BIOLOGÍA

Todo sobre coronavirus

Definición del coronavirus

Todo sobre coronavirus. Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.

Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía).

Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cualquier época del año.

El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales.

En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus:

SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10% aproximadamente.

MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto, del 35%.

COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de neumonía de Wuhan ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de letalidad es más baja.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Hay personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social.

En España y otros países se ha decretado el estado de alarma y las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de permanecer en casa para contener la transmisión.

Historia del coronavirus.

no es necesario ir tan lejos en el tiempo para encontrar familiares directos de este virus. En el siglo XVIII, el coronavirus bovino estaba ligado al humano y, los investigadores están de acuerdo en que fue entre 1890 y 1899 cuando se produjo el nacimiento del que afecta a las personas, pero no saben si fue por una separación respecto al bovino o por una mutación.

A pesar de esta línea temporal, el familiar común más cercano se remonta a la década de los 50 del siglo XX. Se trata del OC43 y se encuentra estrechamente relacionado con varias especies de murciélagos, según han señalado los últimos estudios.

En humanos fue detectado por primera vez en los años 60, concretamente en las cavidades nasales y desde entonces han sido identificados seis nuevos miembros de esta familia, siendo el último el 2019-nCoV o coronavirus. 

El nuevo coronavirus, primero llamado 2019-nCoV y ahora rebautizado con el nombre SARS-CoV2 (el virus) y COVID-19 (la enfermedad), pertenece a la familia de los coronavirus, llamados así por una especie de picos en la superficie del virus que asemejan una corona. La gran mayoría de los coronavirus descritos se han aislado de aves o mamíferos, especialmente murciélagos.

El SARS-CoV2 se llama así porque tiene una secuencia genética muy parecida a la del SARS, otro coronavirus que apareció por primera (y única vez) en el 2002 y causó una pandemia con más de 8.000 personas infectadas y 800 muertes. Otro coronavirus que causa enfermedad grave en humanos es el MERS-CoV, que se identificó por primera vez en el 2012 en el medio oriente y está asociado con camellos.

Recreación del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

¿Cómo surgió el SARS-CoV2?

Los primeros casos humanos se asocian con un mercado de animales silvestres en la ciudad de Wuhan. El contacto cercano entre animales (incluido el humano) que normalmente no conviven en la naturaleza puede favorecer el que un virus adquiera la capacidad de saltar de un huésped a otro (en este caso de algún animal aún no identificado al humano) y transmitirse en seguida entre personas. En el caso del nuevo coronavirus, se piensa que saltó del murciélago a un mamífero intermediario (se sospecha del pangolín), y de ahí a los humanos. 

El nuevo coronavirus Covid-19 tuvo su origen en la ciudad de Wuhan, en China. A mediados del mes de diciembre de 2019, las autoridades sanitarias de Wuhan detectaron una serie de casos de neumonía producida por una causa desconocida.

En ese momento se originó una alarma sobre una nueva enfermedad desconocida hasta el momento. Tres meses después se han producido más de 150.000 casos y cerca de 6.000 muertos en todo el mundo, según los datos del Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

Una primera investigación posterior sobre el origen de esta enfermedad, publicada en la revista The Lancet, determinó que se trataba de un nuevo tipo de virus, de la familia Coronavidae, emparentado con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y con el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) pero que no es igual a ninguno de ellos.

Para averiguarlo estudiaron 10 muestras genéticas tomadas de pacientes procedentes de Wuhan que incluía ocho genomas completos y dos genomas parciales.

Causas

Hasta ahora, los coronavirus se transmitían de forma limitada entre humanos. Se desconoce el origen de estos virus, pero se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como reservorios.

Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar.

Todo parece indicar que  nuevo coronavirus, COVID-19, también conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.

En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especificaba la Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o rutas exactas de transmisión.

En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano.

Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los humanos.

Evalúa tus síntomas

Síntomas

En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser los siguientes. Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección:

  • Tos.
  • Dolor de garganta.
  • Fiebre.
  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Dolor de cabeza.
  • Escalofríos y malestar general.
  • Secreción y goteo nasal.

En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas hasta síntomas respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y dificultades respiratorias. Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también se pueden registrar síntomas gastrointestinales, en especial, diarrea.

Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunodepresión o con enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica. En los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia respiratoria.

En la pandemia de COVID-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas infectadas presentan síntomas leves.

Prevención

Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la infección por coronavirus.

Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en los lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas en las que se han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. A las personas infectadas (o que crean que pueden estarlo) se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda.

Las personas infectadas por el virus que causa el COVID-19 deben guardar cuarentena desde el diagnóstico de la enfermedad hasta 15 días después de ser dadas de alta. Así lo aconseja la OMS porque se ha observado que, aunque ya estén recuperadas, pueden seguir transmitiendo la infección.

La población general sana no necesita utilizar mascarillas, ya que ayudan a prevenir la transmisión del virus si las llevan las personas que están enfermas. El Ministerio de Sanidad advierte de que un uso inadecuado de mascarillas puede contribuir al desabastecimiento en aquellas situaciones para las que están indicadas

Las medidas preventivas deben seguirlas especialmente aquellas personas que padezcan diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que tienen más riesgo de padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus.

Tipos

En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro:

Coronavirus del resfriado

Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden ocasionar una neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos.

Los tipos de coronavirus 229E y OC43 causan los síntomas comunes de un resfriado.

Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)

Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38 grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha sido mayor en el este asiático.

Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se produce expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y desde entonces se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha llegado a Europa y Estados Unidos.

Coronavirus COVID-19

El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019, causante del COVID-19, en China muestra una secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio parece menos virulento y con una tasa de letalidad inferior. En cambio, su transmisión ha sido muy superior, ya  ha causado varios miles de casos más que el SRAS y, como consecuencia, el número de fallecimientos también es mucho más elevado.

