Prosodia. Es la parte de lagramática que enseña la correcta pronunciación de las palabras.
La prosodia es el conjunto de fenómenos fónicos que abarcan más de un fonema o segmento -entonación, acentuación, ritmo, velocidad de habla, etc.-, por lo que se les denomina fenómenos suprasegmentales. La prosodia cumple una función clave en la organización e interpretación del discurso y, además, transmite información emotiva, sociolingüística y dialectal.
Prosodia
La palabra prosodia proviene del griego clásico.
En un principio se refería a una canción acompañada de música instrumental. Posteriormente empezó a emplearse en literatura griega y latina para referirse a la versificación y a la métrica: sílabas largas y breves, ritmo, etc. Finalmente, el término se ha incorporado a disciplinas como la fonética y la fonología modernas, con el significado que esbozamos aquí.
En el caso del español, los dos fenómenos prosódicos más relevantes son la acentuación y la entonación. Un tercer fenómeno es el ritmo, cuya función esencial es agrupar los sonidos del discurso en bloques, llamados palabras fónicas o grupos rítmicos, con el fin de facilitar la descodificación y comprensión del mensaje. Las pausas, por su parte, contribuyen de forma decisiva a caracterizar los patrones rítmicos y entonativos de la lengua.
La letra.
Letra es todo aquel símbolo que, colocado de manera coherente en una estructura acorde, representa el signo del abecedario de la escritura de un idioma. Agrupadas, forman palabras, y estas a su vez frases y oraciones que permiten la comunicación en la sociedad. Por lo tanto, se dice que es uno de los elementos básicos con los que cuentan los medios de comunicación escrita. Todas se encuentran bajo un riguroso orden en el abecedario llamado además “orden alfabético”. Este orden se compone de letras:
Consonantes.
La palabra consonante proviene del latín consonans y originalmente se refería a «sonar junto con» o «sonar con» siendo la idea de que las consonantes no tenían sonido en sí mismas, ya que en latín solo aparecían junto a una vocal. Este concepto es algo vetusto, ya que con el desarrollo lingüístico se ha comprobado que existen idiomas con palabras que carecen de vocales como en los idiomas eslavos.
Las consonantes son todos aquellos sonidos no vocales producidos con la boca semicerrada en el alfabeto español. Representan los sonidos básicos del habla que se producen a través de la interrupción total o parcial del flujo del aire, combinando movimientos específicos de lengua, labios y dientes frontales. Por ejemplo:
Las consonantes pueden combinarse con las vocales para formar sílabas y la disciplina que estudia en detalle la pronunciación de las consonantes y de los fonemas en general recibe el nombre de fonología.
Las 22 letras consonantes del alfabeto español son B, C, D, F, G, H, J, K, L, M, N, Ñ, P, Q, R, S, T, V, X, Z, W e Y.
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Tipos de consonantes
De acuerdo al modo de articulación, así como de la acción del velo del paladar y la intervención de las cuerdas vocales, las consonantes se subdividen en varias clases:
Esta clasificación es muy básica, ya que podemos producir sonidos con otros elementos anatómicos como la nariz (sonido nasal), paladar (sonido palatal) y los dientes (sonido dental). Así, la clasificación moderna de las consonantes se basa en la manera en la que se produce el sonido. Por lo tanto, tenemos los siguientes tipos de consonantes:
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Curiosidades de las consonantes
Cada una de las consonantes tiene su sonoridad propia, excepto la letra h que es muda. No existe una regla fija para saber qué palabras llevan h y cuáles no o en qué posición se ubican (normalmente es al inicio de la palabra). La mejor forma de aprender las reglas de ortografía respecto a la letra H es mediante la lectura.
Hay casos de semivocales como en la letra «Y» o «ye» que a veces actúa como una vocal y crea una sílaba.
Por ejemplo:
Si tenemos en cuenta préstamos lingüísticos, Ángstrom tiene hasta 5 consonantes seguidas.
Por otro lado, tenemos aquí un listado de palabras en español que tienen hasta cuatro consonantes consecutivas como las siguientes:
Ya que el número de consonantes en las lenguas del mundo es superior al número de letras para consonantes disponibles en cualquier alfabeto, los lingüistas han planteado sistemas como el Alfabeto Fonético Internacional para designar un único sonido a cada consonante identificada en las lenguas del mundo.
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Dígrafos en español
Anteriormente, dos combinaciones de consonantes eran incluidas como tales en los diccionarios por generar un sonido diferente del que cada una de ellas tiene por separado. Esas combinaciones eran «ch» y «ll», grafemas que se conocen como dígrafos y ya no se incluyen en los diccionarios desde el año 2010.
