Los nómadas. Los pueblos nómadas son tan diversos como sus orígenes, los ambientes donde viven y la forma en que subsisten. Sin embargo, un pueblo nómada tiene por lo general una organización política, administrativa y económica menos elaborada que un pueblo sedentario
Los nómadas (del griego: νομάδε, «nómada», «el que deja los rebaños en los pastos», adaptada al griego con ese sentido, pero con origen en el pueblo norteafricano del mismo nombre, númida) son comunidades que se trasladan de un lugar a otro, en vez de establecerse permanentemente en un solo lugar. Se estima que, en el planeta, alrededor de 30 a 40 millones de personas pertenecen a pueblos nómadas.
Muchas culturas han sido tradicionalmente nómadas, pero el comportamiento nómada tradicional es cada vez menor en los países industrializados. Aún es importante en muchas de las sociedades de fuerte presencia indígena como el Tíbet o Mongolia. Algunas autoridades prefieren los términos no sedentarios o migratorios, en lugar de nómada, para describir a grupos móviles de cazadores-recolectores. Existen pueblos seminómadas, que se mueven estacionalmente pero que tienen un hogar permanente.
No implica sin restricciones y sin dirección errante, sino que se basa en centros temporales, cuya estabilidad depende de la disponibilidad del suministro de alimentos y la tecnología para su explotación. Las culturas nómadas se analizan en tres categorías, de acuerdo con la especialización económica: los cazadores-recolectores, pastores nómadas y los nómadas itinerantes.
Son ejemplos de nómadas: pueblos cazadores-recolectores como los esquimales en Groenlandia, poblaciones amazónicas en Suramérica, chichimecas en México, pueblos de pastores nómadas como los tuaregs en el desierto del Sahara, pueblos beduinos árabes y algunas poblaciones de Asia Central, numerosos grupos del pueblo zíngaro o gitano practican también este modo de vida en Europa. También, nómadas itinerantes, que ofrecen sus habilidades de un oficio, arte o comercio.
Prehistoria
Pastores nómadas cerca del lago Namtso, en el Tíbet central (2005).
La Prehistoria constituye el tiempo nómada por excelencia. Dicho factor permitió que todos los continentes fueran poblados ante el avance gradual del hombre primitivo en búsqueda de nuevos alimentos para su supervivencia o por alteraciones de fenómenos naturales (migración de las especies animales preferidas, extinción de las mismas, cambios geológicos y climáticos). Así, poblaciones de seres humanos se han adaptado a cambios climáticos como una glaciación y a territorios con pocos recursos como el desierto.
Su existencia se remonta a todos los continentes del planeta mucho antes de que el hombre descubriera la agricultura sustentable. La cantidad de tiempo que cada tribu pasaba en un lugar estaba en dependencia de los recursos que le podía brindar esa área.
En la antigüedad los seres humanos en su totalidad eran nómadas ya que debían trasladarse de un lugar a otro para conseguir alimento, lo cual permitió poblar extensas áreas del planeta así como la adaptación a los diferentes fenómenos naturales.
Es muy difícil detallar con exactitud una historia de un pueblo nómada pues la narración es su principal fuente de legados, sin utilizar apenas la escritura, la historia se basa en los descubrimientos y la interpretación arqueológica realizada sobre estos pueblos
La diseminación humana se calcula comenzó hace unos dos millones seiscientos mil años desde África. Hace 1 800 000 años se encontraba en el Medio Oriente. Hace 1 millón de años, se encontraba en Asia y en Europa. Hace 50 000 años, llegó a América y hace unos 40 000 años, a Oceanía. Estos dos últimos continentes son los de más reciente población humana. Por lo tanto, el poblamiento del planeta se dio en un tiempo muy largo y de manera muy lenta. Por ejemplo, para que el ser humano pasara de África al Medio Oriente tardó 800.000 años. Las formas de vivir, el desarrollo, la cultura y otros muchos detalles del ser humano prehistórico siguen llenos de misterios y son objeto de permanente estudio. Lo que se sabe de cómo vivió la humanidad prehistórica es en parte gracias a los pocos rastros arqueológicos dejados y a la observación del comportamiento de aquellos pueblos nómadas que han seguido fieles a esta milenaria forma de supervivencia.
