LA LUNA Y LA TIERRA SE FORMARON JUNTAS
La luna y la Tierra se formaron juntas. La Tierra y la Luna fueron creadas como resultado de una colisión gigante entre dos planetas del tamaño de Marte y Venus. Hasta ahora se pensaba que sucedió cuando el Sistema Solar tenía unos 30 millones de años o aproximadamente hace 4.537 millones de años. Pero la nueva investigación del Instituto Niels Bohr muestra que la Tierra y la Luna deben haberse formado mucho más tarde, quizás hasta 150 millones de años después de la formación del sistema solar.
«Hemos determinado las edades de la Tierra y la Luna usando isótopos de tungsteno, que puede revelar si los núcleos de hierro y sus superficies de piedra fueron mezclados durante la colisión», explica Tais W. Dahl, que realizó la investigación como proyecto de su tesis en Geofísica en el Instituto Niels Bohr en la Universidad de Copenhague en colaboración con el profesor David J. Stevenson, del Instituto de Tecnología de California (Caltech). Los planetas del sistema solar fueron creados por las colisiones entre planetas enanos en órbita alrededor del Sol recién nacido. En las colisiones, los planetas pequeños se funden y forman planetas más grandes y más grandes. La Tierra y la Luna son el resultado de una colisión entre dos gigantescos planetas del tamaño de Marte y Venus. Los dos planetas chocaron en un momento en que ambos tenían un núcleo de metal (hierro) y un manto de silicatos que los rodea (roca). ¿Pero cuándo y cómo sucedió? La colisión tuvo lugar en menos de 24 horas y la temperatura de la Tierra fue tan alta (7000º C), que tanto roca como metal se fundieron en la turbultena colisión. Aún no se sabe si se mezclaron también entre sí las masas de piedra y hierro. La edad de la Tierra y la Luna se puede fechar mediante el examen de la presencia de ciertos elementos en el manto terrestre. Hafnio-182 es una sustancia radiactiva, que se descompone y se convierte en el isótopo de tungsteno-182. Los dos elementos tienen propiedades químicas muy diferentes y, aunque los isótopos de tungsteno prefieren adherirse a los metales, los de hafnio prefiere los silicatos, es decir, la roca.
Se tarda entre 50 y 60 millones de años para que todo el hafnio se degrade y se convierta en tungsteno. Durante la colisión que formó la Luna casi todo el metal se hundió en el núcleo de la Tierra. La duda surge en torno a si fue todo el tungsteno a parar al núcleo. «Hemos estudiado a qué temperatura metal y roca se funden en el curso de colisiones de formación planetaria. Usando modelos de cálculo dinámico de la turbulenta mezcla de roca líquida y masas de hierro se ha encontrado que los isótopos de tungsteno de la formación temprana de la Tierra permanecen en el manto rocoso» , explica Tais W. Dahl, Niels Bohr Institute de la Universidad de Copenhague. Los nuevos estudios implican que la colisión de formación de la Luna se produjo después de que todo el hafnio se había deteriorado por completo en tungsteno. «Nuestros resultados muestran que el núcleo de metal y roca no es capaz de emulsionar en estas colisiones entre planetas que son mayores de 10 kilómetros de diámetro, por lo que la mayoría del núcleo de hierro de la Tierra (80-99%) no fue removido de tungsteno a partir del material rocoso en el manto durante la formación», explica Tais W. Dahl.
El origen de nuestra Luna siempre ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los científicos. Pues han intentado dar una explicación de cómo se formó, y han tenido que considerar sus características únicas. En concreto
A) La Luna es muy grande. Es aproximadamente ¼ del tamaño de la Tierra. Esto es muy grande para el tamaño que tienen otros satélites.
B) Sus rocas son idénticas, en minerales, a las que se encuentran cerca de la superficie de la Tierra. Consisten en minerales poco densos, basados en silicatos ligeros. De este tipo de material se compone completamente la Luna, incluido su interior. También hay hierro, más denso, o níquel u otros elementos pesados, encontrados en muy pequeñas cantidades en la Luna.
C) La luna produjo en el pasado una actividad volcánica extensa; más que cualquier otro satélite rocoso del Sistema Solar, exceptuando Io (satélite de Júpiter). Las rocas de su superficie estuvieron derretidas, y existen enormes flujos de lava solidificados que cubren su superficie. En el pasado, la Luna estuvo CALIENTE y semi-fundida, durante un largo período de tiempo.
D) No tiene agua o gases atrapados en sus rocas. En contraste, la Tierra está cubierta por agua, y tienen enormes cantidades de agua y gases atrapados en sus rocas interiores.
E) Su órbita alrededor de la Tierra es casi circular, lo que es inusual para grandes lunas.
F) Su órbita alrededor de la tierra se está alejando lentamente con el paso del tiempo. Cada año, la órbita de la luna aumenta en cerca de 3’6 cm. La causa es conocida, y tiene que ver con la interacción gravitacional entre los océanos de la Tierra y la Luna. Sin embargo, si la luna se está alejando de la Tierra cada año, es obvio que en el pasado debió haber estado más cerca. Sabemos que la Tierra es muy antigua (unos 4.500 millones de años), lo que es una gran cantidad de tiempo para retroceder. Sin embargo, los cálculos revelan que hace unos 4.000 millones años, la luna habría estado moviéndose en una órbita de sólo unos 20.000 kilómetros de la superficie de la Tierra. Eso es lo bastante cercano para casi tocarse. ¿Cómo pudo comenzar esa órbita tan cercana a la Tierra?
Así pues, se han propuesto cuatro principales teorías para explicar el origen de la Luna. Cada una de ellas ha tenido seguidores y críticos. Hoy, tres de esas cuatro teorías han sido desechadas como no posibles, inverosímiles, o incapaces de explicar los hechos enunciados. Presentamos las 4 teorías a continuación:
Teoría de la Captura
Según esta teoría, el comienzo de nuestra Tierra se inicia a partir de la nebulosa inicial, y apareció en solitario en el espacio. Por otra parte, la Luna también se formó a partir de la nebulosa, si bien en un lugar diferente, y se movía a través del espacio en otra órbita alrededor del Sol. En otras palabras, la Luna , en su origen, también era un planeta de nuestro Sistema Solar. Un día, la Luna, avanzando en su órbita, se acercó lo suficientemente cerca de la Tierra, y su órbita pasó a ser «capturada» por la gravedad de la Tierra. Desde ese momento en adelante, la Luna se convirtió en un satélite de la Tierra, en lugar de un satélite del Sol.
A) Esta teoría es posible. De hecho, los satélites capturados son bastante comunes en nuestro Sistema Solar. En concreto, gran parte de los satélites en órbita en los otros planetas lo están porque se acercaron demasiado al mismo, y fueron capturados por su gravedad. Por ejemplo, las dos lunas de Marte, la mayor parte de las de los gigantes gaseosos Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y el gran compañero de Plutón, Caronte, son lunas capturadas.
B) En lo que respecta a nuestra Luna, sin embargo, el problema es que la teoría no explica su composición química. La Luna es idéntica en su composición mineral a nuestro planeta, pero sin embargo carece de un núcleo de hierro. Si se hubiese formado a partir de la misma Nebulosa original, como un planeta con su propia órbita, y teniendo en cuenta su cercanía a la Tierra, deberían tener exactamente la misma composición mineral; y además, la propia física de la formación planetaria debería haber dado lugar a un denso núcleo de hierro, al igual que la Tierra.
C) Por otra parte, si la Luna hubiese sido capturada por la gravedad, cuando se acercó a la Tierra, su órbita no sería apenas circular. Suponiendo que se estuviese moviendo en una órbita propia alrededor del Sol, un importante cambio en su órbita se traduciría en una órbita fuertemente elíptica en torno a la Tierra, no en una casi circular. Las leyes de la física hacen que los satélites capturados muestren órbitas muy alargadas.
D) Finalmente, la teoría tampoco explica el vulcanismo en la Luna, o su carencia en agua y gases. Deberían existir gran cantidad de ambos, al igual que en la Tierra.
Teoría de Fisión/Hermanamiento
Según esta teoría, la Tierra y la Luna fueron una vez el mismo objeto, un planeta más grande que seguiría la órbita de la actual Tierra. En un distante pasado de hace más de 4 mil millones de años, este gran planeta giraría sobre su eje muchísimo más rápido que hoy (un día duraría sólo entre 7 y 8 horas). Esta teoría nos sugiere que el planeta, debido a la gran velocidad de rotación, formaría una protuberancia, una burbuja de material de la corteza que se fue haciendo cada vez más grande, en cierto sentido como un acné que se desarrolla sobre la piel. En un cierto momento, la burbuja se separó por la fuerza centrífuga y fue arrojada afuera, en una órbita alrededor de la Tierra. La burbuja se convirtió en la Luna.
A) Esta teoría explica adecuadamente por qué la Luna tiene la misma composición química que la Tierra (pues proviene de nuestro planeta). También explica por qué la Luna es caliente y volcánica (la burbuja estaba caliente), y la razón por la que no tiene núcleo de hierro (la burbuja se forma en la superficie de la Tierra y no incluía la materia densa del núcleo de hierro). También explica por qué la Luna no tiene agua ni gases (pues era demasiado caliente y estos materiales se evaporaron en el espacio).