Los dígrafos son grupos de dos letras que representan un único sonido. El español cuenta con cinco dígrafos:
La razón por la que se consideraron «ch» y «ll» letras del alfabeto es porque a diferencia de lo que ocurre con los otros dígrafos, son la única representación gráfica posible de los fonemas que representan.
La rima consonante
La sonoridad de las consonantes es fundamental como criterio estético a la hora de escribir poesía o música. Se presta atención a criterios como los sonidos de las consonantes p, f o r con una mayor fuerza expresiva que otras de sonido más débil.
Para ello, se utiliza la rima consonante. Esta se produce cuando los fonemas de las últimas letras de dos o más versos similares coinciden a partir de la vocal acentuada. Sirve para todo tipo de versos y la han utilizado escritores y poetas como Garcilaso de la Vega, Francisco de Quevedo y Félix María de Samaniego.
Echa un vistazo a estos ejemplos de rima consonante:
A un que panal de rica miel
dos mil moscas acudieron
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Canta pájaro en la enramada
selva a su amor, que por el verde suelo
no ha visto el cazador que con desvelo
le está escuchando, la bullesta armada.
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada.
La rima consonante, también conocida como la rima perfecta, permite poca flexibilidad en comparación a la rima asonante, ya que tienen que coincidir los mismos fonemas a partir de la sílaba tónica de la última palabra de dos o más versos. Lo importante en este tipo de rima es que se repita el mismo sonido.
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Las vocales
Las vocales, plural de vocal, originada en el latín “vocalis”, deriva de “vox” cuyo significado es “sonido ejecutado con la boca”, más específicamente, por las cuerdas vocales laríngeas. Las cinco vocales castellanas son la A, la E, la I, la O y la U. … No existen palabras que puedan construirse sin vocales.
Las vocales son: (a, e, i, o, u).
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Sílaba
La sílaba es cada fonema o aquél conjunto de fonemas que pronunciamos en una sola emisión o golpe de voz cuando decimos una palabra. Puede estar conformada por uno o por varios fonemas, que representamos con las vocales y las consonantes. Las vocales solas pueden constituir sílabas: amor (a-mor), idea (i-de-a), oro (o-ro), único (ú-ni-co); mientras que las consonantes para formarse como tal, tienen que estar unidas a una vocal para poder constituir una sílaba.
Es considerada como cada fonema con el que se conforman las palabras, pronunciadas en una sola emisión de voz. En nuestro idioma, esta puede estar conformada por una o más vocales, las cuales pueden ir acompañadas de una o más consonantes.
Veamos con un ejemplo el sentido del término suprasegmental. Si oímos la sílaba aislada [/sa/], no es posible saber si su vocal es átona o tónica. Por el contrario, si oímos [/lamésa/] o [/losábe/], sí es posible establecer una relación átonas-tónica: vemos que /sa/ es átona en [/lamésa/] y tónica en [/losábe/]. Es preciso un punto de apoyo átono para poder realzar la vocal tónica, por lo que el fenómeno de la acentuación abarca varios fonemas o segmentos.
Para caracterizar los fenómenos suprasegmentales de una lengua, se estudian las características o rasgos prosódicos de sus sonidos: el tono, el timbre, la intensidad y la duración. Otras cuestiones de las que también se ocupan los análisis prosódicos son las relativas al tipo o cualidad de la voz -susurrada, ronca, inestable, nasalizada, etc.- o a la articulación -precisa o imprecisa-.
Con frecuencia se emplea el término prosodema para referirse a la unidad significante mínima, esto es, la unidad básica de la prosodia. El prosodema es una unidad abstracta, como también lo es, por ejemplo, el fonema. Asimismo, se habla de patrones acentuales o acentemas, patrones entonativos o entonemas y patrones rítmicos; todos ellos son los esquemas prosódicos generales de la lengua.
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Diptongo
Es la combinación de dos vocales pronunciadas en un solo golpe de voz.
Los diptongos son catorce: cuatro con a, cuatro con e, cuatro con o, y dos de vocales debiles
Un diptongo es una cadena sonora que consiste en la articulación de dos vocales, una a continuación de la otra, sin interrupción y produciéndose una transición suave en las frecuencias sonoras que caracterizan los timbres de cada una de las dos vocales. Fonológicamente dos vocales articuladas de esa manera forman parte de la misma sílaba.
En un diptongo los formantes acústicos tienen una transición suave desde un punto del área vocálica a otro, lo que les da su naturaleza de diptongos. Esto corresponde a una articulación en que la lengua se mueve entre distintos puntos durante la emisión del diptongo. Los dos puntos extremos de la articulación son percibidos como las dos vocales que forman el diptongo. En el espectrograma de un hiato no se observa la zona de transición, razón por la que fonéticamente son diferentes.
