Dinosaurios. El inicio de la vida, del planeta Tierra en sus primeros «días» y sobre todo, cuál es el misterio de la vida, que es el responsable de nuestra existencia. También se hablará del origen de los dinosaurios, puesto que son los primeros reptiles vertebrados que vivieron sobre la superficie terrestre.
La vida: ¿Cómo se inició?
4 mil millones de años AP
En esta ilustración, puede observarse la posible historia de la vida en la tierra.
En el cielo, podemos contemplar el desarrollo de galaxias similares a la vía láctea, con cometas, planetas y lunas que forman el sistema solar. Los rayos de nuestra estrella, el sol, nos proporcionan la energía necesaria para el desarrollo de la vida.
Sobre el océano (a la izquierda) puede apreciarse la formación de las moléculas que constituyen la base inicial de la vida. A la derecha aparece una bacteria, que fue la primera célula viva, seguida de formas marinas de vida más sofisticadas. Los anfibios fueron capaces de abandonar el mar y caminar sobre la tierra. Finalmente, aparecieron sobre la tierra animales tales como los dinosaurios y más tarde, los seres humanos.
Esta es la historia que nos muestran los fósiles, pero ¿qué‚ sucedió en realidad?
Durante muchos años las explicaciones religiosas fueron las únicas teorías aceptadas. En otras palabras: «Dios creó las plantas y los animales». Hasta la publicación de «El origen de las especies» por Charles Darwin, no dispusimos de ninguna explicación natural convincente.
Darwin proponía que la vida evolucionó a través de una serie de pequeñas modificaciones accidentales denominadas mutaciones. La mayoría de ellas no podían ayudar a la supervivencia de plantas y animales. Algunas incluso eran perjudiciales. Sin embargo, otras fueron beneficiosas.
Así, por ejemplo, algunos dinosaurios podían haber evolucionado desarrollando grandes cuellos que les permitieran alcanzar las hojas situadas en las copas de los arboles.
La Tierra: El planeta que estuvo envenenado
4 mil millones de años AP
Durante los 1500 millones de años posteriores a su formación, la Tierra fue un planeta envenenado en ebullición, lleno de volcanes y cubierto por oscuras nubes de vapor de agua y gases venenosos. No existía ningún tipo de vida. El aire, el agua y la tierra no presentaban el aspecto que conocemos hoy en día.
Fueron necesarios cientos de millones de años para que finalmente la superficie fundida de la tierra se enfriase y solidificase. Cuando esto ocurrió, grandes cantidades de gases venenosos y vapor de agua fueron expelidos desde el corazón de la tierra creando la primera atmósfera primitiva. Ninguna forma de vida podía respirar en esta atmósfera, ya que no existía oxígeno y la mayoría de los gases eran mortales. A lo largo de todo el planeta se sucedían las erupciones de volcanes y los lagos de lava.
Con el paso del tiempo, la superficie de la tierra se enfrió, de forma que el vapor de agua de la atmósfera comenzó a condensar y cayó en forma de lluvia. Durante millones de años, llovió de forma continuada sobre el planeta, rellenando las depresiones de la superficie con lo que hoy en día son los mares y océanos.
Finalmente, la lluvia se detuvo y las nubes cubrieron la tierra. Por primera vez en muchos millones de años, el sol brilló sobre la superficie del planeta. Al mismo tiempo, muchos de los gases venenosos de la atmósfera escaparon hacia el espacio exterior, comenzando el proceso de creación de las primeras formas de vida.
El misterio de la vida
1.000 millones de años AP
La primera cosa a tener en cuenta sobre las formas simples de vida es que no tienen nada de simples. La célula más rudimentaria puede ser comparada con una factoría que desarrolla tantas funciones diferentes como todas las industrias del mundo juntas.
Así pues, el misterio sigue cubriendo todavía el proceso mediante el cual se iniciaron las primeras formas de vida, aunque los científicos creen que en los orígenes del planeta las lluvias depositaron compuestos químicos sobre la tierra y los océanos disponiendo así los principios básicos para el inicio de la vida.
