La Cultura Vicus

La Cultura Vicús. Se desarrolló en el actual departamento peruano de Piura, principalmente en tierras altas al pie de los Andes, aunque se relacionó también con la costa y la sierra. Se trata de una zona desértica, pero cuenta con algunos ríos y lagunas que son una importante fuente hídrica para el asentamiento humano y para el desarrollo agrícola, factible también por la abundancia de tierras aptas para el cultivo. Además cuenta con abundantes pastos para el ganado y con bosques para la caza.

GENERALIDADES

Vicús, más que una zona periférica o área intermedia entre las tradiciones de los Andes septentrionales (culturas del surecuatoriano e incluso de Colombia) y los andes centrales (Virú, Salinar, Moche), es una temprana muestra de como las fronteras culturales se desplazan en torno a espacios económicamente integrados. Probablemente se desarrolló como un núcleo de intercambio de productos que explotaba su ubicación geográfica como zona de transición y que, por lo mismo, propiciaba la transmisión cultural. Queda abierta la discusión sobre los factores que generaron su ocaso y su probable descenso poblacional: entre otros, la progresiva desertificación difícil de ser contrarrestada mediante la irrigación y la reorganización y desplazamiento de los circuitos de intercambio con el auge de Moche

ESTUDIOS REALIZADOS

La Cultura Vicús se conoció por primera vez en una galería de arte en Suiza, de donde llegaron al Perú fotografías de restos de esta cultura, los cuales habían sido comercializados por los «huaqueros» (buscadores de tesoros) y que se sabía procedían de algún lugar de Piura. Fue descubierta por excavadores clandestinos (“huaqueros”), a fines de la década de 1950, en la zona de Frías, provincia de Ayabaca. En la década siguiente, estudios hechos en la zona del cerro Vicús lograron ubicar el cementerio más extenso de este estilo. Se calcula que durante los años que fue explotado clandestinamente se habrían profanado más de dos mil tumbas, cuyo contenido, más de 40 mil especímenes habría pasado en su mayoría a integrar colecciones en el extranjero.

 

Vicús aparece como el centro de interacción entre las culturas antiguas de Perú y Ecuador, ya que su uso del color es parecido al de algunos estilos ecuatorianos, y sus ceramios se parecen a los ceramios del Moche temprano. Vicús tomó por sorpresa a los arqueólogos peruanos; su descubrimiento alteró la visión que se tenía sobre el Antiguo Perú: es una de las culturas que alcanza y hasta supera en logros el arte y el desarrollo técnico de nuestras viejas culturas clásicas. No solamente es una huella arqueológica del pasado prehispánico del extremo norte, sino uno de los estilos de cerámica más delicados y finos de todo el Perú. Quizás Vicús ya no es un enigma ni una cultura nebulosa como la denominaron los primeros que la investigaron , pero hasta el momento sigue siendo una de las culturas menos entendidas del pasado andino , y de hecho no ha perdido su rol como «cultura llave” para comprender las interacciones entre las sociedades prehispánicas de los Andes septentrionales y los centrales. A pesar de todo, las referencias reunidas en el presente capítulo resaltan la importancia de su estudio para conocer el desenvolvimiento de la realidad y vitalidad regional en cuanto zona de tránsito, confluencia y articulación de las sociedades del norte peruano y del sur ecuatoriano así como para establecer los fundamentos nativos de la cultura piurana actual. Inicialmente conocida como «de Ayabaca» -puesto que los primeros ceramios del estilo se habían encontrado en los alrededores de Frías-, Vicús recién fue reconocida como cultura ubicada en el alto Piura, a principios de los ’60. De un caserío anexo de la gran hacienda Pabur, rodeado de numerosas tumbas muy profundas, procedía la gran cantidad de huacos que por esa época habían inundado los mercados norteños y engrosado las colecciones de los museos y de particulares en el extranjero. La huaquería llamó la atención de los arqueólogos peruanos; más de 2000 pozos abiertos y una irracional destrucción de los cementerios fue el panorama que encontró Ramiro Matos a las 10 a.m. del día 29 de enero de 1963 . El fue quien determinó la real procedencia de esos ceramios e identificó su estilo, aunque sus estudios sólo se basaron en el componente cerámico superficial. Muy rápidamente comenzaría a concitar la atención de los estudiosos; Guzmán y Casafranca , Disselhoff realizarían excavaciones en la zona mientras que muchos otros más se dedicarían a la descripción y el análisis del material cerámico de esta cultura. Estudios muy serios y consistentes cuyo principal problema, sin embargo, es el girar en torno a un mismo material, limitado y de procedencia discutible: una o un grupo de colecciones que, por lo mismo, no permiten asociaciones científicamente establecidas y que han propiciado la división entre interpretaciones opuestas de carácter «evolucionista» (Vicús como protomoche) o «difusionista» (Vicús como colonia moche); también está en discusión si Sechura y Vicús son expresiones de una misma cultura. Muy pocos trabajos responden a investigaciones de campo directas, aunque es probable que, en un futuro cercano, se cuente con mayor información gracias al actual Proyecto Arqueológico del Alto Piura, en el que el análisis de la cerámica local se contextualiza con los datos de áreas vecinas y del que ya se cuenta con algunas tesis de bachiller (Amaro y Murro) como resultados parciales.
  • ORÍGENES

Los orígenes de Vicús estarían en culturas como Chorrera, con quien comparte varios aspectos de la tradición alfarera (técnica, forma y decoración). Aproximadamente en 200 a.C., Vicús recibe influencias de otros grupos contemporáneos y cercanos, como Virú y Moche. Esta relación ha sido interpretada como la llegada individuos de elites que se habrían conectado con las elites de Vicús, pero que posteriormente habrían entrado en conflicto, provocando el colapso de la sociedad local.

  • ECONOMÍA

Los Vicús eran principalmente agricultores. Para esta actividad desarrollaron complejos sistemas hidráulicos con colectores de aguas lluvias y canales para irrigar los campos. Cultivaban calabazas, zapallos, maíz y algunos frutos, como puede derivarse de la decoración de su cerámica. La agricultura era complementada con ganadería, caza y recolección de aves y fauna, tanto del interior como de la costa. En los roqueríos de esta última, obtenían guano para usarlo como fertilizante.

ESCULTURA Y METALURGIA DE LA CULTURA VICÚS

Adornos en cobre de Vicus Las esculturas en piedra y principalmente la metalurgia son expresiones representativas de esta cultura. Las primeras son simples esbozos de figuras de hombres y mujeres en la superficie de las piedras que se acompañan de incrustaciones. Con respecto a la segunda, llama la atención la gran variedad y cantidad de objetos metálicos que produjeron (orejeras, narigueras, pectorales, barras o bastones, pequeños adornos, instrumentos de labranza) y el amplio dominio de las técnicas metalúrgicas: los Vicús comparten con las culturas norandinas el trabajo en oro u oro bañado en una sola pieza carente de articulaciones, y con las culturas centroandinas, el plateado y el amalgamado facilitado por el uso del mercurio. Son particularmente impresionantes la belleza de las piezas de cobre dorado y algunas de plata pura. Los objetos de metal del estilo Vicús tienen características muy particulares, ya que se han utilizado las técnicas de dorado, cuya área de difusión corresponde a la cuenca del alto Piura. Los Vicús desarrollaron en metal una gran cantidad de artículos para el adorno personal, como orejeras, máscaras, narigueras, cuentas de collar, láminas, coronas y tocados con lentejuelas y plumas que producen sonidos con el movimiento, además de sonajeras propiamente tales. Muchos de estos artículos eran adornados con motivos antropomorfos, zoomorfos, geométricos e híbridos.

    

ENTERRAMIENTOS CULTURA VICÚS

La música desempeñaba un importante papel en la vida ritual de los Vicús. Se expresaba en distintos ámbitos de su cultura y, muy especialmente, en sus ritos funerarios. En los ajuares mortuorios se ha encontrado una importante cantidad de instrumentos, tales como tambores de cerámica, flautas o botellas silbato. En la cerámica, los músicos tocando antaras son una de las representaciones más comunes, apareciendo muchas veces en temas que aluden al rituales funerarios. Las tumbas eran tubulares y muchas en forma de bota, con una cámara en la parte más profunda. Allí depositaban los cuerpos acompañados por ajuares de distinta riqueza según la jerarquía del difunto, quien, aparentemente, en muchos casos era incinerado.

