Los ostrogodos

Tras la muerte de Atila en 453, el imperio huno se desgarró desde dentro por el enfrentamiento entre sus hijos cada una exigiendo una participación igual en la herencia del difunto rey. Cuando el rumor de esta división interna se propagó entre los numerosos reinos bárbaros esclavizados por los hunos, se formó una alianza. A su cabeza estaba Ardarico, el rey de los gépidos, una pequeña tribu germánica, pero se le unieron los ejércitos de los godos, rugios, alanos, hérulos, hermanduros y otros pequeños reinos. Combinaron sus fuerzas y presentaron batalla. No sorprende, que incluso en desorden los hunos presentaban un temible reto, y la lucha que siguió en la batalla Nedao en el 454, fue sangrienta. Para asombro de los hunos, sin embargo, el hijo preferido de Atila, Ellac, fue muerto. Sus hermanos sufrieron una terrible derrota, se dispersaron en numerosas direcciones, sus dominios fueron perdidos para siempre y el poder de los hunos roto, volviendo a las estepas.

Los ostrogodos libres ya del yugo y bajo la jefatura de tres hermanos de la casa real amalia, Walamiro, Teodomiro y Widemiro ocuparon Panonia del norte como foederati del emperador de Oriente, Marciano; siéndoles garantizada la entrega de 100 libras de oro anuales, en pago por sus servicios.
Mientras que Marciano vivió el tratado fue observado en ambos lados. El siguiente emperador, León I de Tracia (457 – 474), que debía su posición al favor Aspar, general bárbaro de las tropas imperiales que ocupaba un puesto similar a Rikimero en occidente.

Aspar hizo que el subsidio anual fuera quitado de Walamiro y entregado a otro cacique godo, pariente suyo, llamado Teodorico Estrabón ”el Bizco”, se alistaron en el ejército de Aspar, general de las tropas imperiales que ocupaba un puesto similar a Rikimero en occidente.

Dos ostrogodos observando a un guerrero sármata. Autor Angus McBride

El rey Walamiro intentó todos los medios pacíficos para inducir al emperador León que le pagase su sueldo anual, pero cuando descubrió no estaba dispuesto, los ostrogodos empezaron a saquear la región de Iliria, continuando las depredaciones hasta que las entregas fueran reanudadas. En el año 462 se renovó el tratado. El emperador se comprometió a abonar Walamiro un pago regular de 150 kg de oro cada año, además de pagar los atrasos. A cambio, los ostrogodos se comprometieron a guardar las fronteras del imperio, y el pequeño Teodorico, hijo de Teodomiro, que tenía 8 años, fue enviado a Constantinopla como rehén para asegurar el cumplimiento de su parte del trato, permaneciendo durante 10 años en la misma hasta que fue devuelto.

El joven príncipe godo pronto se convirtió en un gran favorito del emperador. Fue criado como el hijo de un romano de alto rango.

Cuando Teoderico tenía 18 años, se le permitió volver a casa, recibiendo a su partida muchos espléndidos regalos del emperador y su corte. Durante su período de exilio, el rey Walamiro había muerto en una batalla contra los escírios, y Teodomiro se había convertido rey en su lugar. Era trabajo duro para el reino ostrogodo mantenerse de los ataques de los pueblos circundantes. Por un lado tenían los gépidos y sármatas, en otro lado los alamanes, suevos, y rugios, así como restos de los hunos no había renunciado a intentar recuperar los dominios perdidos.

Cuando Teodorico volvió a su casa, encontró que su padre el rey rey estaba lejos peleando contra los alamanes en el noroeste, mientras que en el extremo opuesta del reino estaba amenazada por un rey sármats llamado Babai, que había capturado la fortaleza romana de Singidunum (actual Belgrado).

El joven príncipe enseguida demostró que su educación en Constantinopla había incluido algunas lecciones en el arte de la guerra. Sin esperar el permiso de su padre, reunió un grupo de 6.000 efectivos, y atacó a Babai en su propio terreno. Singidunum fue recuperado y el rey sármata muerto, y su familia y su tesoro fueron llevados en triunfo a la capital de los ostrogodos. A pesar de sus relaciones amistosas con el emperador León, Teodomiro no devolvió Singidunum a los romanos. Quizás nunca lo pidieron, porque los gobernantes de Constantinopla estaban demasiado ocupados con sus problemas domésticos para pensar mucho en las partes periféricas del Imperio, y Teodorico los había aliviado, al menos, de un enemigo peligroso.