Si bien la mayor parte de las lenguas del mundo tienen en su repertorio diptongos fonéticos, existen algunas lenguas que carecen por completo de diptongos. La calidad de las vocales que pueden formar diptongo varía de una lengua a otra.
Un hiato es en cierto modo lo opuesto a un diptongo, ya que es un contacto de dos vocoides (sonidos de tipo vocálico) que no forman sílaba; es decir, es la pronunciación separada de dos vocales, en que cada vocal pertenece a una sílaba distinta. En muchas lenguas es frecuente que lo que es un hiato en pronunciación formal se convierta en diptongo en pronunciación informal.
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Tipos de diptongos
Cuando hay vocales juntas en una misma palabra, podemos estar ante 3 casos distintos:
En español dos vocales en contacto se articulan como diptongo cuando:
Si bien los diptongos más frecuentes son los primeros (cianuro y terapeuta son ejemplos), también aparecen con recurrencia aquellos formados por dos vocales cerradas, como en el caso de ruiseñor o ciudad. En el caso de los diptongos formados por una vocal abierta y otra no tónica, existe una subclasificación en la que se pueden separar entre diptongos crecientes y decrecientes. Los primeros se dan cuando la vocal cerrada antecede a la abierta y los segundos cuando se da a la inversa. Por ejemplo, la palabra hiato es un diptongo creciente pues la vocal cerrada i aparece antes que la vocal abierta a en la secuencia ia, sin embargo, veinte es un diptongo decreciente, dado que la vocal abierta e precede a la vocal cerrada i en la secuencia ei.
En algunas variedades de español existen más palabras con diptongo que en otras variedades, y así, en español de México, el Caribe, el Cono Sur y otros muchos lugares, es frecuente oír que palabras donde, según la escritura, concuerdan dos vocales abiertas, como en toalla o asear, se articulen como [ˈto̯aʝ̞a~ˈtu̯aʝ̞a] o
[aˈse̯aɾ~aˈsi̯aɾ], mientras que en variedades más conservadoras se mantiene el hiato.
Se dice en español que dos vocales abiertas contiguas forman hiatos (aunque en algunas variantes dialectales dos vocales abiertas pueden formar diptongo como se ha descrito más arriba). Ejemplos de hiatos por tratarse de una vocal abierta y otra cerrada: tío, púa. Sin embargo, es común que esas mismas combinaciones actúen como diptongos en el castellano oral, por ejemplo, en las 2 últimas vocales de línea, que se suelen considerar un hiato a partir de su escritura, pero que en la práctica se pronuncian generalmente como un diptongo. Sin embargo, según la Real Academia el uso oral de estas separaciones no afecta a la grafía estándar a partir de la edición de 2010, cuando se llegó a un consenso.
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Formados por una vocal abierta y una cerrada
Al unirse una vocal fuerte (e, a, o) y una débil (i, u), siempre y cuando la débil no sea tónica (p.ej. Caín), se forma un diptongo. (Los términos «fuerte» o «débil» aluden a la posición de los órganos articulatorios). Dependiendo de la secuencia de las vocales en la sílaba, se puede hablar de dos subtipos de diptongos:
[ai̯] como en paisaje
[ei̯] como en peine
[oi̯] como en androide
[au̯] como en pausa
[eu̯] como en feudo
[ou̯] como en estadounidense
[ja] como en sucia
[je] como en tierra
[jo] como en piojo
[wa] como en recua
[we] como en puerta
[wo] como en residuo
En español pueden ocurrir diptongos fonéticos con dos vocales abiertas o medias. Este fenómeno es muy común en todos los dialectos del español. Aunque según la escritura son hiatos, actualmente son pronunciados como diptongos por la mayoría de los hispanohablantes de América:
[a̯o̞] como en aorta → aor-ta. Normativamente: a-or-ta.
[o̯e̞] o [we̞] como en héroe → hé-roe. Normativamente: hé-ro-e.
[o̯a̠] o [wa̠] como en almohada → al-moha-da. Normativamente: al-mo-ha-da.
[e̯a̠] o [ja̠] como en línea → lí-nea. Normativamente: lí-ne-a.
[e̯o̞] o [jo̞] como en Mediterráneo → Me-di-te-rrá-neo. Normativamente: Me-di-te-rrá-ne-o.
