Los insectos. Son animales invertebrados y tienen una serie de características comunes:

Tienen un cuerpo dividido en:

  • Cabeza
  • Tórax
  • Abdomen

Tienen dos antenas y en su mayoría, seis patas y respiran por tráqueas. Los insectos, desde que nacen sufren una serie de cambios en su cuerpo que se llama metamorfosis.

La mayoría de insectos son ovíparos y de los huevos nacen larvas. Así mismo, la mayoría de los insectos tienen alas y son los únicos invertebrados que pueden volar

Los insectos son una clase de animales invertebrados del filo de los artrópodos, caracterizados por presentar un par de antenas, tres pares de patas y dos pares de alas. La ciencia que estudia los insectos se denomina entomología. Su nombre proviene del latín insectum, calco del griego ἔντομα, ‘cortado en medio’.​

Los insectos son animales invertebrados del filo de los artrópodos.Comprenden el grupo de animales más diverso de la Tierra de los que se conocen aproximadamente un millón de especies diferentes, cada una de ellas con una cantidad de miembros muy abundante. También se cree que aún quedan por describir unos 30 millones de especies más. Pueden encontrarse en casi todos los lugares del planeta, aunque solo un pequeño número de especies ha conseguido adaptarse a la vida en los océanos.  Los insectos no solo presentan una gran diversidad, sino que también son increíblemente abundantes. Algunas estimaciones hablan que existen 200 millones de insectos por cada ser humano. 

Clasificación de los insectos

La clasificación de los insectos nos permite conocer mejor los diferentes grupos y clases de insectos se pueden clasificar en los siguientes órdenes:

  • Sifonápteros (pulgas, unas 2.000 especies)
  • Ftirápteros (piojos, 5.000 especies)
  • Odonatos (libélulas y caballitos del diablo, 6.000 especies)
  • Dictiópteros (cucarachas y termitas, 10.000 especies)
  • Ortópteros (saltamontes y grillos, 20.000 especies)
  • Hemípteros (chinches y pulgones, 80.000 especies)
  • Lepidópteros (mariposas y polillas, 120.000 especies)
  • Himenópteros (abejas, avispas y hormigas, 150.000 especies)
  • Dípteros (moscas y mosquitos, 160.000 especies)
  • Coleópteros (escarabajos, 375.000 especies)

La anatomía de los insectos

El cuerpo de los insectos está formado por tres regiones principales (denominadas tagmas):

 cabezatórax y abdomen, uniformemente recubiertas por un exoesqueleto.

Anatomía de un insecto. A.- Cabeza; B.- Tórax; C.- Abdomen;

1.- Antena;

2.- ocelo inferior;

3.- Ocelo superior;

4.- Ojo compuesto;

5.- Cerebro;

6.- Protórax;

7.- Arteria dorsal (aorta);

8.- Tráqueas;

9.- Mesotórax;

10.- Metatórax;

11.- Alas anteriores;

12.- Alas posteriores;

13.- Estómago;

14.- Corazón;

15.- Ovarios;

16.- Intestino;

17.- Ano;

18.- Vagina;

19.- Cadena ganglionar ventral;

20.- Tubos de Malpighi;

21.- Tarsómero;

22.- Uña;

23.- Tarso;

24.- Tibia;

25.- Fémur;

26.- Trocánter;

27.- Buche;

28.- Ganglio torácico;

29.- Coxas;

30.- Glándula salival;

31.- Collar periesofágico;

32.- Piezas bucales; de izquierda a derecha: labro, mandíbulas, maxilas y labio.

Las características generales de los insectos son:

  • Poseer un exoesqueleto de quitina.
  • Un cuerpo organizado en tres partes (cabeza, tórax y abdomen).
  • Ojos compuestos.
  • Un par de antenas.
  • Tres pares de patas articuladas.

En la cabeza poseen el par de antena con funciones sensoriales, el par de ojos compuestos y a veces tres ocelos simples. En la parte inferior de la cabeza, se sitúan las piezas bucales con su labio superior (labro), un labio inferior, dos maxilas y dos mandíbulas. El tórax posee las seis extremidades articuladas y, en ocasiones, uno o dos pares de antenas. Mientras que la mayoría de los aparatos del insecto se encuentran en el abdomen, el aparato digestivo, reproductor, excretor y respiratorio.

