La nariz es un órgano que forma parte tanto del sistema respiratorio como del sensorial. Y distintas estructuras trabajan de forma coordinada para que esta pueda cumplir con sus funciones.
Cada día respiramos unas 21.000 veces, lo que se traduce en más de 600 millones de inspiraciones a lo largo de nuestra vida. Y, teniendo en cuenta que la nariz es la puerta de entrada al sistema respiratorio, en nuestra vida habremos hecho entrar más de 240 millones de litros de aire a través de este órgano.
La nariz es el inicio del sistema respiratorio, pues además de permitir la inspiración del aire, retiene las partículas grandes sirviendo como filtro y calienta el aire para que este no llegue frío al resto de estructuras respiratorias.
Pero su importancia no solo radica en este aspecto, sino también en el hecho de ser uno de los órganos sensoriales del cuerpo humano. La nariz alberga el sentido del olfato, con células sensoriales que permiten que experimentemos más de 10.000 olores distintos.
La nariz es un órgano olfativo y respiratorio. Se trata de una estructura que, en los humanos, se sitúa en el centro del rostro y que está formada por distintas partes tanto externas como internas, con la función global de servir de entrada al sistema respiratorio y de albergar el sentido del olfato.
Como bien sabemos, la nariz tiene, en su interior, dos cavidades que reciben el nombre de fosas nasales, que se separan la una de la otra a través del tabique sagital. En estas fosas nasales encontramos todas las regiones involucradas tanto en la respiración como en la captación de olores.
En lo que a papel en el sistema respiratorio se refiere, las inspiraciones siempre tienen que realizarse a través de la nariz. Y es que las fosas nasales contienen una membrana mucosa que secreta el popular moco, el cual, junto a la presencia de vello nasal, ayuda a retener las partículas grandes (y gérmenes) para impedir que sigan su recorrido por las vías respiratorias.
Paralelamente, estas fosas nasales, gracias al vello que presenta, ayudan a calentar el aire para permitir que este llegue templado a las vías respiratorias bajas. Si llegara frío, las otras estructuras del sistema podrían irritarse.
En lo que a papel en el sistema olfativo se refiere, la cavidad nasal dispone, en su parte superior, de una membrana mucosa conocida como pituitaria amarilla que alberga las células olfativas, es decir, neuronas que atrapan las moléculas volátiles del aire y convierten la información química en un impulso nervioso que viajará al cerebro para ser procesado y experimentar los olores en sí.
Como vemos, la nariz es un órgano más complejo a nivel morfológico y funcional de lo que puede parecer a simple vista. Y una vez analizadas las funciones que cumple, podemos pasar a ver por qué estructuras está formada.
¿Cuál es la anatomía de la nariz?
De acuerdo a los expertos, existen hasta 14 tipos distintos de nariz en los seres humanos. De todos modos, todos sabemos más o menos cuál es su morfología, al menos a nivel externo. Desde la nariz hasta la punta, la longitud de la nariz es de 55 mm de media, aunque varía entre los 42 y los 60 mm.
Pero más allá de esto, ¿sabemos exactamente por qué estructuras está formada? ¿Qué huesos la conforman? ¿Qué hay en su interior? ¿Qué regiones están involucradas en la respiración y cuáles en el sentido del olfato? A continuación, analizando exactamente su anatomía, responderemos a estas y otras preguntas.
1. Hueso nasal
El hueso nasal está compuesto realmente por dos pequeños huesos rectangulares situados uno al lado del otro, uniéndose para formar el puente de la nariz. Sirve de inserción para los tejidos cartilaginosos, que son los verdaderos responsables de la forma de la nariz.
2. Lóbulo
El lóbulo nasal es lo que popularmente conocemos como “punta de la nariz”. Su forma está determinada por la cruz medial, que es la que da consistencia a esta región.
3. Cartílagos triangulares
Los cartílagos son un tipo de tejido sin irrigación sanguínea ni nerviosa ricos en fibras elásticas y colágeno que, en el caso de la nariz, le dan forma. Los triangulares son aquellos que se sitúan en el centro de la nariz, después del hueso nasal.
4. Cartílagos alares
Los cartílagos alares son aquellos que dan forma a la punta de la nariz, por lo que se sitúan después de los tejidos cartilaginosos triangulares.
5. Aletas
Las aletas son unas pequeñas regiones situadas a cada uno de los lados del lóbulo y que comunican con el rostro. Son pequeñas zonas propensas al enrojecimiento.
6. Raíz
La raíz es la región en la que empieza la nariz. Situada entre las cejas, en la parte superior del rostro, la raíz es el punto del que nace la nariz.
7. Surco
Por su parte, el surco es la región donde termina la nariz. Situado sobre el labio superior, el surco es el punto en el que, tras el lóbulo, la nariz se fusiona con el rostro.