Aunque las moléculas que forman los organismos vivos son mucho más complejas que las que poblaron los océanos primitivos, los experimentos han demostrado que cuando actúan ciertas fuentes de energía, los compuestos químicos originales pueden producir los aminoácidos y las bases de nucleótidos que forman los ladrillos del edificio de la vida. Otras teorías sugieren que estos ladrillos pudieron combinarse en forma de proteínas y ácidos nucleicos más complejos para formar «protocélulas», los precursores de las verdaderas células vivas.
Algunos científicos suponen que después de millones de reacciones entre los distintos compuestos químicos, las protocélulas desarrollaron membranas que les permitían absorber nutrientes y crecer sin llegar a estallar. De forma gradual y con el paso de muchas generaciones, las protocélulas supervivientes fueron adquiriendo formas más complejas hasta que algunas de ellas crecieron y se dividieron en dos copias idénticas de la célula original, pudiendo ser consideradas organismos vivos.
Sin embargo, otros científicos tales como el bioquímico y premio Nobel Francis Crick, consideran esta cadena de eventos altamente improbable y especulan con la posibilidad de que las primeras formas de vida procediesen del espacio exterior.
Los científicos siguen buscando respuestas definitivas al complejo misterio de la vida.
Los reptiles
Unos animales calumniados
Existen palabras que poseen una fascinación siniestra y que evocan en nuestra mente imágenes repulsivas, transmitidas mediante la literatura y el lenguaje popular. La palabra «reptil» es una de ellas. Deriva del latín, «reptilis» que significa «raptrero» y en este caso se utiliza como sinónimo de ruindad, falsedad, engaño, peligro, traición; porque, generalmente, el reptil es considerado como un animal viscoso y rarero, siempre dispuesto a encolerizarse y a atacar sin previo aviso. Aunque este trabajo no está escrito para inetentar cambiar esa opinión, sí quisieramos, al menos, hacer justicia a esa importante clase de vertebrados, protagonistas de extraordinarios y cautivadores acontecimientos. Para empezar, es preciso señalar que la piel de los reptiles no es viscosa (siempre está seca), siendo unas veces áspera y rugosa, como la de los cocodrilos y las tortugas, y otras veces lisa y delicada, como la de las serpientes. Si es cierto que muchos reptiles se arrastran, pero también es verdad que estos son una minoría respecto a los que se mueven de otra forma, a veces hasta elegante y agraciada, como en el caso de los lagartos. No obstante, la auténtica importancia de los reptiles se basa en otros motivos.
Los primeros auténticos vertebrados terrestres
Hay que empezar por decir que los reptiles fueron los primeros vertebrados que se liberaron de la esclavitus del ambeinte acuático para vivir y reproducirse sobre las tierras emergidas, incluso en ambientes áridos. No se trató de un acontecimiento insignificante, puesto que, si bien es verdad que la adaptación a las nuevas condiciones de vida resultó difícil y compleja, también es verdad que, una vez conseguida, representó la estrucutura básica sobre la cual se construirían no sólo la clase de los reptiles, sino también todas las otras clases que derivarían de ella.
2. Los dinosaurios
¿Dónde vivían?
Los dinosaurios vivieron sobre la Tierra durante unos 150 millones de años y no es sorprendente que su mundo cambiase sustancialmente en el transcurso de ese tiempo. Los continentes, que al comienzo sólo eran una gran masa de tierra, fueron separándose hasta optar la disposición moderna que nos es familiar. Esto significa que el clima cambió a la par, y esos dos factores influyeron en el tipo de plantas que crecían. Esos cambios se produjeron lentamente a lo largo de millones de años, y los animales se fueron adaptando a ellos. A comienzo de la era de los dinosaurios, en el paisaje dominaban arbustos parecidos al helecho. Luego llegó un tiempo en el que aparecieron los bosques de colosales coníferas y los bosquecillos de cicas. Más adelante sucedió el cambio más importante cuando aparecieron las primeras plantas de flores (fanerógamas). Todavía pueden verse hoy muchas de las plantas y flores iguales a las que los dinosaurios devoraron.