El sistema respiratorio está formado por una tráquea, que es un sistema de tubos y sacos, donde los gases difunden o son bombeados hacía los órganos, por lo que no necesitan un sistema circulatorio. Existe relación entre el aparato respiratorio y el tamaño del insecto, cuya eficacia se reduce con el tamaño del animal.

El sistema digestivo de un insecto consiste en un canal alimentario desde la boca hasta el ano. Este canal se divide en una región anterior (cavidad bucal, faringe, esófago, buche y proventrículo), media y posterior. En la región anterior se produce la digestión enzimática y mecánica de los alimentos, similar a lo que pasa en la boca y el estómago de humanos. La región media es para los procesos de absorción de los nutrientes a través de las microvellosidades, análogo a lo que pasa en el intestino delgado y primera parte del grueso de los humanos y en la parte posterior las sustancias no digeridas se combinan con el ácido úrico para formar las bolas fecales y excretarse.

Su sistema nervioso consiste en un cordón nervioso central y el cerebro, localizado en la cabeza. El cordón nervioso está segmentado, con un par de ganglios nerviosos por segmento, que están fusionados en algunos insectos. Además de esto, los insectos poseen órganos sensoriales desarrollados, que les permiten captar la luz, las vibraciones, detectar estímulos químicos, captar sonidos o incluso sentir dolor, aunque el tipo de órgano varía según la especie.

Alimentación de los insectos

La alimentación varía según las especies, los hay que se alimentan de plantas, de animales (enteros o partes) omnívoros o saprofitos.

Algunos insectos comen hierba y hojas. Otros insectos comen alimentos blandos como basura blanda y en descomposición. Otros tipos de insectos solo comen líquidos. Muchos insectos como los mosquitos, las abejas y las mariposas extraen su comida con un sifón.

¿Qué comen los insectos? Prácticamente lo que sea que quieran. Existen tantos tipos distintos de insectos, que, entre todos ellos, ningún tipo de comida potencial es seguro. Muchos insectos comen plantas, algunos comen otros insectos y algunos incluso beben sangre. Muchos insectos comen néctar de las plantas y algunos insectos comen cualquier resto de comida que dejes botados.

Unos cuantos insectos, como las efímeras y algunas polillas, no comen nunca. Eso se debe a que sus vidas se terminan después de unas cuantas horas o días. Una vez que estos insectos se convierten en adultos, dejan huevos y luego mueren. Por otra parte, existen insectos que son comedores muy saludables. El gusano de seda come suficientes hojas como para aumentar más de 4.000 veces su peso en tan sólo 56 días, pues aumenta alrededor de 10.000 veces su tamaño desde su nacimiento. Hay un tipo de saltamontes que come su propio peso en plantas a diario. Tan sólo imagina comer tu propio peso en comida a diario. Probablemente no podrías. Incluso si trataras, lo más probable es que te enfermaras.

¿Cómo comen los insectos?

Los insectos comen de muchas formas y en distintas cantidades. Alrededor de la mitad de insectos que existen comen plantas, alimentándose de hojas, raíces, semillas, néctar, o madera. Los pulgones y las chicharras chupan la savia de las plantas. Las mantis religiosas son depredadoras y cazan otras criaturas más pequeñas. Los insectos como los mosquitos y los pulgones poseen piezas bucales especiales que les ayudan a perforar y a chupar. Otros, como las chinches asesinas, como la de la Figura siguiente , y ciertas especies de mosquitos hembras, se comen a otros insectos. Las pulgas y los piojos son parasites y comen la carne o beben la sangre de animales más grandes sin matarlos.

Los insectos tienen distintos tipos de apéndices (brazos y patas) adaptados para capturar a la presa y alimentarse de ella. También poseen sentidos especiales que les ayudan a detectar a la presa. Además, los insectos poseen una amplia variedad de piezas bucales que usan para alimentarse.

[Figure 2] Una chinche asesina se alimenta de un escarabajo.

Algunos ejemplos de insectos masticadores son las libélulas, los saltamontes y los escarabajos. Estos insectos usan un par de mandíbulas para masticar pedazos de comida y tributarlos. Otro par de mandíbulas les ayudan a empujar la comida por la garganta. Algunas larvas también poseen piezas bucales para masticar, como en el caso de la fase de oruga de polillas y mariposas.

[Figure 3] Una oruga alimentándose de una planta huésped.