Pero los límites del reino de Teodomiro eran demasiado estrechos para el número de la gente que vivía dentro, y los conflictos continuos con las tribus de la frontera les dejaban pocas oportunidades para cultivar sus campos. Además, después de casi un siglo de vagar bajo el dominio de los hunos, no podían estar muy bien preparados para establecerse pacíficamente como agricultores. Cuando los ostrogodos se hallaban en peligro de hambre, rogaron a su rey que los condujera de nuevo a la guerra sin importar qué enemigo, si sólo tuvieran la oportunidad de apoyarse por el botín.

El rey no podía rechazar la demanda de su pueblo. El ejército estaba dividido en dos cuerpos, uno dirigido por el propio Teodomiro, el otro por su hermano Widumero, y se decidió que atacarían solos, el este y el oeste del Imperio Romano. En presencia del pueblo reunido, los dos jefes lo echaron solemnemente a suertes para determinar la dirección en que cada uno de ellos debía marchar.

La suerte hizo que a Widumero le tocase Italia. Llegaron durante en el breve reinado del emperador Glicerio, que indujo a los invasores, mediante el pago de una gran suma de dinero, a dirigirse a la Galia, donde se unieron con los visigodos de Eurico.

Sin embargo, la gran masa de la nación ostrogoda siguió a Teodomiro, que siguió los consejos de su hijo y se dirigió alrededor del año 472 hacia el interior de los Balcanes, penetrando las fronteras del Imperio Romano Oriental con todo su pueblo, compuesto por unos 10.000 guerreros y una cantidad mayor de no combatientes a la región entre el Danubio y los montes de los Balcanes. La ciudad de Naisso y otras más cayeron en sus manos, y los romanos de Constantinopla estaban tan alarmados por sus éxitos que estaban dispuestos a comprar la paz. Los ostrogodos fueron invitados a establecerse en Macedonia, y recibieron grandes donaciones de tierra y dinero. Entre las ciudades que fueron abandonadas a ellos estaba Pella, famoso como el lugar de nacimiento de Alejandro Magno.

Los ostrogodos fueron un pueblo germánico procedente de la división que sufrieron los godos en el siglo III.

Los godos que se establecieron al este del río Dniéster,​ en las tierras alrededor del mar Negro (lo que hoy es parte de la actual Ucrania y Bielorrusia), formaron una confederación con los pueblos de las estepas conocida como greutungos.​ Los greutungos estuvieron sometidos a los hunos desde 375, año en que vencieron al rey Hermanarico, hasta la batalla de Nedao, ocurrida en 454, cuando recobraron su independencia, y los ostrogodos, como pasaron a denominarse,​ se establecieron como un pueblo federado de Roma.

Posteriormente se les unieron otros godos que habían huido de sus tierras a la llegada de los hunos. En el año 474 fue elegido rey Teodorico, el más conocido de los monarcas ostrogodos. Hubo varios períodos de guerras y treguas entre él y el emperador bizantino Zenón. En 488, Teodorico invadió Italia y en 493 derrotó y dio muerte en Adda a Odoacro, rey de los hérulos.

Tras su muerte en el año 526, la situación se volvió tan violenta que en el 535 el emperador bizantino Justiniano I envió a su general Belisario contra los ejércitos ostrogodos en Italia. La superioridad del ejército bizantino fue la clave para la derrota,el exterminio y el aplastamiento de la resistencia ostrogoda.

Este pueblo fue finalmente asimilado en forma gradual por otras tribus germánicas, tales como los vándalos y los francos.

Tervingios y greutungos

La división de los godos se encuentra afirmada por vez primera en 291, donde aparecen mencionados los tervingios;​ esta primera mención tuvo lugar en un elogio al emperador Maximiano (285–305), pronunciado en el año 291 o poco después (o quizá pronunciado en Tréveris el 20 de abril de 292​) y tradicionalmente atribuido a Claudio Mamertino,​ que dice que los «tervingios, otra división de los godos» (Tervingios pars alia Gothorum) se unieron a los taifalos para atacar a los vándalos y a los gépidos. El término «vándalos» puede estar equivocado y referirse en realidad a los «victohali» porque alrededor del año 360 el historiador Eutropionarra que Dacia estaba entonces (nunc) habitada por los taifalos, victohali y tervingios.

