Los gusanos. Los gusanos son alargados y pueden pertenecer a los filos de los nematodos, los anélidos o los platelmintos, entre otros. Las lombrices y las sanguijuelas, por ejemplo, están entre los gusanos más conocidos. También se llama gusano a la larva de cuerpo alargado, cilíndrico y blando de los insectos, a todos los invertebrados que tienen el cuerpo alargado, metamérico o no, cilíndrico o aplanado, con tegumento blando, con apéndices o sin ellos. Algunos animales a los que se atribuyen la denominación de gusanos son, por ejemplo, los anélidos y muchas larvas de insectos. Los platelmintos y los nematelmintos, no celomados y Pseudocelomados, respectivamente.
Hace tiempo se instituyó el phyllum Vermes o helmintos, que incluía a un gran número de animales agrupados en función de su aspecto vermiforme; posteriormente, ese phyllum fue abolido al comprobarse que los animales agrupados en el soló tenían en común su aspecto exterior, pero sin estar ligados entre sí por auténticas afinidades filogenéticas. En la actualidad, sobre todo en medicina, se sigue utilizando el término helmintología para indicar la disciplina que se ocupa de estudiar los gusanos parásitos del ser humano (platelmintos y nemalmintos), en tanto que las enfermedades provocadas por estos parásitos se denominan genéricamente helmintiasis o verminosas.
Los gusanos o platelmintos.
Se trata de un phyllum de animales que cuentan con numerosas especies y de gran interés no sólo por los caracteres que presenta, sino también porque mucho de ellos son parásitos de los animales domésticos y también del ser humano.
Entre los platelmintos se distinguen tres clases:
- Turbelarios, que son gusanos planos de vida libre, acuáticos o de tierras húmedas.
- Los trematodos o duelas, que son parásitos de animales y del hombre tanto externos como internos.
- Los cestodos o tenías, que son parásitos intestinales de los vertebrados.
El cuerpo de los platelmintos tiene un aspecto foliáceo o alargado, y casi siempre (con la única excepción de algunas formas muy pequeñas) muy aplanado, por lo que suelen denominarse vulgarmente “gusanos planos”. El cuerpo de casi todos los cestodos esta subdivididos en una pequeña región anterior, llamada escólex, seguida por un breve cuello a partir del cual se suceden un cierto número de segmentos llamados proglotides, que pueden separarse y tener vida autónoma durante un cierto tiempo. El tegumento carece de cutículas y en las formas libres es ciliado, al menos en la superficie ventral, que es la que está en contacto con el sustrato. El movimiento se debe a los cilios; la musculatura desempeña a este respecto un papel totalmente secundario. Las especies parásitas pueden presentar órganos de adhesión diferentes, como ventosas, surcos, trompas y garfios.
La musculatura está bien desarrollada, con haces orientados en diferentes direcciones, pero cuya contracción favorece sobre todo el movimiento del líquido intersticial del parénquima, que es el que posibilita el transporte de las sustancias nutritivas y los gases respiratorios.
Excepto los cestodos, que carecen totalmente de aparato digestivo y absorben las sustancias nutritivas del huésped mediante las microvellosidades del tegumento, los restantes platelmintos poseen un aparato digestivo más bien simple. En un grupo de Turbelarios considerados como muy primitivos, los áselos, el aparato digestivo está constituido por la boca y por el cordón celular que no tiene ano permanente, sino temporal. En otros, por el contrario, a la boca sigue una faringe y luego un canal simple o ramificado, a veces muy ramificado, pero que acaba igualmente en un fondo ciego; las sustancias no digeridas son expulsadas por la boca.
Clasificación de los gusanos o platelmintos
clases | Características principales |
Turbelarios | Vida libre en medios acuáticos o húmedos |
Trematodos | Vida parasita de animales y del hombre, tanto internos como externos; algunos causan graves enfermedades; cuerpo sin divisiones |
Cestodos | Vida parásita del intestino en vertebrados superiores; cuerpo generalmente segmentado |
Los platelmintos no tienen aparato respiratorio ni circulatorio diferenciado. Las paredes del cuerpo están sostenidas por una masa de células (parénquima) que rellena el espacio entre las paredes del cuerpo y el celénteron. Los intersticios existentes entre las células del parénquima estén ocupadas por un líquido que, junto a algunas células, es el encargado de transportar a todas las partes del cuerpo las sustancias digeridas procedentes del aparato digestivo y el oxígeno, y de eliminar los catabólicos. La presencia del parénquima no permite que el transporte sea muy rápido y ello impone al cuerpo una forma aplanada, de tal manera que todas sus partes estén en contacto con el líquido intersticial, cosa que no sería posible si el cuerpo aumenta de volumen. En las formas primitivas, el sistema nervioso, es casi una red difusa, mientras que en todos los demás está constituido por una masa cerebroide de la que parten un número de cordones nerviosos longitudinales. Los órganos sensitivos están presentes sobre todo en las formas libres, donde además de receptores ciliares pueden encontrarse ocelos rudimentarios.