Algunos insectos usan la extracción, como si chuparan con bombilla, como las polillas y las mariposas. Esta boca-tubo larga que usan para succionar el néctar de la flor se llama probóscide. Algunas polillas, sin embargo, no poseen piezas bucales. Algunos insectos obtienen su comida mediante absorción, como la mosca doméstica. Esto quiere decir que las piezas bucales pueden absorber el alimento líquido y enviarlo al esófago. La mosca doméstica puede comer alimentos sólidos liberando saliva y esparciéndola sobre la comida. Mientras la saliva disuelve la comida, las piezas bucales absorben el alimento líquido.

MétodoDescripciónEjemplos
Picador-chupadorSe usa para penetrar en el tejido sólido y luego chupar alimento líquidoCigarras, pulgones, piojos, moscas de establos, zancudos
ChupadorSe usa para absorber y chupar líquidosMosca doméstica, moscardones
MasticadorSe usa para morder y triturar alimentos sólidosLibélulas, termitas, escarabajos, hormigas, cucarachas, saltamontes, grillos, orugas
Tubo de sifónSe usa para chupar líquidosAbejas

Resumen

  • Algunos insectos, como los pulgones, poseen piezas bucales picadoras-chupadoras. Otros insectos, como los saltamontes, poseen piezas bucales masticadoras.
  • Los insectos pueden poseer piezas bucales especializadas, como la probóscide, para extraer el néctar de una flor.

Hábitat

Los insectos han colonizado prácticamente todos los ambientes de la Tierra: viven en las selvas, los desiertos, las zonas frías, en ambientes de agua dulce y en convivencia íntima con los seres humanos y muchos otros seres vivos… y muertos.

Reproducción de los insectos

Con respecto a la reproducción, suele ser sexual, ya que los individuos tienen sexos separados y se distinguen por sus características morfológicas, otras especies son partenogénicas y otras tienen individuos hermafroditas. En la gran parte de las especies, las hembras poseen una etapa fértil muy corta, por lo que deben producir muchas crías en un período corto de tiempo. La mayoría de las veces, las hembras ponen huevos, pero su número y forma varía según las especies.

Tras su nacimiento, las crías tienen un desarrollo indirecto, debiendo sufrir una metamorfosis antes de transformarse en adultos. El proceso de metamorfosis es variables según las especies: en algunas las crías tan solo se diferencian en tamaño y madurez sexual respecto del adulto y en otros pasan por varias etapas larvarias.

La metamorfosis

La metamorfosis es un proceso que atraviesan algunos insectos para alcanzar la vida adulta. Cambian su fisonomía (forma del rostro y cabeza), fisiología (sistemas interiores), y comportamiento.

En biología, la metamorfosis es el proceso de cambios estructurales y fisiológicos a través de los cuales ciertos animales alcanzan la vida adulta, dejando atrás las características obtenidas desde su nacimiento. Se trata de un proceso natural, común a numerosas especies de insectos, moluscos, anfibios, crustáceos, cnidarios, equinodermos y tunicados.

Los cambios que implica este proceso biológico pueden ser más o menos radicales, dependiendo del tipo de metamorfosis:

  • Metamorfosis compleja o completa (Holo metabolismo). Ocurre cuando las características de las etapas iniciales del animal, digamos, de la larva o de sus estadios primarios, son radicalmente diferentes a los de la vida adulta. O sea, cuando el animal cambia de manera completa y significativa sus formas de vida, su anatomía e incluso su hábitat de existencia, luego de atravesar una etapa de inactividad y transformación profunda.
  • Metamorfosis simple o incompleta (hemimetabolismo). Ocurre, por el contrario, cuando los cambios que atraviesa la forma joven del animal no son tan radicales, ya que su etapa larvaria o joven no es tan distinta de su etapa adulta. Generalmente estas etapas se distinguen sólo en tamaño, y el animal atraviesa distintas “mudas” o cambios parciales, hasta alcanzar la adultez.

Ambos tipos de metamorfosis están controlados por un conjunto diverso de hormonas que inducen diversas reacciones y cambios bioquímicos en el organismo. Este proceso, además, suele estar emparentado con los ciclos climáticos y biológicos de la naturaleza, de modo que ocurren siempre en una época determinada y bajo condiciones determinadas.

La metamorfosis ha cautivado la atención del ser humano desde las épocas antiguas, llevándole a explicarlo a través de las teorías más diversas, y también convirtiéndose en metáfora del cambio, del crecimiento y del propio ciclo de la vida, sobre todo el que involucra a animales como las abejas o las mariposas, muy presentes en la cultura humana desde sus inicios.