Las referencias contemporáneas a las tribus góticas usaban los términos VesiAustrogothiTervingi y Greuthungi. La mayor parte de los estudiosos han concluido que los términos Vesi y Tervingi se empleaban ambos para referirse a una misma tribu particular, mientras que los términos Ostrogothi y «Greuthungi servían para referirse a otra. Herwig Wolfram indica que, mientras las fuentes primarias no mezclan los nombres de los pueblos, estas mencionan por un lado la pareja tervingios-greutungos y, por otro lado, la pareja vesi-ostrogodos y no en otra combinación, aunque ocasionalmente se enumeran los cuatro nombres como Gruthungi, Austrogothi, Tervingi, Visi.7​ Según Herwig Wolfram, en la Notitia dignitatum los vesi son igualados a los tervingios en una referencia a los años 388–391;​ esto no está claro en la propia Notitia. Hay un gran debate erudito sobre la identificación de los vesi con los tervingios y los greutungos con los ostrogodos. Que los tervingios fueran los visigodos y los greutungos los ostrogodos es algo que también indica Jordanes,​ que identificó a los reyes visigodos desde Alarico I a Alarico II como los herederos del juez tervingio del siglo IV, Atanarico; y los reyes ostrogodos desde Teodorico el Grande a Teodato como los herederos del rey greutungo Hermanarico. Esta interpretación, sin embargo, aunque muy divulgada entre los eruditos actuales, no es universal.

Para Wolfram existe una continuidad entre tervingios y visigodos, y entre greutungos y ostrogodos. Las derrotas godas en época de Claudio II y Aureliano habrían hecho que los godos se escindieran, Al este del Dniéster permanecieron los greutungos,​ y en el Bajo Danubio los tervingios constituyeron junto con otros pueblos como los taifalos o sármatas, una confederación de pueblos. De esta confederación de pueblos surgirían los visigodos. Para Heather, por contra, la división de los godos se produjo por la invasión de los hunos: los visigodos resultarían de una mezcla de tervingios y greutungos y seguidores de Radagaiso, y que se establecieron al sur del Danubio a finales del siglo IV; en tanto que los ostrogodos serían el resultado de la unión de fuerzas de Teodorico II y Teodorico el Grande a fines del siglo V.​ Roger Collins cree que la identidad visigótica surgió de la Guerra Gótica (376–382) cuando un conjunto de tervingios, greutungos y otros contingentes «bárbaros» formaron un ejército federado al este de los Balcanes que no se integró en la sociedad romana,​ y que por tanto no podían ser reconocidos únicamente como tervingios.

Wolfram afirma que Vesi y Ostrogothi eran los términos que cada tribu emplearían para autodescribirse, los vesi eran los ‘buenos’ y los ostrogodos eran los ‘godos del sol naciente’; mientras que Tervingi y Greuthungieran identificadores geográficos con los que cada tribu describiría a la otra tribu,​ lo que explicaría que estos últimos términos dejaran de usarse después del 400, cuando los godos habían sido desplazados por las invasiones de los hunos.​

El término visigodo es una invención del siglo VI. Casiodoro, que era un romano al servicio del rey Teodorico el Grande, inventó el término Visigothi para hacer la correspondencia con el de Ostrogothi. Mientras él pensaba que este último término significaba godos orientales, se inventó un término para designar a los godos occidentales.

Historia

Orígenes de los ostrogodos

Su historia escrita se inicia con la independencia del Imperio Huno, tras la muerte de Atila. Aliándose con sus antiguos vasallos y rivales, los gépidos, los ostrogodos —dirigidos por Teodomiro— logran vencer a las fuerzas hunas comandadas por los hijos de Atila en la batalla de Nedao en 454.

Los ostrogodos inician su relación con el Imperio romano y se instalan en Panonia.

Durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo V, los ostrogodos cumplirán en el sudeste de Europa el papel que jugaron los visigodos un siglo antes. Su relación con el Imperio de Occidente estuvo marcada por acercamientos y alejamientos que llegaron hasta algunas hostilidades. Todo esto duró hasta que, como antes los visigodos, se mudaron de Oriente a Occidente.

El reino de Teodorico el Grande

El más grande de todos los soberanos ostrogodos fue Teodorico el Grande, que nació hacia el año 455, poco después de la batalla de Nedao. Su infancia transcurre como «huésped» forzado en Constantinopla, recibiendo allí una educación muy completa.

Participa en varios conflictos, intrigas y guerras en el Imperio bizantino, teniendo como rival a un pariente lejano, hijo de Triarius, conocido como Teodorico el Tuerto. Teodorico el Tuerto fue el jefe (no el rey) de la rama de ostrogodos que se habían instalado en los territorios del Imperio unos años antes.