PATRONES DE ASENTAMIENTO CULTURA VICÚS

La población Vicús se concentraba principalmente en las tierras altas de la provincia de Piura. Los poblados, ubicados sobre pequeñas colinas que dominan los valles, estaban compuestos por unas 100 casas de planta cuadrangular, relativamente dispersas. Fueron construidas principalmente con adobes de barro, aunque las hay con bases de piedras. De los modelos de vivienda en cerámica se puede deducir que las moradas tenían muros simples, puertas y ventanas abiertas, y techo simple inclinado o de dos aguas, apoyado sobre vigas de madera. También hay representadas estructuras sin muro, sólo con los techos, y algunos edificios más complejos con varias habitaciones y cúpulas. Los restos Vicús se encuentran en áreas planas, en la base del cerro del mismo nombre y también a 6 1/2 kilómetros al sureste, en un pequeño promontorio llamado Yécala o El Ovejero. Un segundo gran asentamiento de esta cultura está a tan sólo 40 km. de distancia, en las cabeceras de los ríos Yapatera y San Jorge (Frías). Ambos lugares son las «estaciones tipos» de una cultura que habría ocupado la cuenca del río Piura, desde Tambogrande posiblemente hasta Salitral, extendiéndose hacia el norte por los cauces de los pequeños ríos tributarios del Piura, Río Seco, Yapatera, Charanal, Las Gallegas, Corral, etc. para seguir por Chalaco, Santo domingo, Frías, Suyo, Ayabaca, hacia el río Macará con posibilidades de extenderse hacia la sierra sur del Ecuador. Cronológicamente se ubica a Vicús entre los 500 aC y los 700 dC aunque hay quien sostiene que habría durado hasta la misma presencia Chimú (1110 a 1200 dC).

DESCUBRIMIENTO DE LA CULTURA VICUS

Oficialmente, fue el 1ro. de Febrero de 1963, cuando se principió hablar de Vicús pero sin darle aún este nombre. El diario «La Prensa» de Lima denunció que gran cantidad de huaqueros, estaban devastando un antiquísimo cementerio, del cual se había sacado gran cantidad de piezas de oro, cobre y de cerámica. Vicús era comprensión de la entonces extensa Hacienda Pabur, uno de cuyos propietarios era don Domingo Seminario Urrutia. Era este bisnieto de uno de los próceres de la Independencia de Piura, don Miguel Jerónimo Seminario y Jaime. La depredación de las tumbas de Vicús se inició por los años de l956-l960. Los huaqueros excavaban sólo pocos metros, no más de 4 ó 5 pero pronto se dieron cuenta de que a mayor profundidad habían piezas más valiosas, no sólo en cerámica, sino también en oro y piedras preciosas. Por los años de 1957 fueron a trabajar a la hacienda especialmente contratados por el propietario dos expertos huaqueros de Lambayeque. Se aseguraba que ellos habían intervenido en el hallazgo del famoso “peje grande”, que fue encontrado en la hacienda Batán Grande del distrito de Illimo. EI tesoro hallado consistía en una cantidad fabulosa de piezas de oro artísticamente trabajadas, y 1as tumbas de donde había sido extraídas, podían identificarse por pequeñas lomas que aparentemente eran naturales, al igual que en Vicús. Bien pronto cundió una fiebre de huaquearía en Vicús. Los campesinos dejaban las tareas agrícolas y provistos de 1ampa y pico se dieron afanosamente a la tarea de abrir tumbas. Los hacendados lo hicieron con tractores. Como cabe suponer, una enorme cantidad de piezas cerámicas fueron destruidas en ese afán de sacar las piezas de oro. Pero tal cosa no importaba a los huaqueros, que preferían las joyas antiguas a los huacos. Bien pronto fueron sin embargo los huacos objeto de gran demanda y de alta cotización por intermediarios de coleccionistas nacionales y extranjeros. La información de “La Prensa” causó impacto en los círculos culturales de Lima, tanto porque nunca se había pensado que en Piura hubiera existido un grupo de tan elevado grado cultura1, como por lo cuantioso del material arqueológico extraído y su inmenso valor. El primer enviado que llegó a Chulucanas en los primeros meses del año 1963 fue el arqueólogo Ramiro Mattos Mendiola. Por ese entonces y según el diario “La Prensa” 1.500 tumbas habían sido depredadas. Según relata el Doctor Lumbreras, Mattos recorrió en compañía de Florentino Gómez, el sector, durante diez días, visitando 28 zonas arqueológicas, comprendiendo Vicús, Yécala y Frías. Al retornar Mattos a Lima, emitió un informe que más tarde (1965) fue publicado en el Tomo XXXIV de la Revista Museo Nacional, bajo el Título: “Algunas consideraciones sobre el estilo Vicús”. Es desde entonces que el nombre Vicús. se da no sólo a la zona arqueológica, sino también a la manifestación cultural. En los primeros meses de l964, el Gobierno envió al arqueólogo Carlos Guzmán Ladrón de Guevara y al Técnico José Casafranca, los que exploraron la zona de Yécala conjuntamente con el arqueólogo Toribio Mejía Xesspe. Casafranca presento al Patronato Nacional de Arqueología, un informe de 28 páginas mecanografiadas. El arqueólogo Federico Kauffmann Doig, de Chiclayo, en su obra “El Perú Antiguo” muestra dibujos de las tumbas Vicús diseñados por Casafranca, y los compara con otros muy parecidos, hechos por Wassén que corresponden a hallazgos arqueológicos en el valle colombiano de Cauca. Fue en Yécala en donde se encontró la cerámica más fina. Pedro Felipe Cortazar, en su obra Documental Perú, en el tomo dedicado a Piura al ponderar la cerámica Vicús por su belleza, colores, técnica y acabado, dice que nada tiene que envidiar a los jarrones chinos de la dinastía Ming.

LAS TUMBAS DE VICÚS

 

Toda la revelación de lo que fue Vicús y de su propia existencia, se ha logrado obtener de los cementerios. Estos generalmente se ubicaban en lomas, como las de Vicús, el Ovejero o Yécala, Loma Negra, Loma de la Viuda, Loma Va1verde, Talanqueras y Zapotal. Las tumbas consistían en pozos tubulares de profundidad y diámetro variable. Al final del pozo hay un ensanchamiento que da al conjunto la forma de bota. La profundidad del pozo es entre 1os 4 y los 11 metros, pero hay algunos de 15 metros. El diámetro oscila entre los 0.70 y 1.00 m. pero generalmente son de 0.80 m. Posib1emente las tumbas más profundas pertenezcan a gente de más importancia. Son también las que contienen mayor cantidad de piezas de cerámica y metálicas. Generalmente el cadáver, reducido a polvo se encuentra en el fondo de la tumba, pero también puede estar ubicado más arriba. Una vez colocado el cadáver y los objetos que le correspondían por su clase, se volvía a cubrir la tumba con arena. Se han encontrado algunas tumbas vacías, lo cual hace suponer que estaban por ser ocupadas y disponibles, pero no se llegaron a usar. En las tumbas corrientes se han encontrado ollas o diversos objetos de cerámica, agujas de cobre, y trozos de tela.