La metamorfosis de la mariposa

La mariposa suele ubicar su crisálida bajo una rama.

La metamorfosis de las mariposas es, probablemente, de las más conocidas y estudiadas por el ser humano, y en total comprende las siguientes etapas:

  • El huevo. La etapa inicial en la vida de una mariposa ocurre cuando un huevo es depositado en el medio ambiente (en una rama o una hoja, o donde sea dependiendo de la especie) y luego fecundado. Generalmente esto ocurre en lugares estratégicos, empleando sustancias viscosas, y suelen ser varios los huevos depositados. Cada uno madura, a medida que la vida en su interior llega al punto necesario, y finalmente eclosiona, liberando a una larva, que comúnmente conocemos como oruga.
  • La oruga. Las larvas de mariposa, llamadas orugas, son muy populares en los jardines, y son animales alargados como un gusano, dotados de numerosas patas y una cabeza esférica, robusta, con poderosas mandíbulas capaces de triturar hojas, tallos y otras fibras vegetales de las que la oruga se alimenta. Las orugas pueden tener antenas, protuberancias, colores muy distintos y característicos de la especie, y muchas incluso son venenosas, pero todas tienen en común su gran objetivo: comer. Se alimentan frenéticamente hasta acumular en sus cuerpos el tamaño y la energía justa para emprender el proceso de metamorfosis. Entonces, buscan el lugar adecuado, generalmente colgando boca abajo de una rama, y tejen un capullo de sedas u otras fibras que ellas mismas producen. Allí se encierran para convertirse en adultas.
  • La crisálida. Una vez dentro del capullo tejido por ellas mismas, las orugas pasan a ser crisálidas o pupas, y llevan una vida inmóvil que dura alrededor de tres semanas. Durante ese tiempo, los tejidos de la oruga se modifican, disuelven y construyen, hasta adoptar la forma de un adulto completo (imago). A medida que ello ocurre, la crisálida se va también endureciendo, hasta que, llegado el momento, y gracias a la presión que el animal ejerce desde adentro, se resquebraja, para dejar salir a una mariposa adulta.
  • La mariposa adulta. Luego de romper la crisálida, la mariposa despliega sus alas recién nacidas y las deja secar y llenarse de hemolinfa. Mientras tanto, emerge por completo y, todavía colgando en su lugar, se prepara para el vuelo. Ya es un individuo adulto, listo para llevar una vida aérea, alimentándose del néctar de las flores y otros fluidos similares, y para reproducirse y volver a empezar el ciclo.

La metamorfosis de la rana

En su etapa de larva, las ranas se llaman renacuajos y tienen una vida 100% acuática.

Otro caso muy conocido es el de la mayoría de los batracios, ranas y sapos. Estos animales de vida anfibia son el peldaño evolutivo entre la vida acuática y la terrestre, y por esa razón deben reproducirse siempre en el agua. Su ciclo vital comprende las siguientes etapas:

  • Los huevos. La vida de la rana inicia cuando una hembra deposita sus huevos en un cuerpo de agua, como un río, un lago o un charco de algún tipo, junto a un macho que de inmediato procede a fecundarlos. Luego los huevos maduran, a medida que la vida en su interior llega al punto adecuado, y eclosionan para liberar renacuajos.
  • Los renacuajos. Se llama así a las “larvas” de rana, o sea, a sus formas infantiles, que llevan una vida 100% acuática. De hecho, tienen cuerpos largos y sin extremidades, semejantes a los peces, dotados de colas, branquias y una ventosidad para sujetarse a los objetos. Los renacuajos viven unos tres meses, alimentándose de todo lo posible, durante los cuales van cambiando paulatinamente, conforme vayan acumulado la energía necesaria para la metamorfosis. Entonces, inician los cambios: comienzan a brotarles las patas traseras, luego las delanteras, y el cuerpo a aumentar considerablemente de tamaño. Los pulmones se desarrollan dentro de la rana joven, a medida que la cola y las branquias son reabsorbidas paulatinamente, preparando al animal para su vida terrestre futura.
  • La rana adulta. Una vez terminada la metamorfosis, una rana adulta abandona el agua y emprende la vida adulta en lo seco, aunque regresando cada cierto tiempo para hidratarse y para desovar, repitiendo así su ciclo de vida.

La metamorfosis de la abeja

La abeja realiza la metamorfosis dentro de una celda de la colmena.