Teodorico el Grande fue tanto amigo como enemigo del Imperio, según las circunstancias. Obtuvo varios títulos romanos, como el de patricio y el de cónsul, pero por encima de todo seguía siendo el rey del pueblo ostrogodo.

En 488 conquista la península de Italia por orden del Emperador de Oriente Zenón I, de manera de sacárselo de las cercanías de Constantinopla donde sus tropas ya habían mostrado su fuerza. En la península gobernaba Odoacro, quien antes había destronado al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo en 476.

En 493, Teodorico conquistó Rávena, donde Teodorico en persona mató a Odoacro. El poderío de los ostrogodos estaba en ese momento en su cima en Italia, Sicilia, Dalmacia y en las tierras al norte de Italia. Al momento de esta reconquista, los ostrogodos y los visigodos comenzaron a colaborar y esa colaboración se estrechó con el tiempo haciendo de ostrogodos y visigodos una sola nación.

El poder de Teodorico se extendió sobre gran parte de Galia e Hispania al convertirse en regente del reino visigodo de Tolosa (Toulouse).

Con la muerte del rey visigodo Alarico II, yerno de Teodorico, en la batalla de Vouillé contra los francos de Clodoveo, el rey ostrogodo asume la tutoría de su nieto Amalarico y se reserva el dominio sobre la totalidad de Hispania y sobre una parte de Galia.

Tolosa pasa a manos de los francos, pero los godos dominan Narbona y la Septimania: esta región fue la última parte de la Galia en donde todavía los godos dominaron y durante muchos años fue conocida como Gotia. (El nombre de la vecina Cataluña deriva de Godalandia, ‘tierra de godos y alanos’).

Durante la vida de Teodorico, los pueblos godo y visigodo se mantuvieron unidos. También estableció en esa época una especie de protectorado con respecto a los pueblos germánicos de occidente, exceptuando los francos.

Características del Reino ostrogodo

El dominio de los ostrogodos por aquel entonces tan grande y mucho más espléndido de lo que lo fue en tiempos de Hermanarico, pero fue sobre todo de un carácter completamente diferente.

Las dos naciones, que se diferenciaban en sus costumbres, lengua y religión, habitaban una al lado de la otra en Italia. Cada una era dirigida por un soberano único pero bajo el régimen de personería de las leyes.

Es sobre todo esta imagen del reinado de Teodorico el Grande la que surge a partir de ordenanzas elaboradas en su nombre y en el de sus sucesores; en síntesis, los godos permanecieron concentrados en el norte de Italia. En el sur, apenas si establecieron guarniciones.

Según la concepción de Teodorico, los godos eran los protectores armados de los apacibles romanos; el rey godo cargaba con la difícil tarea de gobernar, mientras que el cónsul romano recibía los honores por ello. Asimismo, todas las formas de la administración romana subsistieron bajo el reinado de Teodorico. La política y la cultura romanas tuvieron también una gran influencia sobre los godos. Es allí donde la doble cultura del rey bárbaro desempeña un papel fundamental.

Es de recalcar que la soberanía sobre otras naciones, distintas pero establecidas sobre el mismo suelo, era necesariamente una concepción romana del poder, que dejaba sus obligaciones pesando gravosamente sobre la libertad de las tropas germánicas. Pero tal sistema tenía necesidad de un poder fuerte, ejercido por una personalidad como la de Teodorico. A su muerte, el edificio se desmoronó.

En 526, ostrogodos y visigodos se escindieron una vez más. Algunos ejemplos en los cuales todavía se ve que proceden de acuerdo se refieren a asuntos espaciados y sin importancia real. Amalarico heredó el reino visigodo en Hispania y en Septimania. Se agregó la Provenza al dominio del nuevo rey ostrogodo, Atalarico, nieto de Teodorico por parte de su madre Amalasunda.

Ninguno de los dos soberanos pudo liquidar los conflictos que sobrevinieron en el seno de las élites godas. Teodato, primo de Amalasunda y sobrino de Teodorico por parte de la hermana de este último, le sucedió luego de haberlos asesinado cruelmente. No obstante, esta usurpación desencadenaría mayores matanzas aún. Tres reyes godos se sucedieron en el trono en el espacio de cinco años.

La reconquista de Italia por los bizantinos

La debilidad de la posición de los ostrogodos en Italia se mostró entonces con toda evidencia. El emperador bizantino Justiniano I siempre se había esforzado, en la medida de lo posible, por restaurar el poder imperial sobre la totalidad de la extensión del Mediterráneo y no dejó escapar esta ocasión para actuar.