La alimentación de los dinosaurios
Muchos de nosotros imaginamos a los dinosaurios como pavorosos seres carnívoros, pero algunos eran pacíficos devoradores de plantas, que no hacían mas ramonear las copas de los árboles, mascando hojas. Otros dinosaurios tenían una dieta mixta de carne y plantas, como los humanos. Los que no eran vegetarianos, no se limitaban a comer carne de dinosaurio debieron de comer todo aquello que se movía, como insectos y aves. Los restos fósiles de dinosaurios nos brindan mucha información acerca de lo que el animal comió cuando estaba vivo. Los indicios más importantes han sido aportados por la forma y disposición de las mandíbulas y dentaduras. Incluso, la forma general del cuerpo de un dinosaurio nos ofrece datos: los carnívoros suelen tener la cabeza grande y corta y el cuello poderoso, para poder arrancar bocados de carne a una víctima; en cambio, los cuellos largos de muchos citófagos eran muy útiles para conseguir alimento de las copas de los árboles.
Algunos dinosaurios significativos
Albertosaurus, hermano menor de Tyrannosaurus
70 millones AC
9 metros; 1,8 toneladas
ALBERTA, CANADÁ
Con 9 metros de longitud, Albertosaurus tenía solamente la mitad del tamaño de su primo más cercano, el Tyrannosaurus. A pesar de las diferencias de tamaño, el Albertosaurus era muy similar a los restantes carnívoros. Disponía de una gran cabeza con poderosos músculos, llena de dientes afilados en forma de sierra y una poderosa mandíbula capaz de triturar de un mordisco el cuello de sus víctimas.
Al igual que Tyrannosaurus, Albertosaurus disponía de unas patas delanteras débiles, demasiado cortas para llevar su comida hacia la boca. Con solamente dos dedos funcionales en sus manos, en lugar de tres la comida debía resultarle extremadamente difícil. Algunos científicos creen que Albertosaurio utilizaba sus diminutos miembros para acoplarse a las hembras durante el apareamiento. Otros piensan que permitían a estos dinosaurios incorporarse cuando se encontraban tumbados sobre el suelo.
Los paleontólogos continúan especulando sobre si los Albertosaurus y las especies relacionadas eran depredadores veloces. Sus cuerpos eran demasiado pesados para atrapar a las presas capaces de alcanzar velocidades elevadas en largas distancias. Es más probable que Albertosaurus acechase a sus víctimas y cargara sobre ellas. Una vez situados lo suficientemente cerca, clavaba sus poderosas mandíbulas sobre el cuello de sus víctimas y propinaba un contundente golpe con sus poderosas patas.
LOCALIZACION: Alberta, Canadá; Montana, EEUU
LONGITUD: 9 Metros
PESO: 1,8 Toneladas
Ankylosaurus, el tanque acorazado
70 millones de años AP
10 metros; 4 toneladas
ALBERTA, CANADÁ
Ankylosaurus fue probablemente el tanque acorazado de los dinosaurios. La complexión compacta de esta criatura, cercana a las cuatro toneladas de peso y 10 metros de longitud, la constituía como uno de los mayores géneros del grupo de dinosaurios acorazados conocidos como ankylosaurios.
Pocos depredadores eran capaces de atravesar sus defensas. Ankylosaurus se encontraba protegido desde el borde de su sólido cráneo hasta la punta de su poderosa cola con placas blindadas y enormes y resistentes espinas. Ankylosaurus tenía un cuerpo que podía llegar hasta los 5 metros de ancho. Solamente su cráneo alcanzaba los 75 centímetros de longitud, y disponía de robustos cuernos triangulares en los laterales de su cabeza. Una de las características más interesantes del Ankylosaurus era una pesada maza ósea situada en el extremo de su cola. Construido a base de huesos fusionados actuaba como un arma letal contra la mayoría de los feroces depredadores.