Características
Existen 3 tipos de tribus nómadas fundamentales:
Para determinar la condición nómada de un grupo se puede destacar que su estructura fundamental está basada en clanes o tribus, donde en la mayoría de los casos el patriarca es el que tiene la máxima autoridad determinando el momento de la salida y que rumbo tomarán. Se destacan también por cuidar y proteger el medio ambiente, ya que estos pueblos dependen de lo que la naturaleza les pueda proporcionar en cada momento para vivir. La tradición oral es fundamental de ahí que los relatos tengan protagonismo es esta cultura. Algunas de las tribus nómadas más destacadas de la antigüedad son Los mongoles, el san, el sioux nativos estadounidenses, los bereberes y los vikingos de Rusia son también ejemplos de otras tribus nómadas famosas.
Todos los pueblos de la prehistoria fueron nómadas antes de desarrollarse la agricultura y la ganadería, y muchos lo continuaron siendo aún después. Cazadores y recolectores que viajaban constantemente tras los animales de los cuales se alimentaban, guiados principalmente por su intuición. Si se considera que la Prehistoria es el tiempo más largo de la humanidad, se puede decir que el ser humano ha vivido más tiempo como nómada que como sedentario. Sin embargo, numerosos pueblos de la Tierra se asentaron después del desarrollo de la agricultura desde que el clima se volvió más estable a principios del Holoceno (hace aproximadamente 10 000 años).
Características
Si bien se dice que el nomadismo es el desplazamiento constante de un grupo humano, eso no quiere decir que sea indiferente a un determinado territorio. Por lo general, los pueblos nómadas guardan ciertos límites por largo tiempo dentro de una región y, por lo mismo, no existe en tiempos breves el caso de una tribu nómada que provenga, por ejemplo, del Amazonas y que termine en las pampas argentinas.
Dicho hábito, para una sociedad nómada, es un estilo de vida, una forma de subsistencia y posee una organización social, política, religiosa, administrativa y económica adaptada. El término nomadismo designa las más antiguas formas de subsistencia y desarrollo humano. Es objeto de estudio de la.
Desde un punto de vista de eficiencia y como desarrollo sostenible, es un estilo de vida congruente con el medio ambiente, pues consiste en mover la población hacia los recursos y no a la inversa.
Los pueblos nómadas son tan diversos como sus orígenes, los ambientes donde viven y la forma en que subsisten. Sin embargo, un pueblo nómada tiene por lo general una organización política, administrativa y económica menos elaborada que un pueblo sedentario. No es frecuente, por ejemplo, un líder absoluto (rey o gobernante) que ostente el poder político por mucho tiempo, dado que el grupo se mueve constantemente y sigue una lógica de autodeterminación, de acuerdo con las circunstancias.
Las tribus y clanes son la principal estructura organizativa. Las mismas se unen o se alían para responder a situaciones de amenaza, matrimonio, subsistencia y otras circunstancias. Los nómadas poseen por lo general una sociedad patriarcal, en la cual el padre y en general el anciano tienen una autoridad vertical, absoluta e incontestable. Es en general el anciano quien dice a dónde ir, dónde asentarse, cuándo partir, y seguir su consejo es símbolo de sabiduría.
Cultura
Beduino nómada
La manera despectiva con que muchas sociedades sedentarias miran a las tribus nómadas asociándolas con lo primitivo o marginal hace que se subvalore su identidad cultural. Las tribus nómadas poseen sus propios valores culturales, su arte, su música, la tradición oral y un sentido natural por la protección del medio ambiente.
Acostumbrados a vivir en lo hostil, los nómadas cuidan de la naturaleza que saben que podrían necesitar en un futuro cercano y que conocen muy bien. Las amenazas contra el medio ambiente vienen por lo general de parte de las sociedades sedentarias. Si bien la escritura no es su característica, las sociedades nómadas tienen un gran sentido de la tradición oral, y de allí que el relato ocupe un lugar central en su vida. En Persia y en la India, las lenguas indoeuropeas habladas por los pastores nómadas sustituyeron ampliamente a las lenguas dravídicas que se hablaban allí.