LA TIERRA DE MUERTO CULTURA VICUS

En las tumbas de 1os cementerios de Vicús, no se encuentra un cadáver en el sitio que cualquiera puede suponer. Lo que se encuentran son formas alargadas reducidas a polvo, de unos 60 centímetros de largo y 12 ó 10 cms de espesor. Es una tierra de co1or marrón oscuro en la que no quedan ni los huesos, salvo algunas piezas dentarias. Se supone que los cadáveres eran cremados y las cenizas envueltas en telas, depositadas en las tumbas, porque sí se han encontrado trozos de telas. Esto hace suponer que la cremación no se realizaba dentro de la tumba, sino fuera de ella. Luego las cenizas se trasladaban al interior de la tumba, y se daba con ellas la forma y tamaño deseados.. La denominación de tierra de muerto, fue dada por los huaqueros piuranos, los que guardaban por ellas cierto temeroso respeto. El origen de la tierra de muerte, se ha comprendido mejor cuando el 29 de Diciembre del año 2001 estalló en Lima un voraz incendio en el Centro Comercial de Mesa Redonda. que destruyó numerosas manzanas de casas y causó la muerte de 300 personas. Según los peritos, la temperatura subió en determinados momentos a 1.000 grados centígrados y sólo bastaban 400 para que hasta los huesos fueran calcinados Es así como en lo que se supuso fue el foco del siniestro, días más tarde se encontraron cuerpos reducidos a ceniza, salvo las piezas dentarias. Eso podría explicar en cierta forma, la existencia en las tumbas de Vicús de la llamada “tierra de muerto”. Lo que no se ha podido explicar, como es que lograron tan altas temperaturas al cremar sus cadáveres. No se han llegado a descubrir, lo que pudieron serlos crematorios de los antiguos Vicús.

LAS POBLACIONES DE LOS HABITANTES DE VICÚS.

La presencia de cementerios con tan gran cantidad de tumbas hace pensar que la zona fue bastante poblada. La existencia de obras de ingeniería hidráulica refuerza tal criterio. El Doctor Lumbreras supone sin embargo que cada población no seria de más de 50 viviendas. De ser así estarían diseminadas en el área como las actuales poblaciones campesinas. No hay vestigios de las antiguas poblaciones, como en la sierra peruana, porque no se utilizó la piedra para construir las viviendas. El material liviano que se uti1izaba. , se destruyo con el tiempo. Hay numerosas piezas cerámicas que permiten apreciar como eran las casas de esos antiguos piuranos. Son como maquetas de arcilla. Hay una que se compone de tres secciones. Dos delante de un solo piso y una atrás de dos plantas. Las dos secciones de adelante son de un ambiente cada una. Una de ellas tiene un techo a dos aguas y la otra 1o tiene plano horizontal. Los techos están sostenidos por vigas y troncos que se supone son de algarrobo. No tienen paredes y por lo tanto son sitios de estar para guarecerse del sol y de la lluvia. Cualquier viajero que recorre el agro piurano, puede en la actualidad ver que en medio del quemante desierto se alzan a veces solitarias construcciones que sólo tienen un techo. Son sitios para descansar y para protegerse del intenso sol piurano. La pieza tipo maqueta, representa en la parte posterior un conjunto de tres ambientes en los bajos y uno en los altos a donde se llega por medio de una escalera doble. Los ambientes de los bajos tienen techo y tres paredes. En la pared del fondo una pequeña ventana hace el papel de mirador. El ambiente de la planta alta tiene techo y una pared de fondo. Son numerosas las piezas arqueológicas dobles, que tienen una parte formada por una vasija y la otra por una casa de un sólo ambiente con techo a dos aguas y dentro de ellas un hombre. Las viviendas se levantaban preferentemente sobre las lomas. Eso sin duda permitía a sus habitantes dominar un horizonte más amplio

LA AGRICULTURA Y LOS CANALES DE RIEGO DE LA CULTURA VICUS

 

Como todo pueblo sedentario, la agricultura fue sin duda la principal actividad económica. Hay numerosas piezas de cerámica que representan frutos de la tierra como calabazas, sandías, melones y zapallos. También frutas como chirimoyas. Así mismo se sembró el pallar, el maíz, la yuca y el algodón. Debido a la temporalidad de las lluvias y por secarse los ríos después de los primeros meses del año, los hombres de Vicús construyeron canales y estanques. El agua de riego ha sido pues durante todo el tiempo, problema para los piuranos. Los cronistas españo1es se admiraron de esos canales hechos a mano que se construían en lo alto de las sierras, de ocho a diez pies de ancho y uno o dos estados de hondos. Los canales construidos en esa época, hasta ahora son utilizados. Como instrumento de labranza usaron una palana que tenía la paleta de cobre y el mango de madera. Para fertilizar la tierra utilizaron el guano que traían de la isla de Lobos.

ALIMENTOS

Además de los productos de la tierra, los vicusianos también aprovechaban los productos del mar. Al igual que en el resto del Perú, existía el cuy, un pato nativo y se consumía igualmente carne de ciervos y de sajinos. Los alimentos los colocaban en vasijas de arcilla o en mates le calabaza, como hasta ahora se usan.Se cocían en ollas de arcilla, y el agua lo mismo que la chicha, se guardaba en vasijas de gollete largo y angosto como las cantarillas, que hasta hace poco se usaron. En ellas los líquidos se conservaban frescos.

LAS CLASES SOCIALES DE LA CULTURA VICUS

Las tumbas en primer lugar y las representaciones de personajes en las piezas de arcilla permiten suponer que en Vicús existía una sociedad estratificada. Habían nobles ligados al gobierno, soldados, comerciantes, agricultores y esclavos. José Casafranca en el informe que presentó, se refiere a la Tumba 11 en la que encontró más de un centenar de objetos. Lo más interesante era una corona lo cual hace suponer que el muerto era un curaca.. Otros objetos también hacían pensar en la alta clase del difunto por cuanto eran muchas piezas de o­ro, de plata y cobre con incrustaciones de turquesas. Cuchillos, máscaras, cintu­rones con lentejue1as, vasos, collares, y pendientes para orejas, labios y nariz.Los soldados eran sin duda alguna, como en toda sociedad antigua, los que ocupaban el segundo lugar. Los huacos los representan con bonetes especiales que parecen coronas, grandes orejeras como los nobles orejones incas, con una arma defensiva que era el escudo y la macana como arma de ataque. La existencia de los comerciantes esta dada por las relaciones que por el norte se tenían con los pueblos del sur del Ecuador, y también por los contactos con las culturas que se desarrollaron en Lambayeque y Trujillo. Los comerciantes permitían también que productos marinos, 1legaran hasta Vicús para ser consumidos presumiblemente por las clases pudientes. La agricultura tuvo que ocupar una gran cantidad de pobladores. En esas labores también participaban las mujeres. Los esclavos eran sin duda los vencidos en las luchas entre tribu y tribu que no habían sido sacrificados. Se han encontrado numerosos huacos que representan a hombres en cuclillas con las manos amarradas por atrás y una soga al cuello. Al­gunos de estos huecos se han hal1ado en las islas guaneras frente al litoral piurano y hacen suponer, que los prisioneros eran llevados a esos lugares a realizar trabajos forzados en la excavación del guano, tarea que no era grata a los demás.