¿Cómo se transmite el nuevo coronavirus SARS-CoV2?

La vía principal de transmisión del conocido popularmente como coronavirus de Wuhan es por vía aérea, a través de pequeñas gotas que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. También se transmite al tocarse ojos, nariz o boca tras tocar superficies contaminadas. Un estudio en laboratorio encontró que el SARS-CoV-2 puede permanecer viable sobre algunas superficies por un cierto tiempo (unas horas sobre el cobre, y hasta un día o dos sobre superficies de plástico o acero). Sin embargo, esta vía de contagio no parece ser la más efectiva.

Evidencia reciente confirma que, a diferencia del SARS, que se transmite solo cuando la persona presenta síntomas, este nuevo coronavirus se puede transmitir antes de la aparición de síntomas o incluso si la persona no presenta síntomas (asintomáticos)Esto dificulta considerablemente las medidas de contención de la epidemia.  

El SARS-CoV2 ha demostrado que puede transmitirse de una persona a otra con bastante facilidad. De momento, la OMS estima que la tasa de contagio (R0) del virus es de 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango entre 2 y 3. Esto quiere decir que cada persona infectada puede a su vez infectar a entre 2 y 3 personas, aunque se ha visto que pueden haber “supercontagiadores”, capaces de contagiar hasta a 16 personas. Para controlar una epidemia, la R0 necesita disminuir por debajo de 1.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad, o COVID-19?

El SARS-Cov2 se encuentra principalmente en las vías respiratorias. Por ello, las pruebas de diagnóstico actuales, que consisten en amplificar secuencias génicas del virus por PCR, requieren hacer un frotis de nariz, garganta o faringe para detectar la infección.

Otro tipo de diagnóstico que se está desarrollando es una prueba que detecta anticuerpos contra el virus. En este caso, una muestra de sangre es suficiente. Esta prueba tiene la ventaja de detectar no sola a los individuos con infección activa, pero también a aquellos que estuvieron expuestos al virus anteriormente y que por lo tanto pueden ser inmunes al mismo.  

¿Cuáles son los síntomas de la COVID19?

Los síntomas principales son fiebre, tos y dificultad para respirar. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de pacientes, los primeros síntomas pueden ser diarrea, nausea o dolor de cabeza.

La OMS ha estimado que el periodo de incubación (entre la infección y la aparición de síntomas) está entre dos y catorce días, aunque la gran mayoría los desarrolla entre 5 y 7 días. 

¿Es peligroso?

El virus puede causar desde síntomas leves hasta enfermedad respiratoria severa (i.e. neumonía) y muerte. La gran mayoría de las muertes han ocurrido en personas mayores de 65 años y que ya tenían alguna otra enfermedad o condición crónica. En particular, la hipertensión y la diabetes parecen ser los dos factores de riesgo más importantes y esto se podría deber al tratamiento para dichas enfermedades. En cambio, la población infantil es poco susceptible a la enfermedad, aunque sí parece infectarse, pero aún no se sabe qué tanto contribuye a transmitir el virus.

Los datos por el momento apuntan a una tasa de mortalidad alrededor del 2% (lo cual quiere decir que, por cada 100 casos confirmados, mueren dos personas), aunque todavía es temprano para dar una cifra con certeza. Podría disminuir si resulta que hay muchos casos asintomáticos o con síntomas muy leves que no se han diagnosticado. Podría aumentar si el virus muta (por el momento esto no se ha observado). En todo caso, la tasa de mortalidad es menor que la del SARS (10%) y unas 10 veces mayor que la de la gripe estacional (que se sitúa por debajo del 0,1%).

5. ¿Cómo se trata la enfermedad, o COVID-19?

Por el momento no hay vacuna o tratamiento específicos para COVID-19.  Para ganar tiempo, el personal científico está trabajando en probar algunos antivirales que ya existen en el mercado, y que podrían tener un efecto sobre el nuevo coronavirus. Algunos ejemplos son el antiviral remdesivir (inicialmente probado contra el virus del ébola) y un tratamiento contra el VIH (lopinavir/ritonavir), así como la cloroquina (un viejo medicamento antimalárico).

Por ello, la estrategia para hacer frente a este nuevo virus pasa actualmente por evitar el contagio (medidas de prevención) y tratar los síntomas en caso de desarrollar enfermedad. 

Las medidas básicas de precaución para evitar infecciones son: lavarse las manos con frecuencia y taparse la boca al estornudar o toser.

En zonas con alta transmisión del virus, también se pueden recomendar medidas de distanciamiento social (limitar eventos que congreguen muchas personas, promover el teletrabajo, evitar desplazamientos innecesarios, y guardar una distancia de por lo menos un metro con otras personas, entre otras medidas). Estas medidas contribuyen a ralentizar la propagación del virus en la comunidad y evitar así el desbordamiento de los sistemas de salud. 

¿Para cuándo una vacuna?

Dos vacunas (una basada en ARN mensajero y desarrollada por una compañía americana y otra basada en subunidades del virus, desarrollada por China) han comenzado a ser testadas en humanos. Por el momento, están en la fase I de un ensayo clínico (para probar su seguridad). Los expertos concuerdan que no tendremos una vacuna disponible antes de 12 meses, en el mejor de los casos.

6. Evolución de la epidemia

803.313                CASOS CONFIRMADOS

172.657                RECUPERADOS

38.743                   MUERTES

179                        PAÍSES AFECTADOS

Síntomas, evolución clínica y letalidad: últimos datos

En cuanto al porcentaje de casos asintomáticos, un par de estudios recientes sitúan la cifra entre 17 y 30 %. Sin embargo, será necesario realizar estudios serológicos a gran escala para estimar la verdadera cifra de personas infectadas pero asintomáticas.

Según el último informe de la ECDC, que agrupa un total de 43.438 casos de 17 países europeos, las hospitalizaciones han ocurrido en 30% de los casos confirmados, y 4% de los casos han necesitado cuidados intensivos o asistencia respiratoria.