B) Por desgracia, no es físicamente posible tener una enorme burbuja de ¼ del tamaño de la Tierra, que se rompa y sea arrojada de la Tierra al espacio por la fuerza centrífuga. La gravedad es la fuerza que da forma a los planetas y fuerza a que la materia se una. La gravedad de la Tierra es más fuerte en su superficie de lo que lo es a una altura mayor. Por ello, la acción de la gravedad simplemente no permitiría que una gran burbuja de este tamaño se separase de la Tierra y fuese arrojada a unos miles de kilómetros en una órbita perfectamente circular.
Teoría de la Co-Formación
De acuerdo a esta teoría, la Tierra y la Luna se formaron juntas, cerca una de la otra, a partir de la misma nebulosa inicial, con la Luna en órbita alrededor de la Tierra por adopción, en lugar de alrededor del Sol. Según esta teoría, la Tierra siempre habría tenido una luna. En la vista que hemos contemplado antes, una joven y caliente Luna estaría también en órbita alrededor de la Tierra.
A) La teoría puede explicar de manera adecuada por qué los minerales de las superficies de la Tierra y de la Luna son idénticos (se formaron a partir de la misma nebulosa). Sin embargo, la teoría falla en cuanto a lo demás. Si se formaron juntos a partir de la misma materia, la Luna también debería tener un denso núcleo de hierro, gases y agua. Y no los tiene.
B) Y lo que es más importante, las leyes de la física también está en contra. Dos grandes cuerpos no podrían formarse a partir de una nebulosa difusa, con nubes bajo la influencia de la gravedad tan cerca el uno del otro. La acción de la gravedad, simplemente, atraería todo el material en una concentración mayor que se convertiría en una Tierra mayor.
Teoría del Gran Impacto
Según esta teoría, la Tierra se formó a partir de la nebulosa unos 4’5 millones de años atrás, y estaría sola en el espacio, orbitando al Sol en su ubicación actual, de la manera en que la hemos visto anteriormente. Un cierto día, alrededor de 4’45 millones de años atrás, otro planeta en nuestro sistema solar colisionó con la Tierra (se cruzaron las órbitas). Esta colisión fue tan catastrófica que el otro planeta fue destruido, deshecho en pedazos, y la Tierra también fue parcialmente destruida. Una mezcla caliente y fundida de escombros fue lanzada al espacio en un anillo circular de material en órbita en torno a lo que quedaba de la Tierra, circulando durante años. Con el tiempo, la gravedad obligó a recombinar estos escombros en el espacio para formar nuestra Luna. Esta teoría es, al día de hoy, la única que puede explicar todas las características singulares de Luna. En concreto:
A) El tamaño de la Luna se puede explicar si un gran planeta colisionó con la Tierra y una enorme cantidad de escombros se formó en su órbita, que se transformaron en la Luna. El tamaño de la Luna depende sólo de la cantidad de material que se acumuló en el anillo de desechos, de su velocidad en órbita y de las leyes de la gravedad.
B) El impacto del material lanzado al espacio por la colisión, provendría en parte del otro planeta, y en gran parte de la superficie de la Tierra, que es rica en minerales basados en sílice. Con el tiempo, la mayoría de los minerales más ligeros se reunirían por la gravedad para formar la Luna. Esto explicaría por qué la luna está compuesta en su mayoría por minerales ligeros y no tiene un núcleo de hierro.
C) Un anillo de escombros formado alrededor de la Tierra podría explicar bien por qué la órbita de la Luna es casi circular. El anillo que se formaría sería de órbita circular. Asimismo, explica por qué y cómo la Luna podría haber comenzado su vida tan cerca de la Tierra. El anillo de material en órbita se encontraría muy cercano a la Tierra y las leyes de la física podrían permitir la formación de la Luna en estas condiciones.
D) La teoría también explica por qué la Luna parece haber sido muy caliente en el pasado. Se formó a partir de desechos fundidos de una gigantesca colisión entre dos mundos, un impacto que fundiría las rocas y las arrojaría hasta su órbita. La gravedad fue reuniendo poco a poco todos esos desechos provocando numerosas colisiones; la fricción provocada por estos impactos tendría también, como resultado, un amplio vulcanismo en la Luna en sus primeras etapas. También la gravedad de la Tierra afectaría al calor de la Luna y a que alcanzase altas temperaturas (véase la discusión más adelante).
E) Finalmente, la teoría también explica por qué la Luna no tiene agua o gases. El calor de la colisión y la formación posterior habría sido más que suficiente para evaporar y eliminar los gases arrojados al espacio a gran velocidad. Se escaparían fácilmente al espacio exterior. El anillo de los restos sería pobre en gas y agua. Así, la Luna que se formaría a partir de este anillo, también sería pobre en gas y agua.
Dada la gran cantidad de fenómenos observados que explica, podemos concluir que la Teoría del Gran Impacto es probablemente cierta. Si ha sido así, nuestro planeta y la Luna han tenido un pasado bastante dramático y violento. A través de la magia de Celestia, vamos a viajar a ese tiempo y lugar, y veremos, de nuevo, la formación de nuestra Luna.
Teoria del gran impacto
Dos importantes científicos del Instituto Planetario Espacial, el Dr. William K. Hartmann y el Dr. Donald R. Davis, fueron los primeros en sugerir que nuestra Luna se formó a partir de una colisión entre la joven Tierra y otro planeta, miles de millones de años atrás. En un artículo publicado en 1975, esbozaron esta teoría. Un año más tarde, otros dos científicos, los doctores William Ward y Alistair Cameron, llegaron a las mismas conclusiones, apoyando esta idea.
La teoría no fue inmediatamente aceptada por la comunidad de científicos. La cuestión más importante era si es compatible con las leyes de la física. ¿Podría ser que, tras el choque de dos enormes planetas, los escombros resultantes de la colisión, fueran lanzados a una órbita y se convirtieran, a partir de las leyes físicas y a la acción de la gravedad, en nuestra Luna? ¿Con qué ángulo ocurrió esta colisión? ¿Cuál sería el tamaño del otro planeta? ¿Cuánto tiempo hace que la colisión se produjo? ¿Cuál es la distribución de los minerales que se han producido?
Para responder a todas estas preguntas, se necesitaba ejecutar un modelo informático en un supercomputador para simular la colisión, siguiendo exactamente las leyes de la química y de la física. La idea era dejar que el programa intentara diversas combinaciones de ángulos de colisión, tamaños de planeta, densidades del planeta, etc. Dos décadas más tarde, en 2001, la simulación por computador fue finalmente completada por el doctor Robin Canup, del Southwest Research Institute. Sus resultados apoyaron completamente las conclusiones de la Teoría del Impacto. Era posible que la formación de la Luna se debiera a una colisión de la Tierra con otro planeta.
Colisión de la Tierra con otro planeta
Dejemos ahora a la joven Tierra de hace 4’5 millones de años, y avancemos en el tiempo 50 millones de años. Estamos ahora 4’45 millones de años atrás del tiempo actual. Vemos ahora nuestra Tierra primitiva, siguiendo su camino en su órbita alrededor del Sol. La Tierra se mueve muy rápido, a cerca de 30 km/seg.
Tierra primitiva
Cuando la Tierra esté centrada en la vista central de la ventana, haz clic una vez en nuestro planeta y pulse la tecla [F]. Esto bloqueará el movimiento de la nave, y ordenará a la nave seguir a la Tierra, volando a la misma velocidad, y disfrutando de la magnífica vista que tenemos.
Nuestra Tierra está recién nacida, hace 50 millones de años que la vimos por última vez. La nebulosa de la que se ha formado ha desaparecido de los alrededores de la Tierra. La gravedad la ha agrupado en los planetas, o el calor y la radiación de nuestro nuevo y brillante Sol ha evaporado sus gases y el polvo hacia el espacio.
En esta historia del Gran Impacto, sobre la formación de nuestra Luna, los científicos denominan a esta Tierra, la edad Tierra Mark 1. Es algo diferente de nuestra infantil y volcánica Tierra de 50 millones de años atrás. Como se puede ver, se ha enfriado algo. Aunque las erupciones volcánicas son aún comunes, son menos frecuentes y más tranquilas. Su interior es todavía muy caliente, pero no lo es su superficie. El agua ha comenzado a aparecer en la Tierra en grandes mares. La luz del sol se puede ver reflejada allí. Las nubes y las precipitaciones están ahora presentes. A la derecha, pueden verse sólo unas ocasionales delgadas líneas de lava incandescente en el lado oscuro.
Podemos acercarnos con nuestra nave con cuidado.
Tras eso, situaremos a la Tierra en el centro.
Cuando nos encontremos a unos 10.000 km de la Tierra (podemos ver la distancia en la esquina superior izquierda), pulsar la tecla [4←] para girar un poco a la izquierda. Manten pulsada la tecla hasta que la orientación de la nave coincidan con el mostrada en la figura 4, y continua hacia allá.
Cuando alcancemos los 5.000 km de distancia de la Tierra, frenar hasta alcanzar la velocidad de 50 km/s. Manten el vuelo adelante, pero descender algo pulsando la tecla [2↓] hasta ver el horizonte lejano de la Tierra.
Al alcanzar una altitud de unos 2.000 km, el avance del tiempo hasta una velocidad normal. Ahora nos encontramos en una órbita alta, encima de nuestra Tierra primitiva de hace 4.450 millones de años.
Abajo, la Tierra ya es más amable para la vida, pero la vida todavía no ha aparecido. Su atmósfera es de color amarillento. La temperatura es muy caliente la mayor parte del tiempo, pero soportable (es de alrededor 45 º C), y es muy húmeda. El agua se ha recogido en diferentes cuencas, estanques, lagos y mares. Llueve con bastante frecuencia (de hecho, esa es la forma en que los lagos se llenan, mediante agua de lluvia).
