Primera guerra Marcomana. En el 168 ambos emperadores reclutaron dos nuevas legiones, la II y la III Italica, y marcharon con el ejército desde Italia hacia las provincias de Panonia a comprobar la fortaleza de las limes, acampando en Carnuntum (Petronell, Austria) base de la legión XIV Gemina Martia Victrix y del gobernador de la provincia de Panonia Superior.
La guerra se centró en toda la linea fronteriza que va desde el Agri Decumates hasta la Dacia, también intervinieron en operaciones secundarias, las legiones de Dacia, Mesia y Germania Inferior, aunque como veremos el frente principal de la guerra estuvo situado en los territorios de Bohemia, Moravia y la parte mas baja y habitable de la República Eslovaca.
La estrategia romana, a grandes rasgos era que ante la firme alianza entre marcomanos y sármatas (los dos principales contendientes) los romanos deciden golpear al eslabón mas débil de la cadena, el territorio de los cuados, que estaban entre ambos, allí se descargó el primer golpe, aislando a los dos enemigos mas peligrosos, luego le llegara el turno a los marcomanos y, por ultimo, a los sármatas.
Causas
A mediados del siglo II tribus procedentes de Escandinavia, los gépidos y los godos, estos últimos atravesaron las actuales Polonia y Bielorrusia hasta llegar a Ucrania a finales de la misma centuria. La presión ejercida por los migrantes sobre otras tribus provocó un «efecto dominó» en Germania, cada tribu que migraba por la presión de otra tenía que quitarle el territorio a una tercera tribu que a la vez debía buscar un nuevo hogar en la tierra de la siguiente tribu. Finalmente a muchas tribus no les quedó otra solución que intentar entrar en el rico territorio romano.
En aquella época el Imperio romano se encontraba con gran parte de sus legiones en Oriente. Producto de las constantes disputas por el dominio del reino de Armenia cuyo trono se encontraba vacante, en 161 el general persa Cosroes invadió Armenia con un gran cuerpo de caballería pesada y derrotó en Elegía o Elgia (en el Alto Éufrates) a un pequeño ejército romano.
Un año después tanto Capadocia como Siria cayeron bajo control persa, la respuesta romana no se hizo esperar, un poderoso ejército de 16 legiones más auxiliares se movilizó en el este, comandado por el coemperador Lucio Vero. En 163 las tropas romanas ocuparon Armenia y expulsaron al pretendiente al trono, el arsácida Pacoro, el siguiente año les permitió recuperar toda la Anatolia y Siria. La campaña de castigo continuó cuando los romanos cruzaron el Éufrates lanzaron una ofensiva sobre Mesopotamia, apoderándose de la provincia y saqueando varias ciudades (165). Sin embargo, cuando las legiones cruzaron el río Tigris y entraron en la Media se vieron forzados a retroceder y aceptar la paz pero conservando Mesopotamia (166). Los partos organizaron una fuerte resistencia y partidas de jinetes que acosaban constantemente a los romanos durante su avance y posterior ocupación territorial, además que las numerosas y experimentadas tropas romanas eran necesarias para el nuevo frente bélico que se había abierto en las fronteras germánicas, pero principalmente el fin anticipado de la exitosa campaña se debía a una desconocida peste.
La llamada peste antonina fue una epidemia que se extendió por todo el imperio que produjo una gran pérdida de población, inestabilidad política y social, decadencia del comercio y una enorme debilidad militar. Cerca de 5 a 7 millones de personas murieron durante la peste, en la misma Roma los rebrotes continuaron hasta al menos 189, muriendo cerca de 2000 ciudadanos por día. Algunas fuentes estiman que hasta se perdieron 20 millones de vidas. Sólo en la capital imperial, unas 300 000 personas fallecieron. La peste se extendió hacia el oeste del Imperio porque las legiones que volvían de la campaña parta la traían consigo, perdiendo con ello una parte importante de los soldados más experimentados.
Por ello el imperio se encontraba en una posición militar y económica débil, y hacia 165 los germanos que intentaban entrar en el Imperio sabían que las unidades que guarnecían la frontera estaban muy mermadas y debilitadas por la guerra en Partia y por la peste, por lo que podían ser fácilmente superadas, mientras que el grueso de las legiones todavía se encontraba en Oriente.