Formados por dos vocales cerradas diferentes
Estos diptongos, llamados diptongos homogéneos, están formados por la unión de las dos vocales cerradas (i, u):
[ju] como en ciudad
[wi] como en buitre
[ui̯] como en muy
[iu̯] como en viuda
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La tilde en los diptongos según la RAE
La Real Academia distingue tres supuestos:
Ejemplos: amaría, Raúl, oído, búho, sabíais; bien, paupérrimo.
Ejemplos: varió, comió; piano, diario, desviado, fiel, miel.
Ejemplos: atribuí; distribuido, atribuir, muy, fui.
La Real Academia Española (RAE) dice que los vocablos cuento (cuen.to) y cruento (cru.en.to) demuestran que la función de la tilde no es la de marcar qué palabras forman hiato y cuáles diptongos. De ser esa su función, deberíamos escribir *cruénto. Del mismo modo se han de escribir sin tilde tanto miel (palabra monosilábica en la que el énfasis cae en el grupo vocálico ie) como riel (palabra bisilábica en la que el énfasis cae en la vocal e).
Por lo dicho, debe quedar claro que la tilde no marca el énfasis sino algo distinto: El acento ortográfico, para la RAE, marca solo en qué sílaba ha de recaer el énfasis. Así ocurre en las palabras batería (ba.te.rí.a), hastío (has.tí.o) y confíe (con.fí.e). La tilde nos sirve para no decir *ba.te.ria, *con.fie o *has.tio.
La palabra huir es formalmente tanto un monosílabo como un bisílabo para la RAE, pero en el norte de España se pronuncia de forma muy generalizada en dos sílabas *hu-ír (bisílaba). E igualmente el vocablo, rehuir, que formalmente puede ser tanto un bisílabo como un trisílabo para la RAE, se suele pronunciar en tres (por lo menos en el norte de España): *re-hu-ír. La RAE no ve la necesidad de la tilde, por entender que todas esas pronunciaciones son válidas y que debe regir un principio de economía (con la idea de no llenar de tildes antiestéticas un texto).
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Algunas observaciones importantes
ai, au, ei, eu, oi, ou, ui, iu, ia, ua, ie, ue, io, uo.
Según algunos fonólogos[¿quién?], solo los diptongos decrecientes —es decir, los formados por vocal fuerte + vocal débil, como en aire, neutro, etc.— son diptongos verdaderos, ya que las secuencias de vocal débil + vocal fuerte, como ocurre en agua, bueno, nieve, etc. se consideran, fonéticamente, grupos de una consonante seguida de una vocal, puesto que las vocales débiles pronunciadas como [j] y [w] en los diptongos crecientes son consideradas como consonantes.
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Diptongos en latín y otras lenguas romances
En latín clásico solo existían tres diptongos decrecientes AU, AE~Æ, OE~Œ [au̯, ae̯, oe̯] en palabras nativas y en préstamos griegos se daban también EU, EI (Eurōpa, Eirenē). En latín arcaico habrían existido seis diptongos decrecientes /*ai, *au, *ei, *eu, *oi, *ou/ aunque muchos de estos monoptongaron: /*eu, *ou/ > /ū/ (*leuks > lūx ‘luz’, *louksna > lūna ‘luna’), mientras que otros sufrieron abertura del elemento semivocálico /*ai, *oi/ > [ae̯, oe̯]. Incluso se encuentran algunos casos de /*oi/ monoptongado en /ū/ (*oinos > ūnus ‘uno’, *poinicos > pūnicus ‘púnico, cartaginés’ junto a *poinī > pœnī ‘fenicios, cartagineses’).
La tendencia monoptongante del latín clásico en los diptongos crecientes, en gran parte continuó en latín tardío. En las lenguas romances los viejos diptongos del latín clásico Æ, Œ monoptongan en latín tardío en /*ɛ/ y /*e/ respectivamente. Además, el diptongo AU tiende a monoptongar en prácticamente todas las lenguas protorromances (solo en occitano e iberromance occidental quedan formas residuales que no experimentaron monoptongación.
Sin embargo, la pérdida de diferencia de la distinción fonológia entre vocales largas y breves que se dio en el protorromance, hizo aparecer nuevos diptongos en las lenguas romances (ver reducción y estabilización del vocalismo tónico), esto se dio fundamentalmente en sílabas tónicas. A diferencia del español, muchas lenguas romances carecen de diptongos crecientes, existiendo solo diptongos decrecientes.
