El Reino Tebano
La región del nomo IV del Alto Egipto con una fértil tierra a orillas del Nilo, carecía de importancia durante el Imperio Antiguo. Tebas no era en esta época más que una aldea en la orilla derecha del Nilo. Dentro del mismo nomo había otras ciudades como Tod, Hermontis y Medamud. Todas ellas adoraban a Montu, el dios preferido de los tebanos durante mucho tiempo. En la ribera occidental del Nilo, frente a Tebas, en la aldea de Gurna, se conocen algunas tumbas del Imperio Antiguo, entre ellas las de dos nomarcas. En Gebelein es conocido un personaje llamado Iti, que puede situarse antes de la fundación del reino tebano y que se proclama pilar en el nomo tebano distinguido en el distrito del sur, que cuidó Gebelein en los años difíciles del Primer Período Intermedio, proporcionando a la población medios de vida y lo mismo hizo con Mo’alla y Hermontis. Cosas muy parecidas dicen las inscripciones de Heka-ib, su paisano o la de Merer.
Dinastías del Imperio Medio de Egipto
Dinastía XI
Inició esta Dinastía el Imperio Medio con la reunificación del norte y sur. La Dinastía en sí empezó con 3 reyes que de hecho eran poco más que nomarcas, que gobernaron desde Tebas. Los tres llevan el nombre de Inyotef y participaban en guerras contra los reyes de Heracleópolis.
Mentuhotep I
Tras ellos reinó Mentuhotep I Nebhepetra (2060-2010), que consolidó el poder central y las fronteras, restaurando la unidad con la fuerza y la diplomacia porque los nobles y sacerdotes aún eran muy poderosos. Todos los grandes funcionarios que nombró fueron tebanos. También restableció relaciones diplomáticas con el extranjero. Logró la expansión hacia el sur (Nubia), el este (minas de turquesas del Sinaí) y el oeste (Libia).
Egipto volvió en esta época a ser foco artístico, aunque más en la parte sur, donde se encuentran obras tales como los templos de Elefantina, Dendera y las tumbas reales construidas en Deirel-Bahari, frente a Tebas, en la orilla occidental del Nilo. Su gran templo funerario está al lado del de Hatshepsut, en Deir-el-Bahari.
Le sucedió Mentuhotep II, Sanjkara (2010-1998) que sólo reinó 12 años. Siguió la práctica de sus predecesores de mantener una actitud defensiva frente a sus vecinos en las fronteras del norte, sin perder de vista el sur por su interés comercial.
Mentuhotep III
El príncipe Antef padre divino, hijo mayor de Mentuhotep II, murio antes que su padre y fue enterrado en el recinto de Deir el-Bahari, por lo que el nuevo faraón fue Mentuhotep III Nebtanyra.
Mentuhotep III Nebtanyra (1997-1991) subió al trono a edad avanzada y reinó sólo seis años. Su época de reinado fue pacífica y próspera. Se conservan de este reinado excelentes obras de arte, en las que se ve una ascensión hacia la perfección estética, característica de este momento.
Con Mentuhotep III el país se recuperó en muchos aspectos. Se hicieron expediciones a Libia y Nubia y se reanudó el comercio exterior. La capital permaneció en Tebas.
Dinastía XII
Esta Dinastía compuesta por siete reyes procedentes de Tebas, fue una de las más gloriosas de Egipto. Su primer faraón fue Amenemhat o Amenemes I. Destacó por la energía de su gobierno y por el cambio de la onomástica real: los faraones adoptaron un nombre teóforo: Mentuhotep lleva el nombre de Montu, dios local de la ciudad de Ermant y Sesostris significa el hombre de la Gran Diosa Useret (divinidad tebana).
Amenemhat/Amenemes I
Shetepibre (1991 -1962) tomó el poder en circunstancias oscuras, tras un período de revueltas e invasión del Delta por asiáticos.
Un texto llamado La Profecía de Neferti conservado en papiros y ostraka, se refiere en términos proféticos, al advenimiento de un rey llamado Ameny (diminutivo de Amenemhat). Describe un estado caótico, invasiones de asiáticos en el Delta, la guerra civil entre los egipcios y alteraciones del orden social, un caos que será remediado por la venida de una especie de Mesías.