Bajemos a la superficie. Dependiendo de donde estuviera localizada la Tierra, el resultado será diferente. Lo más probable es que veas por encima las nubes, y un cielo rojizo tenue con bruma. El tiempo se ha detenido. Lo dejaremos así.
Delante encontramos a nuestro nuevo Sol, que brilla a través de las nubes. También el nuevo planeta Mercurio es visible en el cielo, a través de las nubes, como un pequeño punto débil.
Podemos ver la Tierra tranquila. Un viento solitario sopla en su superficie. Aparte de nuestra nave, no hay vida. No hay animales, ni bosques, ni peces en el mar. Es estéril. Sin embargo, hay esperanza. Las condiciones en la Tierra han pasado a ser mucho más favorables para la vida. La atmósfera está engrosando. Cada vez se recoge más gas Nitrógeno. El agua, necesaria para la vida, está en todas partes. Las nubes empiezan a bloquear parte de las feroces radiaciones del Sol. Llueve muy a menudo, repartiendo agua a la sedienta tierra. La temperatura se ha enfriado. Sólo será una cuestión de tiempo
Por desgracia, esta nueva Tierra, tan llena de promesas, nunca verá el nacimiento de la vida en sus orillas.
Notemos que la vista que tendremos será la última en la podamos ver esta Tierra particular. Además, vemos otro planeta en el cielo nocturno, un planeta con un destino que le llevará en una mortal colisión con nuestro nuevo mundo en un año a partir de ahora.
El nombre de dicho planeta es …Orpheus (en la mitología griega se le conoce como Tea, la titánica madre de la diosa lunar Selene).
Una sorprendente vista de un mundo primordial.
Mira a su vez el planeta durante, al menos, un minuto completo. ¡Es una magnífica vista en su elegancia primitiva! Mira sus flujos de lava brillando en la noche.
También podemos ver cientos de cráteres (agujeros de impacto) que se hicieron por meteoritos y rocas espaciales chocando en la superficie. Algunos de ellos tienen la corteza agrietada, lo que permite a la lava rebosar, y rellenar los agujeros. Otros están llenos de agua. Sí, Orfeo posee agua líquida en su superficie. Incluso pueden verse mares de agua en la luz del sol brillante cuando el planeta gira.
Qué mundo tan hermoso es éste, al que hemos tenido que retroceder en el tiempo para poderlo ver. Orfeo tiene alrededor de la mitad de tamaño que la Tierra. En muchos sentidos, sin embargo, es muy parecido a la misma.
En ese momento, Orfeo era uno de nuestros nuevos planetas del Sol. De hecho, probablemente hay muchos más planetas de nuestro sistema solar en esa etapa temprana de su vida que podemos imaginar. Las estimaciones que se han propuesto alcanzan hasta 50, o incluso 75 planetas en órbita alrededor de nuestro joven Sol.
Pero entonces, si hubo tantos planetas, ¿dónde han ido? Pues tenemos sólo ocho planetas en la actualidad.
En realidad, que puedan ser considerados planetas, probablemente haya 20 o 30 planetas en órbita alrededor de nuestro Sol. Somos perfectamente conocedores de los ocho planetas admitidos, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Sin embargo, desde el 24 de agosto de 2006, existe una nueva clasificación, la de Planeta Enano, donde hay cinco objetos del Sistema Solar de carácter esférico en órbita alrededor del Sol, Ceres, Plutón, Eris, Makemake y Haumea. Eris, de hecho, es de 1 ½ veces más grande que Plutón. Más allá, aún existen más objetos esféricos que, técnicamente, se podrían calificar como planetas (cuerpos esféricos que orbitan el Sol).
Los científicos esperan encontrar, todavía, decenas más de tales objetos esféricos más allá de Plutón en los próximos 20 años. Eso es un problema. Si nuestro Sistema Solar se llena con 20 o 30 planetas más, todos nuestros libros de texto, mapas, gráficos de estrellas, etc tendrían que ser revisados. Esto es bastante complicado, y si ya es difícil tratar de recordar los nombres de los ocho planetas, podemos imaginar tener que estudiar el nombre de 20, 30 o 100 de ellos. Por esa razón, los científicos decidieron incluir una nueva categoría de planeta enano de importancia menor, y se mantiene una lista de planetas principales.
En cuanto al resto de los planetas del primitivo Sistema Solar, muchos de ellos chocaron entre sí o con los planetas que todavía sobreviven hoy en día y ya no existen en la actualidad.
Orfeo es uno de esos planetas. En cerca de un año, a partir de ahora, su trayectoria orbital se va a cruzar con la trayectoria de la Tierra Mark 1. Lamentablemente, la Tierra estará en el mismo lugar y al mismo tiempo. Y el resultado será una colisión catastrófica que destruirá Orfeo, y casi destruirá la Tierra.
Creemos que Orfeo golpeó la Tierra Mark 1 con un cierto ángulo, y no frontalmente. La colisión rompió a Orfeo en miles de millones de fragmentos, billones de toneladas de materia que, inmediatamente se derritió por el enorme calor generado por la fricción producida por la colisión. La Tierra Mark 1, a su vez, resultó gravemente dañada. Se agrietó y fracturó, y un gran porcentaje de la superficie de la corteza, y del interior del manto (la roca maciza situada bajo la corteza) se fracturó y fue arrojada al espacio. El calor de la colisión barrió el planeta, y elevó la temperatura en miles de grados, fundiendo y evaporando todo. Enormes ondas de choque recorrieron la Tierra y la atmósfera en círculos, hasta desaparecer. Sus gases fueron lanzados al espacio, donde casi todos desaparecieron rápidamente. Todos los océanos de la Tierra y los mares, instantáneamente, hirvieron y se evaporaron. La mayoría de esos gases también se perdieron al espacio.
De acuerdo a simulaciones realizadas con un supercomputador por el Dr. Canup, fue necesario un potente golpe para romper Orfeo en miles de millones de fragmentos, y arrancar una importante fracción de la superficie de la Tierra, con corteza y manto, enviándola fuera del planeta en una órbita anillada. Como podemos ver, los restos de la colisión se lanzaron al espacio inmediatamente por la potente fuerza del impacto, donde se formó un anillo grueso y caliente de polvo, escombros y rocas fundidas. Entonces, la gravedad comenzó a actuar, y los restos presentes en ese anillo se fueron reuniendo en un único lugar, que sería lo suficientemente grande como para formar la Luna. Así es exactamente como ocurrió, lo que veremos en la sección siguiente.
Vemos los escombros flotar, son enormemente grandes. Algunos de esos restos son esféricos, con cientos de kilómetros de diámetro. Muchos están fundidos, calientes por la colisión. Algunos proceden de Orfeo, otros de la Tierra Mark 1, de la superficie interior de la corteza y del manto.
Acabamos de ser de testigos de la destrucción de Orfeo. Ahora es sólo un recuerdo, destrozado en billones de fragmentos más grandes o más pequeños. Algunos de ellos se han fusionado con lo que queda de la Tierra. El resto ha sido arrojado a un enorme anillo de escombros calientes y fundidos que hemos visto antes. La gravedad de la Tierra está actuando, y atrayendo al anillo para que no pueda escapar. En su lugar, ha comenzado una órbita circular alrededor de la Tierra, en un abrazo gravitacional.
En cuanto a la Tierra Mark 1, lo que queda lo tenemos delante. La colisión ha golpeado una gran parte de nuestro planeta en el espacio, y ha eliminado la paz y la esperanza de un jóven mundo que ha quedado semiderruido en roca fundida. Atrás quedaron sus océanos y sus mares, la atmósfera y las tierras. Ahora, sólo queda la devastación. Volvamos a Celestia y meditemos un poco sobre ello.
Sin embargo, también hemos sido testigos de un nacimiento. Delante nuestro tenemos dos nuevos mundos, listos para formar una nueva Tierra… y nuestra Luna. Adelantemos el tiempo y veamos la continuación de esta historia.
La gravedad es una poderosa fuerza de la naturaleza. Es una fuerza atractiva emitida por todos los objetos hechos de átomos o partículas (materia). Cuanto mayor es un objeto (más masivo), mayor es la fuerza gravitacional procedente del mismo. Esto incluye a las estrellas, los planetas, las rocas, las personas, e incluso a las pequeñas arañas. Por ejemplo, una enorme fuerza gravitacional está siendo emitida por el planeta Tierra ahora mismo, esa fuerza es la que nos atrae hacia abajo, sentados en la cabina de nuestra nave. Sin embargo, también nuestra nave emite una pequeña fuerza gravitacional hacia la Tierra, que está tirando de ella hacia arriba muy levemente. También nosotros atraemos a nuestros compañeros (en su caso) a través de la gravedad. Aquello que vemos delante de la nave también está siendo atraído a través de la gravedad. Incluso el Sol, allá lejos, siente nuestra atracción gravitatoria muy ligeramente, y nosotros la suya. En el universo todo atrae, es inevitable.
Sin embargo, en comparación con las otras fuerzas que se encuentran en el Universo la gravedad es más débil. Aunque es el pegamento que mantiene la integridad del mismo.
Isaac Newton describió las leyes de la gravedad. Descubrió, por ejemplo, que hay fórmulas matemáticas que definen la atracción exacta de la fuerza de la gravedad entre dos objetos (masas), sobre una distancia dada. Su Ley de la Gravitación Universal se expresa de la siguiente manera: «La Fuerza de Gravedad (FG) entre dos objetos (M1 y M2), es directamente proporcional al producto de sus masas, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia (D) entre ellos».