En 535, encargó a su mejor general, Belisario, atacar a los ostrogodos. Éste invadió rápidamente Sicilia y desembarcó en Italia, donde tomó Nápoles y luego Roma en 536. Después marchó hacia el norte y conquistó Mediolanum (Milán) y Rávena, la capital de los ostrogodos, en 540.

Es entonces cuando Justiniano ofreció a los godos un generoso acuerdo —algo demasiado generoso a ojos de Belisario—: el derecho a mantener un reino independiente en el noroeste de Italia, pero a condición de que lo compensaran con un tributo consistente en la mitad de su tesoro para el Imperio.

Belisario transmitió el mensaje a los godos, aunque él mismo no lo aprobase. Los godos, que no confiaban en Justiniano, temían una emboscada, pero, dado que en su opinión Belisario se había comportado tan bien tras la reconquista de Italia, aceptaron reconocer este acuerdo si Belisario daba su aprobación. Esta situación condujo a un impasse.

Una facción de la nobleza goda cedió: decretando que su propio rey, Vitiges, que acababa de ser vencido, era un cobarde, y que necesitaban un nuevo soberano, se volvieron hacia Belisario. Erarico, su jefe, ofreció la corona a este último. Belisario era un soldado fiel a Justiniano y no un hombre de Estado. Hizo como que aceptaba el ofrecimiento, volvió sus pasos hacia Rávena para hacerse coronar, pero rápidamente hizo detener a los jefes godos. Acto seguido, reclamó la totalidad de su reino para Roma.

Justiniano estaba furioso: los persas habían atacado el Imperio de Oriente en el este, y él deseaba que un Estado neutral y estable sirviera de tope entre la frontera de sus posesiones occidentales y el reino de los francos. En efecto, estos últimos eran extraños y parecían hostiles en opinión de la corte oriental.

Belisario fue entonces convocado y enviado a Oriente contra los persas, dejando a un oficial romano, llamado Juan, como gobernador temporal de Italia.

En 545, cuando por fin pudo regresar a Italia, se encontró con una situación considerablemente cambiada: Erarico había sido asesinado y la facción pro-romana de la élite goda, derribada.

Los ostrogodos eligieron como nuevo jefe a Totila. Este godo «nacionalista», brillante general, había recuperado toda la Italia del Norte y expulsado a los bizantinos fuera de Roma.

Belisario entonces volvió a tomar la ofensiva: engañó a Totila para reconquistar Roma, pero perdió de nuevo la ciudad luego de que Justiniano, celoso y temeroso de su poder, le cortase el aprovisionamiento y los refuerzos. El general, avejentado, se vio así obligado a asegurar la defensa por sus propios medios.

En 548, Justiniano lo reemplazó por el general eunuco Narsés, en quien tenía mayor confianza. Narsés no decepcionó a Justiniano.

Totila fue salvajemente asesinado tras la batalla de Taginae (Gualdo Tadino) en julio de 552, y sus partidarios Teya o Teias (Theias), Aligerno, Escipuarno y Gibal fueron muertos o se rindieron después de la batalla de Mons Lactarius en octubre de 552 ó 553.

Widhin, el último jefe del que tenemos testimonio del ejército gótico, se rebeló a finales de los años 550 con una ayuda militar mínima de francos y alamanes. La sublevación no tuvo consecuencias: los ostrogodos se sublevaron en Verona y en Brescia, pero la revuelta terminó con la captura de su jefe en 561. Finalmente, Widhin fue conducido para ser ejecutado allí en 561 ó 562. Una minoría, sumisa a los romanos y convertida al cristianismo, sobrevivió en Rávena.

La herencia de los godos en la Europa Occidental

Tras esta última derrota, la denominación de ostrogodos cayó en el olvido. La nación prácticamente se disolvió a la muerte de Teodorico. La posibilidad de formar en Italia un Estado reuniendo elementos romanos y germánicos, como los que surgieron posteriormente en la Galia, en Hispania y posteriormente en las regiones de Italia bajo la soberanía de los lombardos, se desperdició asimismo.

En consecuencia, el lugar ocupado por los godos en la memoria española difiere del que ocupan en la memoria italiana: en Italia, los godos no fueron sino un invasor temporal, pronto suplantados por los lombardos, mientras que en Hispania supieron constituir un elemento importante de las naciones hispánicas en la Alta Edad Media.

