LA GUERRA EN EL PELOPONESO
La retirada de los macedonios fue seguida de una serie de incursiones etolias contra la Liga Aquea, desde sus posiciones en Elis, Pirrias, a quien los etolios habían mandado como estratego, efectuó una serie de acciones de saqueo en territorio enemigo con mucho éxito, los aqueos, liderados en esta ocasión por Eperato, se condujeron con desidia e incluso sus tropas mercenarias, debido a la falta de dinero para pagar sus soldadas, comenzaron a comportarse con indolencia e incluso a desertar. Tan solo comenzó a operarse un cambio en la situación cuando Arato el viejo fue nombrado estratego para el año en curso, 217 a.C, mientras del otro bando, Licurgo de Esparta preparaba una acción concertada entre el y Pirrias para atacar conjuntamente Messenia.
Reorganizo Arato el ejercito aqueo que en aquel momento se encontraba en un serio estado de descomposición, los mercenarios no eran pagados y las ciudades cumplían con indolencia sus obligaciones para con la Liga, Arato se reunió con la asamblea y saco adelante una serie de decretos destinados a poner en pie un ejercito solvente, a tal fin se ordeno la recluta de 8.500 mercenarios y una leva nacional de 3.300 hombres ademas de tripulaciones para 6 barcos de guerra, mientras Arato se dedicaba a estos preparativos, Licurgo y Pirrias avanzaron a un tiempo, cada uno por su lado, sobre Messenia. El avance espartano comenzó con éxito tomando una importante posición cerca de la frontera, los etolios se empantanaron ante Ciparissia dando tiempo así a que los aqueos organizasen, junto con el macedonio Taurion, una expedición de socorro, finalmente los etolios se retiraron y los espartanos debieron hacer lo mismo aunque no sin antes saquear en lo posible el territorio enemigo. Este fracaso le costo el cargo a Pirrias, que fue sucedido por el competente Euripidas, quien realizo una razia dentro del territorio aqueo llegando hasta Aegea, cuando este se retiraba fue atacado por las fuerzas del aqueo Lico, quien le derroto severamente. Los despojos conseguidos unidos a los que alguna afortunada operación de los navíos de guerra, permitieron a los aqueos conseguir un cierto botín con el cual sobrellevar mas cómodamente los gastos de las operaciones.
FILIPO EN TESALIA
Las siempre incombustibles tribus que habitaban mas alla de las fronteras del norte de Macedonia no tardaban nunca mucho en alborotarse, cualquier excusa era valida, en esta ocasión era el ilirio Scerdilaidas, el que poco antes era aliado de Filipo, ahora, considerando que el rey no le había abonado lo acordado por su apoyo contra Etolia, el ilirio envío 15 navíos a piratear a Leucade en donde asaltaron y apresaron cuatro barcos macedonios que fueron remitidos a Iliria. Otra tribu montaraz entretenía ahora a Filipo en Macedonia, era la de los dardanos, el rey macedonio condujo contra estos un ejercito que tomo al asalto la ciudad de Bilazora, la mas importante de Peonia, y situada ventajosamente para detener las correrías que venían de parte de Dardania. Estableció allí Filipo una considerable guarnición garantizandose de esta forma detener o anular las cíclicas incursiones de estos bárbaros. Una vez realizado esto, reforzando su ejercito con reclutas del norte de Macedonia, se dirigió rápidamente a Tesalia, de allí entro el la región de la Phthiotis arremetiendo por sorpresa contra la ciudad de Melitaea que se encontraba sin duda inerme ante el inesperado ataque, lo que ocurrió fue ciertamente tragicómico, las tropas macedonias que asaltaron los muros se encontraron que, debida a su propia precipitación o error de los oficiales, disponían de unas escalas un poco mas cortas que lo que los muros exigían, de esta forma se desperdicio la oportunidad de tomar por sorpresa esta estratégica ciudad. Perdida la oportunidad, Filipo movió ahora su ejercito hasta el río Enipeus, allí convoco a los tesalios, deberían ahora traer las armas de asedio que tan celosamente se habían preparado durante el invierno (concentro 150 catapultas y veinticinco