Historia
Trazar la historia de un pueblo nómada no es fácil. La escritura, las inscripciones y otros elementos son atributos de las sociedades sedentarias. Aquello que se conoce de los pueblos nómadas en el pasado y en el presente viene de fuentes sedentarias. Uno de los testimonios más antiguos de tribus nómadas lo presenta la Biblia, especialmente en los relatos del Génesis y del Éxodo. A partir de Génesis 12, comienza el relato de Abraham, un personaje que para algunos estudiosos denota más bien el nombre de una tribu nómada del Medio Oriente. Dice el relato bíblico que Abraham partió de Ur de los Caldeos hacia la tierra de Canaán. El relato describe cómo debió ser la vida de las tribus nómadas en la región entre el 2000 a. C. y el 1000 a. C., tiempo en el que se registra una gran actividad humana y un desplazamiento de pueblos entre Mesopotamia y Egipto. Los descendientes de este Abraham, Isaac y Jacob continuaron siendo nómadas hasta que se asentaron definitivamente en Egipto, en lo que puede ser leído como un intento de sedentarización forzada por parte de los gobernantes de ese imperio y en lo que debió suceder en muchas ocasiones con otras tribus nómadas. El Éxodo narra cómo esta tribu nómada, obligada por los egipcios a la sedentarización, regresó al desierto y vivió por 40 años de nuevo como tribu nómada hasta las conquistas de Canaán.
La arqueología es otra fuente del paso de los pueblos nómadas por la tierra y su actividad, siempre asociada a la caza. Por último, el testimonio viviente son los pueblos nómadas contemporáneos, descendientes de aquellos antiguos y que son hoy una fuente vital de estudio y comprensión del nomadismo.
Amenazas y expectativas
En el mundo de hoy las tribus nómadas presentes en los cinco continentes se encuentran en declive y amenazados. Conflictos bélicos asociados por la posesión de la tierra, por ejemplo en África pero también por continuo auge de la industrialización con la incontrolada explotación de los recursos naturales que amenaza el medio ambiente. El fenómeno conocido como la globalización exige competitividad, obliga a la capitalización y otros tantos factores, es uno de los factores que pone en aprietos la existencia de los pueblos nómadas como tal.
Algunos gobiernos pretenden asentar a sus tribus nómadas como un primer paso para el desarrollo. En ocasiones ello se lleva a cabo de manera violenta, en otros casos esto se da de manera coercitiva o prometiendo prebendas.
La integridad de los pueblos nómadas pertenece a los derechos humanos, según la ONU tienen derecho a su identidad cultural, a desplazarse dentro de su territorio ancestral, aún si este incluye el territorio político de varios estados nacionales, que los niños nómadas tienen derecho a la educación y esta impartida de manera que, ello no les implique separarse de su tribu o clan y que la sedentarización es una decisión autónoma del grupo nómada y no debe ser impuesta desde la perspectiva sedentaria.
En las regiones de Borana y somalí, en Etiopía, los nómadas emigran desde hace siglos acompañados por sus rebaños de una zona de pasto a la siguiente. Su forma de vida tradicional se adapta a los cambios entre la época de lluvias y la estación seca, a las inundaciones y a las sequías. No necesitan ningún estudio a largo plazo ni ninguna tabla de temperaturas, para ellos el cambio climático es una realidad desde hace ya mucho tiempo, tal como lo refleja un informe elaborado este mismo año por la organización humanitaria CARE. Los pastores etíopes explican que antes las sequías se producían una vez cada seis o diez años. Ahora, se repiten prácticamente de año en año. Eso significa que los nómadas apenas sí tienen tiempo para recuperarse entre un periodo de sequía y el siguiente. El agua escasea y hay que recorrer grandes distancias para garantizar el suministro. El terreno se erosiona con mayor rapidez, el ganado es más propenso a las enfermedades, hay cada vez menos crías y descienden los ya de por sí escasos ingresos. En resumen, los nómadas pierden su sustento.
Un rebaño de renos se desplaza a través del paisaje invernal en el norte de Suecia.
Cuarenta millones de afectados
Las extremas oscilaciones climatológicas, las sequías, las inundaciones, las tormentas, las temperaturas en aumento y el constante avance del desierto amenazan a millones de nómadas en Etiopía, pero también en Níger, Mauritania, Kenia o Sudán. «En Somalia, por ejemplo, la mayoría de la población se gana la vida de esa forma», explica Günther Schlee, del Instituto Max Planck de Investigación Etnológica con sede en Halle. Schlee es uno de los investigadores del fenómeno nómada más prestigiosos de Alemania. Según sus cálculos, hay alrededor de 40 millones de ganaderos nómadas en todo el mundo.