LOS DIOSES, LA RELIGIÓN. CULTURA VICUS

Para muchos pueblos antiguos de la costa peruana, sus Dioses salían siempre del mar y algunos volvían a él. Eran siempre personajes poderosos llenos de gran majestad. Lo infinito del mar, que siempre se perdía en el horizonte juntándose aparentemente con el cielo, constituía un misterio imposible de desentrañar. Por eso el mar para los antiguos fue una especie de morada de los dioses. Se le conocía con el nombre de mama-cocha o madre-mar, en el imperio Incaico. Los indios creyeron en un principio que los españoles eran enviados de los dioses, y como llegaron por el mar les llamaron Viracochas, o hijos del mar o también espuma del mar. Cuando más tarde los conquistadores dieron muestras de crueldad inaudita, siempre los siguieron llamando Viracochas, pero no como dioses, sino como especies de demonios, que no eran hijos de mujer. Garcilaso explica que los indios de la costa creían que la tierra flotaba sobre el mar, y que al atardecer el sol se retiraba a descansar en 1as aguas, pero a causa de su gran fuego y calor secaba parte de las aguas. Creían también que el Sol era un gran nadador que se zambullía en el agua y aparecía por el otro lado. El cronista Fray Gregorio García, en su obra “Origen de los Indios”, relata una leyenda que también había a recogido Betanzos, según la cual, Viracocha recorrió el Perú de un extremo al otro, avanzando hacia el norte, y tras de pasar por la región de Piura, llegó a Puerto Viejo y se metió en el mar. El cronista Sarmiento también refiere la 1eyenda de Viracocha y de sus arribo por tierra a Puerto Viejo y Mantas, en donde ingresó al mar caminando sobre las aguas con dos criados, como si fuera espuma. Los cronistas Herrera y Cieza de León hablan de dos Viracochas y que uno de ellos habría llegado al norte. Sin embargo de ser tan generalizada esta leyenda, parece que el hombre de Vicús no la llegó a conocer por que no hay representación alguna en las decenas de miles de piezas de cerámica que se han extraído. Representaciòn del dios Ai-apaec Rebeca Carrión Cachot, discípula de Tello al cual sucedió en la dirección del Museo Nacional de Antropología y Arqueología, hizo conocer en 1953 un mito que existía en la costa norte del Perú, de acuerdo al cua1 se habría divinizado a un ser ornitomorfo humanizado. Era una mujer con cabeza de pájaro que bien podía personificar a la luna, a la que llamaban Shi. Los vicusinos también han dejado ceramios representando a seres ornito-antropomorfos, pero no en una cantidad que puedan hacer pensar en la existencia de un culto a un ser alado. No es pues una idea predominante, la de ese supuesto dios femenino alado. Hay una gran cantidad de ceramios que representan aves, pero en su forma natural y no deidificados. Lo mismo sucede con la representación de felinos, como el puma y el jaguar, paro como este es propio de la zona selvática, lo que se ha tratado de representar ha sido al tigrillo y aun al gato montés. Pero de lo que no hay duda, es de la existencia de una casta sacerdotal. Hay ceramios que representan hombres con máscaras de felinos, y atavíos especiales en momentos en que hacen sacrificios humanos. El respeto a los muertos, fue sin duda motivo del un ceremonial especial y la cremación de los cadáveres tuvo que hacerse con intervención del sacerdote o gran brujo. En las tumbas, además de huacos y objetos de metal, se ponían conchas perleras y también perlas procedentes de Sechura.

LA VIDA QUE HACÍA LA GENTE DE VICÚS.

 

Aparte de hacer huacos y piezas de orfebrería que ahora adornan los grandes museos del mundo o las colecciones de multimillonarios, las gentes de Vicús discurrían su vida placidamente, en una forma que describe Alberto Bueno Mendoza, en un artículo del diario “El Tiempo” el 8 de Abril de 1979. Dice así: “ Vivió en un marco de bosques tropicales, con fauna abundante, habitando aireadas casas con techos de doble vertiente hechos con materiales perecederos, parecidas a las de los campesinos piuranos actuales de la región, cazaban cérvidos, felinos, zo­rros, monos, lagartos, conejos monteses, iguanas, ratones, serpientes. Recogían caracoles de tierra con fines alimenticios, criaban auquénidos, atrapaban loros, papagayos, patos, vultúridos, falcónidas, lechuzas y otras avecillas para usos alimenticios y/u ornamentales, atrapaban batracios en proporción menor pero evidentes, ejecuten actividades marinas en torno a la recolecta de mariscos, caza de lobo de mar, atropamiento de aves marinas, obtención del guano para usos hortícolas, que practicaban en forma intensiva por el procedimiento de tala y de roza, para abrir claros y sembrar fríjol de palo, calabazas, frutas, incluyendo la algarroba, los zapotes y las guabas.”

LA CERÁMICA DE VICÚS.

 

Cuando escribimos esta Historia, las piezas de cerámica de V1cús eran pagadas en Holanda o en Estados Unidos con varias decenas de miles de soles. Quizá fue la naturaleza de la arcilla, o la técnica utilizada, pero el hecho es que muchas de las piezas parecen de fina porcelana por su acabado, perfección, belleza y tesitura. La gente de Vicús hizo dos clases de cerámica: unas para uso domestico y otras de tipo ornamental. Las primeras que eran generalmente ollas, cantarillas, vasijas y cuencos fabricados en gran abundancia, tienen las paredes gruesas para lograr su resistencia al uso. El acabado es corriente y la pasta gruesa de color negro, o rojo-anaranjado o marrón-anaranjado. No tenían decoraciones ornamental salvo algunas veces dibujaron hechos con punzón. La cerámica ornamental se inspiró en todo el mundo físico y social que rodeó al hombre de Vicús. Sus realizadores fueron verdaderos artistas, poseedores de una escuela y entilo propios, que pasaron de padres a hijos, comunicando de generación en generación el secreto de la técnica. Todas las manifestaciones de 1a vida, fueron trasladadas a las hermosas piezas de arcilla y por eso se ha podido conocer en gran parte como vivían esos antiguos piuranos. Hans Horkheimer el arqueólogo alemán que en 1940 fuera traído al Perú por la Universidad de Trujillo y que se quedó en nuestra patria estudiando el pasado, no cree que “la región piurana haya sido colonizada ni ocupada por los Mochicas, los que en 300 kilómetros que se interponen entre los valles del Jequetepeque y del Piura, dejaron sólo escasas huel1as de su bri1lante cultura, en especial de su cerámica de noble realismo”. Esta opinión fue compartida por un estudioso del pasado de Piura, de muy autorizada opinión como lo fue Carlos Robles Rázuri. De acuerdo a esta teoría, toda la obra de Vicús sería producto de su propia creatividad lo que la haria más meritoria.

LOS HUACOS SILBADORES DE LA CULTURA VICUS

 

Entre piezas de cerámica destinada a guardar líquidos estàn los huacos silbadores. Estos recipientes emiten sonidos de diversas tonalidades produciendo efectos sorprendentes a causa de la presión del aire que ejerce el líquido en el interior de la vasija al ser impulsado por el líquido cuando es vertido. Hay vasijas cantarinas, por que dejan escapar melodiosos tonos a medida que se sirve el agua o licor que la contiene. Otras que tienen como motivos ornamenta1es las serpientes, lanzan silbidos como los de un ofidio. Hay también algunas que semejan pájaros y silban como tales. Estas piezas pertenecen al período que podríamos llamar de esplendor que los arqueólogos conocen como Vicús-Vicús. La mayor parte da los huacos son recipientes destinados para líquidos, con pico tubular, pero también hay platos y cuencos. Las botellas tienen un asa hueca que comunica al pico con la parte ancha del recipiente. Muy pocas veces se ha representado a la mujer, lo cual muestra que en Vicús estaban las féminas relegadas a un segundo orden. Los hombres no se representan de pie, sino sentados al estilo de un Buda o en cuclillas, pero lo que más abunda son las representaciones de cabezas y en ellas se pueden establecer la clase social por una especie de bonete que nunca falta. La expresión del rostro permite apreciar que se está representando a hombres sanos o enfermos, con verrugas, o dolor de muelas, ceguera o parálisis facial. Los animales están representados completos y en las más variadas actitudes. Se ha logrado establecer que algunos eran criados por las gentes de Vicús por que hay por ejemplo llamas cargando leña, agua y otros bultos. Son muy comunes los huacos dobles. Una parte representa a un personaje o a un animal y la otra es la botella en donde está el pico. Se unen mediante una doble conexión o puente comunicante. Los huacos eróticos son muchos. La vida sexual le1 hombre de Vicús se ofrece en forma amplia y variada. No se puede hablar de cerámica pornográfica, porque el vicusino representaba en los ceramios todas las manifestaciones de su vida en la forma más natural. No hay escenas de homosexualismo, al menos no son frecuentes encontrar piezas de esa clase. Los colores colocados con gran armonía y gracias a una técnica que les permitió que perduraran a lo largo de los siglos en condiciones algunas veces adversas. Alberto Bueno dice: “La decoración pictórica en técnica negativo es predominante y se plasma para diseñar motivos decorativos de las formas alfareras tales como círculos, líneas, bandas, líneas paralelas, volutas, roleos, líneas curvas, líneas quebradas, círculos inscritos, triángulos inscritos separados por paralelas, líneas onduladas, escalonadas, barras, eses, cruces. Los colores bases son el marrón, el negro, el rojo y tonos grises”.