Imagen de larva del género Stronglioides, gusano parásito del intestino humano
El sistema excretor de los plantelmitos es plectonefredial (de plectro, pliegue y nefridio); una serie de células llamadas flamegena recogen las sustancias de desecho del parénquima y las eliminan por medio de los nefridióporos; los protonefridios encargados de la excreción y la osmorregulación sólo están ausentes en algunos Turbelarios muy primitivos. En la gran mayoría de los casos, los plantelmitos son hermafroditas y, excepto las formas más primitivas, tienen aparatos reproductores muy complicados. Además de la forma sexual, muchos plantelmitos se reproducen también asexualmente por escisión. Esta posibilidad está relacionada con la elevada capacidad de regeneración que poseen estos organismos. Algunos Turbelarios de agua dulce o terrestres (planetarios) se encuentran entre los animales más hábiles en su facilidad de regeneración y constituyen un material de elección para estudios sobre este tema.
Determinados Turbelarios son de desarrollo directo, pero otros, junto con todos los trematodos y todos los cestodos, tienen un desarrollo indirecto. Los representantes de estas dos últimas dos clases presentan dos formas larvales, o incluso más de dos. A la clase de los trematodos pertenecen algunos parásitos de los animales domésticos y del ser humano de notable interés, por ejemplo, Fasciola heptica, Paragonimus westermani y algunas especies del género Schistosoma. A la clase de los cestodos corresponden las bien conocidas tenías, entre ellas Taenia solium, Taenia saginata, Echinococcus granulosus y Diphyllobothrium latum.
Los gusanos o nematelmintos.
Phyllum de animales que cuentan con un enorme número de especies, la clase principal de los nematelmintos es la de los nematodos es típicamente vermiforme, alargado, cilíndrico, sin cabeza diferenciada ni apéndices locomotores. Las dimensiones en las formas libres son siempre pequeñas (de menos de un milímetro a 1 cm) y sólo alguna especie marina alcanza los 5cm de longitud; algunas especies, parásitas alcanzan una longitud notable. Entre las más grandes están Áscaris lumbricoides, que puede alcanzar los 40 cm; Dioctophyme rémale (1 cm) y realmente gigante, Placentonema gigantissimun, parásito de la placenta de algunos cetáceos que puede alcanzar y superar los 8 cm.
El cuerpo de los nematodos está recubierto por una espesa cutícula pluriestratificada que se cambia durante el desarrollo por medio de mudas; puede ser perfectamente lisa o presentar surcos transversales que la hacen anular, simulando una metameria que en realidad no existe. La cutícula se apoya sobre la epidermis, que en los nematodos tiene la característica de presentar medio dorsal, mediventralmente y a los lados un pequeño grupo de células más altas, de tal manera que se diferencian cuatro sectores, llamados campos, dos dorsolaterales y dos ventrolaterales. Bajo la epidermis se sitúan las fibrocélulas musculares, distribuidas en número variado por los cuatro campos mencionados. El tubo digestivo es recto y completo, la boca es terminal y puede estar rodeada de labios y estructuras sensitivas; en la cavidad oral pueden existir dientecillos, láminas corneas o un estilete, con el que perforan la pared de los vegetales o de las presas animales. Después de una faringe, un esófago y un intestino medio, el tubo digestivo presenta un recto que se habré al exterior, con un ano que nunca es totalmente terminal, sino siempre ventral o más o menos distanciado de la extremidad posterior del cuerpo. De ahí la afirmación de que los nematodos poseen una cola más o menos larga y de forma variada. El resto de los machos recibe la desembocadura del aparato reproductor y adquiere por ello la función de cloaca.
El sistema nervioso de los nematodos está constituido esencialmente por un anillo periesofágico del que parten nervios hacia los labios y los órganos sensitivas cefálicos; las formas libres presentan también órganos visuales muy simples. Carecen de aparato circulatorio y respiratorio diferenciado, aunque casi siempre poseen aparato excretor.
La mayoría de los nematodos tienen sexos diferentes, aunque no faltan las especies hermafroditas; también existe dimorfismos sexuales. Las hembras suelen ser más grandes que los machos, aparte de que el gonoducto masculino desemboca en la cloaca, mientras que el aparato genital femenino tiene una desembocadura independiente del tubo digestivo; la vagina se sitúa ventralmente, en posición la reproducción más o menos anterior.
La reproducción, además de por fecundación, se da con frecuencia por partogenesis, en los nematodos, la capacidad de regenerar partes pedidas en casi inexistente. Estos organismos habitan en casi todos los ambientes, encontrándose en el mar, en aguas dulces o en el subsuelo; muchos son parásitos de los vegetales y en otros lo son de los animales, incluido el ser humano. Entre los parásitos del hombre, los más comunes son Áscaris lumbricoides, Enterobius vermiculares y Trichinella espiralis