Así, la imagen de los godos en la historiografía moderna española es positiva, y el aporte que ellos constituyeron no ha sido olvidado ni desdeñado: una parte del norte de España en la actual Cataluña, conservó durante algún tiempo el nombre de Gotia, lo mismo que las antiguas posesiones godas al sudoeste de la Galia, no obstante haber pasado primero a manos musulmanas y después a manos de los francos.

Cronología

  • 242: Desmembramiento del mundo romano; el Bósforo Cimeriano (actual Crimea) cae bajo la dominación de los greutungos instalados en Ucrania.
  • siglo III: Los godos se separan en tervingios y greutungos tras la Batalla de Naissus del año 268.
  • 271: En lo que constituye la primera retirada importante desde los comienzos del Imperio, los romanos abandonan la Dacia.
  • 371: El reino de los greutungos está en manos de los hunos.
  • 375: Fuerte presión de los hunos, que destruyen el reino greutungo en Rusia del sur.
  • 380: Una confederación de greutungos, alanos y hunos establecida por el emperador Graciano en Panonia, de donde serán expulsados en 427.
  • 456: Los ostrogodos se establecen en el Danubio inferior.
  • 493: Teodorico el Grande, jefe de los ostrogodos, es ahora rey de Italia.
  • 508: Comienzo de una campaña de los ostrogodos bajo el mando de Teodorico el Grande en dirección a la Galia meridional, que termina en 511.
  • 526: Atalarico sucede a Teodorico el Grande como rey de los ostrogodos.
  • 526: Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos y de Italia, muere de disentería.
  • 534: Fallece el 2 de octubre Atalarico, rey de los ostrogodos.
  • 535: Teodato, nuevo rey de los ostrogodos, estrangula a su mujer, la reina Amalasunda, hija del rey Teodorico el Grande.
  • 536: Los ostrogodos deponen a su pasivo rey, Teodato, y eligen a Vitiges, un general, para que lo reemplace.
  • 536: Los ostrogodos ceden la Provenza a los francos.
  • 537: Habiéndose asegurado las espaldas concediendo a los francos la Provenza, en manos de los ostrogodos desde 508, Vitiges se dirige a Roma y la somete a sitio.
  • 539: Milán, la ciudad más importante de Italia después de Roma, es ganada nuevamente por los ostrogodos y destruida. Los hombres son ejecutados y las mujeres vendidas como esclavas.
  • 540: Vitiges, rey de los ostrogodos, es capturado por Belisario, quien se apodera de Rávena.
  • 543: Los ostrogodos llevan a cabo una reforma agraria que beneficia a los campesinos italianos.
  • 543: Totila, nuevo rey de los ostrogodos, se adentra en Italia y toma Nápoles luego de sitiarla; Belisario regresa a Italia.
  • 546: Totila, rey de los ostrogodos, conquista Roma luego de sitiarla durante un año.
  • 552: Narsés derrota y mata a Totila, rey de los ostrogodos, en la batalla de Busta Gallorum.
  • 553: El general bizantino Narsés derrota a Teya, sucesor de Totila como rey de los ostrogodos, en la Batalla de Mons Lactarius.
  • 554: El emperador bizantino Justiniano I lanza un programa de reorganización de la administración de Italia luego del caos de 20 años de guerra contra los ostrogodos.

Reyes

Greutungos

  • 291–350: Achiulfo
  • 350–375: Hermanarico
  • 375–376: Vitimiro.

Con la invasión de los hunos la mayor parte del pueblo greutungo estuvo bajo la dominación de los hunos. Es un periodo de que Jordanes denomina interregno y que duró dos generaciones.

Hubo una parte del pueblo que constituyó una confederación junto con los alanos y una parte de los hunos, que escaparon a la expansión de los hunos cruzando el Danubio en 376.​ En 380 el emperador Gracianoubicó a los greutungos de Alateo y Safrax en las provincias de Valeria y Panonia II,​ de donde no serían expulsados hasta el año 427.​

  • 376–¿?: Viderico (Widoric) Era un niño, mandato ejercido por los duces Safrax y Alateo
  • Finales del siglo IV y comienzos del siglo V: duces Safrax y Alateo.
  • 376-386: Odoteo

Ostrogodos

  • ?-447: Vandalario
  • 447–469: Valamiro
  • 469–474: Teodomiro
  • 474–526: Teodorico el Grande
  • 526–534: Atalarico
  • 534–536: Teodato
  • 536–540: Vitiges
  • 540–541: Hildibaldo
  • 541–541: Erarico
  • 541–552: Totila
  • 552–553: Teya.
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