Lo que significa es que, en primer lugar, cuanto más masivos son dos objetos, mayor será la fuerza de gravedad entre ellos, y en segundo, que cuanto más cercanos estén dos objetos, más fuerte será la fuerza gravitatoria entre ellos. Esto parece bastante evidente, del mismo modo, cuanto mas alejados estén dos objetos, más débil será la fuerza de gravedad entre ellos.
Sin embargo, lo más sorprendente acerca de la gravedad es que NUNCA se desvanece o desaparece. No importa lo lejos que dos objetos lleguen a estar el uno del otro, siempre habrá cierta atracción gravitatoria entre ellos, por débil que sea. Por ejemplo, hay estrellas en el cielo nocturno que están a millones de billones de km. de la Tierra (el espacio es un lugar MUY GRANDE). Estas estrellas son enormes y la fuerza gravitacional que venga de ellos es grande. Esa fuerza llega a todo el Cosmos, y también hasta nuestro Sistema Solar y la Tierra. Ya que nosotros estamos hecho de átomos, igual que las estrellas, cada estrella en el cielo nocturno actúa sobre nosotros siempre, muy ligeramente, y también nosotros sobre todas ellas, con la gravedad que sale de nuestro propio cuerpo. Es curioso pensar que tenemos más poder del que podemos imaginar.
Es a través de la fuerza de la gravedad, cómo el proceso de reparación, de la destrozada Tierra, ha comenzado. También es la gravedad la encargada de dar forma a la nueva Luna que ha aparecido alrededor de la tierra.
Para ver su funcionamiento, avanzaremos unos días en el tiempo. Haz clic bola aquí. Podemos eliminar el texto de la pantalla pulsando la tecla [V] hasta su desaparición
Delante de nosotros, dos nuevos mundos están naciendo. A la derecha, lo que queda de la Tierra, todavía fundido. Esta Tierra, ahora tiene un nuevo nombre. Se llama «Tierra Mark 2». Todavía no se parece en nada a lo que la Tierra se convertirá algún día en el futuro, pero todas las nuevas cosas que existen deben tener un principio, y este es el nuevo comienzo de la Tierra.
A la izquierda de la Tierra, orbitando en el interior del disco de escombros, está nuestro nuevo satélite. Todavía es muy pequeño, pero se hace cada vez mayor. La gravedad está haciendo que se concentren todas las rocas y los restos que se ven en el anillo de escombros. Esta pieza más grande que se ve en la izquierda tiene más gravedad que el resto, y atrae poco a poco a todas las rocas, manchas de escombros, polvo y desechos que hay cerca de él. Poco a poco, los desechos se concentran en grandes rocas, que impactan y caen sobre él como una bola de nieve al golpear bajando una colina. Poco a poco, algunas de esas pequeñas rocas se están pegando a esa roca más grande, encajándose dentro de ella. Este globo fundido está creciendo, y cada vez es más masivo. Como consecuencia de ello, su fuerza gravitatoria es cada vez mayor (cuanto más masivo, más gravedad).
El proceso se llama Acreción Gravitacional.
Algunas de estas rocas que chocan contra el nuevo satélite proceden de Orfeo. Algunas otras son de la Tierra Mark 1 que se pusieron en órbita por la colisión. La Luna está lentamente siendo ensamblada por la gravedad con restos de dos antiguos mundos.
Lo mismo está ocurriendo en la Tierra Mark 2. Es mucho más grande en masa, lo que significa que tiene mucha más fuerza gravitatoria. Rocas, desechos y polvo también salen de la órbita del anillo para volver a la Tierra, añadiendo su masa a ella, Con ello se ayuda a sanar, y a recuperar algunas de sus pérdidas de tamaño. También algunas de esas rocas son de Orfeo, y otras del material original de la Tierra.
Para ver este proceso, ir a Celestia y pulsar el botón [ \ ]. Durante un minuto o dos, se verá el anillo de desechos, como se desplaza por el espacio, y que afecta tanto la Tierra Mark 2 como al nuevo satélite. Es realmente una visión notable.
Vamos a configurar nuestro nave para llevarnos adelante en el tiempo. Ahora nos desplazaremos cuatro meses después de la colisión. Las cosas están cambiando notablemente. Para ver por qué, haz clic bola aquí. La Tierra Mark 2 y la Luna aparecen, de nuevo, en la ventana de la nave.
Si tienes habilidad, maniobra con la nave Celestia 1, hasta dejar atrás la nueva luna. Hay que ser MUY cuidadoso. Existen suficientes rocas y escombros delante como para pulverizar la nave, en caso de choque. Pulsa [V] para encender la pantalla de texto. Tengamos en cuenta que la luna se mueve en el espacio, ya que está en órbita alrededor de la Tierra.
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Al acercarnos a la Luna, examinemos las rocas de cerca, y veremos que algunas de ellos han chocado entre sí y tienen pegados restos (véase las dos piedras por encima de la luna en la figura 7). Así es como todas las rocas calientes recogen el polvo del espacio. La gravedad tira de ellos, chocan, y a veces aferran el uno al otro.
Después de que la Luna pase por nuestra izquierda, despacio, a unos 70 km/s,
¿Te das cuenta de que ahí afuera no se oye ningún sonido? En el espacio no se pueden transmitir los sonidos. Entonces, todas estas rocas que orbitan la Tierra, e impactan en la Luna y la Tierra, lo hacen en total silencio. Incluso si nos encontramos al lado del lugar de impacto, no oiremos nada. Eso es porque el sonido requiere un medio por el que viajar, y ni la Luna ni la Tierra tienen una atmósfera aún. Están demasiado calientes para mantener los gases libres cerca de sus superficies. Sólo a dos metros por encima del suelo ya es casi el vacío. Así está el área que vemos ahora en la zona del anillo. Si no hay ningún aire a través del cual el sonido pueda pasar, entonces ningún sonido puede ser transmitido. Es muy curioso, y de hecho, habríamos sido incapaces de oír el gigantesco impacto de Orfeo contra la Tierra Mark 1, de hace nueve meses, por la misma razón. La colisión ocurrió en completo silencio, al menos desde la perspectiva de alguien en órbita del planeta por encima de la atmósfera.
Avanzaremos otra vez en el tiempo varios meses. En concreto, 7 meses más desde la gigantesca colisión. Haz clic bola aquí. Notaremos algo sobre la Luna (a la izquierda) y el anillo de escombros.
¿Ha cambiado mucho la Tierra Mark 2? Obviamente, ha crecido ¿sabes la causa?
Podemos notar que no se ha enfriado del todo, y está todavía semifundida. Tiene una gran masa, y esto tarda mucho en enfriarse. También, constantemente está siendo golpeado por cascotes del anillo de escombros que caen sobre ella, y que generan más calor con la fricción.
Como podemos ver, los miles de rocas del anillo de escombros se están juntando por la acción de la gravedad en pequeños grupos de rocas más grandes. La fuerza de gravedad organiza el anillo en menos pedazos, pero de mayor tamaño. En menos tiempo del que le toma a un bebé humano para desarrollarse, la Luna ha crecido desde una pequeña roca a una semiesfera masiva de más de 450 kilómetros de radio.
Avanzaremos más en el tiempo pulsando bola aquí. Ahora, 9 meses han pasado desde el impacto. La Luna está delante. Como podemos ver, la Luna todavía está siendo bombardeada por ruinas del anillo. Tiene ahora más de 600 kilómetros de radio y todavía crece. Está caliente por la fricción de los impactos y todavía brilla por el calor.
Nuestro planeta también sufre una transformación, pues se hace más esférico y más grande. Está sanando. Internamente, está enfriándose muy despacio. Quizás pronto, estará lo bastante fresco para sostener algunos gases y el vapor de agua con su gravedad. Cuando esto ocurra, otra vez tendrá una atmósfera alrededor de sí, una atmósfera que contendrá agua. Y donde hay agua, habrá algún día lluvias.
Como podemos ver … una estrecha relación se está produciendo entre ambos cuerpos, una relación que durará sin romperse durante unos mil millones de años. Nuestra Luna es ahora una hija de la Tierra. Podemos ver cómo va a la deriva por delante de su madre.
Continuaremos nuestra historia, pulsando bola aquí. El tiempo es ahora de 11 meses después de la colisión. Hemos acelerado el tiempo, y miraremos hasta que la Luna pase delante.
Los cambios continúan ocurriendo en la Luna y en el anillo. Como podemos ver, el anillo ahora se despeja dramáticamente. La gravedad ha agrupado la mayor parte de las rocas juntas en pedazos más grandes. Las rocas también se enfrían y muchas ya no están fundidas. Once meses sometidas a una temperatura del espacio exterior, de unos -200 º C, son motivo de una gran refrigeración. La Luna está todavía caliente, pero es más oscura y está menos encendida. También contribuye al enfriamiento el que el número de las colisiones está decreciendo.
Conforme nos acercamos al aniversario de un año desde la dramática colisión que destruyó a Orfeo y a la Tierra Mark 1, y que dio lugar a nuestra Luna y a la Tierra Mark 2, ambos nuevos mundos se desarrollan rápidamente.
Podemos ver cómo ambos mundos se enfrían ahora. La superficie se solidifica y los flujos de lava reducen su velocidad. El brillo caliente de ambos mundos es mucho más débil. Los cráteres, sobre todo, se han rellenado con la lava, y muchos menos cráteres de impacto son visibles. Ambos mundos están ahora alcanzando su tamaño definitivo.