Lenguas sin diptongos
Existen muchas lenguas donde los contactos vocálicos se resuelven siempre en hiatos, en esas lenguas pueden existir fonológicamente fonemas como /w, j/ pero nunca son alófonos vocálicos de /i, u/. Un ejemplo es el náhuatl clásico donde dos vocales en contacto siempre se resuelven como hiato así ēi ‘tres’ se articula como [(j)eː.(j)i] o tlahtoa ‘hablar’ se resuelve como [tɬ͡aʔ.to.(w)a]. Tampoco el turco admite diptongos en ningún caso.
Prosodia
La vocal fuerte ocupa la posición central y está flanqueada por dos vocales débiles. Algunos ejemplos: riais, amortiguáis, aliviáis, acariciéis, Paraguay, Uruguay, despreciéis, criais, Guaiqueri, semiautomático y vieira. La siguiente combinación no es triptongo sino hiato diptongo cuando el acento recae en la primera vocal débil, como sucede en la palabra rompíais.
Es necesario que ninguna de las vocales cerradas sea tónica para que exista triptongo.
Las palabras con triptongo siguen las reglas generales de acentuación. Así, lieis no lleva tilde por ser una palabra monosílaba.
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Triptongo es la secuencia de tres vocales que forman parte de una misma sílaba: a – pre – ciáis, co – piéis, buey. Para que exista un triptongo han de combinarse dos vocales cerradas (i, u) átonas y, en medio de estas, una vocal abierta (a, e, o):1 anunciáis, guau, miau, confiéis. No son triptongos en español las secuencias de vocal cerrada (débil) + vocal abierta (fuerte) + vocal cerrada (débil) cuando alguna de las dos vocales cerradas (débiles) es tónica. Entonces siempre que se acentúa la vocal cerrada (débil), el triptongo se destruye automáticamente sin importar cómo esté estructurada la palabra. Lo que hay en esos casos es un hiato seguido de un diptongo, cuando es tónica la primera vocal cerrada (débil): vivíais (vi – ví – ais); o un diptongo seguido de un hiato, cuando es tónica la segunda vocal cerrada: limpiaúñas (lim – pia – ú – ñas).
Una misma secuencia de vocal cerrada átona + vocal abierta + vocal cerrada átona puede pronunciarse, en unas palabras, formando parte de la misma sílaba, esto es, como un triptongo y, en otras, en dos sílabas diferentes, es decir, como un hiato seguido de un diptongo, o viceversa; así, la secuencia iei se pronuncia como triptongo en la palabra cambiéis [cam – biéis] y como hiato + diptongo en confiéis [con – fi – éis], al menos en España y en los países americanos en los que la tendencia antihiática es menos fuerte. Sin embargo, a efectos de acentuación gráfica, cualquier secuencia formada por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas siempre se considerará un triptongo, con independencia de su articulación real en una o en dos sílabas.
Por lo regular son de terminación iái, por ejemplo:
Abreviáis
Abreviéis
Acahual
Acariciáis
Acariciéis
Acopiáis
Acopiéis
Actuáis
Actuéis
Ahuautle
Amortiguáis
Anunciáis
Anunciéis
Apreciáis
Apreciéis
Apremiáis
Apremiéis
Arreciáis
Arreciéis
Asediáis
Asediéis
Atenuáis
Atrofiáis
Atrofiéis
Averiéis
Averiguáis
Biaural
Buey
Camagüey
Cambiáis
Cartografiáis
Cartografiéis
Ciais
Codiciáis
Codiciéis
Contagiéis
Copiáis
Copiéis
Criais
Crieis
Cuaimas
Cuauhtémoc
Cuaunáhuac
Cuautepec
Cuautitlán
Cuautla
Dioico
Efectuáis
Enunciáis
Enunciéis
Enviciáis
Enviciéis
Envidiáis
Envidiéis
Estudiáis
Estudiéis
Fiais
Guau
Guay
Guaymas
Guayqueri
Güey
Guiais
Guieis
Habituáis
Habituéis
Haliéutica
Hioides
Huaico
Hualieutica
Huaula
Huaura
Huautla
Huauzontle
Huay
Huayco
Huei
Hueitlatoani
Hueypoxtla
Liais
Lieis
Luau
Menospreciáis
Menospreciéis
Miau
Paraguay
Parodiáis
Parodiéis
Piai
Riais
Rociáis
Ruau
Santigüéis
Semiautomático
Terciáis
Terciéis
Uruguay
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Hiato
Un hiato es, en fonología, la secuencia de dos vocales que se encuentran juntas, pero pertenecen a diferentes sílabas. El caso contrario, que se pronuncien en la misma sílaba, se llama diptongo.
Existen algunas lenguas en el mundo que no poseen diptongos; para los hiatos no parece haber una restricción similar y claramente todas las lenguas con diptongos poseen también algunos hiatos o al menos secuencias de dos vocales abiertas.