LA ORFEBRERÍA DE LA CULTURA VICUS

 

Si en Vicús se han extraído las mejores piezas de cerámica, ha sido en cambio en Frías en donde se han extraído los mejores objetos trabajados en metal. Se trabajó en el oro, la plata y el cobre mediante el sistema de marti1lado, repujado y moldeado. Al hacer las joyas utilizaban conchas de perla traída de Sechura y no pocas veces perlas y esmeraldas, o turquesas. Fue muy frecuente el uso de planchas de cobre combinadas con el oro. Es así como se han encontrado en Frías pequeños discos de oro, a los que estaban so1dados otros más pequeños de cobre, adornos que bien pudieron ser utilizados como orejeras. Vasos de oro, para uso sin duda alguna ceremonial, repujados. Existen en el Museo Oros del Perú de la fundación Miguel Mujica Gallo, una nariguera de oro de 20 kilates y 9 gramos de peso que tiene forma de cuarto de luna. La pieza mide 10 centímetros de ancho. Del borde de abajo penden 7 pequeños discos de oro y al centro cuelga un cangrejo. Parece que en la otra parte de esta pieza habían otros 7 discos que ya no existen Otra nariguera de 15 centímetros de largo y 22 gramos de peso, es también un disco semi-lunar, mitad de oro y mitad de plata. El lado izquierdo de oro, un camarón de platino, remata en el cuerno lunar. En la parte derecha, un camarón de oro remata en el otro cuerno. Es muy revelador que el adorno tenga motivos marinos y que demás el disco represente a La Luna en su fase creciente, hecho que se observa, en multitud de joyas. Hay por ejemplo un collar de oro con incrustaciones de nácar, del cual pende un adorno bastante grande que tiene también la forma de disco lunar en cuarto creciente. Todo esto bien podría suponer que Vicús en su apogeo, llegó a controlar hasta el litoral Se han encontrado en Frías pectorales de cobre, con colgajos como adornos, los cuales sin duda estaban destinados para los guerreros nobles. Se han hallado muchas láminas recortadas, dentadas, caladas, repujadas y figurativas tanto de cobre como de oro. En el mismo Museo Oro del Perú, hay una placa rectangular de oro de 10 cms de largo por 7 de ancho, calada con peces estilizados en bajo relieve, pintados con esmalte rojo. De un lado de la placa penden 6 pequeños discos de oro. Hay figurillas metálicas de seres zoomorfos y antropomorfo, siempre adornados con colgajos, con incrustaciones de turquesas. A1gunas de estás figurillas representan animales con piezas movibles como la lengua o los brazos. Se han hallado tanto en Vicús como en Frías, agujas de cobre, objetos de labranzas y armas guerreras como la parte extrema de las porras que tenían mango de madera. Las cabezas de las porras en formas estrelladas y otras simples discos redondos. También se han encontrado gran variedad de cuchillos, algunos con forma parecida al Tumi. Lo mismo en cuanto a aretes y colgajos para los 1abios inferiores.
  • LA ESTATUILLA DE FRÍAS CULTURA VICUS

Llamada también la Venus de Frías, representa a una mujer desnuda trabajada en oro repujado, martillado y soldado por mitades. Se advierte cierto movimiento para la cabeza y para las manos. Parece que las manos descansaban en a1gún objeto en cuyo caso la estatuilla formaba parte de un conjunto. Los rasgos de la estatuilla son notoriamente femeninos a pesar de sus anchos hombros y angostas caderas. Dos argo1las penden de las orejas y 1os ojos son enormes.

 

Estatuil1las parecidas se han encontrado en Quimbaya (Colombia),lo cua1 viene a confirmar una influencia cultural llegada del norte, que también se hace presente en la forma de las tumbas. Para el arqueólogo Lumbreras, la estatui1la de Frías es importada. En el “Arte y la Vida Vicús” dice: “ sin lugar a duda fue hecha en Esmeraldas (Ecuador) o en Tumaco (Colombia) pues pertenece al estilo Tolita precisamente de la época de los Desarrollos Regionales”.El arqueólogo Kauffmann Doig, la da como “perteneciente al círculo Vicús”, y sólo semejante a las de Colombia. (El Perú Antiguo). Pese a estos criterios de que la estatuilla es importada y no una manifestación del arte piurano antiguo, se la ha declarado Patrimonio Prehispánico Cultural del Departamento de Piura con la Resolución Directoral 005-82DRP del Instituto Nacional de Cultura, Filial Piura. La figurilla ha estado durante mucho tiempo en el Museo Brunning de Lambayeque. El 20 de Noviembre de 1956, el conservador del Museo don Oscar Fernández de Córdova, la decomisó de unos huaqueros que la ofrecían en venta y la llevó al Museo. La estatuilla que es toda de oro, pesa 60 gramos y mide 153 mm de alto. Se construyó con oro laminado de 22 quilates. El Director del Museo Walter Alva – descubridor de la tumba del Señor de Sipán – la consideraba perteneciente al estilo de Frías. El antropólogo Luis Chaparro Frías, Director del Patrimonio Cultural de Piura, con admirable constancia, por muchos años estuvo reclamando para Piura, la estatuilla. En 1999 aprovechando que el Ministerio de Educación era ocupado por el sullanero Felipe García Escudero, redobló las gestiones y al fin obtuvo que el 30 de Septiembre de ese año, la valiosa obra retornase a Piura con otras 61 piezas arqueológicas. Como era de suponer, el arribo de la figurilla, dio origen a un acto de gran solemnidad en él que estuvo presente el Ministro de Educación.

LA COLECCIÓN VICÚS

Una gran cantidad de. piezas de orfebrería y de cerámica, se encuentran en museos de Estados Unidos y Europa. En el Perú otras muchas, fueron a incrementar el Museo Brunning de Lambayeque, Museo Rafael Larco Herrera de Chiclín, el Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima, y el Museo Oros del Perú, de Lima. En el departamento de Piura, hay una pequeña Colección en el Museo de la Municipalidad de Chulucanas. La Municipalidad de Piura tiene varias colecciones. Una vendida simbólicamente por don Luis R. Elías y después otra muy valiosa donada por el P. Justino Ramírez El hacendado don Domingo Seminario Urrutia, logró sin duda formar la más valiosa colección de cerámios y piezas metálicas, habiendo recibido en 1966 la condecoración al “Mérito por Servicios Distinguidos” que le otorgó el Ministerio de Rela¬ciones Exteriores. Las 3.600 piezas de 1a colección, fueron vendidas en millo¬naria suma al Banco Popular, y luego al Banco de la Nación. En la obra “El Arte y la Vida Vicús” aparecen reproducidas 300 piezas.

ÁREA DE INFLUENCIA DE LOS VICÚS

El arqueólogo Mattos Mendieta se refiere a una amplia área de influencia geográfica de la cultura o del estilo Vicús. Dicha área no sólo abarcó parte de la provincia de Morropón donde tuvo su núcleo principal sino que se prolongó hasta la provincia de Ayabaca y llegó hasta la actual frontera con el Ecuador, abarcando también el norte de la provincia de Piura en donde está Tambogrande. Los lugares indicados por el arqueólogo Mattos son: Piedras sagradas; en la región agraria de Pariguaná, a 6 km al NO de Frías, en donde hay una gran mole con petroglifos, representando caras humanas, felinos y lechuzas. La cerámica de la superficie es de color rojo, gruesa y tosca.

 

  • Callingará 1.- Cerca del cerro del mismo nombre, hay restos de un pequeño poblado de piedras, con viviendas muy aisladas. La cerámica es también rudimentaria.
  • Callingará 2.- Está constituida por terrazas de cultivo y algunos restos de muros de piedra que se supone fueron viviendas. La cerámica es utilitaria.
  • Callingará 3.- Es un cementerio de unas 3 Has de superficie, muy depredado por los huaqueros. Las tumbas tienen también forma de bota y los ceramios son igualmente sencillos y utilitarios.

El complejo Callingará muestra, pues, un lugar donde vivían los antiguos pobladores, los terrenos de cultivo para su diario quehacer y el cementerio. El lugar es húmedo y cubierto con niebla permanente, lo que permite pastos y vegetación.