Los cambios visuales más dramáticos están en el anillo. La gravedad lo ha dejado limpio. La atracción poderosa de la gravedad de la Luna y la Tierra combinada, ha limpiado todos los escombros de mayor tamaño del anillo. Y eso ha afectado tanto a la Luna como a la Tierra, o éstas han interferido en sus órbitas y han sido expulsados del anillo para escaparse en el espacio para siempre.
Estamos presentes en un momento crucial de la historia de nuestro planeta. En el interior del planeta, elementos pesados como el hierro, el níquel, el plomo y el uranio se están hundiendo, de nuevo, hacia el centro del planeta por la fuerza de la gravedad (como ya hizo antes, en el pasado, cuando se formó la Tierra a partir de la nebulosa solar original). Es la diferenciación de la Tierra de nuevo. Los elementos ligeros, como el silicio, el carbono, oxígeno, aluminio, etc., están siendo empujados fuera del camino por el hundimiento de los elementos pesados, y están siendo forzados a salir hacia la superficie. Se enfriarán, en la luminosa superficie, las rocas que hoy conocemos. El núcleo de la Tierra se está desarrollando de nuevo en una enorme bola caliente de hierro y níquel. Este hecho se convertirá en una de las características más importantes de la Tierra, y sin el cual, no estaríamos vivos.
Esto es porque necesitamos un calor intenso en el núcleo de hierro, en el interior de la Tierra para mantener la vida. Más adelante veremos la razón.
En la Luna también se están separando los elementos más pesados de los ligeros, pero allí no se va a desarrollar un núcleo de hierro pesado. Hay dos razones principales. En primer lugar, cuando se produjo el golpe de Orfeo contra la Tierra Mark 1, la mayoría de los elementos pesados de la Tierra ya estaban cerca del centro del planeta. Muy poco de hierro, de níquel o de metales pesados se llanzó al espacio exterior para formar la Luna. La única cantidad de hierro presente provenía de Orfeo, y no todo, pues parte de él también se quedó en la Tierra, en el momento de la colisión. La segunda razón por la que la Luna no desarrolló un núcleo denso es por su tamaño. Es mucho más pequeña que la Tierra y, simplemente, no tiene la fuerza de gravedad suficiente para producir la separación completa requerida de los elementos ligeros y pesados.
Hacia el 18º mes después de la colisión, la Luna y la Tierra continúan su desarrollo hacia los mundos en que eventualmente se convertirán. Nuestra nave está programada para ir a ver su evolución. Haz clic bola aquí. La Luna se encuentra a la derecha y más cerca de nosotros. El tiempo ha sido acelerado. Es una bella imagen ver el Sol situado entre los dos nuevos mundos.
Notamos inmediatamente que tanto la Luna como la Tierra son oscuras. Es porque se han enfriado mucho más. También son ya muy redondas y esféricas. Internamente, están todavía fundidas, pero la gravedad y la rotación de cada una sobre su eje ha llevado a la configuración esférica, al igual que las bolas de arcilla girando en un torno de alfarero.
La física y la química están actuando en ambos mundos. Además de la separación de los elementos, debemos notar que tanto la Tierra como la Luna están girando. Este giro se hace alrededor de una línea imaginaria que atraviesa la parte superior e inferior de cada mundo, y a la que denominamos «Eje de Rotación». Todas las estrellas, los planetas y lunas giran de esa manera. Esto es por una característica de su formación inicial. Sin embargo, cuando Orfeo golpeó a la Tierra, lo hizo desde un lado, cuya consecuencia fue, además, acelerar la velocidad de giro de la Tierra, junto a arrojar un anillo de escombros en órbita alrededor de la Tierra. Los restos de estos escombros, mantuvieron la velocidad orbital, que se convirtió en la velocidad de rotación de la Luna.
Así, delante de nosotros, la Tierra está girando sobre su eje una vez cada 6 horas. Y esa es la duración de un día, con sólo 3 horas de luz y 3 horas de oscuridad. La Luna también está girando a un ritmo similar.
La fuerza gravitatoria entre ambos mundos también es enorme, pues están sumamente cerca uno del otro. La fuerza gravitacional de la Luna se basa en el hecho de que se ha formado a sólo 20.000 km. de la superficie de la Tierra. A esa distancia, la fuerza de atracción gravitacional de la Luna es tan fuerte que atrae a las piedras semi-fundidas de la superficie de la Tierra, y las levanta a casi 60 metros, cada vez que pasan por debajo de la Luna. Y dado que la Tierra gira sobre su eje una vez cada 6 horas, constantemente se levantan las rocas de su superficie. En resumen, la Tierra está gimiendo ruidosamente casi sin parar. Este proceso se denomina «mareas gravitacionales».
Todo este movimiento genera calor, un gran calor intenso. Esto mantiene a la Tierra muy caliente y ayuda a mezclar sus elementos, y a reorganizarlos entre ligeros y pesados. Movimientos, fracturas y terremotos se producen cada pocos minutos, produciendo fisuras y grietas, con erupción de lava caliente. Es una especie de «Infierno en la Tierra» por el momento.
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Lo mismo está sucediendo, por supuesto, en la Luna, pero incluso peor. La gravedad de la Tierra tan fuerte que las rocas de la superficie de la Luna se levantan a más de 300 metros cuando están debajo de la Tierra. Como se puede esperar, eso hace que se mantenga sumamente caliente el interior de la Luna. Tan caliente, de hecho, que esta marea gravitatoria hará que la superficie de la Luna continué en erupción de lava durante millones de años.
Para hacer esto, haz clic bola aquí y contempla la escena. Aunque no lo parezca, tenemos luz del día en el exterior, aunque la Tierra Mark 2 todavía no ha recuperado y reformado su atmósfera, por lo que hay muy poco aire para dispersar la luz y proporcionar color a las cosas. Incluso en el día, se pueden ver las estrellas, y sobre todo esa enorme Luna, que es la escena más impresionante. Los restos del anillo todavía pueden ser vistos detrás de la luna.
Un año y medio tras el gran impacto, la Luna gira alrededor de la Tierra cada 11’5 días, un mes lunar, por lo tanto, menos de la mitad de lo que es ahora.
Todavía hay un hecho físico en relación con la Tierra, y que llegará a ser muy importante para la formación y la continuación de la vida en la Tierra. Y es la inclinación del eje de la Tierra. Recordemos lo que dijimos acerca de esta inclinación en el apartado de Introducción. Debemos, en parte, esta inclinación a los efectos de Orfeo, que golpeó la Tierra por fuera del eje de rotación de entonces, y lo cambió al actual con una inclinación de 23’5 º. Como resultado, la Tierra se convirtió en un mundo que siempre desarrollará cuatro estaciones climáticas, con fríos en los polos y climas tropicales cerca del ecuador. Los climas que ayudarán en el futuro a dar forma y a alimentar el desarrollo de la vida en la Tierra por miles de millones de años.
Ahora vamos a avanzar en el tiempo, hasta 1.000 años después del impacto. Para ello, haz clic bola aquí. Vemos a la Tierra Mark 2 en la distancia.
Volaremos hacia ambos mundos para ver los cambios que se han producido.
Vemos a la Tierra con un aspecto bastante diferente, pues 1.000 años pueden dar lugar a un montón de cambios. En primer lugar, la corteza de la Tierra Mark 2 se ha formado, y está solidificada. Aunque todavía existe mucha lava caliente interior, que aún rezuma en muchos lugares, la corteza todavía no está completamente formada.
En segundo lugar, ahora hay algo muy tenue alrededor de la Tierra. Se trata de una atmósfera. La Tierra ha reformado su atmósfera. Y se puede ver claramente que rodea al planeta. El aire tiene cada vez un mayor espesor. Vamos a conducir la Celestia 1 a la superficie, y a recoger muestras del aire para su análisis. Para eso, hacer clic bola aquí. Al frente se acerca el crepúsculo. El Sol y los planetas Mercurio y Venus son visibles.
Comprobaremos la composición del exterior de la nave, mediante un análisis de una muestra de gas. Los análisis nos arrojan los siguientes resultados:
Temperatura del aire 261º C Gases presentes dióxido de carbono monóxido de carbono azufre vapor de agua nitrógeno metano dióxido sulfúrico hidrógeno amoniaco
Presión atmosférica 410 milibares (aprox. 38% del valor normal) Velocidad del viento 60 k/h soplando desde el Este Humedad relativa 13%
Si todos los gases de la atmósfera original de la Tierra fueron expulsados por la colisión y por el enorme calor, y la nebulosa original a partir de la cual se formó la Tierra hace mucho tiempo se ha disipado, ¿de dónde han salido todo este complejo de gases que forman esta nueva atmósfera? La respuesta la tenemos ante nosotros. La nueva atmósfera de la Tierra Mark 2 está formando a partir de gases emitidos por el propio planeta, por miles de volcanes y por erupciones de lava. Estaban atrapados en la roca fundida, que produce enormes cantidades de vapor de agua y los gases que figuran más arriba. Como ocurre con los volcanes actuales, estos son los gases que liberan a la atmósfera.
El aire está muy caliente. Alrededor de 260º C, que es la temperatura de un horno de asar. El calor proviene de la gran acción volcánica en curso. Recordar que el interior de la Tierra está todavía muy caliente. A pesar de que el anillo de escombros ya se ha eliminado, y la superficie de la Tierra ya no está siendo golpeada por miles de pedazos de rocas, pero es más que suficiente el enorme calor del interior.