En español, si una vocal cerrada es tónica (lleva acento), el diptongo no es posible y tenemos un hiato.
Prosodia
Tipos de hiato
Diptongos e hiatos
Cuando las vocales forman cada una por separado una emisión de voz, es decir, una sílaba, se tendrá un hiato. En español esto se produce cuando están juntas dos vocales fuertes (a, e, o), o una vocal fuerte con una débil tónica (í, ú), o bien, dos vocales débiles iguales que requiera doble pronunciación de la vocal (ii, uu):
posibles hiatos | vocal abierta (fuerte) | vocal cerrada (débil) | ||||
e | a | o | i | u | ||
vocal abierta (fuerte) | ! e | ee le-e, pa-se-é | ae ca-e, a-é-re-o | oe ro-e, No-é | íe rí-e | úe li-cú-e |
a | ea se-a, te-a-tro | aa a-za-har | oa bo-ato, Sa-mo-a | ía fi-lo-so-fí-a | úa pú-a | |
o | eo cre-ó, fe-o | ao na-o, ca-o-ba | oo lo-ó, zo-o | ío rí-o | úo a-cen-tú-o | |
vocal cerrada (débil) | ! i | eí re-í | aí pa-ís, ma-íz | oí o-ír | ii chi-i-ta | |
u | eú re-ú-ne | aú ba-úl | oú No-ú-me-no | uu du-un-vi-ro |
En español se dice que dos vocales abiertas o medias (vocales fuertes) contiguas forman hiatos. Sin embargo, es muy común que actúen como diptongos en el habla coloquial, especialmente en algunos dialectos. Por ejemplo, línea o toalla se consideran un hiato en el español normativo, pero actualmente se pronuncian generalmente como diptongos en algunas variedades de español, es decir, [ˈline̯a], [ˈtʊ̯aʝa].
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Hiato simple
Es el encuentro de dos vocales abiertas (a, e, o), o también, de dos vocales cerradas iguales (ii, uu).
Por ejemplo:
Hiato acentual
También llamado hiato que deshace el diptongo. Es un tipo de hiato resultante del encuentro de una vocal abierta con una cerrada o de una cerrada con una abierta. Lo que diferencia a este hiato del diptongo es que la vocal cerrada obligatoriamente debe llevar acento, y se escribe con tilde. Por ejemplo:
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Hiato esporádico
Un problema muy discutido en fonología del español es la existencia de resilabicación excepcional que da lugar a hiatos que no están motivados acentuadamente:
Colocación de tilde en los hiatos
Los hiatos llevan tilde si lo exigen las reglas generales de acentuación. Sin embargo, en las secuencias vocal abierta átona + vocal cerrada tónica, o viceversa, siempre se coloca tilde para marcar el hiato.
Diferencias dialectales
A veces la separación en sílabas difiere de una variante de español a otra, por ejemplo, español de España y el español de México difieren en el número de sílabas en que separan palabras como:
Oaxaca, toalla; teatro, Orleans, pelear, craneal, etc.
Otras veces las diferencias pueden darse entre hablantes de un mismo dialecto o si se compara un registro coloquial con uno formal. Esas diferencias se dan en palabras como:
pe-rí-o-do / pe-rio-do
di-a-frag-ma / dia-frag-ma
En otros casos, hay diferencia de acentuación en distintos países, con distinta tildación de las palabras. Por ejemplo:
Prosodia
Los adiptongos son muy frecuentes, podrás encontrarlos en multitud de palabras y se producen cuando en una misma aparecen dos vocales juntas. Los adiptongos también pueden denominarse hiatos y consisten en la separación de dos vocales que se encuentran juntas en sílabas distintas. Esto hace que el diptongo que formaban en un primer momento desaparezca al separarlas en partes diferentes.
Por lo tanto, son dos vocales que no se pronuncian juntas dentro de una misma sílaba, esto se debe a la naturaleza de dichas vocales, ya que no es posible pronunciarlas juntas. Este fenómeno hará que los sonidos sean separados en dos sílabas distintas.
Debemos señalar, que en el caso de que nos encontremos con una h intercalada entre dos vocales dentro de la misma sílaba, esta no se contará a la hora de crearse un adiptongo o hiato.
Por otro lado, y antes de pasar a conocer los tipos de adiptongos existentes es necesario que aclaremos el concepto de vocales abiertas y cerradas. Las primeras, las abiertas, son la A, la E y la O. Por su parte, las vocales cerradas o también llamadas débiles son la I y la U.