Pero no sólo los pastores africanos sufren las consecuencias del cambio climático. Los inviernos suaves con grandes precipitaciones suponen también un enorme problema para los pastores de renos en el norte de Finlandia y en Rusia: donde antes había terreno congelado ahora hay ciénagas, con lo que animales y pastores se hunden en el barro. La vegetación también se transforma, y las rutas y el momento adecuado para la trashumancia sufren un auténtico desbarajuste debido a que los ríos se hielan más tarde y el deshielo llega antes.
El devastador «Dzud»
En Mongolia, 2,7 millones de personas viven de la ganadería, casi la mitad de la población. Alrededor de una tercera parte son nómadas que emigran con sus animales a través del país. El país de las estepas en Asia central se ve afectado de forma especialmente dura por el cambio climático. «Dzud» es el término que los habitantes de Mongolia emplean para referirse a ello: el paso de la sequía en verano a un invierno glacial. El frío extremo y las fuertes nevadas del último invierno, por encima incluso de lo que es habitual en Mongolia, han sumido a los nómadas en la miseria. Según informaciones de Cruz Roja, temperaturas de hasta 40 grados bajo cero acabaron con la vida de 4,5 millones de cabras, ovejas, camellos y caballos. Decenas de miles de nómadas perdieron su sustento.
Ya sea en Etiopía, Finlandia o Mongolia, los nómadas necesitan ideas para adaptarse a las condiciones climatológicas cambiantes. Ideas que, en Mongolia, pueden pasar por aprovechar el potencial para la generación móvil de electricidad. También por reforzar las medidas para el almacenamiento y la obtención de agua en las regiones amenazadas por la sequía a través de la construcción de fuentes y cisternas. Pero sobre todo se trata de cambiar aquello que, a medio plazo, puede cambiarse: las condiciones marco a nivel social y político. «Porque los problemas de los nómadas no se deben, en ningún caso, tan sólo al cambio climático», considera Schlee. Una política unilateral a favor de los sistemas económicos sedentarios, el aumento de la población y las cada vez más escasas áreas de pasto de libre acceso son mucho más perjudiciales para los nómadas que los efectos del cambio climático.
La lluvia también escasea en Kenia. Las plantas se secan y el ganado de los nómadas apenas encuentra agua.
¿Guerra climática entre nómadas y sedentarios?
El psicólogo social Robert Welzer considera que las consecuencias sociales del cambio climático suponen «el mayor reto de la modernidad». En su libro «Klimakriege» («Guerras climáticas»), Welzer enumera 70 conflictos globales que amenazan con agudizarse por culpa del cambio climático. La guerra civil en Sudán, en la que participan alrededor de veinte milicias al margen de las tropas gubernamentales, tiene a agricultores sedentarios y ganaderos nómadas. Para Welzer, se trata de la primera «guerra climática».
Pero los conflictos entre nómadas y sedentarios son tan antiguos como la propia humanidad. Es por ello que Schlee no cree que el cambio climático suponga el final de las formas de vida nómadas. Al contrario, nuevas tecnologías como la telefonía móvil pueden en realidad hacer más fácil la vida para los nómadas. «A decir verdad, cada vez hay menos argumentos para ser sedentario», afirma Schlee.
Pueblos nómadas
Continente | Territorio | Pueblo nómada |
América | Chile | Pehuenche, Puelche, Kollas |
Colombia | Nukak, Makú, Wayúu | |
México | Chichimeca | |
Venezuela | Wayúu, Yanomami | |
África | Kenia | Turkana |
Sahara | Tuareg, Saharaui | |
Mauritania | Maurí | |
África central, | Pigmeos, Baka, Twa, Binga, Mbuti | |
África del sur, | Joisán | |
Asia | Medio Oriente | Beduino |
Mongolia | Mongol | |
Nepal | Rají | |
India | Gadulia lohar, Rabari | |
Turquía | Yoruk | |
Afganistán | Kochi | |
Europa | Europa | Zíngaro o Gitano |
España | Gitano | |
Grecia | Sarakatsani | |
Groenlandia | Esquimal (o Inuit) | |
Siberia (Rusia) | Evenis | |
Oceanía | Filipinas | Aetas |
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