Batalla de Mediolanum 259
Batalla de Mediolanum 259. En el año 259, los alamanes que serían unos 300.000 incluidos los civiles cruzaron los pasos alpinos y atacaron el fértil llanura del río Po. El saqueo de la zona infundió terror en Roma, ya que todavía las ciudades no estaban amuralladas. El Senado de Roma preparó a toda prisa ejercito improvisado de plebe para el combate en un intento de de proteger a la ciudad. Galieno acababa de derrotar al pretendiente Ingenuo cuando llegó la noticia de la invasión de los alamanes. Él marchó con las legiones I Adiutrix, II Italica y II Parthica para interceptar a los bárbaros en Italia. Para entonces, según el historiador bizantino Juan Zonaras, los alamanes se había retirado ante de la inesperada resistencia de los ciudadanos de Roma y su Senado.
Cuando Galieno llegó al valle del Po con unos 60.000 soldados, se encontró con los alamanes cerca de Mediolanum, la actual Milán. La victoria fue total: según Zonaras 300.000 alamanes murieron aquel día, y el emperador recibió el título de Germanicus.
En el año 260, las provincias orientales de Siria, Palestina y Egipto se independizaron tomando el nombre de Imperio de Palmira, con respaldo sasánida, dejando en el centro al Imperio romano propiamente dicho que estaba basado en Italia, los Balcanes, Asia Menor y las provincias leales del norte de África.
Cuando los sasánidas persas atacaron las provincias romanas en Oriente, parte de las tropas de las limes del Rin y Danubio fueron retiradas y trasladadas a esa zona. La frontera renana quedó debilitada.
En el 268, los marcomanos iniciaron la invasión de Italia llegando hasta Rávena donde fueron detenidos. Galieno tuvo que interrumpir de repente la campaña. Su co-emperador y padre Valeriano, había sido derrotado y hecho prisionero por los sasánidas. Tan pronto como la noticia llegó a Roma, una guerra civil estalló. Galieno retiró tropas del Rin. Todos los campos militares romanos, torres de vigilancia y asentamientos civiles a lo largo del Limes desde el Rin hasta el Danubio fueron destruidas o abandonadas, y las provincias fueron asaltados peor que nunca.
La población civil de la región, se fue al interior del Imperio Romano. Muchas fortalezas a lo largo del Rin fueron destruidos, Colonia y Tréveris fueron conquistadas y saqueadas. También una gran parte de los Países Bajos, Bélgica y Francia fueron devastadas, París estalló en llamas. La guarnición de Bonn no fue destruida, pero las aldeas y asentamientos estaban sin protección y la población se refugió en las guarniciones.