En 162 los catos y caucos invadieron el territorio romano, específicamente las provincias de Raetia y Germania Superior, siendo rechazados aunque continuaron su ofensiva hasta 165. Pero estas incursiones menores eran un mero preludio de las que vendrían después.
Tras varios ataques de tanteo menores entre finales de 166 y principios de 167 una fuerza de 6000 lombardos, ubios, lacringios y osos penetró en Pannonia Superior, pero rápidamente fueron destruidos tras una corta persecución primeramente por el Ala I Ulpia Contariorum (caballería) del joven oficial (y futuro prefecto del pretorio) Marco Macrino Avito Catonio Vindex, a las que se les unieron después1vexillationes de la Legio I Adiutrix del general Lucio Vespronio Candido Salustio Sabiniano, que los interceptaron entre Brigetio y Arrabona (Gyor, Hungría)
Inmediatamente, Marco Iallio Basso Fabio Valeriano, gobernador de la provincia afectada, inicio negociaciones con once tribus ribereñas del Danubio(marcomanos, cuados, vándalos, victumalos, naristios, cotinos, etc.), éstas eligieron como portavoz al rey de los marcomanos Bellomarius, los embajadores germanos negociaron la paz y prometieron no atacar territorio imperial; sin embargo, Marco Aurelio desconfiaba de ellos.
Durante el curso del mismo año (167) los sármatas lanzaron ataques contra el limes occidental de Dacia, quizás apoyados por grupos de vándalos, que terminaron con la muerte del gobernador de la provincia, Calpurnius Proculus, por lo que se mandó a la Legio V Macedonica, que volvía de la guerra con los partos, desde su base en Troesmis en Moesia Inferior (Iglita, Rumanía) hacia Potaissa en Dacia (Turda, Rumanía).
Ya en el 168 ambos emperadores reclutaron dos nuevas legiones, las Legio II Italica y III Italica, y marcharon con el ejército desde Italia hacia las provincias de Pannonia a comprobar la fortaleza de los límites, acampando en Carnuntum (Petronell, Austria) base de la Legio XIV Gemina Martia Victrix y del gobernador de la provincia Pannonia Superior. Durante todo ese año, marcomanos, cuados, victumalos y vándalos habían lanzado constantes ataques fronterizos e incluso ocuparon un territorio al sur del Danubio cerca de Carnuntum, pero al comprobar la llegada del numeroso ejército imperial de refuerzo, terminaron sus ataques y gran parte de sus jefes y gentes huyeron al interior de sus territorios e incluso pidieron que fuese Roma quién les designara nuevos líderes.
Marco Aurelio, desconfiando de sus promesas, volvió a Aquilea a pasar el invierno de 168-169 mientras que Lucio Vero permaneció en el norte y dio por conseguida la paz gracias a los nuevos compromisos adquiridos por los germanos. Cuando Vero volvió a Italia murió en extrañas circunstancias, y Marco Aurelio volvió a Roma para participar de sus funerales (169) y la planeada campaña de castigo contra los germanos fue cancelada.
Mientras tanto el grueso del ejército romano se concentró para avanzar por el valle del río Tisza atacando a los sármatas yázigas, tribu que vivía en la zona no sometida entre el Danubio y Dacia; la campaña fue muy difícil para los romanos pero lograron pacificar, al menos durante algún tiempo a los yázigas. Para aquella campaña fue necesario cambiar varias veces de comandante, el primero fue Marco Claudio Frontón, gobernador de Mesia Superior quién tuvo que ser enviado a Dacia a dirigir la defensa de la provincia pero fue derrotado y muerto, ante esto los romanos vieron amenazando su poder en toda la provincia siendo necesario fortificar toda varias ciudades, incluyendo la capital, Sarmizegetusa.
El mismo año con la mayoría de las tropas romanas en guerra con los yázigas y la provincia Dacia debilitada los sármatas roxolanos y los germanos costobocos lanzaron una ofensiva por la Mesia Inferior, desde donde se había retirado la Legio V Macedonia. Los bárbaros saquearon el territorio de Tracia llegando a arrasar Libida, Ulmetum y Tropaeum (170), llegaron a Grecia donde el templo de Eleusis cerca de Atenas fue profanado y despojado de sus riquezas (170). Le sucedió en el comando del ejército en la campaña contra los yázigas Sexto Calpurnio Agrícola.