Ankylosaurus fue uno de los dinosaurios en sobrevivir al final del Período Cretácico, viviendo principalmente en Norte América. Se alimentaba de plantas y pudo vivir en grupos reducidos.
LOCALIZACION: Alberta, Canadá; Montana, EEUU
LONGITUD: 10 Metros
PESO: 4 Toneladas
Apatosaurus, el lagarto atronador
145 millones de años AP
21 metros; 33 toneladas
UTAH, ESTADOS UNIDOS
Todo comienza con el estrepitoso sonido de plantas y árboles pisoteados. A continuación, la terrible sacudida de la tierra. En la distancia aparece una figura inmensa del tamaño de un pequeño edificio. Apatosaurus es también denominado «Brontosaurus», nombre que significa «lagarto atronador», en referencia al estruendo producido por estos enormes dinosaurios con un cuerpo de 33 toneladas en su deambular por las llanuras de Norte América. Los científicos han dejado de utilizar el término Brontosaurus, ya que los primeros fósiles descubiertos de esta criatura fueron denominados Apatosaurus.
Apatosaurus fue probablemente uno de los mayores animales que caminaron por la tierra. Pertenecieron al grupo de comedores de plantas denominados Saurópodos, que incluía a los Diplodocus y Camarasaurios. Al igual que estos otros dinosaurios, los Apatosaurus disponían de un cuello extremadamente largo y una cola aún mayor. Un Apatosaurus adulto podía alcanzar los 21 metros de longitud, con una cabeza diminuta en comparación con su cuerpo (tan solo 55 centímetros). Aunque no era tan largo como su pariente relativamente cercano Diplodocus, Apatosaurus pesaba tres veces más, ya que sus huesos eran compactos y su pesada cola podía tener unas 82 vértebras.
LOCALIZACION: Oklahoma, Utah, Wyoming, EEUU
LONGITUD: 21 Metros
PESO: 33 Toneladas
Archaeopteryx: El avesaurio
140 millones de años AP
36 centímetros
SOLNHOFEN, ALEMANIA
¿Era un dinosaurio? ¿Un ave? ¿O ambos? En 1861, cuando canteros alemanes descubrieron un fósil en perfectas condiciones de Archaeopteryx dentro de un bloque de piedra caliza de 140 millones de años, no se sabía qué hacer con él. Al principio, los científicos pensaban que el fósil correspondía a un diminuto dinosaurio comedor de carne. Más tarde, cayeron en la cuenta de que las líneas borrosas que rodeaban al esqueleto eran huellas de plumas.
Con el tiempo, el descubrimiento del Archaeopteryx se reveló como uno de los más importantes hallazgos de dinosaurios jamás realizados. Probaba lo que muchos científicos habían supuesto durante largo tiempo. Existía un fuerte vínculo entre los antiguos dinosaurios y aves que conocemos hoy en día.
Probablemente, Archaeopteryx era una especie de cruce entre un dinosaurio y un ave moderna. Con el tamaño aproximado de una paloma, disponía de una pequeña cabeza, grandes ojos y plumas que cubrían la mayor parte de su cuerpo. Al igual que los dinosaurios, Archaeopteryx disponía de dientes en sus mandíbulas, garras en sus dedos y una larga cola puntiaguda.
LOCALIZACION: Alemania
LONGITUD: 36 Centímetros
Dimetrodon y su vela
270 millones de años AP
3 metros
NORTEAMERICA
Dimetrodon significa literalmente «dos dientes largos». Este animal disponía de dientes afilados ideales para el consumo de pescado. El hecho de que hayan sido localizados fósiles de Dimetrodon cerca de antiguos emplazamientos de lagos, podría reafirmar la convicción de que estos animales se alimentaban de peces, aunque es posible que fueran capaces también de comer otros animales.
Dimetrodon podía orientar su vela al sol para calentarse rápidamente, o bien evitar los rayos solares con objeto de reducir su temperatura. Esta aleta, podría quizás disponer, además, de colores brillantes y ser utilizada para ahuyentar a sus rivales o depredadores y servir como reclamo para atraer a sus parejas.