La Tierra, sin embargo, se está recuperando del impacto. Su gravedad es lo suficientemente fuerte como para mantener los gases calientes cerca del suelo (dentro de una franja de 400 kilómetros) y para poder formar una atmósfera. También hay mucha agua en esa atmósfera, miles de millones de toneladas. Sin embargo, está demasiado caliente para que se pueda condensar en gotas cerca de la superficie. Por el momento, por tanto, existe una espesa neblina transparente de vapor de agua. Podemos ver el vapor en el cielo.
Al tener atmósfera, también tenemos sonido. El aire actúa como medio de transmisión de las ondas de sonido. Ahora, podemos escuchar lo que pasa fuera del casco de la nave. Podemos oír gemir a la Tierra. Los terremotos se producen constantemente a partir de la marea gravitacional de la Tierra y la Luna. Chorros de lava, gases y vapor ventilan cada grieta, volcán, y flujo de la lava. Terribles vientos de 500 km / h soplan desde las corrientes de convección, produciendo un calor que atraviesa toda su superficie. Esta joven Tierra es un lugar ruidoso, aterrador, violento y mortal.
Utiliza las teclas de dirección para alcanzar la parte superior de la Tierra, volando por encima de la rojiza atmósfera. Sin girar a la izquierda o a la derecha, volaremos recto hacia adelante. Hasta algo que nos espera más allá del horizonte.
Como hemos señalado, la Luna está experimentando también una importante transformación. En su superficie se ha formado una costra dura. Tiene profundos lagos de flujos de lava similares a la Tierra. El calor viene, en parte, del calor residual de la colisión, y en parte de la enorme gravitación que actúa desde la Tierra, debido a su cercano y enorme campo gravitacional.
Ahora ha alcanzado su tamaño completo, con un diámetro de 3.475 km. El anillo de escombros en órbita que la formó, ahora ya es pasado, y muy pocas rocas se dejan caer para incrementar su volumen. También podemos ver que prácticamente no hay cráteres de impacto. Los cráteres de impacto que hubo se han cubierto por flujos de lava. Tiene una cara nueva, y no está completada todavía.
Notaremos también algo importante. Mira cerca de sus bordes, y comprueba que la Luna también tiene una atmósfera. Es muy delgada, sí, pero ahí está. Los gases proceden del interior de la Luna por ventilación de la cantidad de flujos de lava volcánica. La atmósfera es muy delgada porque había poco gas en el anillo de escombros que formó la Luna, y casi no hay vapor de agua.
Lamentablemente, la Luna no será capaz de mantener su delgada atmósfera durante mucho tiempo. A medida que se enfría y la ventilación se detiene, la más débil gravedad de la Luna, y la ausencia de un núcleo de hierro se traducirá en la pérdida completa de lo poco que hay de atmósfera, en algún momento del futuro lejano. ¿Por qué? ¿Cómo puede la ausencia de un núcleo de hierro en el interior de la Luna tener un efecto sobre la atmósfera en la superficie?
El tiempo se ha acelerado un poco. Una vez más, la Tierra ha sufrido otra transformación. Como podemos notar, hay algo nuevo en esta Tierra, algo que la vida necesita, para poder dar el nombre de hogar a este planeta. Es el agua líquida, por supuesto. Está presente tanto en forma de nubes, como de lagos y mares en la superficie. Como podemos ver, refleja la luz del sol y el planeta se vuelve distinto.
Echemos un vistazo más de cerca al mar del extremo norte, y contempla la escena. Grandes áreas de erupciones de lava circulan a través de la superficie, a lo largo de las orillas de esta gran concentración de agua. Cuando se produce la erupción, se enfría y solidifica, formando montañas y colinas rocosas. Mira el mar y el paso de los flujos de lava.
El agua de mar está muy caliente, a más de 80º C, aunque no alcanza el punto de ebullición. También es salada. La acción volcánica lleva consigo que grandes cantidades de minerales de las profundidades subterráneas salgan a la superficie, y los minerales se filtran en el agua, con la producción de sales de diversos tipos. Es similar a la acción mineral de los géiseres que se ven en Yellowstone, Islandia y otras zonas volcánicas.
En algunas zonas volcánicas, que actualmente son sólidas, pero expuestas al agua, los géiseres de vapor caliente y cargados de minerales, lanzan un de chorro de agua cada pocos minutos y provocan un color blanquecino en la tierra a cientos de kilómetros. Un ejemplo puede verse bola aquí. Nota las nubes blancas de vapor de los géiseres, tanto en el llano como en la colina de la región. Observa también el río en la esquina superior derecha. Está fluyendo hacia el norte de las colinas en el mar, portando sales y minerales en su corriente.
El agua está ahora en todas las partes del planeta. Para una buena vista, haz clic bola aquí. Por todas partes del planeta se están formando lagos y cuencas, recogiendo la preciosa agua
Un enorme río está drenando una gran área de las montañas volcánicas, y lleva el agua hacia un mar situado en el sur. Una increíble vista.
Al suroeste de ese mar hay un área continental de roca de color rosa y blanco. Es roca volcánica de granito fracturado. La corteza exterior se ha endurecido, con algunos residuos de actividad volcánica, y erupciones de géiseres. Sin embargo, el área está siendo torturada por la acción de la gravedad. Arriba, en el cielo de la noche podemos ver a la nueva Luna (que nos visitará en unos momentos). Como la Tierra pasa por debajo de la Luna, la gravedad de ésta atrae a las rocas de la Tierra con suficiente fuerza para levantarlas a unos 30 metros en el aire y, a continuación, caen de nuevo. Por la rotación de la Luna, esto ocurre cada 6 horas, día tras día, lo que causa enormes terremotos, fracturas de la roca, grietas, etc.
Si el área levantada de esta forma está aún en erupción con lava caliente, la lava rellena las grietas y el ciclo comienza de nuevo un par de horas más tarde. Sin embargo, si la zona no está en erupción, la roca se convierte en algo retorcido y agrietado. Las aguas subterráneas se filtran en las grietas, causando enormes géiseres de vapor caliente a chorro, y rellenando la roca con minerales. La zona en rosa y blanco que vemos delante está sufriendo ese destino.
Como podemos esperar, la fricción de todo este movimiento de roca genera calor. Así, aunque el área no está fundida, está muy caliente, lo suficientemente caliente como para brillar. Cuando el área entre en el lado nocturno, el calor generado por las rocas retorcidas se hace visible.
Si vamos a la región polar sur del planeta, veremos una zona con cráteres de impacto. Rocas procedentes de los escombros del anillo cayeron a la Tierra, y formaron estos agujeros hace unos 10.000 años atrás. Un gigantesco cráter de impacto, de hecho, se encuentra en el Polo Sur del planeta. Está parcialmente lleno con agua. Debido a que el polo sur se inclina fuera del plano de la órbita de la Luna alrededor de la Tierra, esta área no está muy afectada por la gravedad lunar. También está fuera de la principal área de cráteres de impacto que se produjo por los escombros anillo. Como resultado, la zona es tranquila y la acción volcánica es menor aquí. El terreno es de tamaño continental, y todavía está muy caliente, aunque es sólido.
¿Cómo alcanzó toda esta agua este lugar?
La respuesta inmediata son las «nubes». La temperatura en la Tierra es todavía muy caliente por el calor residual de la acción volcánica. Sin embargo, la atmósfera se ha hecho mucho más gruesa que hace 10.000 años, y se ha enfriado lo suficiente como para permitir que el vapor de agua se condense en gotitas líquidas (nubes). Hay mucha agua evaporada que da como resultado todas esas nubes, y por supuesto, la lluvia. Está lloviendo ahora en la Tierra. De hecho, llueve mucho.
El agua que estamos viendo proviene de dos fuentes. En su interior, la Tierra Mark 2 contiene una enorme cantidad de agua, que se formó cuando se reunieron sus componentes a partir de la nebulosa original de hace 500 millones de años. Y si bien el impacto con Orfeo lanzó enormes cantidades de agua fuera del planeta por el calor de la colisión, la que quedó todavía atrapada era más que suficiente para reponerla en la superficie. Todo lo que se necesitaba era un camino de vuelta a esta superficie, y ese camino es el de la ventilación y las erupciones volcánicas. Miles de millones de toneladas de agua están regresando a la superficie, ventilando el magma interior del interior. Como estamos viendo por debajo de la nave.
Sin embargo, más nos sorprenderá aprender que la 2ª fuente de agua proviene de los cometas. Como hemos visto en otra Unidad Educativa, los cometas son bolas de roca y hielo que se formaron también a partir de la nebulosa original, al mismo tiempo que todos los demás objetos del Sistema Solar. Los hay de todos los tamaños, y hay billones de ellos. Algunos cometas no son mayores que bolas de nieve, y otros son del tamaño de una luna. Están en dos órbitas alrededor del Sol, en dos «cinturones» o zonas de espacio, una llamada el Cinturón de Kuiper y la otra, Nube de Oort. Ambas zonas están más allá de la órbita de Plutón, en el gélido límite de nuestro Sistema Solar.
Con frecuencia, los cometas se ven perturbados en sus órbitas, bien por otros, o bien por llegar demasiado cerca de algún planeta. Si su camino orbital sufre algún cambio, éste puede quedar colocado en una trayectoria de colisión con otro planeta, con un planeta como la Tierra. Los científicos creen que en los primeros mil millones de años después de que nuestro Sistema Solar quedara formado, los cometas eran tan abundantes que los impactos con planetas como la Tierra fueron muy frecuentes (por ejemplo, de 3 a 5 impactos al día), y algunos cometas son pequeños, pero otros son grandes. Cuando un cometa impacta sobre la Tierra, toda el agua que contiene en su hielo se derrite en el momento del impacto y de inmediato se convierte en parte del agua de la Tierra.
