Toribio de Luzuriaga y Mejía
Toribio de Luzuriaga y Mejía (Huaraz, virreinato del Perú, 16 de abril de 1782 – Pergamino, Argentina, ¿1 de mayo? de 1842) fue un militar peruano-argentino, que participó en la guerra de Independencia de la Argentina y del Perú.
Toribio de Luzuriaga fue el segundo de tres hermanos, hijos del matrimonio formado entre Manuel de Luzuriaga y Larresta, comerciante vasco natural de Tolosa en Guipúzcoa, y de la dama huaracina María Mejía de Estrada y Villavicencio, descendiente de una antigua familia hacendada en el callejón de Huaylas.
Toribio concluyó su educación en Lima y se desempeñó en cargos administrativos en la sede del gobierno virreinal. Destacado a Santiago de Chile y luego a Buenos Aires llegó a ser secretario privado del marqués de Avilés.
Inició su carrera militar en el ejército colonial, en el país del Plata, en 1801, como alférez de artillería. Por su desempeño durante la Defensa de Montevideo y de Buenos Aires de los ataques de los ingleses en 1806 y 1807, fue ascendido a capitán del Cuerpo de Voluntarios Artilleros de la Unión.
Ganado a las ideas emancipadoras, secundó la Revolución de Mayo de 1810 y, en calidad de comandante, participó de la victoria en la batalla de Suipacha el 7 de noviembre de ese año. Fue uno de los jefes militares de la expedición emancipadora hacia el Alto Perú dirigida por Antonio González Balcarce y Juan José Castelli, siendo suyo el mérito de la victoria patriota en el enfrentamiento de Yuraicoragua, el 4 de diciembre de 1811. Luzuriaga cumplió funciones de alta responsabilidad en la naciente República Argentina. Fue el primer director de la Academia General de Oficiales instalada en San Salvador de Jujuy; luego ejerció como gobernador de la provincia de Corrientes y como jefe de Estado mayor del ejército rioplatense.
En 1813 fue designado para reforzar el Ejército del Norte, comandado por el entonces coronel José de San Martín, con quien trabó entrañable amistad. Con el grado de coronel, tuvo la importante distinción de ser convocado por el director supremo Carlos María de Alvear para desempeñarse como ministro de Guerra. Ocupó este cargo el 3 de abril de 1815 -poco antes de ser ascendido a general de brigada-, y lo ejerció hasta el año siguiente, bajo el gobierno del sucesor de Alvear, Ignacio Álvarez Thomas.
El Ejército de los Andes
En agosto de 1816, libre de compromisos de gobierno, Luzuriaga ocupó el cargo de gobernador de Cuyo, con el fin de facilitar a San Martín los medios administrativos y logísticos para organizar el Ejército de los Andes. Desde Cuyo, Luzuriaga también proveyó amplio respaldo militar y económico luego del paso de los Andes y durante la campaña libertadora en Chile.
Renunció en cabildo abierto a la gobernación de Cuyo el 17 de enero de 1820 y se trasladó a Chile. El gobierno de Bernardo O’Higgins lo asimiló a las fuerzas armadas chilenas con el mismo grado que tenía en Argentina, y San Martín lo incorporó a la Expedición Libertadora destinada al Perú que zarpó en agosto de ese año. Luzuriaga condujo el desembarco de las fuerzas patriotas en la Bahía de Paracas el 8 de setiembre de 1820 y, una vez establecido el cuartel general en Huaura, cumplió importantes servicios asegurando posiciones defensivas para el ejército patriota en el norte peruano. Fue enviado a Guayaquil en respaldo de la revolución emancipadora que triunfó allí en octubre, pero su labor fue breve por el recelo de los líderes guayaquileños, que no deseaban sentirse subordinados a una fuerza militar exterior.
De regreso en el Perú, en febrero de 1821, ascendió a general de división, Luzuriaga fue presidente de Huaylas, uno de los cuatro departamentos peruanos (junto con los de Trujillo, Tarma y de La Costa), efectivamente independientes. En diciembre de ese año, el Perú lo nombró Gran Mariscal -fue el primer peruano que tuvo dicho cargo- y lo incluyó en la Orden del Sol.
En calidad de plenipotenciario, fue comisionado a Buenos Aires en busca de apoyo militar para el Perú durante la campaña a los puertos intermedios, pero los problemas internos de ambos países, sobre todo el alejamiento de San Martín, lo obligaron a renunciar al servicio. Al asumir Simón Bolívar el poder en el Perú, Luzuriaga intentó reintegrarse al ejército peruano, pero el Libertador no aceptó su petición.
Retiro de la vida militar y muerte
Se estableció como ganadero en Pergamino, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, donde vivió apremiado por las deudas (llegó a vender hasta sus condecoraciones), la mala fortuna personal (padeció sequías) y sufrió la ingratitud de muchos de los políticos de turno.
Con su salud quebrantada, sin recursos para subsistir y padeciendo la más humillante miseria, el 1 de mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y se suicidó con un tiro de pistola.