LOCALIZACION: Norte América
LONGITUD: 3 Metros
Edmontosaurus, los mil y un dientes
70 millones de años AP
13 metros; 2,9-3,9 toneladas
MONTANA, ESTADOS UNIDOS
Edmontosaurus fue uno de los más grandes hadrosaurios (picos de pato) buscadores de plantas de los antiguos bosques de Norte América. Este gran dinosaurio de 13 metros de longitud tenía un hocico ancho y plano cubierto por un estuche córneo, y un largo pico sin dientes de aspecto similar al de un pato. Mientras su pico carecía de dientes, las zonas posteriores mandibulares de Edmontosaurus tenían de una gran cantidad de ellos. Estos dientes eran pequeños, afilados e ideales para pulverizar plantas y todo tipo de vegetales resistentes. Tan pronto como caía un diente, uno nuevo crecía para sustituirlo.
Edmontosaurus podría llegar a tener más de mil dientes en su boca. La mandíbula de Edmontosaurus era similar a la de Iguanodon. Ambos dinosaurios podían desplazar sus mandíbulas en sentido horizontal, facilitando así la trituración de las plantas fibrosas que formaban parte de su dieta básica.
Una de las extrañas características de Edmontosaurus era sus enormes aperturas nasales. Los paleontólogos piensan que dichas aperturas podrían estar cubiertas con grandes l minas de piel. Dichas aletas quizás se hincharan, permitiendo a Edmontosaurus emitir determinados sonidos. Es posible que dispusieran también de colores llamativos que utilizaban durante la estación de apareamiento o como símbolo de reconocimiento entre los distintos individuos.
LOCALIZACION: Alberta, Canadá; Montana, EEUU
LONGITUD: 13 Metros
PESO: 2,9 – 3,9 Toneladas
Iguanodon: La falsa iguana
125 millones de años AP
9 metros; 5 toneladas
BERNISSART, BELGICA
En 1809 fue descubierta parte de la tibia de un Iguanodon en el sur de Inglaterra. En 1819 fueron descubiertos algunos dientes y huesos que llevaron a pensar a los científicos de la época que habían localizado un gigantesco mamífero similar al rinoceronte. Sin embargo, el geólogo Gideon Mantell observó que la dentadura era similar a la de una iguana moderna, por lo que bautizó a la criatura con el nombre de Iguanodon. Iguanodon fue el segundo dinosaurio descubierto antes incluso de que la palabra «dinosaurio» fuera acuñada.
Alcanzaba los 5 metros de alto por 9 de longitud y su peso rondaba las cinco toneladas. Vagaba por los húmedos y cálidos paisajes del cretácico alimentándose de la abundante flora que cubría la tierra. Un gran número de esqueletos de Iguanodon han sido localizados en Inglaterra, Bélgica y Alemania, lo que sugiere a los paleontólogos que el Iguanodon probablemente viajara en grandes manadas.
Iguanodon disponía de pezuñas en sus manos y pies. Sus patas eran largas y vigorosas. Este dinosaurio podría caminar sobre sus cuatro patas, aunque era capaz de erguirse sobre sus patas traseras para alcanzar arbustos y plantas elevadas e incluso caminar sobre ellas.
LOCALIZACION: Oeste de Europa, Mongolia, norte de Africa, oeste de Norte América
LONGITUD: 9 metros
PESO: 5 toneladas
Plesiosaurus: Reptil marino
200 millones de años AP
2 metros
ALEMANIA
Plesiosaurus fue uno de los primeros miembros del grupo de reptiles marinos denominados Plesiosaurios. Estos reptiles, de dos metros de largo, surcaban las aguas poco profundas de Inglaterra y Alemania en busca de sus presas: pequeños peces. En lugar de disponer de miembros como los restantes reptiles, Plesiosaurus desarrolló largas y anchas aletas similares a las de los pingüinos y una cola corta.