Agrícola, anterior gobernador de Mesia Inferior fue nombrado gobernador de Dacia y coordinó las tropas de esa provincia y de Mesia Superior, logrando restablecer la calma y expulsar a los invasores de la provincia (169). Entre tanto, Didio Juliano, comandante del limes de la actual Renania y gobernador de la Galia Bélgica, rechazó con gran éxito a catos y hermunduros, y, además, que venció los catos que atacaron Bélgica; Juliano operó con un total éxito con solo una legión, la Legio XXII Primigenia, con base en Mogontiacum (169-170,, aunque otras fuentes sitúan la fecha en 173).
La campaña contra los yázigas terminó por ser dirigida por Claudio Pompeyano, quien logró buenos resultados, y así consiguió casarse con Lucila, hija de Marco Aurelio y viuda de Lucio Vero.
En la primavera de 170 cuando tras meses de ataques de tanteo en busca de las posiciones más débiles de la frontera una enorme fuerza de marcomanos, victumalos, hermunduros, naristos y cuados penetró en el territorio romano entre Vindobona y Brigetio, arrasando a las pequeñas guarniciones en la frontera aprovechando que el grueso de las tropas romanas estaba en una nueva campaña contra los yázigas, ejecutando un ataque de cierre de pinzas desde Pannonia Inferior y Dacia.
Los germanos estaban dirigidos por Bellomarius, quién avanzó con sus guerreros por Pannonia hacía el sur, mientras una parte de sus fuerzas asaltó Brigetio campamento de la Legio I Adiutrix, comandada por Helvio Pertinax, quién los rechazó. Otro grupo marchó al oeste hacia la provincia Noricum, amenazó Vindobona y atacó Ovilava (Wels, Austria). El grueso de las fuerzas germanas derrotó a unos veinte mil romanos cerca de Carnuntum, en un lugar llamado la Vía Ambra.
Tras la victoria los germanos siguieron al sur, atravesando Pannonia y Raetia arrasando Savaria, Poetovio y Emona; cruzaron los Alpes por el conocido paso de Nauportus, entrando en la Galia Cisalpina (llanura padana), arrasaron Opitergium y después asediaron Aquilea, lo que se considera un gran error de los germanos, porque dieron tiempo a las fuerzas imperiales para reagruparse y levar nuevas tropas.
En Roma, primero, se movilizó un nuevo ejército usando gran parte de la guardia pretoriana, diez cohortes de 1000 hombres, formadas por las mejores tropas del Imperio, a las que se unieron las cohortes urbanas, 4 cohortes de 1000 hombres, y las unidades de vigiles, 7 cohortes de 1000 hombres. A estas se les sumaron la marinería de las flotas del Miseno y Rávena. En total unos 20 000 hombres puestos al mando del Pretor del Pretorio Tito Furio Victorino.
El ejército de Victorino se dirigió al norte para liberar la ciudad de Aquilea, pero poco antes de alcanzar su objetivo los germanos le hicieron frente, siendo derrotado y destruido, y su comandante muerto en la batalla.
Sin embargo, la suerte ya estaba echada, mientras refuerzos provenientes de Pannonia dirigidos por Vetio Sabiniano, legado de la Legio XIV Gemina llegaban por mar a Roma para unirse a los nuevos reclutas, una gran fuerza al mando de los gobernadores Marco Basso de Pannonia Superior y Claudio Pompeyano de Pannonia Inferior, con la Legio I Adiutrix, la Legio II Adiutrix, la Legio X Gemina y la citada Legio XIV Gemina, avanzaron hacia Aquilea desde sus provincias para cerrar la retaguardia germánica. El plan de Marco Aurelio era encerrar a los invasores bárbaros entre las fuerzas provenientes de Roma y las de Pannonia en Aquileay aplastarlos allí.