  • – Santa Rosa, es un cementerio antiguo ubicado cerca del caserío del mismo nombre y un poco al sur de Callingará 3.El cementerio cubre un área de unas 2 Has.
  • – El Bronce, a 10 km al oeste de Frías, dentro del fundo del mismo nombre, es un cementerio de 2 Has de extensión.
  • – Mostrante, a 4 km al norte de la ciudad de Frías, en una loma, con abundancia de ceramios de los que se han encontrado sólo fragmentos. Correspondían a una cerámica utilitaria como platos, cuencos, ollas y cántaros. Se le encuentran semejanzas con ceramios del Ecuador.
  • – Llantuma, colina ubicada a 5 km al NO de la ciudad de Ayabaca donde existen los restos de una ciudadela antigua y fortificada, con un muro de circunvalación que encierra a todo el poblado. Las viviendas fueron construidas de piedra, siendo la forma de ellas rectangulares en su mayoría, y algunas muestran que las viviendas tuvieron formas poligonales. En una parte alta hay una plaza de 600 m2 que parece ser una especie de último reducto, con pequeñas atalayas. Se trata de una ciudad fortificada, que posiblemente fue donde los Ayahuacas ofrecieron cruenta resistencia a los Incas conquistadores. Los ceramios encontrados tienen similitud con los encontrados en la nación de los Cañaris en el Ecuador.
  • -La Pampa del Lobo, en las faldas del cerro Calvario, al NO de la ciudad de Ayabaca, con restos de andenería y fragmentos de una cerámica sencilla parecida a la de Llantuma.
  • – En el caserío La Greda, cerca de la ex-hacienda Locuto en el Medio Piura, las lluvias del año 1983 al erosionar el terreno, dejaron al descubierto un cementerio pre-hispánico; de este cementerio los huaqueros extrajeron ceramios muy finos, así como gran cantidad de collares confeccionados con chaquiras de conchas y de piedras blancas y de colores
  • También se extrajeron objetos metálicos de tipo utilitario.

Otra importante zona de influencia Vicús fue Sechura, a través de la cual se vinculó con el mar como lo muestra la gran cantidad de cerámios representando peces y motivos marinos.

EL FIN DE LOS VICÙS

Si el origen de los Vicús es incierto, más misterioso es todavía la forma como desa¬parecieron. La generalidad de los historiadores consideran que los Vicús aparecen el año 500 A.C y desaparecen después del año 900 D.C. Para el arqueólogo Lumbreras, los Vicús aparecen por los años 500 A.C. en la Época Formativa Temprana y desaparecen 500 año D.C. La única muestra de su existencia, es la gran cantidad de ceramios y de piezas metálicas encontradas, sobre todo en sus cementerios. Los ceramios son como una historia de los Vicús, pues muestran las influencias culturales que sobre ellos ejercieron pueblos del norte y del sur. En los ceramios se ha encontrado una marcada influencia no solo ecuatoriana, sino hasta de Colombia, lo que lleva a suponer un origen sur ecuatoriano. Posteriormente recibieron la influencia Mochica, que parece no los sometieron, sino que establecieron colonias en su territorio, instruyéndolos en el gran dominio del arte cerámico que tenían. Los Vicús no recibieron ninguna influencia de los Chimus, porque cuando estos apare¬cieron, los Vicús ya no existían. En el Período Pre Cerámico por los años 1.300 A.C. penetraron en lo que hoy es la provincia de Ayabaca grupos humanos muy primitivos, nómades cazadores y recolectores que procedían de la Selva. En ella se había asentado la gran nación jívara, de la cual se desprendieron densos grupos humanos que fueron a ocupar las tierras del Sur Este del Ecuador, constituyendo la etnia de los Malacatos y más al sur, los Calvas. Tras de cruzar los ríos Macará y Espíndola, ingresaron a Ayabaca donde se volvieron sedentarios y fueron desenvolviéndose, recibiendo la influencia de las culturas Sur Ecuatorianas, llegando a formar la etnia de los Ayahuacas, grupo componente de los Guayacundos. Estos fueron vecinos de los Vicús primero y de los Tallanes más tarde, y comercializaron y se mezclaron con ellos. Entre los años 600 y 900 D.C. se produjo la decadencia de los Mochicas y por lo tanto de su colonia Vicús, lo que permitió que los Ayahuacas se fueran infiltrando en su territorio y también los tallanes. Ya en el año 1.000 D.C. los tallanes se habían posesionado valle del Alto Piura, teniendo co¬mo curacazgos principales a Pabur y Serrán. Posteriormente, los Ayahuacas que habían evolucionado hasta convertirse en la Federación de los Guayacundos, se ubicaron en Caxas. El arqueólogo Lumbreras asegura que Jhon Rowe encontró en diversos lugares de Piura cerámica Wari y que Ramiro Matos la halló en Vicús. Cuando los españoles llegaron al valle del Piura, no encontraron ni vestigios de Vicús y ningún cronista se refiere a ellos. Por mucho tiempo los historiadores y arqueólogos ignoraron totalmente la existencia de la nación Vicús. Recién en 1963, se supo de su existencia cuando el diario “La Prensa” de Lima denunció que huaqueros en el valle del Alto Piura estaban saqueando tumbas antiguas. A partir de esa fecha, se ha puesto mucho interés por descorrer el velo que oculto por tanto tiempo a la cultura Vicús y bastante se ha avanzado, pero no lo suficiente El Banco Popular del Perú que adquirió la valiosa colección Vicús del hacendado de Pabur don Domingo Seminario Urrutia, editó un libro a todo lujo en 1978 que llamó “El Arte y la vida de Vicús”, labor que estuvo a cargo del arqueólogo y antropólogo Doctor Luis Lumbreras, Director del Museo Nacional de Arqueología y Antropología, con la cooperación de don José Bracamonte. La obra muestra 170 fotografías muy intere¬santes de ceramios y un valioso y esclarecedor texto, pero nada dice de donde llegaron los habitantes de Vicús, ni la causa y fecha de su desaparición. Otra hipótesis que se menciona como la causa de la destrucción de los Vicús, sería un Niño excepcionalmente fuerte, con intensas lluvias como ocurre en esa región, que o¬bligó a la población a dispersarse. Simposio 1980 El evento se realizo en el Club Grau, y su desenvolvimiento demostró una magnifica organización. Se invitaron al mismo, personalidades peruana vinculadas a las investigaciones del pasado histórico de esta región, como la doctora trujillana Mercedes Cárdenas, el arqueólogo chiclayano Federico Kauffman Doig, el escritor e historiador Juan José Vega, el arqueólogo Ramiro Matos Mendieta y al historiador Gorky Elizaldo Medradas, profesor de arqueología de la Universidad de Guayaquil.

KAUFFMAN DOIG

 

