor importancia como eran: Fadrique, hijo ilegítimo de Martín “el humano”, Alfonso duque de Gandía, que murió el 5 de marzo de 1412, antes de que se reunieran en Caspe, y Luis de Anjou y Juan II, estos dos últimos por descender de los reyes de Aragón por vía femenina. Si la referencia es Martín “el humano” tiene más derechos su nieto Fadrique, posteriormente Luis de Anjou y Juan II de Castilla sobrinos segundos de Martín. Si el parentesco se establece con otros monarcas, Fernando de Antequera es nieto de Pedro IV “el ceremonioso”, Alfonso de Gandia es nieto de Jaime II y Jaime II de Urgel bisnieto de Alfonso “el benigno” y esposo de Isabel, hija de Pedro IV.
Árbol genealógico
Por lo tanto, varios rivales al trono, destacando sobre todo a Jaime de Urgel y Fernando de Antequera, todo esto en un contexto de conflictividad social en los territorios entre los partidarios urgelistas y los trastamaristas.
El Compromiso de Caspe del 29 de marzo 1412, se realizó en la localidad aragonesa del mismo nombre y supone la propuesta de Alcañiz de la reunión de tres “personas de santa vida y ciencia, buenas y notables” representantes por cada uno de los territorios que conforman la corona de Aragón, estos son tres compromisarios de Aragón, tres de Cataluña y tres del reino de Valencia, para decidir entre los candidatos a un nuevo rey.
Todo ello dentro de un contexto internacional, el Cisma de Aviñón y el traslado del Papado de Roma a Aviñón y con lo cual, nos encontramos en un periodo en el que hay dos Papas y división de la iglesia católica, por un lado los seguidores del Papa de Roma y por otro lado, los partidarios del Papa de Aviñón. En este momento Castilla es partidaria de Aviñón donde el Papa es Benedicto XIII, y por lo tanto es partidario de Fernando de Antequera. Esto influye en el pensamiento de un compromisario de Valencia como es San Vicente de Ferrer, un personaje que mueve masas con sus predicciones y que era partidario de Aviñón.
Además, en este contexto tenemos una situación conflictiva socialmente, en el caso del reino de Valencia, tenemos a los Vilaragut que eran partidarios de Jaime de Urgel y los Centelles partidarios de Fernando, por lo tanto, tenemos una guerra de bandas nobiliarias para controlar la ciudad, ambas bandas están implicadas con la elección del nuevo rey. En el reino de Valencia, tras la Batalla de Murviedro, la victoria es para los Centelles, que logran la victoria sobre los Vilaragut con la ayuda de Castilla, esto explica que los tres compromisarios de Valencia: Pedro Bertrán, que no voto alegando no haber tenido tiempo para formar una opinión y que sustituyo al jurista Gener Rabassa, que fue declarado demente, Vicente Ferrer y su hermano Bonifacio que apoyaban la elección del Papa de Aviñón, Benedicto XIII, también conocido como el Papa Luna, y explica que sean partidarios de Fernando de Antequera.
En el Principado de Cataluña también encontramos una división. Por una lado, la nobleza, partidaria de Jaime de Urgel y por otro lado, el patriciado urbano, partidario de Fernando de Antequera. Como consecuencia los compromisarios catalanes están divididos: Guillem de Vallseca, jurista y Pere de Segarriga, arzobispo de Tarragona, optaron por Jaime de Urgel, mientras que Bernat de Gualbes, representante del patriciado barcelonés, optó por Fernando de Antequera.
En cuanto al reino de Aragón, observamos como en principio Aragón muestra un problema legal, puesto que Fernando de Antequera es candidato por herencia materna y según las normas aragonesas las reinas no pueden reinar. Creando así un debate sobre si se puede transmitir la herencia de la corona, existiendo una división entre los que están a favor de la ley sálica vigente en Aragón y quienes defienden que según el Derecho aragonés las mujeres no reinan pero si transmiten sus derechos a los hijos varones. La decisión final es que si se puede transmitir la herencia, por lo tanto, la candidatura de Fernando de Antequera es legal y eso supone que los Compromisarios de Aragón: Domingo Ram, obispo de Huesca, Francisco Aranda y el jurista Berenguer de Bardaixí sean partidarios de Fernando de Antequera.
La decisión final fue a favor de la figura de Fernando de Antequera, pues de los nueve electores se produjo una abstención, seis votos para Fernando de Antequera y solo dos para Jaime de Urgel. El reinado de Fernando de Antequera supone el inicio de una nueva dinastía en la corona de Aragón, una dinastía de origen castellano, la dinastía Trastámara.
Jaime de Urgel en un primer momento aceptó la decisión, pero posteriormente tomó la decisión de negarse a reconocer como nuevo rey a Fernando I y con ello denegar la decisión tomada por el Compromiso de Caspe, por este motivo se alzó en armas contra el monarca, pero fue derrotado en Castelflorite, Montearagón y asediado en el castillo de Balaguer donde finalmente se rindió. Jaime de Urgel fue condenado y sus bienes fueron confiscados, estuvo en varias prisiones hasta que finalmente murió en el castillo de Játiva el año 1433.
Tumba de Jaime II de Urgel en el castillo de Játiva
El Compromiso de Caspe ha dado lugar a diversas consideraciones históricas que han dado lugar a debate, ya que parte de la historiografía catalana actual acusa a la dinastía de los Trastámara de ser la culpable de la decadencia del siglo XV. Afirman que el resultado del Compromiso de Caspe perjudicó al principado de Cataluña y que hubiera ido mejor si el monarca escogido hubiera sido Jaime de Urgel, pues era de origen catalán, en cambio, la llegada de la monarquía castellana de los Trastámara supuso en Cataluña la imposición de la lengua y los modos políticos castellanos.
Además, se consideró como una traición a la Corona de Aragón por parte de aragoneses y valencianos por su elección del rey castellano. La corona de Castilla significó el precedente de los reyes católicos y el concepto de nación española, pero desde los años 60 autores como Vicent Vives dieron una nueva dimensión al debate. Otros historiadores consideran que el Compromiso de Caspe y la instauración de la dinastía Trastámara no son culpables de la decadencia de Aragón, sino que más bien es un proceso previo a la instauración de los Trastámara, además consideran que no es una dinastía negativa a la Corona, ya que algunos territorios como la ciudad de Valencia experimentan durante el siglo XV su periodo de esplendor y el mejor ejemplo para entender el esplendor de Valencia es la Lonja o mercado de Valencia.
Vicent Vives dice que no se puede considerar la coronación de Fernando de Antequera como un precedente del matrimonio de los reyes católicos y el nacimiento de la nación española, sino que su coronación tiene sentido en su contexto histórico, ya que todos estos argumentos son falsos, pues ambos reinos (Aragón y Valencia) no votaron a favor de Castilla, sino por lo más conveniente para sus intereses. Los aragoneses rechazaron la política exterior catalana que se basaba en la expansión mediterránea, mientras que los valencianos se vieron influenciados por las creencias de una monarquía fuerte y la influencia del Papa Benedicto XIII sobre Vicente Ferrer, un hombre que movía masas.