En Dacia una tribu de vándalos los Astingi al mando de los jefes Raus y Raptus llegaron a sus fronteras pidiendo tierras donde establecerse o dinero, el emperador rechazó su petición y viendo que los romanos se preparaban para una gran campaña prefirieron atacar a otra tribu y quitarles su tierra; el nuevo gobernador de la provincia, Sexto Cornelio Clemente, les convenció para atacar a los costobocos, pero como los recién llegados cosecharon un gran éxito, Clemens los atacó y derrotó, aunque permitió que se asentaran en su nuevo hogar (170-171). Para ello pidió la ayuda de Battarius, el jefe de los lacringi, de doce años, grupo de vándalos que acompañaban a los astingi pero al que Clemens convencio de atacar a sus hermanos.
En cuanto los bárbaros que asediaban Aquilea notaron lo que les iba a suceder emprendieron una apresurada retirada con su botín a los campos de Raetia y Noricum. Los germanos enviaron entonces emisarios al César asegurando que los culpables de la invasión ya habían sido castigados y que no volverían a intentar un ataque contra el Imperio, e incluso los cuados le pidieron que les eligiera un nuevo rey porque el suyo acababa de morir.
El emperador no les creyó, pues ya antes habían roto sus promesas de paz y preparó una expedición de castigo contra ellos.
Para esta expedición de castigo, se ordenó que Publio Helvio Pertinax, comandante de caballería y legado de la Legio I Adiutrix que dirigiera una fuerza cuya misión sería acabar con los germanos que ocupaban Raetia y Noricum, mientras que el norte de Italia fue puesto bajo la protección de Antistius Adventus que diriía las legiones itálicas recién, la Legio II Italica y la Legio III Italica. La misión de Pertinax terminó al año siguiente, cuando los últimos marcomanos y victumalos que quedaban fueron derrotados y expulsados del Imperio.
En otoño de 171 Marco Aurelio llegó a Carnuntum, donde se reunió con sus generales y pasó revista al poderoso ejército reunido, diez legiones: I, II Adiutrix, I, II, III Italicas, X, XIV Geminas, XI Claudia, I Minervia, XII Fulminata, junto con vexillationes de II Traiana, XV Apollinaris, III Cyrenaica, III Augusta, X Fretensis, XXX Ulpia y III Gallica. A ellas se sumaron un número desconocido de auxiliares, en total el ejército movilizado para esta campaña bien pudo llegar a los 120 000 soldados. Para financiar la campaña el César tuvo que vender muchas de sus posesiones personales y familiares pues el tesoro imperial estaba agotado tras la guerra contra los partos y el desastre de la peste.
Las principales operaciones se realizarían entre los Campos Decumanos y Dacia, mientras que ataques secundarios se hicieron desde Moesia y Germania Superior.
Las campañas contra los germanos se realizaron continuamente durante los años 171 a 174. Los romanos lanzaron ataques desde Carnuntum por los ríos Morava, Thaya, Dyje y Jihlava, desde Brigetio por los valles del Nitra y el Waag y desde Granua (Hron, Hungría) hacía la fortaleza de Solva, venciendo repetidamente a los marcomanos, naristios y cotinos, pero los cuados de la actual Eslovaquia se mostraron mucho más renuentes al sometimiento por lo que fue necesario un uso mayor de la fuerza con ellos.
El primer año de campaña Marco Aurelio logró una gran victoria tras cruzar por primera vez el Danubio y entrar en territorio de los cuados, siendo proclamado Imperator, pero también cosechó una humillante derrota cuando sus generales Siseuma y Vindex fueron vencidos en batalla, y este último resultó muerto. El emperador hizo eregir tres estatuas en su honor y se vengo posteriormente.
En la campaña de 172 el emperador marchó con seis legiones hacia el norte subiendo por el río Morava, hasta llegar a donde este confluye con el Thaya; una parte pequeña de sus tropas continuo por el Morava atacando a los cotinos, pero el resto siguió por el segundo curso y construyó la fortaleza de Musov, que se convirtió en su principal base de operaciones, en pleno territorio marcomano, la expedición tenía como propósito el castigo y sometimiento de estos y de los naristios.