Plesiosaurus utilizaba probablemente sus aletas de forma muy similar a como lo hacen las tortugas marinas actuales. En lugar de remar hacia adelante y atrás, Plesiosaurus agitaba sus palas arriba y abajo, de forma que parecía volar dentro del agua en lugar de nadar. Los Plesiosaurios ponían posiblemente sus huevos como lo hacen las tortugas, utilizando nidos que excavaban en la arena.
Debido a su largo cuello y la carencia de cualquier coraza protectora, debían ser presa fácil para sus enemigos cuando se dirigían a la playa para desovar.
Plesiosaurus era probablemente un experto atrapando peces. Manteniendo quizá su largo cuello por encima del agua, la cabeza del Plesiosaurus podía divisar los peces que pasaban bajo él, atrapándolos de un mordisco con sus afilados dientes.
LOCALIZACION: Inglaterra; Alemania
LONGITUD: 2 Metros
Triceratops: El dinosaurio rinoceronte
70 millones de años AP
9 metros; 11 toneladas
WYOMING, ESTADOS UNIDOS
Con sus poderosos tres cuernos sobre la cabeza y un pesado cuerpo acorazado, Triceratops debió ser un temible adversario para cualquier Tyrannosaurus hambriento. Ciertamente, no es posible decir que fuera un bocado fácil.
Triceratops fue el más conocido de los dinosaurios con cuernos denominados Ceratopsios. También fue uno de los últimos dinosaurios que poblaron el planeta antes de que se iniciara su misteriosa extinción. Los científicos mantienen esta hipótesis debido a que los huesos de Triceratops han sido localizados en los más recientes sedimentos que contienen fósiles de dinosaurio.
Aunque por lo general era un pacífico comedor de plantas, Triceratops disponía de unas perfectas defensas contra los ataques de depredadores tales como Tyrannosaurios. Con una estructura compacta, un Triceratops adulto podía alcanzar los 9 metros de longitud y un peso superior a 11 toneladas (¡más pesado que un elefante!). Su cráneo presentaba la forma de un gigantesco escudo rodeado por un grueso collarín sobre el cuello, un pequeño cuerno sobre la nariz y dos más grandes sobre las cejas que podían alcanzar cerca de un metro de longitud.
Triceratops habitó el planeta hace 70 o 65 millones de años, vagando en manadas por el oeste de Norte América. En 1900, el coleccionista de dinosaurios John Bell Hatcher recuperó 32 cráneos de Ceratopsios alrededor de Niobrara County (Wyoming), casi todos ellos pertenecientes al género Triceratops.
LOCALIZACION: Wyoming, EEUU
LONGITUD: 9 Metros
PESO: 11 Toneladas
El tirano Tyrannosaurus
67 millones de años AP;
14 metros; 7 toneladas
MONTANA, ESTADOS UNIDOS
Uno de los más feroces dinosaurios era el terrible comedor de carne de siete toneladas de peso conocido como Tyrannosaurus, cuyo nombre significa literalmente «rey de los lagartos tiranos».
Tyrannosaurus fue probablemente el mayor depredador terrestre de todos los tiempos. Con su postura bípeda, podía alcanzar los 6 metros de altura. Con su cola compacta, insignificantes patas delanteras, poderosas mandíbulas y largos dientes afilados de 18 centímetros de longitud, Tyrannosaurus cazaba dinosaurios comedores de plantas tales como los Hadrosaurios. Desde la nariz a la punta de su cola, Tyrannosaurus alcanzaba una longitud de casi 14 metros. Solamente su cráneo era capaz de medir más de un metro.
Estos enormes depredadores vivieron hacia el final de la era de los dinosaurios y probablemente encontraban sus presas entre las manadas de Hadrosaurios (picos de pato) y los Triceratops. Según puede observarse por sus fósiles, los Tyrannosaurus vagaban por Norte América y buena parte de Asia.
Algunos paleontólogos piensan que Tyrannosaurus era un carroñero, aunque muchos suponen que se trataba de un terrible cazador, veloz sobre sus patas traseras y feroz en la batalla.