Tipos de adiptongo
Los adiptongos o hiatos son la separación de dos vocales consecutivas en dos sílabas distintas, pero no todos son iguales y podemos encontrarnos con dos tipos:
Cuándo se produce un adiptongo
Los adiptongos no se producen siempre, para ello deben darse una serie de condiciones. Como ya hemos señalado, su aparición dependerá del tipo de vocales ante la que nos encontremos. Es decir, si son abiertas o cerradas. Por lo tanto, para que exista un adiptongo es necesario:
Ejemplos de adiptongos
Para poder entender mejor cómo funcionan los adiptongo o hiatos vamos a ver varios ejemplos. En primer lugar, vamos a centrarnos en los casos que hemos citado anteriormente y que son los que determinan cómo se conforma un hiato. Estas fórmulas en las que se combinan vocales abiertas y cerradas serán las que nos den la clave a la hora de localizar los adiptongos y saber localizarlos correctamente, algo que nos será muy útil cuando debamos realizar labores de métrica en la poesía.
Prosodia
Cuando existe unión entre una vocal cerrada tónica con una vocal abierta átona.
En este caso nos encontraríamos con palabras que contienen dos vocales una de ellas una vocal cerrada (I, U) tónica con una abierta (A, E, O) átona. Es decir, sobre la primera recaería el acento y sobre la segunda no.
ejemplos:
Adiptongo con vocales abiertas distintas entre sí
Veamos algunos ejemplos de adiptongos cuando aparecen dos vocales abiertas que son distintas entre ellas. Algunas de éstas palabras son:
Prosodia
Adiptongo con dos vocales iguales
En este caso, no se distinguen si las vocales son abiertas o cerradas para formar un adiptongo. Este se produce cuando aparecen dos vocales en que son iguales. Veamos algunos ejemplos:
Las palabras.
Es la silaba o reunión de silabas que expresan una idea
Las palabras simples son aquellas que poseen solamente un lexema en su estructura. Por ejemplo: ropa (palabra simple), ropaje, arropar, ropero (palabras derivadas). Una palabra es una unidad lingüística con significado y que está formada por: … Es la parte de la palabra que no se modifica, que permanece invariable.
Una palabra es un vocablo, una voz, una expresión. Etimológicamente, el término deriva del latín parabŏla. Desde la lingüística, la palabra es una unidad léxica formada por un sonido o un conjunto de sonidos articulados, que se asocia a uno o varios sentidos, y que posee una categoría gramatical determinada.
Prosodia
Estructura de las palabras
Las palabras se estructuran a partir de componentes lingüísticos llamados monemas. De este último pueden diferenciarse dos clases:
Así, las palabras están compuestas por:
Lexema:
También conocido como raíz, es la parte a partir de la cual se construyen las palabras. Muchas veces la palabra está compuesta solamente por el lexema y otras veces funciona como un monema más. Por ejemplo: Sol.
El lexema, también conocido como morfema léxico, es la unidad mínima de una palabra con valor léxico, es decir, con significado.
El lexema es la raíz de una palabra sin morfemas gramaticales. En este sentido, es la parte de la palabra que se mantiene igual en todas sus variaciones y derivaciones.
Es, pues, al lexema al que se le añaden otros morfemas que son los que contienen la información gramatical como, por ejemplo, género, número, persona, tiempo o modo.
Ejemplos de lexemas (en negritas)
Prosodia
Tipos de lexemas
Los lexemas pueden ser divididos en dos tipos: los lexemas libres o independientes y los lexemas trabados o ligados.
Lexema libre
El lexema libre o independiente es aquel lexema que coincide, en su totalidad, con la forma de la palabra en sí, de modo que no necesita de morfemas gramaticales para completar su sentido.
Por ejemplo:
Lexema trabado
El lexema trabado o ligado es aquel que necesita de otro u otros morfemas para completar su sentido. Estos morfemas pueden aportar información gramatical tal como el número, género, persona, tiempo o modo.
Por ejemplo:
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Lexema y morfema
Lexema y morfema son conceptos afines en gramática, no obstante, difieren en aspectos específicos que a continuación vamos a detallar.
Morfema es un término que se refiere a la unidad mínima en que se puede descomponer una palabra. Esta unidad puede ser de tipo léxico (morfema léxico) o gramatical (morfema sintáctico).
El morfema léxico vendría a ser el lexema, es decir, la unidad mínima de una palabra con valor léxico, que no contiene morfemas gramaticales.
El morfema gramatical, también conocido como gramema, en cambio, es aquel que contiene la información meramente sintáctica.
Dicho de otro modo, el morfema gramatical es el que aporta información sobre las relaciones sintácticas que una palabra establece con los otros elementos de la oración, pero que por sí solo no tiene significado.