Los germanos, conscientes de su inferioridad en campo abierto, prefirieron lanzar ataques por sorpresa contra las guarniciones romanas, con feroces represalias de las legiones atacando pueblos enemigos, masacrando y esclavizando a su población. Los bárbaros planearon una emboscada esperando que las legiones se separaran en las distintas guarniciones que ocupaban el territorio germano.
Durante esta campaña marcomana la Legio XII Fulminata permaneció en su fortaleza junto al César, mientras el resto de las tropas siguió su marcha hasta que una enorme fuerza de cuados y marcomanos rodeó su campamento y lanzó un gran ataque, actuando como una formación romana rodeando el campamento con un movimiento de pinzas. Los legionarios resistieron, a pesar del agotamiento por la sed y el calor. Cuando la fortaleza estaba a punto de caer los romanos vieron como un rayo impactó sobre la torre de asedio enemiga y la incendió, desatándose una lluvia torrencial, que hizo huir a los germanos. El hecho fue conocido como el Milagro de la lluvia; algunos lo atribuyeron a las oraciones de los soldados cristianos y otros a que Marco Aurelio, al ver el desastre casi inevitable para el y su legión, ordenó hacer un sacrificio a sus dioses, lo que fue recompensado con el milagro mencionado Esta batalla suele ser fechada en la campaña de 172, aunque otros autores la sitúan en la de 173 o 174.
Para los legionarios fue una señal de la providencia divina, que los acompañaba, incrementando su moral, lo que les permitió continuar con el plan original y avanzar hacia las montañas por el río, sin oposición por parte de los germanos; siguieron marchando hasta que los fuertes vientos, granizos y lluvias les hicieron retroceder. Los germanos veían estas tormentas como terribles y, como interpretaban su anterior derrota como castigo divino, desistieron de resistir. Los marcomanos ante el fracaso de su ataque y las terribles consecuencias de la ocupación imperial optaron por el sometimiento y acordaron la paz, cuyas condiciones, impuestas por Marco Aurelio, fueron durísimas, teniendo que entregar gran parte de su ganado, caballos y 13 000 prisioneros enviados a Italia por el César para repoblarla.
Los naristios también sufrieron el castigo del ejército romano; una expedición punitiva imperial partió de Vindobona al norte entrando en su territorio durante el invierno de 172-173; los germanos les hicieron frente y el oficial de caballería Marco Valerio Maximiano mató con su propia espada al jefe de aquella tribu, Valao y, como consecuencia, 3000 de sus guerreros se rindieron y fueron enviados a territorio romano. Maximianus fue elogiado públicamente por el mismísimo emperador, quién le premio con el caballo, los adornos y las armas de Valao y les ascendió al rango de Praefectus Equitum.
Con la campaña de 172-173, Marco Aurelio logró finalmente el ansiado sometimiento de los marcomanos, cotinos y naristios, lo que fue muy celebrado en Roma y por ello el Senado le concedió el título de Germanicus.
Tras imponer sus términos de paz a los marcomanos, pacificando la región hasta el río Meno en 173 se inició la ofensiva contra los cuados; las legiones avanzaron desde Brigetio por los cursos de los ríos Waag y Nitra. Los cuados resistieron ferozmente, pero, tras la victoria romana en una gran batalla en el territorio de aquella tribu, se logró su pacíficación, sometiendo al Imperio los territorios de las actuales Moravia, Bohemia y Eslovaquia.
La paz impuesta fue durísima: unos 15 000 germanos fueron tomados como prisioneros y llevados a la región de Rávena para repoblarla. Marco Aurelio aceptó que algunos grupos de campesinos germanos se establecieran en la Galia Cisalpina, a fin de disminuir la presión demográfica, lo que provocó fuertes roces entre los recién llegados y los itálicos del lugar. Las expediciones del César llevaron sus legiones a las tierras de los lacringi y los cotinos, cruzando el sometido territorio naristo y atacando los hermunduros de la selva de Bohemia; el resto del año, fueron atacados grupos aislados de vándalos, chari, victumalos y asdingios.
Un año después, en 174 se reinició la campaña, ordenando a los legionarios acantonados en Dacia atacar a los costobocos y luego a los sármatas (roxolanos) como castigo a sus ataques pasados.