La profesora Cárdenas expuso los resultados de las interrogantes investigaciones que había estado realizando en Illescas, de lo que hemos ya informado en otra parte de esta obra. Los arqueólogos e historiadores Vega, Matos y Kauffman Doig, se refirieron a los Tallanes y en forma concreta a los hallazgos arqueológicos de Vicús y el profesor Elizaldo Medradas, a las relaciones inter-culturales de las culturas que florecieron al sur del Ecuador, con las de Vicús, y de los Tallanes en general, habiendo planteado la conveniencia de que se hagan investigaciones binacionales a fin de descubrir y desentrañar el velo de misterio que aún tiene el pasado, el cual no tiene fronteras. En el curso de Simposio, se alertó contra la depredación que los huaqueros de todo nivel, habían hecho por afán de lucro, destruyendo tumbas y muchos objetos que aparentemente no tenían valor comercial pero que desde el punto de vista de la arqueología era de incalculable valor. Si bien es cierto se dijo que en muchas ocasiones los huaqueros son los primeros que descubren – como en el caso de Vicús y las momias de Paracas – la existencia de sitios en donde hay estos restos del pasado histórico; en la mayoría de los casos, hacen más mal que bien. En esa acción de huaquear, se aseguró que hasta se habían llegado a utilizar tractores, como lo prueban las anchas excavaciones con quince metros de profundidad. La Señora Elena Rubio, que participaba en nombre de Chulucanas – en donde el Municipio tenia desde hacia bastante tiempo un pequeño museo Vicús- manifestó que el 15 de Octubre de 1975, el escritor Carlos Robles Rázuri, desde “El Tiempo” de Piura daba el grito de alerta de que se estaba depredando la riqueza arqueológica de Vicús desde 1937. La misma ponente aseguró que en 1935 un acucioso coleccionista, don Luis Elías habían vendido en la suma simbólica de doce mil soles a cancelarse en mensualidades, con las que no se cumplieron, su colección de dos mil ceramios en los que habían muchos de Vicús. Eso fue la base de la creación del Museo Arqueológico de Piura que aún estaba por formarse. Se habló también que de esa colección se habían perdido muchas valiosas piezas y que lo mismo había ocurrido en el Museo de Pueblo Libre de Lima. Muy lejos se estaba de suponer en este Simposio, que un año más tarde, en un sensacional robo en Lima, iban a perderse valiosísimas piezas de oro, entre ellas el famoso Tumi. También se hicieron conocer las dificultades habidas para conseguir muebles para el museo, sobre todo vitrinas, y como habían ayudado antes la Cámara Junior de Castilla y el Banco Popular y más tarde Inter-Americana de Comercio. El doctor Ramiro Matos, manifestó que en 1963 con motivo de una visita a Piura que hiciera con otros arqueólogos nacionales bajo el Convenio Fulbrish (E.U.) y la Universidad de San Marcos, pudo examinar la Colección Elías y que no encontró en ella nada que fuera diferente a lo que entonces se conocía, pero que de todos modos se trataba de una buena colección. Se manifestó que en 1960, cuando el Prefecto Ingeniero Cornejo Burgos, trabajaba como agricultor en el Alto Piura, había sido inquieto investigador y había realizado excavaciones el la Zona de Vicús y que don Domingo Seminario Urrutia, hacendado de la región por los años 1962 había empezado a crear una valiosa colección de ceramios y artículos de orfebrería que más tarde se vendieron al Banco Popular. Por último se relevó el gesto altruista y desinteresado del Padre Miguel Justino Ramírez que había logrado reunir una valiosa colección de ceramios de Vicús y Tallanes en general, a lo largo de muchos años haciendo apreciables gastos por compra y que había regalado al Concejo Provincial de Piura, los que hasta el año del Simposio o sea 1980, todavía permanecían encajonados en espera que entrase en funcionamiento en forma definitiva el Museo Arqueológico de Piura.

Desde 1963, Ramiro Matos había propuesto el nombre de Vicús, a la fase cultural de esa zona, en lugar de Sechura como desde 1960 había sido propuesto por Edward Lanning. Nuevas Investigaciones en Vicús – Ñañañique. También en Chulucanas, la catástrofe’ pluvial de 1983 dejó al descubierto ruinas que antes no se hubieran podido imaginar. Una vez más la casualidad vino en ayuda de la ciencia y de la historia. Fue en la zona de Chu1ucanas, en donde las torrenciales lluvias se presentaron con más intensidad, produciendo erosión en muchos cerros y fue así como en la zona de Vicús, varias grandes piedras que habían quedado sueltas por haberse disuelto la argamasa que las unía para formar una pared de confección muy antigua, fueron aprovechadas para obras de defensa contra las inundaciones. De esa forma quedaron al descubierto restos arqueológicos. Otro tanto ocurrió con el cerro Ñañañique al norte de la ciudad de Chulucanas, de donde se extrajeron gran cantidad de piezas de cerámica por los huaqueros. Todo eso llegó a conocimiento de arqueólogos nacionales y extranjeros, motivando su interés. La misión ORMSTOM, que es una organización científica apoyada por el Gobierno francés para actuar en los países en desarrollo, se unió al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC) del Perú, y a la Universidad Católica, para acometer un largo y ambicioso proyecto de investigación, por un período de seis años. Se interesaron también en el Proyecto, Alemania Occidental y Polonia. Como Director General de todo el proceso de investigación, actúo el arqueólogo alemán y catedrático de la Universidad de Bonn, Peter Kaulicke. El proyectó científico se ha dividido en dos sub-proyectos que actuaron simultanea independientemente, pero en forma coordinada. El. Sub-proyecto Cerro Vicús, estuvo a cargo del arqueólogo po1aco Cristóbal Mackowsky. El Sub-proyecto cerro Ñañañique, lo dirigió el arqueólogo francés Jean Guffroy. . Ya antes en esta misma historia, hemos dicho que en Piura queda aún mucho por descubrirse y también existen bastantes velos por descorrer. Podríamos asegurar que recién se está empezando a conocer la verdad de nuestro remoto pasado, y quizá el futuro nos depare muchas grandes y gratas sorpresas. Los tres arqueólogos extranjeros eran catedráticos en la Universidad Católica y llegaron a Piura en Febrero de 1987 y luego en Junio del mismo año, acompañados de los estudiantes de esa misma universidad Guillermo Gadmi, Patricia Muriello Valdés; Horacio Dulanto y Antonio Murao. Igualmente formaba parte del grupo el arqueólogo peruano Víctor Pimentel del Instituto Nacional de Cultura.

CERRO VICÙS

Las terrazas encontradas en la primera fase de la investigación son 4 que en total suman 80 metros de 1argo. Se encuentran superpuestas aprovechando las 1aderas del cerro. Dos de ellas, la más alta tienen 40 metros de largo, 17 m. de ancho y 3.50 m. de altura. Se ubican unas en sentido transversal y otras en forma longitudinal, a más o menos 180 metros de altura. Las terrazas más altas se comunican con el camino al valle, por rampas laterales que pudieron ser escaleras en su origen, pero sufrieron la erosión de las lluvias. Los muros de las terrazas son de grandes piedras unidas entre sí por argamasa de barro. Desde 1976 empezaron a ser sustraídas por los huaqueros que buscaban piezas cerámicas y en 1983, las torrenciales lluvias por una parte y los hombres de otra , completaron el daño. Las piedras se utilizaron en obras de defensa contra las inundaciones. En el santuario ceremonial, se encontraron cuatro filas de conchas alineadas de Este a Oeste. También piezas de cuarzo de 15 y 18 cms dispuestas en la misma forma.

CERAMIO ESTILO VICÙS – MOCHE

Las conchas eran sin duda ofrendas sagradas que para los antiguos tenían mucho valor. Esas conchas no se dan en el litoral piurano, pero si en el ecuatoriano, de tal manera que supone también una comunicación comercial con los grupos humanos del sur del Ecuador en donde florecieron varias culturas. En cuanto a las piezas de cuarzo, el hallazgo no tiene precedentes, pues no se han encontrado cosa igual en restos arqueológicos de la costa. Sin embargo, hay que hacer notar, que también en Tambo grande se han encontrado vasos tallados de material similar. Para Mackowsky, la cultura Vicús se inició entre 500 y 200 años antes de nuestra era, lo que coincide con el Cuadro de Cronología de las Culturas Primitivas de Piura-Tumbes que hemos dado a conocer antes. De acuerdo a ese Cuadro, en e1 Perú pueden considerarse dos Estadios Culturales: a) Las Culturas Incipientes, y b) Las Altas Culturas. Cada Estadio Cultural, se divide en Períodos Culturales y estos en Épocas. Los Períodos Culturales son tres:

  1. Horizonte Temprano.
  2. Horizonte Medio.
  3. Horizonte Tardío.

Entre el Horizonte Medió y 1os otros dos, se intercalan:

  • a. El horizonte Intermedio Temprano
  • b. el Horizonte intermedio Tardío

De acuerdo a nuestro estudio, la cultura Vicùs, se inicia en el Perìodo Horizonte Temparno, Época Formativa Temprana entre los 500 y 600 años A.C. con el llamado Vicùs Negativo y termina aproximadamente 200 A.C. En el Período Intermedio Temprano se ubica el Vicús-Vicús entre los años 200 A.C y 700 después de Cristo. Es el apogeo del Vicús auténtico. En el Periodo intermedio Tardío, aparece el Vicús Mochica, entre los 700 y 900 años D.C. El diario «El Tiempo» de Piura, en «Historia de Piura», decía que los periodos establecidos según los estudios realizados sobre los cambios de estilos de los ceramios y en la arquitectura de las tumbas, se pueden considerar: Primer Período de 500 a.c. a 300 a.c. Segundo Período de 200 a.c. a 700 d.c. (Algunos consideran que se extendieron hasta el 1.100 o el 1.200 d.c. cuando los chimús dominaban totalmente la zona) Hay muchas discrepancias entre los historiadores en cuanto a la fecha en que se inicia la Cultura Vicús. Así el mismo diario «El Tiempo», daba las siguientes opiniones de historiadores con relación a la posible aparición de los Vicús:

  • – Según Kauffmann Doig, fue entre los siglos IV y III A.C.
  • -José Casafranca señala, el siglo I D.C.
  • – Rafael Larco Hoyle, dice fue durante el auge de Cupisnique, entre Guañape y Virú
  • -José Alvares Sauri, 280 A.C.
  • – Hans Disslhot, expresa que mas o menos 665 D.C.
  • La antiquìsima Cultura de Ñañañique Cuando el arqueólogo Jean Guffroy, llegó a Chulucanas, se encontró con la ingrata sorpresa que al pie del cerro Ñañañique que iba a investigar se estaban haciendo trabajos de movimiento de tierras, para construir un complejo habitacional de 200 lotes básicos, por cuenta de ENACE. El Concejo Provincial de Morropón, sin conocer la importancia arqueológica del cerro y de sus faldas, había autorizado la construcción al norte de la ciudad de Chulucanas, capital de la provincia. Tras no pocos esfuerzos, los trabajos fueron paralizados y el propio Al¬calde Eduardo Anto Benitez dispuso la formación de un Comité de Conservación, para dar apoyo a los trabajo que se estaban haciendo de investigación arqueológica. Para Guffroy, ha existido en esa zona, una Cultura que llama de Chulucanas, independiente de las otras de la región corno la Vicús, por que así lo prueban las cerámicas encontradas, y comparables a las sureñas de Paracas y Chavín y a la norteña de Catamayo en el Ecuador. Los habitantes de Ñañañique fueron agricultores y sedentarios. Se ha examinado un área de 20 hectáreas, todas ellas cubiertas de estructuras de piedra. En el lugar se levanta el Asentamiento Humano “Luis de la Puente Uceda” lo que he contribuido a su destrucción. Lo encontrado parece corresponder a un Centro Ceremonial y Administrati¬vo y comprende:
  • a) una plataforma;
  • b) varios ambientes y
  • c) un cementerio.

La plataforma tiene tres metros de alto y una hectárea de extensión. Aparentemente parece natural, pero es artificial y se encuentra delimitada por piedras colocadas en hileras. En esta plataforma se han encontrado restos de cenizas, lo que supone se hacían ofrendas y sacrificios. El conjunto habitacional o administrativo, consta de tres ambientes, y el conjunto tiene 13 metros de largo por 6 de ancho. Dos de ellos son rectangulares y el tercero es semí-circular. Se encuentran igualmente delimitados por hileras de piedras y en algunos de ellos hay hasta tres hileras paralelas.

CULTURA ÑAÑAÑIQUE

En una pequeña quebrada que se ha venido usando como muladar, se han encontrado restos de cenizas, huesos y trozos de cerámica muy finas, con características del Formativo Temprano (Período Horizonte Temprano). Hay una pared formada por piedras de gran tamaño incrustadas en las laderas rocosas en donde penetran hasta metro y medio. El ancho de esta pared es de unos 80 centímetros. La pared se interrumpe por trechos y luego trepa hasta un cerro ubicado a 500 metros. El muladar al que nos referirnos en el acápite anterior, cubría en realidad una pequeña quebrada cuya existencia se reveló recién con, el periodo lluvioso de 1983. Las aguas barrieron el muladar y dejaron al descubierto un cementerio antiguo, del cual los arqueólogos sacaron tres cadáveres de adultos y uno de infante. En el cráneo de un adulto, se encontró, un pequeñísimo feto humano, completamente disecado. Guffroy supone que este cementerio corresponde a la Época Formativa Tardía (Del Horizonte Temprano 200 a 500 años AC.).Considera el arqueólogo que la cultura Chulucanas pudo estar influenciada por la cultura Chavín. De ser así echaría por tierra el supuesto que el desierto de Sechura fue una valía natural, que impidió el contacto entre los grupos humanos que existían en nuestro departamento y las culturas que florecieron más al sur. Al menos, si no en muy gran escala, la comunicación llegó a existir, según Guffroy. También considera que la insalubridad de la región ecuatoriana de Catamayo al norte, no significó barrera para las inf1uencias de las culturas que florecieron al sur del Ecuador. Este criterio de Guffroy, de la influencia cultural ecuatoriana si es admitido por numerosos estudiosos, pues las investigaciones realizadas por los científicos de la Universidad de Tokio, en Tumbes -sobre todo- y más tarde en el bajo Chira, así lo han demostrado. Guffroy asegura que las cerámicas con decoraciones en blanco, rojo, negro y marrón muestran el nexo con Chavín. Sobre todo lo intrigó mucho el hallazgo de una chaquira de jaspe, que originalmente tuvo que haber pertenecido a un collar. Esa cuenta tenía 1.5 cm de diámetro y en ella había sido cincelada con gran cuidado la cabeza de un felino, como los que en gran tamaño aparecen en Chavín. En abril de 1998, los periódicos de Piura, divulgaron una noticia propalada por el Licenciado Luis Chaparro, Director del INC de Piura. Se trataba del hallazgo en Chulucanas de un monolito tallado de 3.15 metros de largo y de medio metro de diámetro, que tenía tallados dibujos lineales y en la parte central un circulo circunscrito en un cuadrado. El hallazgo se produjo, en forma casual, cuando unos obreros abrían una zanja para encausar un canal de regadío en las proximidades del Asentamiento Humano Edgardo Mercado Jarrín. Se le ha asociado con la cultura de Ñañañique y se le supone una antigüedad de 500 años antes de Cristo, vinculándolo con la cultura Chavín, por su semejanza con el famoso Lanzón En 1987 se encontraban los arqueólogos en los inicios de lo que parecía ser una muy interesante investigación que podía traducirse en hallazgos de mucha importancia. Sin embargo después se hizo el silencio y se abandonaron las investigaciones. En abril de 1998, los periódicos de Piura divulgaron una noticia propalada por el Licenciado Luis Chaparro Director del INC de Piura. Se trataba del hallazgo en Chulucanas de un monolito tallado de 3.15 metros de largo y de medio metro de ancho, que tenía dibujos lineales y en la parte central un círculo circunscrito en un cuadrado. El hallazgo se produjo en forma casual, cuando unos obreros abrían una zanja para encausar un canal de regadío en las proximidades del Asentamiento Humano «Edgardo Mercado Jarrín», por lo cual se le ha asociado a la cultura de Ñañañique, se le supone una antiguedad de 500 a.c. y se le vincula con la cultura Chavín, por su semejanza al famoso Lanzón.

 

Guardar

Guardar

Guardar

admin

Compartir
Publicado por
admin

Entradas recientes

Tejidos vegetales

Tejido vegetal. Cuando hablamos de los tipos y características de los tejidos de las plantas…

2 meses hace

Cáncer metastásico

El cáncer que se disemina desde el lugar donde se formó hasta una parte del…

4 meses hace

La Edad Media

La Edad Media es el período de la historia comprendido entre la caída del Imperio Romano…

4 meses hace

La cultura medieval

La cultura medieval. Se entiende por cultura medieval al conjunto de manifestaciones sociales, políticas, económicas…

4 meses hace

La geografía como ciencia

La Geografía como ciencia. La geografía aparece como ciencia en el siglo XIX, cuando Alexander…

6 meses hace

Prehistoria

La Prehistoria. Se conoce como prehistoria al periodo de la historia queabarca desde la aparición…

6 meses hace