A pesar de vivir una vida organizada en sus respectivas colmenas, la metamorfosis de las abejas de miel es bien conocida por la biología. Y comprende el siguiente ciclo vital:

  • Los huevos. Los huevos de abeja son depositados siempre por la abeja reina, la única capaz de reproducirse, dentro de celdas especiales de la colmena, destinadas a albergar las crías, en lugar de la miel. Los huevos son blancos y planos, con forma oval, y eclosionan después de unos tres días.
  • Las larvas. Recién salidas del huevo, las larvas descansan en forma de “C” en sus respectivas celdas, a la espera de que las abejas obreras le traigan su alimento: una suerte de jalea a base de miel, elaborada por ellas mismas. Las larvas son blancas, alargadas y de cuerpo segmentado, pero sin extremidades y totalmente ciegas. Serán alimentadas de este modo hasta que alcancen el tamaño necesario para convertirse en pupas o crisálidas.
  • Las crisálidas. Cuando ya están listas para la metamorfosis, las larvas generan un olor característico que las obreras reconocen, y proceden a sellar cada celdilla con cera, aislando la larva del exterior. Allí dentro, oculta de la luz, la larva emprende un período de inactividad y de cambios que varía de acuerdo al rol final que el individuo tendrá en la colmena: obreras, zánganos o reinas.
  • Las abejas adultas. Una vez alcanzada la etapa de adultez o imago, las abejas emergen de sus celdillas para incorporarse a la compleja vida social que caracteriza a estos insectos.

La metamorfosis de la libélula

La libélula adulta sale del agua y pierde su corteza exterior.

La libélula, popularmente conocida como “caballito del diablo” o “aguacil”, es otro insecto que realiza metamorfosis en insectos es el de la libélula. Un individuo de esta especie puede vivir más de un año, a lo largo del cual habrá completado el siguiente ciclo de vida y de cambios, destinando la menor cantidad de ese año a la adultez.

  • Los huevos. Como el resto de los insectos, la libélula nace de un huevo, depositado por una hembra fecundada, ya que las libélulas se aparean en medio del vuelo. Los huevos son depositados generalmente en plantas acuáticas, o bien liberados en el agua de ríos, lagos o estanques.
  • La ninfa. La etapa larvaria de la libélula se conoce también como ninfa, y comienza cuando un huevo eclosiona y libera a una criatura de vida subacuática, jorobada, cuya alimentación es constante y se basa en criaturas más pequeñas. Esta etapa de vida puede ser bastante larga, ya que la metamorfosis no se inicia hasta que las condiciones climáticas sean las adecuadas para que la ninfa emerja del agua. Pero mientras tanto, la ninfa irá sufriendo una serie de mudas y transformaciones, que la irán despojando de su joroba y la dotarán de pequeñas alas ninfales, así como del aparato de tráqueas necesario para sustituir a las branquias.
  • La libélula adulta. Cuando esté lista para surgir del agua, la ninfa buscará alguna planta acuática a la que sujetarse y comenzará su ascenso hacia la superficie, durante la cual perderá su corteza exterior (llamada exuvia) y brotará de sí misma como un adulto. Desde entonces, tendrá una vida voladora, aunque restringida a unos pocos meses: los suficientes para reproducirse y reiniciar el ciclo.

Tipos de insectos y sus nombres

La clasificación de los insectos despierta cierta polémica, pero en general se pueden distinguir los siguientes órdenes:

Odonata

Este orden incluye a las libélulas y caballitos del diablo. Este se considera el orden más primitivo de insectos, no pueden doblar las alas sobre el abdomen y presentan metamorfosis incompleta.

Blattodea

Este orden incluye a las cucarachas. Son especies con metamorfosis indirecta, cuerpo aplanado, omnívoras y con un par de alas.

Orthoptera

Incluye a grillos, langostas y saltamontes. Poseen un tercer par de patas que está adaptado para saltar.

Phthiraptera

Incluyen a los piojos. No poseen alas y son parásitos, alimentándose de restos de piel, sangre o plumas del hospedador.

Coleoptera

Representan el reino animal con mayor número de especies conocidas. Incluye a los escarabajos. Este orden posee una gran diversidad de formas y están adaptados a todos los hábitats.

Diptera

Incluye a moscas, mosquitos y tábanos. Poseen solo un par de alas, con el otro muy reducido y que sirve para mantener el equilibrio.

Lepidóptera

Incluye a mariposas y polillas. Poseen metamorfosis completa y están adaptados a la vida nocturna.