Mientras, los cuados estaban hartos de la paz impuesta, tanto por los fuertes castigos que les costo a su gente como por la imposición de un rey pro-romano, Furzius, rival de su anterior monarca, Areogaesus, por lo que intentaron sublevarse. Fueron nuevamente vencidos y su sosjuzgación se hizo completa. Ariogeso fue capturado o entregado y exiliado a Alejandría. Las campañas de 173 y 174 terminaron con la completa pacificación de los germanos, por lo que el emperador es nuevamente proclamado Imperator.
Ese año los catos atacaron por el Rin y llegaron a la Cisalpina, pero fueron vencidos por los generales Pertinax al mando ambas legiones Italicas y Cuadrato al mando de ambas legiones Adiutrix y algunas unidades de la II Traiana.
La parte negativa de ese año fue lo sucedido al general Publio Tarutenio Paterno, a quien los cotinos ofrecieron su ayuda para tenderle una emboscada y derrotarlo. El general terminaría por vengar su humillación destruyendo aquella tribu.
Con los germanos sometidos, Marco Aurelio preparó el sometimiento definitivo de los yázigas, trasladando su base de operaciones de Carnuntum a Sirmium ese mismo año.
La ofensiva comenzó en Panonia, cuando los romanos cruzaron el Danubio y atacaron a los sármatas desde el oeste, avanzando hacia el valle del Tisza; el Danubio estaba congelado y allí se produjo una feroz batalla en la que los jinetes bárbaros fueron vencidos gracias a que los legionarios apoyaron sus pies sobre sus escudos, para no patinar sobre el hielo, mientras usaban sus pilum como picas, y así rechazaron el ataque de los jinetes enemigos. Durante ese año, el jefe de la tribu, Banadaspus, pidió la paz, pero la rompió con un nuevo ataque al año siguiente, por lo que Marco Aurelio lanzó una feroz ofensiva con la intención de conquistar toda la región; su plan era convertir las tierras al norte de Noricum y Panonia Superior en una nueva provincia, llamada Marcomannia, y la planicie entre el Danubio y Dacia en otra, que se llamaría Sarmatia.
Sin embargo, el César se vio en la necesidad de concertar una paz rápida porque el general Avidio Casio se había rebelado en Siria, tras someter la revuelta que estalló en Egipto. La esposa de Marco Aurelio, Faustina la Menor, sabiendo la mala salud de su esposo y deseando conservar su cargo de emperatriz, ofreció su mano a Avidio, quién deseando el trono difundió la noticia de la supuesta muerte del César; cuando Marco Aurelio envió sus tropas al este el general rebelde fue asesinado por sus propios oficiales (175). Para asegurar una sucesión ordenada, Marco Aurelio decidió nombrar a su joven hijo Cómodo como cogobernante.
El César tuvo que enfrentar también las incursiones que hicieron mauritanos rebeldes contra la Bética entre 176 y 177 debiendo enviar al general Maximiano que los sometió con facilidad.
Como parte de la paz impuesta en territorio marcomano se instaló la Legio III Augusta en Musov. Se logró la pacificación de las regiones, el primer paso para su anexión, unos 20 000 legionarios son ubicados en dichas tierras guarneciendo un gran número de fortalezas, mientras que se obligaba a los germanos a liberar unos 63 000 prisioneros romanos y a los sármatas a otros 100 000, a estos últimos se les exigio entregar también a 8000 de sus mejores jinetes para servir en el ejército romano, 5500 fueron enviados a Inglaterra. Además tanto los germanos como los sármatas debieron de aceptar que un área de 70 o 152 estadios al norte y este del Danubio como zona en las que tenían prohibido el ingreso.
La campaña en Oriente contra su general fue un éxito y el rebelde fue asesinado por sus propios soldados. Gracias a eso Marco Aurelio aprovecho de hacer una larga visita por aquellas regiones, en especial Egipto, volviendo a Roma en 176 tras ocho años de ausencia.21Celebra un Triunfo por su victoria sobre los germanos el 27 de noviembre y otro el 23 de diciembre por su campaña contra los sármatas, en ambas ocasiones estuvo acompañado de su hijo Cómodo.