LOCALIZACION: Montana, Texas, Montana, EEUU; Alberta, Saskatchewan, Canada; China; Mongolia
LONGITUD: 14 Metros
PESO: 7 Toneladas
Tyrannosaurus: ¿Rápido o lento?
Si pudiera permanecer de pie junto a un Tyrannosaurus (suponiendo que no fuera devorado), apenas alcanzaría su rodilla.
Tyrannosaurus fue uno de los mayores dinosaurios comedores de carne, con un inmenso cráneo y unos dientes que podían alcanzar los 18 centímetros.
Algunos científicos piensan que el animal de 14 metros y 7 toneladas que puede observar en esta imagen, era tan grande que sus movimientos debían ser necesariamente lentos.
Por esta razón, suponen que aprovecharía para su alimentación la carroña producida por otros dinosaurios cazadores. Otra hipótesis sostiene que realizaría ataques por sorpresa para matar a sus propias presas.
Sin embargo, a través del examen de las patas del Tyrannosaurus, otros paleontólogos afirman que era un animal rápido, capaz de alcanzar velocidades de 74 kilómetros por hora.
¿Qué mató a los dinosaurios? Es como un clásico misterio de Sherlock Holmes. Los cadáveres han sido encontrados y disponemos de toda clase de pistas, pero ¿quién fue el asesino?
Los asesinatos ocurrieron hace 65 millones de años. Entre las víctimas estaban incluidos la mayoría de los dinosaurios. De hecho, no solamente fueron los dinosaurios las únicas criaturas en desaparecer, sino muchos de los restantes animales y plantas. Afortunadamente, la ciencia produce a menudo un Sherlock Holmes que resuelve este tipo de grandes misterios.
Este moderno detective es el premio Nobel de física Luis Alvarez. Su hipótesis trata de explicar muchas de las pistas que el asesino dejó olvidadas junto a los cadáveres de los dinosaurios, justo debajo de nuestros pies. La hipótesis de Alvarez ha creado una gran controversia.
Las investigaciones de Luis Alvarez sobre la muerte de los dinosaurios comenzaron hace varios años, cuando su hijo Walter (geólogo) le mostró un puzzle. Había localizado inesperadas trazas de iridio en algunas muestras de rocas.
El iridio, un metal blanco-amarillento, debe su nombre a la palabra latina usada para nombrar al arco-iris, debido a los colores que presenta en estado líquido. El iridio es uno de los metales más raros de la tierra y sin embargo aparecía con profusión en las muestras de los geólogos. ¿Por qué?
Las muestras habían sido tomadas de una delgada capa situada por encima de los estratos que incluyen a los dinosaurios muertos.
Los Alvarez descubrieron que en todo el mundo la historia parecía ser similar: debajo de la capa de iridio, dinosaurios y otras clases de vida parecían florecer. Algo verdaderamente misterioso debía haber sucedido para que se formaran dichas capas con iridio. Algo que hubiera acabado con los dinosaurios y muchas formas de vida de la tierra.
Al cabo de los años han ido sucediéndose distintas hipótesis. Algunos científicos piensan que el clima de la Tierra se volvió extremadamente frío, aniquilando la vida en el planeta. Esta era la hipótesis más popular antes de las propuestas de Alvarez. Pero ¿por qué cambió el clima?. Algunos científicos piensan que fue debido a grandes erupciones de volcanes que contaminaron el aire y el agua.
Luis Alvarez propuso una teoría radicalmente diferente. Cuando su hijo le habló de la capa de iridio, Alvarez le mostró que existe un lugar donde el iridio es un elemento común. Dicho lugar no se encuentra en la tierra, sino en el espacio.
Los meteoritos (rocas u objetos metálicos caídos sobre la superficie de la tierra), presentan grandes cantidades de iridio. Generalmente, las rocas terrestres no disponen de grandes cantidades de este material.
La mayoría de los geólogos trabajan con rocas terrestres, no con rocas espaciales. Sin embargo, Alvarez estaba acostumbrado a manejar rocas procedentes del espacio, de forma que al igual que Sherlock Holmes, descubrió una pista donde los demás detectives habían ignorado la conexión entre los dinosaurios y el espacio exterior.
