Prosodia. La prosodia es una rama de la lingüística que analiza y representa formalmente aquellos elementos de la expresión oral: tales como el
- acento,
- tonos
- entonación.
El término prosodia (de προσῳδία) era polisémico en griego antiguo, y esta polisemia ha derivado en su uso con distintos significados en filología clásica. El término prosodia puede designar por tanto:
- Una canción (προσῳδία sc. ᾠδὴ) cantada con música instrumental (Critias 57, Choeroboscus en los escolios a Dionisio Tracio p.124 (Uhlig).
- La variación en la entonación (Platón República 399a) y otras variaciones suprasegmentales (Sexto Empírico Contra los matemáticos 1.113, cf. Theon.Prog.13) que la lingüística moderna trata en el capítulo de la prosodia (lingüística).
- Los signos diacríticos y, en general los signos demarcativos de todo tipo empleados por los gramáticos alejandrinos (cf. Choeroboscus en los escolios a Dionisio Tracio p.12
Historia.
Hablamos de Gramática como el estudio de los elementos de la lengua y sus combinaciones. Entendemos por gramática de la oralidad, el estudio del sonido que pretende ser lingüístico: la organización del hilo fónico a través de un conjunto de mecanismos de naturaleza prosódica o suprasegmental. Sin estos mecanismos sería muy difícil hacer de ese continuo fónico algo inteligible. Cuando se hacen análisis gramaticales se parte, generalmente, de la escritura y de todo aquello que podemos ver, dejándose de lado la manera como se organiza el sonido, para que sea perceptible la estructura profunda de la lengua. Debido a esta razón creo necesario dedicarle algún espacio a este conjunto de elementos prosódicos básicos, que pudiéramos considerar como los principios elementales de la organización de la lengua hablada.
Estos elementos supra-segmentales, los que están más allá del segmento, lejos de constituir un adorno, son precisamente los que organizan el hilo de sonido que percibimos1. Si el sonido no estuviera agrupado de manera significativa, no habría comunicación lingüística; se oirían gritos o murmullos, a lo sumo. El oyente recibe, cuando se comunica lingüísticamente, segmentos sonoros relativos a las unidades de información que le envía el hablante. Con el sonido, va una serie de informaciones de naturaleza prosódica, no solamente con información referencial sino también con información dialectal, sociolingüística e inclusive, emotiva.
Si bien hay consenso sobre el hecho de que la prosodia está más allá de las unidades segmentales, no lo hay en cuanto a cuáles de los mecanismos forman parte de ella. En realidad, parece más un problema de nomenclatura que de otra índole.
Al percibir el habla, tenemos una melodía conformada por las variaciones de frecuencia del fundamental pero al mismo tiempo sentimos ritmo, pausas, intensidad y otros elementos fónicos2. Para algunos autores, la prosodia o entonación se compone de todos estos elementos (Quilis, 1993; Obediente, 1998). Para otros, la entonación está conformada por todos esos elementos que «suenan» con el fundamental y es sólo uno de los elementos de la prosodia. Léon (1996) y Mora (1996) entre otros denominan entonación al movimiento melódico, es decir, a las variaciones de la frecuencia fundamental F03.
Para evitar confusiones, estableceremos de antemano que, en este trabajo, nos referiremos a la entonación o melodía como la frecuencia fundamental que forma parte de la prosodia, entendiendo que para percibir la entonación es necesario tomar en cuenta un conjunto de otros parámetros acústicos, como duración y ritmo, entre otros. La prosodia estudia, además de la entonación, el acento y el ritmo, que incluye pausas, timbre y velocidad de habla.
Según Mora (1996:15) el término prosodia engloba «todo lo que crea la música y la métrica de una lengua» y luego agrega, citando a Di Cristo, que la Prosodia es «el estudio de los hechos fónicos no segmentales que participan en la organización del léxico y de la sintaxis y que juegan un papel determinante en la interpretación semántica de los enunciados y del discurso» (Di Cristo, 1994, en Mora, 1996, traducción nuestra).
Así, para Di Cristo, la Prosodia sería una rama de la Lingüística, que analiza y representa formalmente aquellos elementos no verbales de la expresión oral, tales como el acento, los tonos, la entonación y la cantidad, realiza esta última en el tempo y las pausas. Su manifestación concreta en la producción de la palabra se asocia, de este modo, a las variaciones de la frecuencia fundamental, de la duración y de la intensidad que constituyen los parámetros prosódicos físicos. Estos parámetros los percibe el oyente como cambios de altura o de melodía, de longitud y de volumen sonoro y vienen a constituir entonces los parámetros prosódicos subjetivos. Las señales prosódicas son polisémicas y vehiculan informaciones tanto paralingüísticas como propiamente lingüísticas, esenciales en la comprensión del enunciado y su interpretación pragmática (Bertrand, 1999:19).