Hymenoptera

Incluye a las hormigas, abejas y avispas. Poseen metamorfosis completa y se reproducen por partenogénesis. Se caracterizan porque muchas de sus especies son sociales y se organizan en sociedades con un rango de jerarquías.

Los parasitoides

Un parasitoide es un organismo cuyas larvas se desarrollan y alimentan en el interior o en la superficie del cuerpo de otro insecto.

Se hace una distinción entre parasitoides solitarios, de los cuales una sola larva se desarrolla a expensas de su huésped, y parasitoides gregarios en los que varios de ellos normalmente coexisten sobre o dentro de ella.

Los ectoparasitoides consumen a su huésped desde el exterior. Este suele estar protegido, ya sea dentro de un capullo o un pupario, o dentro de varios tejidos vegetales: tallos, raíces, frutos o agallas. En cambio, en los ácaros Trombidiidae (figura 1), es la larva la que se desarrolla como ectoparásito a expensas de un hospedador que está libre, pero sin matarlo.

En los endoparasitoides (Figura 2), el desarrollo larvario tiene lugar completamente dentro del hospedador. Esto implica ciertas adaptaciones, en particular a nivel respiratorio e inmunológico. El corion embrionario y la exuvia larvaria permanecen unidos a la parte posterior del cuerpo, formando un vínculo entre la larva del parasitoide y la cutícula de su hospedador.

El parasitoide también debe poder evitar reacciones de enquistamiento de su anfitrión. En algunos Ichneumonidae y Braconidae, los polinavirus están integrados en su herencia genética en forma de provirus. Se replican en las glándulas accesorias de las hembras y se inyectan en el momento del desove. Luego actúan en sinergia con el veneno para neutralizar las reacciones de enquistamiento del huésped. Estos virus son específicos de cada grupo de parasitoides y pueden incluso estar ausentes o presentes dependiendo de las cepas consideradas dentro de la misma especie de parasitoide.

Algunas definiciones adicionales:

  • los parasitoides de los parasitoides son hiperparasitoides (Figura 3);
  • las larvas de algunas especies a veces se convierten en autoparásitos. Este es particularmente el caso de ciertos Aphelinidae: las hembras se desarrollan como parásitos primarios de moscas blancas o de cochinillas, mientras que los machos se alimentan de hiperparasitoides de las hembras (larvas), ya sean de su propia especie o» Un afelinido diferente;
  • hablamos de superparasitismo cuando el exceso de huevos se deposita dentro, sobre o cerca del mismo hospedador;
  • el multiparasitismo ocurre cuando la competencia cubre varios tipos.

También reconocemos dos tipos de estrategias para el desarrollo larvario:

  • en los idiobiontes, el desarrollo comienza poco después de la puesta, tan pronto como emerge el huevo. La aparición del hospedador tiene lugar en la etapa en la que tuvo lugar el desove. Este tipo de desarrollo se encuentra muy a menudo en ectoparasitoides, cuyo huésped se encuentra dentro del tejido vegetal. Luego, las hembras depositan sus huevos en huéspedes que han completado su desarrollo larvario o en estado de ninfa. En este caso también se incluyen los parásitos zoófagos, pero generalmente son Endo parasitoides;
  • en los koinobiontes, se establece un período de tiempo más o menos prolongado entre la fecha de puesta y el inicio del desarrollo larvario del parasitoide. La hembra deposita sus huevos en el interior de pequeños hospedadores (embriones o estadios larvales jóvenes), que completarán su desarrollo antes de que comience el parasitoide (foto). Esto presenta, para el parasitoide, la ventaja de poder atacar a grandes hospedadores sin tener, para la hembra, enfrentar su reacción. Este tipo de desarrollo también permite que ciertos parasitoides ataquen a los huéspedes que se convierten en endófitos y son accesibles solo en la etapa embrionaria o en las etapas larvarias jóvenes.

Finalmente, distinguimos los parasitoides según la extensión del espectro de sus hospedadores:

  • el general ataque a varios invitados, incluso puede pertenecer a varios órdenes de insectos. Sin embargo, en este caso existe una cierta especificidad a nivel del hábitat, los huéspedes parasitados viven por ejemplo dentro de agallas o tallos de ciertas plantas;
  • Se dice que los parasitoides específicos son especialistas; solo pueden atacar a un solo género o incluso a una sola especie hospedadora. Son los agentes preferidos de control biológico.
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