Además, conocía las consecuencias producidas por las grandes explosiones. Alvarez había trabajado en la bomba atómica durante la segunda guerra mundial. Si un meteorito acabó con la vida de todos los dinosaurios de la tierra, podía deberse a una gran explosión. Alvarez sabía que en el espacio se producía un gran número de explosiones de este tipo. Muchas de ellas eran mayores que la que originó el cráter de Arizona, con 1,2 kilómetros de diámetro.
Alvarez, su hijo y otros científicos comenzaron a investigar sobre los detalles. ¿Qué tamaño debía tener el meteorito? ¿Qué había sucedido con esta gran roca después de impactar con la tierra hace 65 millones de años? ¿Cuáles habían sido los efectos de la explosión?
Suponiendo que hubiera caído en el océano en lugar de tierra firme, ¿qué le habría sucedido a la atmósfera? ¿Cuál habría sido su efecto mortífero, la contaminación, el calor o algún otro?
Por encima de todo, debían comparar la hipótesis con los hechos. ¿Existía algún hecho que contradijera la hipótesis? Y si así fuera, ¿Podían los «hechos» estar equivocados?
Los científicos se pusieron a investigar los efectos de la mayor explosión conocida en el mundo.
La onda expansiva debió ser lo suficientemente grande como para cubrir de lodo cientos de kilómetros. Observaron que cualquier meteorito inferior a 10 kilómetros de diámetro no hubiera sido suficiente para realizar el trabajo, concluyendo que existían suficientes asteroides de 10 kilómetros de tamaño (aproximadamente la altura del monte Everest), como para que uno de ellos impactara con la tierra cada 100 millones de años.
Los asteroides de mayor tamaño son excesivamente raros, de forma que resulta poco probable que uno de ellos realizara el trabajo sucio.
¿Qué ocurriría si el monte Everest chocara con la Tierra a la velocidad de un meteorito (alrededor de 40 kilómetros por segundo o 144.000 kilómetros por hora)?
El efecto sería equivalente a millones de bombas de hidrógeno explotando al mismo tiempo. Si un meteorito impactase sobre el agua o la tierra en estas condiciones, lanzaría millones de toneladas de desperdicios hacia la capa más alta de la atmósfera (la estratosfera), cubriéndola de partículas ligeras durante años. La luz del sol se oscurecería como en un día lluvioso, y el planeta entraría en una nueva glaciación.
Dado que las plantas necesitan la luz para servir de alimento a los animales, todos los seres vivos acabarían muriendo de hambre. Probablemente este haya sido el motivo por el que murieron los dinosaurios: inanición. El poderoso Triceratops y, el fiero Tyrannosaurus, todos ellos murieron en un mundo frío y oscuro.
¿Por qué no se extinguió todo tipo de vida? Algunas semillas permanecieron enterradas en la tierra, esperando el regreso del sol. Además, algunos animales habrían podido sobrevivir alimentándose de los cadáveres de otras criaturas.
En 1980, el grupo de Alvarez publicó sus ideas en la revista «Science», desatando una gran controversia. Muchos geólogos que normalmente ignoran los fenómenos astronómicos, pensaron que la idea era ridícula. Por otra parte, los astrónomos aceptaron con entusiasmo la hipótesis, felices de que sus descubrimientos fueran aplicados al conocimiento de la historia de la Tierra.
El debate continuó y cada vez existe un mayor número de evidencias que apoyan la teoría de Alvarez, hasta el punto que algunos geólogos han comenzado a aceptarla. Los astrónomos prefieren aceptar la idea de que un cometa (en lugar de un meteorito) acabó con la vida de los dinosaurios. Los efectos hubiesen sido los mismos, pero resulta más probable que colisionara con la Tierra un cometa de este tamaño que un meteorito.
Sin embargo, ¿Dónde está el cráter? Existen evidencias de que podría encontrarse en el estado de Yucatán (México).