8. Puente
El puente hace referencia a la parte más dura de la nariz. Es la región que contiene el hueso nasal, por lo que es la primera zona que encontramos tras la raíz. Es lo que le da rigidez a la nariz.
9. Dorso
Por su parte, el dorso es la región que, naciendo después de este puente, es la zona más blanda de la nariz, pues ya no contiene hueso nasal, sino los cartílagos triangulares y alares que hemos comentado anteriormente. También se conoce como pirámide nasal. Es más flexible, pero sigue siendo firme y, además, da forma al órgano a nivel externo.
10. Narinas
Las narinas son las aberturas naturales de la nariz por las que entra el aire. En este sentido, sirven como punto de conexión entre el exterior y las fosas nasales. Cada persona tiene un grado de abertura concreto, pero son básicamente los agujeros de la nariz a través de los que inspiramos.
11. Fosas nasales
Las fosas nasales son los orificios cubiertos de vellosidades por los que el aire, tras ingresar a través de las narinas, circula. Es también donde se albergan las células productoras de moco y donde se calienta el aire inspirado.
13. Pituitaria roja
La pituitaria roja es una membrana mucosa altamente vascularizada (de ahí el nombre) que recubre prácticamente toda la cavidad nasal y tiene la función de producir el moco, por lo que su función es la de filtrar, humedecer y calentar el aire antes de que llegue a la faringe.
14. Pituitaria amarilla
La pituitaria amarilla es una membrana mucosa que no está tan vascularizada y que no tiene la función respiratoria de la roja, sino que está involucrada en la sensorial. Se trata de una membrana situada en la parte superior de la cavidad nasal que alberga las células olfativas, las cuales analizaremos más adelante.
15. Tabique nasal
El tabique nasal es una estructura dura que separa ambas fosas nasales, de ahí que tengamos dos orificios de entrada de aire separados. La parte superior del tabique es de naturaleza ósea, mientras que la más inferior es cartilaginosa.
16. Cavidad nasal
La cavidad nasal es la cambra donde llega el aire tras atravesar las fosas nasales. Se trata de una especie de “habitación” que, además de conectar la nariz con la faringe, alberga tanto la pituitaria roja como la amarilla, por lo que es imprescindible para mejorar la calidad del aire y disponer de sentido del olfato, respectivamente.
17. Membrana mucosa
Como hemos dicho, el interior tanto de las fosas nasales como de la cavidad nasal está rodeado de una membrana con células productoras de mucosidad. Los mocos que producen son imprescindibles para humedecer el aire y, sobre todo, servir de filtro de sustancias extrañas del aire.
18. Vellos nasales
El vello nasal es el conjunto de pelos situados en el interior de las fosas nasales y es imprescindible para impedir la entrada de polvo y de sustancias extrañas (incluidos gérmenes). En este sentido, los pequeños pelos del interior de la nariz, además de ayudar a calentar y humedecer el aire, funcionan junto al moco como filtro de sustancias.
19. Cilios
Los cilios son unas prolongaciones microscópicas de las células olfativas que ahora comentaremos. Estos cilios se encuentran en la pituitaria amarilla y tienen la función de actuar como una especie de tentáculos, favoreciendo que las moléculas volátiles sean presentadas a las neuronas involucradas en el sentido del olfato.
20. Células olfativas
En la cavidad nasal, más concretamente en la región superior que es donde se encuentra la pituitaria amarilla, tenemos entre 20 y 30 millones de células olfativas. Estas células pertenecen al sistema nervioso y tienen la importantísima función de, tras la ayuda mecánica de los cilios, atrapar las moléculas que flotan en el aire y generar un impulso nervioso donde está codificado esta información química.
21. Vestíbulo
El vestíbulo es la primera región de la cavidad nasal, es decir, la que comunica con las fosas nasales. Todavía no tiene pituitaria roja, sino que sigue siendo epitelio de la piel propio de las fosas nasales.
22. Cornete inferior
Los cornetes son unos huesos que se ubican en las partes laterales de la cavidad nasal. Su presencia contribuye a la humidificación, calentamiento y filtrado del aire. Generalmente hay tres: inferior, medio y superior. El cornete inferior se inserta en el hueso palatino.
23. Cornete medio
El cornete medio está por encima del inferior y, en este caso, se inserta en el hueso etmoides. Sigue teniendo la función de contribuir a calentar, filtrar y humedecer el aire.
24. Cornete superior
El cornete superior está por encima del medio y también se inserta en el hueso etmoides. También tiene la función de ayudar a la humidificación, filtrado y calentamiento del aire que se inhala.
25. Bulbo olfatorio
El bulbo olfatorio es uno de los doce pares craneales. Se trata de un nervio que recoge la información eléctrica generada por las células olfativas y envía este mensaje nervioso al cerebro, el órgano que descodificará la información química y nos hará experimentar el olor en cuestión. Como par craneal que es, el bulbo olfatorio es un nervio que llega directamente al cerebro, sin pasar primero por la médula espinal.