Por tanto, algunos científicos estiman que hasta un 50% de toda la cantidad de agua que hay en la Tierra proviene de los impactos de los cometas. Así, como cada uno de nosotros contiene un 70% de agua en su interior, entonces, más de 1/3 del peso corporal de cada uno puede ser agua procedente de los cometas. ¿No es curioso?
La Tierra Mark 2 se está convirtiendo en un lugar mucho más agradable. Contiene agua en la superficie, lluvia y tierra sólida. La acción volcánica todavía es extensa, pero está empezando a disminuir. El planeta todavía sufre terremotos cada pocos minutos, existen muchos volcanes en erupción y la gravedad lunar fractura la superficie, pero estos inconvenientes no son tan graves como que anteriormente lo fueron. La atmósfera es más espesa, con alrededor del 70% de la densidad que tenemos hoy en día. Todavía es una mezcla de gases que serían venenosos para nosotros, pero durante los próximos 1.500 millones de años, los gases cambiarán.
Vamos a visitar la superficie. Haz clic bola aquí. La nave aterrizará en una llanura, bajo unas bonitas nubes de color rosado-blanco. Se encuentra cerca de un lugar donde experimentaremos el crepúsculo, y veremos la llegada de la oscuridad. Nota que la brújula se orienta al Este (si la brújula no está visible, activarla el cuadro de herramientas, marcando la opción [Compass]). Verás una bonita salida de luna.
Sobre la base de pruebas obtenidas en todo el mundo por los científicos, sabemos que la vida apareció por primera vez en la Tierra en torno a 3.500 millones de años atrás, eso es unos 900 millones de años aún en el futuro del momento en que nos encontramos. Esta vida estará formada inicialmente por bacterias primitivas. No habrá plantas, animales, peces, pájaros ni insectos. Sin embargo, la vida llegará a evolucionar. La primera evidencia de la presencia de plantas se remonta a alrededor de 3.000 millones de años atrás.
Las primeras plantas serán algas, viviendo en la mar salada y en lagos de la Tierra. Cuando las algas se extiendan, un nuevo proceso químico tendrá lugar en la Tierra, un proceso conocido como «fotosíntesis». En este proceso, las plantas utilizan los minerales del suelo o el agua y el dióxido de carbono del aire para capturar la energía de la luz solar. Esta energía se convierte en azúcares (comida) para la planta. Uno de los «residuos» de productos de esta reacción química es el gas «oxígeno».
Con este proceso se iniciará la recogida de oxígeno en la atmósfera de la Tierra durante alrededor de 1.400 millones de años después de la escena que tenemos delante. Se irá produciendo, y produciendo, hasta que llegará a convertirse en el 2º elemento más común de la atmósfera.
Pulsa la tecla [→6], y gira hacia la derecha hasta completar una panorámica de 360º, y contempla este lugar tan diferente al actual.
Las cosas también son mucho más silenciosas ahora. Vamos a escuchar. El viento está soplando. Es caliente, pero tolerable. La temperatura del aire es de unos 54 ºC.
Luna
Por supuesto, no debemos olvidarnos de la Luna.
Está en este cielo nocturno. También ha cambiado en estos 10.000 años.
Para ver en lo que se ha convertido, haz clic bola aquí. Estamos en la Tierra, donde vimos la puesta del sol.
La Luna también está muy cambiada. Está sanando de la colisión, al igual que la Tierra. Los continentes sólidos son visibles por doquier, mientras los ríos de lava todavía se mantienen, aunque van desapareciendo poco a poco. Todavía queda acción volcánica, aún más que en la Tierra. Para ver claramente este panorama, desconecta la vista de la cabina en el cuadro de herramientas.
También existen dos cosas presentes en la Tierra, cuya falta es muy notoria en la Luna. ¿Cuáles son?
Por supuesto, la Luna no tiene agua ni nubes. Pues, como se ha explicado anteriormente, la Luna es muy deficiente en agua porque el vapor de agua no estaba disponible en el anillo de escombros del que se formó nuestro satélite. Como un gas caliente, el vapor de agua que contenía fue vigorosamente expulsado fuera de la acción de la Tierra durante la colisión, pues tenía suficiente energía cinética (velocidad) para escapar de la atracción de la gravedad procedente de la Tierra, y consiguió escapar hacia el espacio. Además, toda el agua que contenía en su interior, también se escapó con el tiempo debido al calor y a la débil gravedad lunar.
Como también podemos ver, en la Luna existen unas enormes crestas de roca. Hay montañas en la Luna. Es como si una mano gigante en la Luna la hubiese desmoronado un poco. Por supuesto, eso es exactamente lo que está sucediendo. La fuerza gravitacional de la Tierra situada a tan sólo 20.000 km de distancia está fracturando, doblando y plegando la superficie de esta desgraciada Luna. Así, la superficie de la Luna se levanta más de 300 metros en cualquier punto situado enfrente a la Tierra.
Como resultado, la Luna se encuentra muy caliente y tiene continuas erupciones de lava. Por ello, hay muy pocos cráteres de impacto visibles en su superficie, pues aunque se ve bastante afectada por los restos de meteoritos y del anillo de escombros docenas de veces al día, los cráteres que se crean se están llenando continuamente con nuevos flujos de lava.
La Luna continuará plegándose y fracturándose con erupciones durante los próximos tres mil millones de años, hasta que la órbita de la Luna, lentamente, se mueva lo suficientemente lejos de la Tierra para que decrezca la fuerza gravitacional (ver próxima sección).
Como podemos imaginar, toda esta actividad es sumamente potente y ruidosa. Afortunadamente, la Luna todavía conserva una delgada atmósfera, y aunque no va durar mucho tiempo.
Es necesario tener en cuenta que es de día, pero debido a que la Luna tiene sólo una delgada y tenue atmósfera, de gases de color rojizo, la luz no se dispersa mucho, y parece oscuro.
Volvamos al espacio por encima de la Luna, para ello pulsa bola aquí. Ahora, nos preguntaremos acerca del color blanco que vemos en las cimas de las sierras. Casi parece nieve o hielo, pero no lo es. Esas sustancias son en realidad enormes cerros de minerales ricos en sílice. Esta zona es volcánicamente activa y muy rica en dichos minerales de sílice y calcio que se han depositado en las cimas de estas montañas. Estos minerales son brillantes y vidriosos, casi cristalinos. El juego de la luz solar sobre ellos crea el efecto visual que vemos.
Veamos ahora algo increíble. Situaremos la nave en posición para visualizar un fascinante evento, para ello pulsa bola aquí, y tendremos a la Celestia 1 colocada frente a la Tierra y la Luna. El Sol está detrás de nosotros, brillando sobre ambos plenamente. Ahora, mira directamente hacia el espacio detrás de la Tierra. Aún no la vemos, pero hay una gran sombra en el espacio, causada por el bloqueo de la Tierra sobre la luz del Sol, y la Luna está a punto de pasar por esa sombra.
La Luna pasa por la sombra de la Tierra, como en este caso cada 11’5 días, la duración de una órbita alrededor de la Tierra.
También es interesante el efecto contrario. De la misma manera, cada 11’5 días la Luna pasa entre el Sol y la Tierra, y proyecta su sombra sobre la Tierra. Entonces, la Tierra experimenta un eclipse total del Sol. Dado que la Luna es tan grande en el cielo, su sombra es enorme.
Tenemos la nave lista para ser colocada entre la Tierra y la Luna para tal evento. Cuando la gigantesca sombra de la Luna cruce la Tierra, pulse las [Mayús + *] juntas. La nave activará la cámara trasera, y veremos la Luna pasar por delante del sol justo detrás de nosotros. Pulsa las mismas teclas de nuevo, para volver a la vista delantera. Para poder ver el más espectacular eclipse solar que han visto los seres humanos, haz clic bola aquí.
Este increíble eclipse también se produce 11,5 días cada vez.
Bueno, hemos realizado un viaje de descubrimiento a través del pasado lejano, sumamente interesante, y hemos podido ver la violenta y dramática etapa de la formación de nuestra Luna. Es hora de volver a casa, a la Tierra y la Luna de nuestro tiempo.
Para dar un ultimo vistazo a la Tierra y a su hija, la Luna, haz clic bola aquí. Luna de un color gris luminoso, luce muy brillante con la luz solar reflejada hacia nuestra hermosa Tierra azul, allá en la distancia. Podemos ver la forma en que ha cambiado, en 4.400 millones de años. Parece que la Luna se ha hecho vieja y gris.
El nombre oficial de nuestro satélite es «Luna», palabra derivada del latín, y el adjetivo para calificar a sus objetos es “lunar”. Observaremos ahora la Luna, y veremos unas curiosas zonas oscuras. Se llaman “mares”, en realidad son restos de antiguos flujos de lava que se extienden todavía por la superficie lunar.
Puesto que los mares son más jóvenes, más duros, más suaves y más planos que las tierras altas y las regiones montañosas de la Luna, y contienen menos cráteres de impacto (debido a su menor edad), fueron escogidos por la agencia espacial americana NASA como el lugar de aterrizaje para la primera nave espacial Apolo 11, y para el primer desembarco de seres humanos en otro mundo. El lugar se llamaba «Mare Tranquillitatis” (Mar de la Tranquilidad, en latín).