o otros tipos de maquinaria), una vez preparado, Filipo levanto el campamento y se dirigió a la importante ciudad de Tebas de la Phthiotis, un importantísimo enclave estratégico desde donde los etolios lanzaban sus ataques al interior de la Tesalia, sin duda, harto ya de los daños que periódicamente se ocasionaban a los tesalios, Filipo decidió volcar todo su esfuerzo contra esta importante posición. Una vez que el ejercito macedonio llego al área, se dividió en tres unidades que situó alrededor de la ciudad, el espacio que mediaba entre los tres campamentos lo cubrió con un foso y dos empalizadas, colocando torres de madera cada cien pasos con la guarnición pertinente. Una vez que termino de cerrar el perímetro de la ciudad, comenzó a acercar a sus murallas toda la maquinaria de asedio. Durante algunos días, quizás una semana, el prolongado bombardeo de la ciudad y sus defensas mermo un tanto la capacidad defensiva de los contrarios, aprovecho ahora Filipo para comenzar con las minas, al cabo de nueve días estas llegaron a la altura de los muros, mediante un serio y prolongado trabajo día y noche durante tres días mas en apuntalar hasta doscientos pies de muralla, sin embargo eran tan altos y pesados estos que se vinieron abajo antes incluso de que los macedonios prendiesen fuego a los puntales. Luego se trabajo en limpiar la brecha y prepararla para el asalto pero los defensores abatidos optaron en ese momento por entregarse ellos y la ciudad a la que defendían. Dueño ya de Tebas, Filipo vendió como esclavos a toda la población y repobló la ciudad de macedonios, cambiando su nombre ademas a Filippopolis.
Tras esta importante victoria se volcó en la tarea de expulsar a los barcos ilirios que hacían razias en el área del mar Myrtoium establecidos como estaban en la isla de Melos. Mientras tanto proseguían las mediaciones de algunas naciones extranjeras para la consecución de la paz entre Macedonia y la Liga Etolia.
Como antes ya se había comentado, las correrías de los ilirios de Scerdilaidas había llevado a estos a establecerse en Melos, los aqueos habían acudido a Argos con refuerzos para la defensa de sus costas y Filipo, libre ya del asedio de Tebas, organizo rápidamente una flota de 12 trirremes y 40 de menor tonelaje para sorprender a los piratas, sin embargo estos ya no se encontraban en la zona, Filipo resolvió dirigirse a Cencreas (puerto oriental de Corinto) donde dividió la flota, unos irían por mar a Patrae y el resto por tierra hasta el puerto occidental de Corinto, el Lequeo. Mientras Filipo perdía unos días en los juegos Nemeos en Argos, recibió noticias de la reciente derrota romana en Trasimeno, espoleado por su amigo y asilado Demetrio de Pharos, Filipo ardía en deseos de concluir esta molesta y poco gloriosa guerra para pasar al frente de un ejercito a Iliria, someter a Scerdilaidas y posteriormente cruzar a Italia, las noticias de las nuevas victorias cartaginesas parecían advertirle de que era hora ya de intervenir so pena de quedarse sin despojos de la que parecía segura victoria de Carthago. Impulso ahora bajo mano las conversaciones con Etolia para la consecución de una paz, pero para no parecer excesivamente inclinado a ella opto por simular que se disponía a atacar Elide. Las conversaciones sin embargo dieron comienzo rápidamente, Filipo se traslado con su ejercito a Etolia, cerca de Naupactos, en un campo en donde tendrían lugar la conferencia, los etolios, sin armas, acamparon a dos estadios del campamento fortificado del macedonio y en un lugar equidistante a ambas posiciones se reunieron los plenipotenciarios de ambos bandos que, sin grandes disputas, acordaron la firma de la paz. De esta forma se ponía fin a la guerra llamada Social, Filipo quedaba como vencedor y sólidamente instalado en el trono. Sobre el papel estaba ahora en buenas condiciones para intervenir en Italia, con una Grecia totalmente controlada gracias a las diferentes bases de operaciones que dominaba en las principales áreas estratégicas de la región.