¿Un marcador pronóstico de riesgo?

Un estudio que analizó la carga viral (o cantidad de virus presente en una muestra) en 76 pacientes con síntomas moderados a severos proporciona dos informaciones importantes. La primera, es que la carga viral alcanza el pico máximo al momento de desarrollar los primeros síntomas, confirmando que esa es la ventana de tiempo (un par de días antes y un par de días después) en que el paciente es más contagioso. La segunda es que los casos severos tenían una carga viral mucho mayor que la de los casos moderados. Esto quiere decir que la carga viral al inicio de la enfermedad puede ser un buen marcador pronóstico de evolución.

Tratamiento

Un ensayo global, cuatro tratamientos

La OMS anunció el lanzamiento de SOLIDARITY, un ensayo clínico a nivel global para testar los 4 tratamientos que considera más prometedores: el antiviral remdesivir (inicialmente probado para el ébola), la combinación lopinavir/ritonavir (para tratar el VIH) con o sin interferón beta (una molécula con propiedades antivirales), y la cloroquina o hidroxicloroquina (un medicamento antimalárico). El ensayo incluirá a miles de pacientes en docenas de países.

Anticuerpos

Según la revista Nature, los hospitales en Nueva York se están preparando para usar la sangre de gente que se ha recuperado de la enfermedad como tratamiento. La idea de usar “suero convaleciente” que contiene anticuerpos contra el virus no es nueva – se ha probado para tratar otras enfermedades como el ébola, aunque sin resultados concluyentes. Varios hospitales participarán en ensayos para probar su eficacia terapéutica (tanto en casos severos como al principio de la enfermedad) o incluso preventiva (en trabajadores sanitarios).

Por su parte, una compañía americana ( Vir Biotechnology ) anunció que dos de sus anticuerpos producidos en el laboratorio son capaces de neutralizar al SARS-CoV-2, por lo que comenzarán a testarlos en personas en los próximos tres meses.

Una vieja vacuna

Equipos en Australia, Grecia y los Países Bajos comenzarán un ensayo clínico para probar si la vacuna contra la tuberculosis puede reforzar la respuesta inmune contra el SARS-CoV-2 y evitar o atenuar la enfermedad. Hay evidencia de que la vacuna, desarrollada hace cien años y de limitada eficacia para la tuberculosis, tiene un efecto “potenciador” sobre el sistema inmune.

Transmisión: quién, cuándo y cómo

Una de las preguntas más urgentes en esta epidemia es saber quién puede transmitir el virus y durante cuánto tiempo.

En cuanto al quién, varios estudios recientes confirman que las personas infectadas pero que aún no presentan síntomas contribuyen de manera significativa a la propagación del virus (un estudio basado en datos de China calcula que hasta un 80% de los casos se debieron a transmisión presintomática, mientras que otro estudio habla de un 48% en Singapur y un 62% en Tianjin, China).

El tiempo durante el cual una persona es contagiosa, sigue siendo objeto de controversia. Sin embargo, se piensa que las personas pueden ser contagiosas un par de días antes de desarrollar síntomas (la mayoría de personas desarrolla síntomas entre 5 y 7 días tras infección) y por lo menos durante diez días después de desarrollar síntomas. En un grupo de pacientes alemanes, se detectaron anticuerpos contra el virus entre 6 y 10 días después de presentar síntomas y esto se asoció con una disminución progresiva de la carga viral en vías respiratorias y por lo tanto de su potencial de contagio. En cuanto al cómo, se encontró virus infeccioso en muestras de garganta y pulmón de estos pacientes, pero no en sangre, orina o heces.

De manera importante, el análisis de miles de casos en China así como experimentos realizados en el laboratorio con macacos, indican que un paciente recuperado de COVID-19 no puede volver a infectarse, lo cual significa que sí se generan anticuerpos protectores. Aún no se sabe cuánto tiempo durará esta inmunidad.

El número real de personas infectadas: una de las mayores incógnitas

Un estudio estima que, por cada caso confirmado de la enfermedad, hay 5 a 10 casos sin síntomas o con síntomas leves que no se diagnostican. Por eso, la tasa de letalidad (es decir, cuántas personas mueren de cada 100 que contraen la infección) sigue siendo una de las mayores incógnitas de este nuevo virus, a pesar de ser un dato indispensable para predecir mejor el impacto de la epidemia y guiar las respuestas de salud pública. Según un análisis a partir de datos de diferentes países, el rango estaría entre el 0,3 y el 3%, pero será necesario realizar estudios serológicos (buscando anticuerpos contra el virus) a nivel poblacional para determinar el número real de personas infectadas y por lo tanto tener una mejor idea de la tasa de letalidad real.

Corea del Sur, con su estrategia de diagnóstico masivo, no solo ha logrado contener la epidemia gracias a la identificación y aislamiento de casos y contactos, sino que ha aportado cifras que ayudan a estimar mejor la dinámica de transmisión y la verdadera tasa de letalidad del virus.

El virus no afecta a todos por igual

Lo que sí se confirma, tanto en China como en Italia, es que el virus no mata a todos por igual. La tasa de letalidad aumenta drásticamente con la edad –desde 0% en personas menores de 30 años, pasando por un 1% en individuos entre 50 y 59 años hasta casi 20% en mayores de 80 años (según los últimos datos publicados para Italia). El virus también mata más a aquellos que tienen otras condiciones crónicas, en particular la hipertensión y la diabetes. En China, los pacientes con hipertensión representaron entre el 23% y el 40% de los casos severos o las muertes. Se ha postulado que esto podría estar relacionado con los medicamentos para la hipertensión que inhiben la enzima convertidora de angiotensina (ACE) y que pueden inducir una sobreexpresión del receptor ACE2, que es la puerta de entrada del virus a las células.