Así, un lexema es siempre un morfema, pero no en todos los casos un morfema será un lexema.
Morfema
El morfema es la unidad mínima de la lengua que posee significado léxico o gramatical. En este sentido, es la unidad mínima aislable de análisis gramatical, y, por ello mismo, no puede ser dividida en unidades menores. Algunos autores relacionan el concepto de morfema con el de monema.
El concepto de morfema está relacionado con la idea de la forma. La palabra morfema, de hecho, se deriva del griego μορφή (morphḗ), que significa ‘forma’. Los morfemas, pues, son las formas que componen una palabra, bien de tipo léxico (de significado) o gramatical (en función de las relaciones que establece con otras palabras).
Propiedades del morfema
Los morfemas comparten las siguientes características:
Prosodia
Clases de morfemas
Morfema léxico
Un morfema léxico, también conocido como lexema, es aquel que contiene el significado léxico de una palabra y que se mantiene en todas sus variaciones. De allí que el morfema léxico o lexema sea la raíz de la palabra. Es al morfema léxico al que se añaden los otros morfemas contentivos de información gramatical.
Ejemplos de morfemas léxicos (en negritas):
El morfema léxico, a su vez, puede ser de dos tipos: libre o independiente, o trabado o ligado.
Morfema libre
Un morfema libre o independiente es aquel cuyo lexema coincide con la forma de la palabra en sí.
Por ejemplo:
Prosodia
Morfema trabado
El morfema trabado o ligado, en cambio, es aquel cuyo lexema o morfema léxico requiere de otro u otros morfemas para completar el sentido de una palabra. Esto se debe a que los otros morfemas aportan la información gramatical de la palabra:
Por ejemplo:
Prosodia
Morfema gramatical
Se llama morfema gramatical, también conocido como gramema, aquel que contiene la información gramatical de una palabra como, por ejemplo:
Así, los morfemas gramaticales o gramemas son los que constituyen la parte variable de una palabra. En ellos, pues, reposan las relaciones gramaticales de la palabra, eso sí, sin alterar el significado referencial básico de la palabra. Los hay de dos tipos:
Prosodia
Gramemas flexivos
Existen distintos tipos de gramemas flexivos dependiendo de la categoría gramatical de la palabra. En los:
Por ejemplo:
En cambio, en los verbos, los gramemas flexivos pueden ser de persona, número, tiempo y modo.
Por ejemplo:
Prosodia
Gramemas derivativos
Los gramemas derivativos son aquellos que se añaden a una palabra para formar derivaciones. Este tipo de gramemas lo que hace es aportar un matiz de significado a la palabra, pese a que su aportación es únicamente de índole gramatical.
Los gramemas derivativos pertenecen a la categoría de los afijos, que pueden ser de tres tipos: antepuestos al lexema (prefijos), pospuestos (sufijos), o insertados en el interior de la raíz de la palabra (interfijo o infijo).
Por ejemplo:
Morfema flexivo: son los morfemas que añaden información al lexema en cuanto al género y el número de este. Por ejemplo: Conejo, coneja, conejos, conejas.
Morfema derivativo: son los morfemas que transforman el significado del lexema. Estos pueden ser prefijos, cuando van antes que la raíz; sufijos, cuando van después de la raíz, pudiendo ser diminutivos, aumentativos y despectivos; e interfijos, que unen los diferentes monemas sin tener un significado específico. Por ejemplo: antisemita (anti-semita); biología (bio-logía); ensanchar (en-s-anchar).
Prosodia
Tipos de palabra
De acuerdo a su estructura, las palabras pueden clasificarse en:
Palabras simples: cuando las palabras sólo están conformadas por el lexema. Por ejemplo: sol, raíz, pan, agua, etc.
Palabras compuestas: cuando las palabras están conformadas por dos lexemas. Por ejemplo: sacacorchos, abrelatas, aguamarina, pelirrojo, agridulce, bajorrelieve, hispanohablante, etc.
Palabras derivadas: cuando las palabras están conformadas por un lexema y uno o varios morfemas, derivando el significado de una palabra en otro más específico. Por ejemplo: papelería, cantante, arboleda, artístico, cultural, etc.
Palabras parasintéticas: cuando las palabras están conformadas al mismo tiempo como palabras compuestas y derivadas. Por ejemplo: quinceañera, paraguazo, etc
Prosodia
¿Las palabras y sus funciones?
Las palabras de una oración forman frases que llevan una función gramatical en la estructura del enunciado. En nuestro análisis gramatical de la oración simple se identifican tres funciones gramaticales principales de una oración:
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