En 177 los yázigas y cuados se rebelaron contra los ocupantes romanos y al año siguiente se les unieron los marcomanos y otras tribus que lanzaron ataques contra el territorio romano, primero contra los Limes y posteriormente contra los Nórico y Pannonia. Sin embargo, fueron rechazados por las tropas dirigidas por los generales Cándido Sabiniano y Valerio Maximiano, quienes tras pacificar los Limes en el 177 desde Musov lanzaron sendas expediciones por los ríos Jihlava contra los marcomanos y Morava contra los silingios, ya en 178. Marco Aurelio apoyo mucho las carreras de estos oficiales de bajo origen pero muy talentosos.
Estalló una nueva rebelión, esta vez de cristianos, en Lugdunum que fue sofocada y tras ella aumentó la persecución contra dicho grupo. En tanto que los yázigas empezaron a atacar la provincia de Dacia (178).
En 179 el emperador volvió al frente acompañado de su hijo Cómodo y 20 000 hombres, aposentándo sus reales en Carnuntum, donde finalmente decidió llevar a cabo el plan de atacar a los cuados primero para separar a los marcomanos de los yazigos, luego se sometería a los germanos y por último llegaría el turno de doblegar a los jinetes sármatas. Así se crearía un gran territorio defendible que hiciera más difícil nuevas invasiones hacia el corazón del Imperio y destruir la alianza entre esas tribus, que posiblemente podía servir de base para futuras invasiones. Es muy posible que esa fuera la estrategia que Marco Aurelio siguió para sus campañas en Germania durante el primer conflicto. Ese mismo año se inició la ofensiva romana con una fuerza de 40 000 soldados, que terminaron por permanecer en territorio hostil a pesar del duro invierno. Las ofensivas romanas siguieron los cauces de los ríos Gran y Waag y más al norte, atacando a los cuados y cotinos. En el caso del último río, las tropas imperiales levantaron un campamento fortificado llamado Laugaricio o Leugaricio.
Para evitar una guerra simultánea contra los yázigas, Marco Aurelio les aseguró que sus campañas eran solo para castigar a los germanos, quienes, asustados por el éxito de la campaña contra sus antiguos aliados, prefirieron cooperar con Roma, y avisaron que los cotinos planeaban atacar a las legiones. El César, considerando que los sármatas no representaban una amenaza, mandó al general Publio Tarutieno Paterno a enfrentarse a los cotinos -su plan era posteriormente desterrar esta tribu a Pannonia Inferior-, los bárbaros comprendieron que esta era una venganza del general por la emboscada de años anteriores. El general romano llevó a cabo el castigo en persona, además un gran número de naristios fueron trasladados también al interior del Imperio.
Ante esta ofensiva, marcomanos y cuados pensaron en escapar al norte, a tierra semnona, pero el César no deseaba que su futura provincia quedara despoblada y ordenó a sus tropas bloquear los pasos, ocupar el territorio y quedarse en el de forma permanente.
Con sus territorios ocupados los germanos, viéndose imposibilitados de derrotar a los romanos en batalla campal, empezaron una campaña de guerrillas para debilitarlos. Recibieron ayuda de los jinetes roxolanos y yazigos, quienes enviaron guerreros a socorrerlos; entonces abandonaron la guerrillas y decidieron presentar batalla a los romanos. Al saber esto se les unieron también los restos de los naristios. El resultado fue un desastre, en abril de 179, tras todo un día de batalla fueron derrotados por las legiones comandadas por Paternus, con miles de muertos, numerosísimos heridos y 40 000 prisioneros. Esta victoria hizo que los legionarios aclamasen a Marco Aurelio y Comodó Imperatores; además, tras su derrota, los sármatas abandonaron la coalición y los germanos volvieron a la guerra de guerrillas. Marco Aurelio estableció guarniciones permanentes y con el tiempo muchos rebeldes se entregaron, entregando a los prisioneros romanos que tenían en su poder.
Durante el invierno de 179-180 en el campamento de invierno de Laugaricio (Trenčín, Eslovaquia), donde estaba estacionada la Legio II Adiutrix comandada por su legado Valerio Maximiano, las tropas derrotan a los cuados, perdiendo 855 legionarios.