Curiosamente, la población infantil sí parece infectarse, pero —por fortuna— raramente desarrolla síntomas severos. Las razones de ello aún se desconocen, así como tampoco se sabe qué papel juegan los niños y niñas en la transmisión del virus.

Tratamiento: reutilizando fármacos existentes

No hay ningún tratamiento específico para este nuevo virus. Sin embargo, se ha comenzado a probar la eficacia de otros antivirales que ya existían en el mercado.

Uno de los candidatos más prometedores es el remdesivir, por su amplio espectro de acción antiviral y por los resultados preliminares en el laboratorio y en animales . EEUU fue el primer país donde se usó en un paciente con COVID-19 (con éxito) y actualmente se está probando en ensayos clínicos en varios países, incluyendo España (estudio con participación de ISGlobal y del Hospital Clínic de Barcelona).

El liponavir/ritonavir (un medicamento contra el VIH) es otro candidato, pero un ensayo no dio resultados positivos.

Vacuna: en curso, pero paciencia

La compañía estadounidense Moderna anunció que ha comenzado el ensayo clínico de fase 1 para su vacuna basada en ARN mensajero. Este nuevo tipo de vacunas, que hacen que el propio cuerpo sintetice las proteínas virales, podrían ser más eficaces y más fáciles de producir a gran escala, pero aún no se ha probado su seguridad. La compañía alemana Curevac también está desarrollando una vacuna basada en ARNm pero aún no comienza ensayos clínicos. Ambas candidatas cuentan con financiamiento de CEPI, una coalición internacional para desarrollar vacunas innovadoras.

Las autoridades chinas anunciaron que empezarán ensayos clínicos con una vacuna basada en subunidades del virus. Esta estrategia es la que ya se usa en muchas vacunas actuales (Hepatitis B, difteria, VPH, etc.) y es muy segura. Sin embargo, genera respuestas inmunes menos fuertes y menos duraderas.

En cualquier caso, todas las vacunas necesitan primero ser testadas a pequeña escala para comprobar su seguridad y su eficacia, antes de poderse usar a gran escala. Así pues, en el mejor de los casos, tendremos una vacuna lista en 12 a 18 meses.

Un nuevo coronavirus

El virus fue descubierto en diciembre del 2019 y ya se ha propagado por todo el mundo. A medida que se propaga, hemos visto que algunas personas se enferman levemente, otras de gravedad y algunas mueren. La razón por la cual los funcionarios de salubridad están preocupados es porque es un virus nuevo, lo que hace difícil de predecir cómo continuará afectando a las personas. Los investigadores y médicos están aprendiendo más cada día sobre el virus, incluyendo cómo se propaga exactamente y quiénes corren mayor riesgo.

Síntomas del COVID-19

Los síntomas del COVID-19 pueden oscilar entre leves y severos, y pueden incluir:

  • Fiebre
  • Tos
  • Dificultades para respirar (falta de aliento)

¿Quiénes corren riesgo?

De acuerdo con los CDC, no parece que los niños corran mayor riesgo de contraer el COVID-19.  Sin embargo, algunas personas sí, incluyendo a:

  • Personas de edad avanzada
  • Personas que sufren de enfermedades crónicas graves como:
    • Enfermedades del corazón
    • Diabetes
    • Enfermedad pulmonar
    • Sistema inmunitario debilitado

Cómo proteger a su familia

Por el momento no existe una vacuna para prevenir el COVID-19, pero hay algunas cosas que puede hacer para mantener a su familia sana: 

  • Lávese las manos a menudo con agua y jabón por lo menos durante 20 segundos. Si el agua y el jabón no están disponibles, utilice un desinfectante de manos. Utilice uno que tenga un contenido de alcohol de más de 60 %.
  • Reduzca el contacto cercano con otras personas practicando el «distanciamiento social«. Esto quiere decir que hay que quedarse en casa tanto como sea posible y evitar lugares públicos donde estar en contacto con otros es más probable.
  • Mantenga a sus niños alejados de otras personas que están enfermas o no deje que salgan de su casa si están enfermos.
  • Enseñe a los niños a toser y a estornudar en un pañuelo de papel (papel de seda) y ¡cerciórese de que lo tiren después de cada uso! o a toser  y estornudar en la parte interior de su brazo o codo, y no en las manos.
  • Limpie y desinfecte su hogar como de costumbre usando productos de limpieza en aerosol (rociadores) o toallitas húmedas.
  • Lave los animales de peluche o cualquier otro juguete de peluche siguiendo las instrucciones del fabricante y usando agua tan caliente como sea posible y séquelos por completo.
  • Evite tocarse la cara; enseñe a los niños a hacer lo mismo.
  • Evite viajar a zonas con altos índices de infección (enlace en inglés).
  • Cumpla con las guías locales y estatales establecidas con respecto a las restricciones para viajar.
­¡Si su niño ha sido expuesto al COVID-19 o si le preocupan los síntomas de su niño, llame a su pediatra de inmediato!

Cómo cuidar de alguien de su familia que tenga COVID-19

Las personas con casos leves de COVID-19 con frecuencia se pueden aislar (quedar) en casa durante la enfermedad. Sin embargo, se puede recomendar que tomen las siguientes medidas adicionales:

  • Separe a los miembros de la familia con COVID-19 de los otros tanto como sea posible. La persona con el virus debe quedarse en una habitación determinada y alejada de las otras personas que viven en su casa. Lo ideal sería usar también un baño aparte, si dispone de uno. Restrinja las visitas a su hogar.
  • Evite el contacto con mascotas. Esto abarca acariciar, arrimarse (acurrucarse), besar o dejarse lamer, y compartir alimentos.
  • Llame por anticipado al médico antes de ir al consultorio. Esto les ayudará a tomar las medidas necesarias para que otras personas no se infecten o queden expuestas.
  • Use una máscara, mascarilla o tapabocas. Los CDC solo recomienda el uso de tapabocas para las personas que tienen síntomas de COVID-19, y no para los que están sanos. Los trabajadores sanitarios y cualquier otra persona que esté a cargo del cuidado de alguien con COVID-19 deben usar tapabocas.
  • Evite compartir objetos de uso personal en el hogar. No comparta platos, vasos, tazas, utensilios (cubiertos), toallas o ropa de cama con otras personas o mascotas en la casa. Después de usar estos artículos, se deben lavar a fondo (bien) con agua y jabón.
  • Limpie de forma adicional todas las superficies que se tocan con frecuencia. Estas incluyen mesadas, mesas, perillas de puertas, picaportes, accesorios del baño, grifos, inodoros, teléfonos, teclados, tabletas y mesas de noche (auxiliares). También debe limpiar superficies que se hayan manchado de sangre, heces o fluidos corporales. Utilice limpiadores para el hogar en aerosol o toallitas húmedas siguiendo las instrucciones de la etiqueta.
  • Vigile los síntomas. Llame a su médico de inmediato si la enfermedad empeora.
Nota: La American Academia of Pediatrics está de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud en lo que se refiere al uso de ibuprofeno durante la pandemia del COVID-19. Por el momento, no existe suficiente evidencia para recomendar que se evite el uso de ibuprofeno, a no ser que se tenga una enfermedad subyacente que haga que el uso de ibuprofeno sea menos seguro. El uso del acetaminofén es una opción razonable y segura. En los niños, el objetivo debe ser aliviar el malestar, vigilar la actividad, estar pendiente de síntomas de enfermedad grave y cerciorarse de que tomen suficientes líquidos. La AAP recomienda a los padres de familia que hablen con el pediatra de su niño sobre la dosis apropiada antes de usar cualquier medicamento. Use una jeringa dispensadora o gotero (cuentagotas) para medir la cantidad exacta ya que son más fiables que una cuchara dosificadora (medidora).

Cómo lidiar con cierres de escuelas, guarderías o centros de cuidado infantil

Los funcionarios de muchas comunidades han decidido cerrar temporalmente las escuelas, guarderías y centros de cuidado infantil para ayudar a disminuir la propagación del virus. Si sus niños deben permanecer en casa debido al brote, trate lo más que pueda de que sus días tengan un horario y rutina establecida. A continuación, ofrecemos algunos consejos que pueden ser útiles:

  • Lea libros con su niño. No solo es divertido sino que leer juntos estrecha el lazo familiar con usted Y es bueno para su desarrollo.
  • Saque tiempo para juegos activos. Saque el juego de bloques, pelotas, lazos para saltar y cubos y permita que florezca la creatividad.  Jueguen juegos para niños de todas las edades como la pilla-pilla (la llevas), el pato-pato-ganso y otros. Permita que sus niños se inventen unos nuevos. Recomiende a sus hijos mayores que hagan ejercicio o que bailen para mantenerlos en movimiento.
  • Vigile el tiempo que pasan con dispositivos digitales. En lo posible, jueguen video juegos o visiten el Internet juntos para que el tiempo que lo hagan sea estructurado y restringido. Si sus niños extrañan a sus amigos de la escuela o a miembros de la familia, intente contactarse con ellos en chats de video (video conferencias).

Cómo hablar con los niños sobre el COVID-19

Hay tantas noticias sobre el actual brote del COVID-19 que puede ser abrumador para los padres de familia y atemorizar a los niños. La American Academy of Pediatrics recomienda a los padres de familia y a cualquier persona que esté en contacto con los niños que traten de filtrar la información y que hablen con los niños sobre el virus de manera que ellos puedan entender. Estos consejos le pueden ayudar:

  • Tranquilícelos primero. Dígales a los niños que los investigadores y médicos están aprendiendo más sobre el virus y tan rápido como es posible, y que se están tomando medidas para mantenernos a salvo.
  • Deles control. Esta es una buena oportunidad para recordarles a los niños de lo que pueden hacer para ayudar: lavarse las manos con frecuencia, toser en un pañuelo de papel o en las mangas, y dormir bien (lo suficiente).
  • Manténgase alerta a señales de ansiedad. Los niños no siempre saben expresarse con palabras cuando están preocupados, pero usted puede darse cuenta de algunas señales. Podrían ponerse quisquillosos o irascibles, más apegados a usted, tener problemas para dormir o parecer distraídos. Trate de tranquilizarlos y continúe con su rutina diaria normal.
  • Ponga control sobre lo que ven en los medios de comunicación. Mantenga a los niños pequeños alejados de imágenes que puedan atemorizarlos en la televisión, redes sociales, computadores, etc. En el caso de los niños mayores, hablen con ellos sobre lo que escuchan en las noticias y corrija cualquier información falsa o rumores que usted haya escuchado.
  • Sea un buen ejemplo. El COVID-19 no discrimina y tampoco usted debe hacerlo. Aunque el COVID-19 se inició en Wuhan, China, esto no quiere decir que tener ascendencia asiática, o cualquier otra, hace a una persona más susceptible al virus o ser más contagiosa. El estigma y la discriminación les hace daño a todos creando temor o ira hacia otras personas, cuando usted debería mostrar empatía y apoyo hacia los que están enfermos para que sus niños también lo hagan.

Manténgase informado

Se les recomienda a las familias mantenerse al tanto sobre esta situación a medida que se nos brinda más información sobre cómo prevenir este virus y evitar su propagación en los hogares y las comunidades.

Información adicional:

  • Distanciamiento social: por qué guardar las distancias ayuda a que todos nos mantengamos sanos
    • A medida que la propagación del COVID-19 continúa, se les ha pedido a las comunidades que reduzcan el contacto cercano entre las personas. A esto se le llama distanciamiento social, y es una forma muy importante y eficaz de disminuir la propagación de este virus. Aquí le decimos por qué.