El Apolo 12 aterrizó en el extremo izquierdo de la vista que tenemos, otra antigua corriente de lava en la región denominada Oceanus Procellarum. Las siguientes misiones Apolo desembarcaron en algunas zonas altas y con cráteres.
Creemos que han pasado al menos unos mil millones de años desde que los últimos flujos de lava circularon en la Luna. Ahora está fría y solidificada. El calor que hizo que la roca fundiese ya pasó hace tiempo.
Recordemos que hubo dos fuentes de calor sobre las rocas lunares. En primer lugar, la Luna se formó a partir de desechos fundidos y semi-fundidos arrojados a una órbita por la colisión de Orfeo. Han pasado 4.000 millones de años desde ese acontecimiento. La Luna ha tenido mucho tiempo para que se enfríen.
En segundo lugar, las mareas de la fuerza gravitatoria de la Tierra sobre la Luna hizo que las rocas se levantaran a más de 300 metros y cayeran cada pocas horas. Lo que generó tanta fricción que hizo que se derritiera el interior de la Luna, con lo que la acción volcánica continuó durante otros 3.000 millones de años. Sin embargo, también eso ha pasado, y la razón se debe a la posición actual de la Luna. Durante miles de millones de años, su órbita se está ha alejando de la Tierra. Actualmente, se aleja casi 5 centímetros cada año. La razón se debe a la interacción gravitacional entre los océanos de la Tierra y la Luna. Un efecto que está provocando que la órbita de la Luna acelere poco a poco, lo que ha obligado a que haya ido moviéndose a una posición más distante.
Cuando se formó, la Luna estaba a sólo 20.000 km. de la Tierra. Hoy en día, esta a más de 365.000 km. La fuerza de la gravedad es más débil, y ya no alcanza a levantar las rocas de la Luna lo suficiente para crear calor de fricción.
Arrastra con el botón derecho del ratón alrededor de la Luna. Ten en cuenta que su superficie está cubierta con las cicatrices de numerosos cráteres de impacto. Durante 4.000 millones de años, asteroides y rocas espaciales han golpeado contra la Luna, dejando cráteres en ella. Al principio, la lava los rellenó, pero ahora, se quedan sin cubrir. Actualmente, la Luna tiene miles de cráteres.
Asimismo, también se ha cubierto con una fina capa de polvo gris. Cuando un meteorito choca con la Luna, pulveriza la roca contra la que golpea, que sale despedida del cráter que se forma. Es exactamente lo mismo que tirar una piedra en la arena y ver parte de esta arena cómo se dispersa. Como un «spray» de tierras sobre el terreno alrededor del cráter, dejando unas finas sendas de suciedad de color claro, por el material rico en sílice de las rocas. Es silicio vitrificado, por lo que el polvo de la Luna es un poco vidrioso, y por eso es de color tan claro. Los senderos son denominados «Rayos». Desde la Celestia, puedes ver dos prominentes cráteres y sus rayos, Tycho y Copérnico.
Por último, nota que la Luna ya no tiene una atmósfera. Ésta ha desaparecido, y eso ha sido por tres razones:
Primera: es un mundo muy pequeño, y su gravedad no es lo suficientemente fuerte como para mantener atrapados los gases. Poco a poco, se van yendo lejos.
Segunda: no tiene suficiente gas en su interior para sustituir al que se pierde. Debemos recordar que el anillo de escombros original era pobre en gas.
Tercera: no tiene un campo magnético que le proteja del «viento solar». Explicaremos el significado de esto último. En esencia, el Sol es una estrella violenta, y de hecho, está constantemente en explosión. Este proceso arroja hacia afuera fragmentos de su interior a una gran velocidad, con flujos que llegan a alcanzar los 3 millones de km/h. Cuando este viento solar llega a las cercanías de un planeta o satélite golpea, en primer lugar, contra la atmósfera de ese objeto, sacudiendo las moléculas de aire que encuentra a su alrededor. Parte de ese aire puede ser lanzado muy lejos del planeta o satélite, y se pierde definitivamente en el espacio. Sin embargo, si este cuerpo posee un campo magnético a su alrededor, entonces éste puede desviar el camino de la mayoría de las partículas del viento solar, forzándolas a que no entren en la atmósfera. Por lo tanto, un campo magnético protege la atmósfera y es una cosa muy buena para un planeta o luna.
¿Cómo se puede obtener un campo magnético? Para ello, es necesario que el planeta o luna tenga un denso núcleo de hierro pesado en el centro de la misma, y que además se encuentre girando. Eso es todo lo que se necesita. Al girar un gran pedazo de hierro caliente, éste generará un campo magnético por sí mismo. Y recordaremos que la Tierra ha tenido siempre una gran cantidad de hierro caliente en su núcleo, tanto antes como después de la colisión con Orfeo. En consecuencia, nuestro planeta tiene un potente campo magnético que ayuda a proteger nuestra atmósfera de ser golpeada por el viento solar. La Luna, por el contrario, tenía muy poco hierro a su disposición de los escombros del anillo, y no fue capaz de formar un núcleo de hierro. Por tanto, como no tiene ningún campo magnético, el resultado es que su delgada atmósfera fue golpeada constantemente por el viento solar del sol de tal forma que, en gran medida, se fue perdiendo en el espacio.
En resumen, nuestro satélite es hoy un lugar seco y frío, un mundo muerto sin agua, sin atmósfera, con una fina capa de polvo gris y con una gran cantidad de recuerdos de su violento origen. Se trata de un mundo viejo que ahora tiene miles de millones de años. No parecen, a la vista de su «aburrida» existencia actual, que hayan ocurrido todos los acontecimientos que hemos visto, hasta llegar a esta situación.
Sin embargo, es también nuestra salvación el hecho de que su gravedad estabilice el clima de la Tierra, y contribuya a mantener la vida en nuestro planeta. Todavía es la hija de la Tierra, y tal vez es por eso que nos gusta escribir canciones acerca de ella, y sonreímos al mirarla. Quizá a ella no le importe, después de todo.
¿Qué diferencia podemos notar de inmediato entre la Tierra actual y la Tierra Mark 2 de 4.000 millones de años atrás?
Obviamente, la Tierra actual es húmeda. Tras los miles de millones de años desde el impacto de Orfeo, y de la reconstrucción del planeta, se ha recogido una enorme cantidad de agua. Esta agua procede del interior, extraída mediante las erupciones volcánicas, y de los impactos de los cometas. Cubre el 70% de la Tierra hoy en día, con una profundidad media de 3 km.
Además, el agua es salada porque contiene minerales arrastrados hacia los océanos procedentes de los suelos por los que transcurren los ríos. Afortunadamente, eso es bueno. Los océanos proporcionan agua y minerales para que la vida los vuelva a utilizar. Se conjetura que la vida en la Tierra comenzó en sus océanos, cerca de manantiales de aguas termales volcánicas calientes, en lo más profundo del océano.
En la Tierra llueve mucho. Toda el agua que se evapora por causa del calor y la luz solar se eleva a la atmósfera, se enfría y se condensa en gotas en las nubes. Cuando las gotas se vuelven demasiado pesadas, llueve o nieva. Éste es un hecho maravilloso que ha convertido al planeta en el hogar de millones de especies vivas.
Uno de los cambios más importantes es, por supuesto, la vida. La corteza sólida de la Tierra está cubierta de plantas. Más de 10 millones de especies diferentes de seres vivos pueblan nuestro mundo, y muchas se encuentran en todo el planeta. Hacer clic bola aquí para obtener una buena vista de la cuenca amazónica de América del Sur, que sigue siendo la zona más densamente forestada de que existe en la Tierra. La nave está sobrevolando las nubes para que podamos verla bien. Lamentablemente, estos bosques están siendo talados sin piedad por una población indiferente, que pretende obtener un gran beneficio con esta madera. Según algunas estimaciones, la mayoría de los bosques amazónicos habrán desaparecido en menos de 50 años.
Otra cosa que debemos notar es que la atmósfera de la Tierra ya no es de color rojizo, sino que ahora es de un bonito azul. Bajaremos a la superficie en la Amazonía.
El color del cielo proviene del gas oxígeno. La luz del sol que atraviesa el nitrógeno y el oxígeno de la atmósfera absorbe ciertos colores. El azul alcanza nuestros ojos, mientras que el color rojo de la luz solar es absorbido por los gases.
El oxígeno siempre ha formado parte de la atmósfera de la Tierra, pero en combinaciones con otros átomos. Por ejemplo, el agua es H2O, y el dióxido de carbono es CO2. Sin embargo, el oxígeno libre (O2), sólo comenzó a acumularse en la atmósfera de la Tierra desde alrededor de 3.000 millones de años atrás, cuando las primeras plantas primitivas comenzaron a crecer en forma de algas en los océanos, y ha ido aumentando desde entonces. Una parte de él se combina químicamente con otras sustancias minerales de la Tierra para formar óxidos, pero nuestra atmósfera todavía contiene alrededor de un 21% de oxígeno libre en la actualidad.
La mayor parte de la vida en la Tierra utiliza ahora este oxígeno en sus procesos metabólicos. Los organismos que «respiran» oxígeno se llaman «Aerobios». Entre ellos estamos incluídos nosotros. Sin embargo, cuando apareció por primera vez la vida en la Tierra, no existía el oxígeno libre. De hecho, este gas era venenoso para la vida. Una vez que las plantas evolucionaron y comenzaron a producir oxígeno, éste envenenó a la mayoría de aquellas especies que no dependían del oxígeno (llamados Anaerobios).