Con los germanos derrotados, Marco Aurelio planeó la anexión de la Marcomania para establecer una nueva provincia, ocupada con 20 000 legionarios y quiso lanzar una ofensiva para acabar con la última resistencia, pero contrajo la peste en el invierno y murió el 17 de marzo de 180, siendo sucedido por su hijo Cómodo de 19 años. Rápidamente el nuevo emperador firmó la paz con los germanos, salvándolos de la derrota definitiva, reclutando a 13 000 guerreros cuados y 10 000 marcomanos para su campaña contra los yázigas. Fueron retirados los 35 000 a 40 000 legionarios que ocupaban los territorios de la planeada provincia.
En 180 Vetio Sabiniano derrotó la rebelión de 13 000 dacios libres, permitiéndoles establecerse en la provincia Dacia, estabilizando la frontera.
La primera de las ofensivas romanas partió de Mesia y se dirigió hacia el norte siguiendo el Tisza (180), otra comenzó en Lugio (Pannonia) en dirección este para llegar al río Tisza (180-182), y una tercera empezó en Dacia hacia el oeste siguiendo el río Muresul, atacando a yázigas y burios; estos últimos prefirieron hacer la paz con Roma, liberar a 15 000 prisioneros y atacar a los sármatas.
Dándose por satisfecho, Cómodo regresó a Roma, donde celebró un Triunfo el 22 de octubre de 180, a pesar de no haber conseguido conquistar a ningún pueblo. Sin embargo la paz lograda hizo que la frontera de Pannonia fuese estable para los siguientes cincuenta años, hasta que en el año 254 los marcomanos volvieron a entrar en guerra contra el Imperio, invadiendo Pannonia y atacando Rávena.
Las altísimas pérdidas de la guerra y la peste afectaron gravemente al Imperio, y la forma de administración de Comodó tampoco ayudó demasiado; la economía y el comercio decayeron, y también la población, unos 319 000 romanos fueron hechos prisioneros por los bárbaros y llevados al norte del Danubio, sin que se volvierá a saber de ellos; millones más murieron por la peste, siendo necesario repoblar las regiones con colonos germanos, marcando el inicio de la barbarización del ambiente rural. Las altas bajas militares -solo en la batalla de Aquilea 20 000 legionarios murieron por lo que fue considerada la mayor derrota romana en un siglo tuvieron que compensarse reclutando tropas bárbaras iniciando un proceso de germanización de las legiones. Los germanos que tenían una mayor fecundidad, en cambio, reemplazaron rápidamente las fuertes pérdidas que también tuvieron y lentamente empezaron a ejercer mayor presión sobre el debilitado Imperio, penetrando en él pidiendo tierras a cambio de lealtad y de servir como reclutas.
Entre 186 y 189 los cuados -y posiblemente los marcomanos- iniciaron una nueva ofensiva que no tuvo la mayor importancia.
Durante todo ese año, marcomanos, cuados, victumalos y vándalos habían lanzado constantes ataques fronterizos e incluso ocuparon un territorio al sur del Danubio cerca de Carnuntum, al comprobar la llegada del numeroso ejército imperial de refuerzo, terminaron sus ataques y gran parte de sus jefes tribales que acudieron a entrevistarse con el Emperador y otros con sus gentes huyeron al interior de sus territorios e incluso pidieron que fuese Roma quién les designara nuevos líderes, para evitar represalias.
Los cuados llegaron rápidamente a un acuerdo con Marco Aurelio. Al parecer acusaron a los marcomanos de implicar a todos los pueblos circundantes a la guerra con Roma, los marcomanos se perfilaron así como un pueblo temible que subyugaba, a los menos fuertes como los cuados. Los cuados entregaron a Roma el control de muchos puestos fortificados, devolvieron los prisioneros tomanos durante las incursiones precedentes (un grupo de 12.000 de ellos es inmediatamente devuelto al otro lado del Danubio) así como a los desertores.
Entre tanto, Didio Juliano, comandante del limes de la actual Renania y gobernador de la Galia Bélgica, rechazó con gran éxito a catos y hermunduros. Actuando con solo una legión, la XXII Primigenia, con base en Mogontiacum además, derrotó a los catos que habían invadido Bélgica.
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