«Distanciamiento social» para todas las familias

Debido a que el COVID-19 se propaga de persona a persona, reducir las maneras en que las personas se ponen en contacto cercano con otras es esencial. Distanciamiento social quiere decir quedarse en casa lo más posible y evitar conglomeraciones y lugares públicos donde se hace más probable el contacto con otras personas. Esto abarca centros comerciales, cinemas, teatros, estadios, e incluso servicios religiosos. Por esta razón, la mayoría de los eventos y reuniones de más de 10 personas han sido cancelados, se han cerrado bares y restaurantes, y muchas escuelas han optado por el aprendizaje en línea (por internet). En el caso de las idas al supermercado, los CDC recomiendan tratar de mantener una distancia de 6 pies (1,8 metros) entre cada persona.

Autoaislamiento

  • El COVID-19 se puede propagar de persona a persona incluso antes de que comiencen los síntomas. Así que, si alguien en su familia empieza a sentirse levemente cansado, agotado o adolorido, es importante permanecer en casa y practicar el «auto aislamiento». Esto quiere decir limitar el contacto con otros. Si los síntomas empeoran, con fiebre, tos y dificultad para respirar (falta de aliento), llame a su médico. El médico le dirá si necesita que le hagan una prueba de COVID-19 y qué pasos debe tomar a continuación. Si cree que alguien en su familia tiene COVID-19, es probable que se recomiende cuarentena.

Cuarentena

  • El auto aislamiento y la cuarentena quieren decir no contacto con el público. Sin embargo, cuarentena es el término que se usa para aquellos que han sido expuestos a una persona con COVID-19, pero no han dado positivos en la prueba. Se les pide a estas personas que permanezcan alejadas de las demás por 14 días o más para asegurarse de que no propaguen el virus durante el periodo anterior a la enfermedad o periodo de incubación.

Por qué es importante el distanciamiento social

  • El distanciamiento social es una manera esencial de disminuir la propagación del COVID-19. Y es importante que usted siga las recomendaciones del distanciamiento social en su comunidad, ya sea que usted viva en una zona de alto riesgo o no.
​Con más y más cierres escolares y con personas trabajando desde su casa, podría ser tentador organizar reuniones con amigos o pijamadas para los niños o pensar que reuniones de más de 10 personas no son un problema. Pero el distanciamiento social solo funciona si todos participamos. Y disminuir o prevenir la propagación del virus salvará vidas. ​​​​

Recuerde

  • La propagación del COVID-19 ha sido rápida y los gobiernos locales, estatales y el federal están haciendo lo que sea necesario para protegernos de contraer la enfermedad. Aunque la mayoría de las personas infectadas tendrán síntomas parecidos a los de un resfriado o los de la influenza y los niños parecen estar menos afectados que los adultos por el virus, todos somos responsables de proteger a los que corren mayor riesgo. Medidas como el distanciamiento social parecen inconvenientes, pero son la mejor manera que tenemos ahora para proteger a los miembros de nuestra familia, amigos y vecinos que son más vulnerables.
  • Si usted está preocupado por alguien en su familia que pudiera correr mayor riesgo, puede contactar a su médico para discutir cuáles medidas preventivas son las más apropiadas para su caso
  • Lavarse las manos: un antídoto poderoso contra las enfermedades

¿Cuántas veces se han lavado las manos usted y su hijo el día de hoy?

Quizás no hayan prestado mucha atención. Tal vez sea parte de su rutina, lo hacen frecuentemente sin pensarlo, o quizás casi no lo hacen. Pero, como puede haberles dicho su pediatra, es posible que lavarse las manos sea la medida individual más importante que usted y su hijo puedan tomar para prevenir enfermedades.

Adquiera el hábito

Tan pronto como sea posible, ocúpese de que su hijo adquiera el hábito de lavarse las manos bien y con frecuencia. Su hijo está expuesto a las bacterias y los virus durante todo el día: al tocar a un amigo, al compartir juguetes o al acariciar al gato. Una vez que sus manos recogen estos gérmenes, puede infectarse rápidamente si:

  • Se frota los ojos
  • Se toca la nariz
  • Se pone los dedos en la boca

Todo ese proceso puede suceder en segundos y causar una infección que puede durar varios días, semanas o incluso más tiempo.

Cuando debe lavarse las manos

Lavarse las manos puede evitar que se propague la infección. La clave es alentar a su hijo a lavarse las manos durante de todo el día. Por ejemplo, ayúdelo a lavarse las manos o recuérdele que lo haga:

  • Antes de comer (incluidos los refrigerios o meriendas)
  • Luego de ir al baño
  • Cuando entre a la casa luego de jugar al aire libre
  • Luego de tocar a un animal, como la mascota familiar
  • Luego de estornudar o de toser si se cubrió la boca con las manos
  • Cuando algún miembro de la familia está enfermo
Los estudios sobre el lavado de las manos en los baños públicos demuestran que la mayoría de las personas no tiene muy buenos hábitos de higiene. “Lavarse las manos” puede significar tan solo salpicarlas rápidamente con agua y, quizás, un poco de jabón, pero no lo suficiente para que sus manos queden limpias.

Pasos para lavarse las manos correctamente

Entonces, ¿qué significa un lavado de manos profundo? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention) recomiendan los siguientes pasos:  

  • Mójele las manos a su hijo.
  • Aplíquele jabón en barra limpio o jabón líquido en las manos y luego coloque la barra sobre una rejilla donde pueda escurrirse antes del próximo lavado de manos.
  • Frote las manos juntas vigorosamente. Restriegue cada superficie por completo.
  • Continúe frotando y restregando las manos durante 20 segundos para eliminar los gérmenes de manera efectiva.
  • Enjuague las manos por completo y luego séquelas.