Podemos decir que la prosodia forma parte esencial de la Lingüística y que tiene un papel importantísimo que cumplir en la organización de la lengua hablada. Como elemento lingüístico que es, tiene necesariamente dos estratos: una sustancia y una forma, según la terminología de Hjelmslev (1972, 1984) relacionada la primera con el plano del contenido descrito por Saussure, y la segunda con el plano de la expresión. Preferimos la terminología hjelmsleviana porque ilustra de forma más sencilla las relaciones entre la lengua como abstracción y el habla como uso real del lenguaje. Si bien ha habido alguna discusión sobre el hecho de que la prosodia sea parte integrante de un nivel de análisis lingüístico, opiniones como la de Quilis (1993) solventan el caso cuando dice: «La cuestión se centra principalmente en que la entonación, como todo enunciado lingüístico, posee una sustancia y una forma»
La prosodia trata la manifestación concreta en la producción de las palabras. Desde el punto de vista fonético-acústico, la variación de la frecuencia fundamental, la duración y la intensidad que constituyen los parámetros prosódicos físicos. La prosodia puede dividirse convenientemente en dos aspectos:
- El primero considera aspectos suprasegmentales, es decir, que trata la entonación de la frase en su conjunto.
- El segundo controla la melodía, fenómenos locales de coarticulación, acentuación.
La prosodia se generaba mediante sistemas basados en reglas, obtenidas a partir de estudios lingüísticos y retocadas empíricamente hasta conseguir un habla sintética aceptable. Actualmente se empiezan a utilizar métodos estadísticos sobre bases de datos para generar automáticamente modelos prosódicos.
Modelos prosódicos
En la generación de modelos prosódicos se pueden abordar cuatro características básicas:
- la duración segmental
- la intensidad segmental
- las pausas
- los movimientos melódicos.
La entonación es básicamente la evolución de la frecuencia fundamental, mientras que el ritmo incluye tanto las duraciones de cada uno de los signos de síntesis como la localización y duración de las pausas.
Las variables típicamente utilizadas en el análisis de la prosodia son, por ejemplo, el tipo de oración, la duración en tiempo, el número de sílabas del grupo entonativo, la distancia a la última sílaba acentuada, la categoría gramatical de la palabra, etc. Las variables útiles son diferentes para cada modelo (entonación, duración o pausas) y, en general, pueden ser numéricas o simbólicas. Los patrones entonativos tienen carácter suprasegmental, es decir, que afectan globalmente a todo un grupo entonativo en lugar de hacerlo particularmente sobre cada unidad. Básicamente, la generación de los patrones consiste en la determinación de la posición y valor de una serie de codos de un modelo lineal a tramos.
Prosodia del castellano En general, la entonación del castellano consta de una primera rama ascendente que comprende desde el primer sonido hasta el primer acento tónico. A partir de aquí se mantiene subiendo y bajando, hasta la parte del último acento hasta el final. La elevación de esta última parte indica que la frase no está completa. Su descenso indica la finalización de la frase, y la combinación de ambas, ascendente y descendente, que la frase es interrogativa. Aunque para la generación de los patrones entonativos se utilizan casi siempre sistemas basados en reglas, para la determinación de la duración de las unidades de síntesis se han propuesto muchos sistemas. Son muchos los factores que influyen en la duración de los fonemas, entre los cuales el más importante es el contexto fonético en el que se encuentra cada fonema
en lingüística, a la prosodia, que es el estudio de los elementos del habla que no constituyen segmentos fonéticos (como las vocales y las consonantes), sino que son propiedades de unidades articulatorias superiores del habla (como el acento, la entonación, etc., que afectan a la sílaba, la palabra o a toda la oración
El desarrollo etimológico derivó finalmente en prosodia, un concepto de nuestra lengua que se emplea para nombrar a la rama de la gramática encargada de la acentuación y la pronunciación. … Su objeto de estudio es la manifestación de las palabras, analizando la acentuación local y la entonación general de una frase.
Los rasgos prosódicos son aque- llos aspectos del habla que conocemos como acento, ritmo, límite o juntura, entonación y tempo. … La prosodia del habla provee al oyente con información estructu- ral acerca del mensaje.