Sobre los jabones antibacterianos

Los estantes de las farmacias están llenos de los jabones antibacterianos de moda, pero los estudios han demostrado que estos productos antibacterianos no son mejores que los jabones regulares para eliminar la tierra y los gérmenes. Algunos expertos en enfermedades infecciosas incluso han sugerido que al usar jabones antibacterianos, es posible que se eliminen las bacterias normales y aumenten las posibilidades de que crezcan bacterias resistentes.

La mejor solución es lavar las manos de su hijo con agua tibia y jabón común que no contenga sustancias antibacterianas (por ejemplo, triclosan). Usar jabón y agua en forma periódica es mejor que usar jabones, geles, enjuagues y gel sanitizante en seco (y por lo general a base de alcohol) cuando las manos de sus hijos están visiblemente sucias (¡los niños suelen tener tierra en las manos!). Sin embargo, cuando no hay un lavamanos disponible (p. ej., en el auto), los geles sanitizantes pueden ser una alternativa útil.

Por cuánto tiempo debe lavarse las manos

Tenga en cuenta que, aunque lavarse las manos durante 20 segundos suena como si fuera un instante, es más tiempo del que usted cree. Tómese el tiempo la próxima vez que se lave las manos. Observe a su hijo mientras se lava las manos para asegurarse que está creando buenos hábitos de higiene. Elija una canción que dure 20 segundos y cántela mientras se lava las manos. Aliente a su hijo a que no solo se lave las manos en el hogar. También debe lavárselas en la escuela, en las casas de sus amigos y en todo otro lugar. Es un hábito importante que debe incorporar y que como es de esperar, ¡le resultará difícil dejarlo!

  • Cómo hablar con los niños sobre las tragedias y otras malas noticias

Después de una catástrofe, los padres y otros adultos no saben bien qué pueden decirles a los niños y lo que deben o no comunicarles.

La American Academy of Pediatrics (AAP) exhorta a los padres, profesores, proveedores del cuidado infantil y a todos los que trabajan con los niños a que filtren la información sobre las crisis y que la presenten de tal manera que el niño pueda asimilarla, adaptarse y sobrellevar la situación.

Por dónde empezar – Todas las edades

Independientemente de la edad o la etapa de desarrollo del niño, los padres pueden empezar preguntándole al niño qué es lo que ya han escuchado al respecto. La mayoría de los niños ya habrán oído algo, no importa la edad que tengan. Después de preguntarle sobre lo que ha escuchado, pregúntele si tienen alguna pregunta.

Los niños mayores, los adolescentes y los adultos jóvenes pueden hacer más preguntas y pueden pedir y beneficiarse de información adicional. Independientemente de la edad del niño, es mejor mantener un diálogo simple y directo.

Evite los detalles gráficos y exponer a los niños a los medios de comunicación

Generalmente, es mejor comunicar sólo la información básica a los niños y evitar la información gráfica o los detalles que no sean necesarios especialmente de las circunstancias trágicas. Los niños y adultos por igual quieren algunos detalles para entender lo que está pasando. Se deben evitar las imágenes y la información gráfica.

Mantenga a los niños jóvenes alejados de las imágenes gráficas y repetitivas, y de los sonidos que pueden aparecer en la televisión, la radio, las redes sociales, las computadoras, etc.

En el caso de los niños mayores, si usted quiere que vean las noticias, podría grabarlas con anterioridad. Esto le permite ver las noticias primero y evaluar su contenido antes de sentarse a verlas con ellos. Luego, mientras mira las noticias con ellos, puede hacer una pausa para dialogar cuando sea necesario.

Los niños generalmente siguen los buenos consejos, pero tiene que darles cierta libertad para tomar decisiones sobre lo que pueden asimilar. Usted puede evitar que ellos vean el periódico que llega a la puerta, por ejemplo, pero no que vean los periódicos que están disponibles en los puestos de diarios y revistas. Hoy en día, la mayoría de los niños mayores tienen acceso a las noticias y las imágenes gráficas a través de las redes sociales y de otras aplicaciones directamente en su teléfono celular. Tiene que ser consciente de lo que está disponible y tomar medidas con anticipación para hablar con los niños acerca de lo que pueden oír o ver.

Cómo hablar con los niños pequeños

La realidad es que los niños más pequeños hasta de 4 años de edad escucharán sobre los eventos de una crisis mayor. Es mejor que se reciban la información de uno de los padres o de los encargados de su cuidado en lugar de recibirla de otro niño o de los medios de comunicación.

Incluso lo niños más jóvenes necesitan información precisa, pero sin ser demasiado vaga. Decir simplemente: «Algo ocurrió en un pueblo lejano y algunas personas resultaron heridas» no es suficiente para que el niño sepa lo que está pasando. Puede que el niño no entienda por qué es algo diferente a las lesiones que sufren las personas todos los días y por qué se está hablando tanto al respecto. El principal mensaje que un padre debe transmitir es: «Es normal que estas cosas te preocupen. Estamos aquí para apoyarnos mutuamente».

Cómo hablar con los niños de la escuela primaria y con los adolescentes

Después de preguntarle a su hijo lo que oyó y si tiene preguntas, por ejemplo de lo que ocurrió durante un tiroteo o balacera en una escuela, el bombardeo en una comunidad, un desastre natural o incluso una catástrofe internacional, un padre puede decir algo como esto:

«Sí, en la [ciudad],

[estado]

» y quizá aquí necesite darle algún dato en contexto, dependiendo de si está cerca o lejos de donde viven, como por ejemplo: «Esa es una ciudad/estado que está bastante lejos o cercar de aquí’, ocurrió una catástrofe y mucha gente resultó herida. La policía y el gobierno están trabajando para tratar de asegurarse de que esto no vuelva a ocurrir».

Un padre puede volver a tratar el tema si es necesario basado en las reacciones y las preguntas de los niños.

Cómo hablar con los niños con discapacidades o retrasos del desarrollo

Los padres que tienen un niño con una discapacidad o retraso del desarrollo deben darle respuestas de acuerdo con el nivel del desarrollo y no con la edad cronológica del niño. Si usted tiene un hijo adolescente cuyo nivel de funcionamiento intelectual es más similar a un niño de 7 años de edad, por ejemplo, debe darle una respuesta de acuerdo a su nivel de desarrollo. Comience dando poca información. Proporcione detalles o información de la forma más adecuada y clara posible.

Cómo hablar con los niños que sufren del trastorno del espectro autista (TEA)

Lo que puede ayudar a un niño con TEA puede ser diferente. Por ejemplo, es posible que los abrazos no sean tan consoladores como lo son para otros niños. Los padres deben intentar algo diferente que haya calmado y consolado a sus hijos en otras ocasiones. Hágase esta pregunta: «Conociendo a mi hijo, su personalidad, su temperamento y sus logros del desarrollo, ¿qué podría resultar mejor para él?»

Señales de que un niño podría estar teniendo dificultades para sobrellevar la situación

Si los niños no tienen la oportunidad de poner en práctica cómo sobrellevar situaciones difíciles, los padres verán señales de dificultad para ajustarse o adaptarse. Las siguientes son algunas de las cosas que podría ver:

  • Problemas para dormir: Esté atento a problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, dificultad para despertarse, pesadillas y otros disturbios del sueño.
  • Quejas de tipo físico: Los niños pueden quejarse de sentirse cansados, de tener dolor de cabeza o generalmente de sentirse mal. Podría notar que su niño está comiendo demasiado o menos de lo habitual.
  • Cambios en el comportamiento: Este atento a detectar signos de comportamiento regresivo, incluyendo regresión social, comportamiento más inmaduro, o menos paciente y más exigente. Un niño que no tenía problemas de separación de sus padres puede volverse más apegado. Los adolescentes pueden comenzar o cambiar sus hábitos del uso del tabaco, el alcohol o el abuso de sustancias.
  • Problemas emocionales: Los niños podrían sentir tristeza excesiva, depresión, ansiedad o miedos.

A veces puede ser difícil saber si un niño está reaccionando de manera típica a un evento inusual o si está teniendo problemas para superarlo y puede ser que necesite apoyo adicional. Si está preocupado, hable con el pediatra de su hijo o busque la ayuda de un profesional o un asesor de la salud mental.

No espere a ver las señales de advertencia. Inicie la conversación pronto y mantenga vivo el diálogo.

Cómo protegerse

  • Los adultos mayores y las personas con afecciones crónicas subyacentes graves, como enfermedades cardiacas, enfermedades pulmonares o diabetes, parecen tener un mayor riesgo de presentar complicaciones más graves a causa del COVID-19. Consulte a su proveedor de atención médica acerca de las medidas adicionales que usted podría tomar para protegerse.

Quédese en casa si está enfermo

  • Quédese en casa si está enfermo, excepto para conseguir atención médica.

Cúbrase la boca al toser y estornudar

  • Cúbrase la boca y la nariz con un pañuelo desechable cuando tosa o estornude, o use la parte interna del codo.
  • Bote los pañuelos desechables que haya usado a la basura.
  • De inmediato, lávese las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no hay agua y jabón fácilmente disponibles, límpiese las manos con un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.

Use una mascarilla si está enfermo

  • Si está enfermo: Usted debería usar una mascarilla cuando esté cerca de otras personas (p. ej., compartiendo una habitación o un vehículo) y antes de entrar al consultorio de un proveedor de atención médica. Si no puede usar una mascarilla (por ejemplo, porque le causa dificultad para respirar), debe hacer todo lo posible por cubrirse la nariz y la boca al toser y estornudar, y las personas que lo estén cuidando deben ponerse una mascarilla si entran a su habitación. Sepa qué hacer si se enferma.
  • Si NO está enfermo: No necesita usar una mascarilla a menos que esté cuidando a alguien que está enfermo (y que no puede usar una). Es posible que las mascarillas empiecen a escasear y deberían reservarse para los cuidadores.

Limpie y desinfecte

  • Limpie Y desinfecte las superficies que se tocan frecuentemente todo los días. Esto incluye las mesas, las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los mesones, las barandas, los escritorios, los teléfonos, los teclados, los inodoros, los grifos, los lavamanos y los lavaplatos.
  • Si las superficies están sucias, límpielas: use agua y jabón o detergente antes de desinfectar.

Para desinfectar: La mayoría de los desinfectantes comunes para el hogar, registrados en la EPA funcionarán. Use los desinfectantes que sean adecuados para la superficie.

Las opciones incluyen:

  • Diluir el blanqueador con cloro (bleach) que tenga en casa.

Para hacer una solución de blanqueador con cloro (bleach), mezcle:

  • 5 cucharadas (1/3 de taza) de blanqueador con cloro por galón de agua
    O
  • 4 cucharaditas de blanqueador con cloro por un cuarto de galón de agua

Siga las instrucciones del fabricante para la aplicación y la ventilación adecuada. Fíjese en la fecha de vencimiento para asegurarse de que el producto no haya vencido. Nunca mezcle el blanqueador con cloro con amoníaco ni con otros productos de limpieza. El blanqueador con cloro que no esté vencido será eficaz contra los coronavirus si se lo diluye adecuadamente.

  • Soluciones de alcohol.

Asegúrese de que la solución tenga al menos un 70 % de alcohol.

  • Otros desinfectantes comunes para el hogar, registrados en la EPA.
    Se anticipa que los productos aprobados por la EPA que afirman ser eficaces contra patógenos virales emergentespdf iconexternal icon serán eficaces contra el COVID-19 con base en los datos de virus más difíciles de eliminar. Siga las instrucciones del fabricante para todos los productos de limpieza y desinfección (p. ej., concentración, método de aplicación y tiempo de contacto, etc.).
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