Amenemhat fue hijo de Sesostris. Padre divino en Tebas, que será considerado más tarde como el verdadero fundador de la Dinastia XII. Su propio nombre, Amenemhat,Amón esta en cabeza anuncia ya un programa político que desembocará, mediante un retorno a la teología heliopoliama, en la nueva forma sincrética de Amón-Ra, sobre la que nueva Dinastía y sus sucesores basarán su poder. Amón llegó a su apogeo con la Dinastía XXI, como veremos.
Una vez instalado en el trono, el nuevo faraón, al igual que algunos de sus predecesores, recurrió a la literatura para difundir las pruebas de su legitimidad y el cambio religioso.
El rey restableció las fronteras y reorganizó la administración del país. La frontera norte construyó los muros del príncipe, en la parte oriental del Delta, como defensa contra los asiáticos. Hubo una fijación de fronteras que evitó las luchas por cuestiones de límites. La anarquía existente en el tránsito de las dos Dinastías produjo una vuelta a los malos usos de los nomarcas que volverían a la indisciplina del Primer Período Intermedio.
Amenemhat I, en sus 36 años de reinado reorganizó Egipto:
– Restableciendo los nomos entre sí y cambió la capital, trasladándola de Tebas, en el Egipto medio y la estableció a unos 32 km de Menfis, en Itjitauy (Amenemhat conquistó el Doble País).
– Trató de restablecer el poder real, aunque los nomarcas aún eran muy poderosos, y colocó inspectores reales junto a ellos y recompensó a los que le habían ayudado, confirmándolos en sus cargos, como al del Orix.
– Mejoró la administración del país, controlando y organizando los impuestos. Acrecentó el Tesoro Real como instrumento de poder.
– También creó nuevos cargos de altos funcionarios que residían en la corte, independientes de los nomarcas.
La inseguridad de la posición de Amenemhat o la necesidad misma de un ayudante de confianza, le llevó a asociar al trono como corregente a su hijo Sesostris, llamado como su abuelo, el año 20 de su reinado. El año 24, cuarto de la regencia de Sesostris, realizó una serie de expediciones punitivas y garantizó la explotación de las minas de turquesa de Serabit elKha-dim, en el Sinaí, reanudándose también las relaciones diplomáticas con el exterior. La penetración en Nubia se consolidó en esta época. La gran fortaleza de Buhen, aguas abajo de la segunda catarata, fue construida en el año 25. Amenemhat I murió en un atentado o conjura del harén que se conoce por textos que se han conservado, entre otros en el Papiro de Sinuhé.
Sesostris I Jeperkara (1971-1926) terminó con la conspiración de las mujeres del harén que acabó con la vida de su antecesor. Continuó la presencia egipcia en Nubia y parece que asoció a su hijo Amenemhat II al trono. También tuvo relaciones comerciales con Creta, Siria y Chipre y con los habitantes de los desiertos del oeste. En su época hubo un gran desarrollo económico y restauró el templo de Ra de Heliópolis en un intento de renovar la tradición del Imperio Antiguo.
En política interior no parece que hubiera grandes novedades y los nomarcas siguen gobernando sus nomos sometidos cada vez más al poder real, que siguió afirmándose.
Su obra constructora fue notable en todo el país, entre las que destaca el templo de Helíópolis, construido el año 3.
Su sucesor, Amenemhat/Ameneses II (1929-1895) fue corregente con su padre durante dos o tres años y reinó treinta y cuatro. Continuó la misma política para hacer de Egipto un Estado seguro y en la medida de la época, próspero. Se enviaron expediciones al Sinaí, a Nubia y al Punt y se estableció un puerto en la costa del Mar Rojo, en Wadi Gasu. Continuó la penetración pacífica en Palestina y el tesoro del templo del dios Martu en Tod es un ejemplo de los intercambios de regalos con los príncipes de la zona.
Lo mismo se puede decir de su hijo Sesostris II (1897-1878), durante cuyo reinado gobernó el nomo de Beni Hassan un personaje llamado Khnumhotep. Este rey inició la explotación de El Fayum, el gran oasis situado a unos ochenta kilómetros al sur de Menfis, canalizando el Bahr Yussuf que desembocaba en el futuro lago Karum, construyendo un dique en Illahum y agregándole un sistema de drenaje y canales, aunque la obra la terminaría su nieto Amenemhat III. Se desplazó con estas obras la necrópolis real que se instaló en Illahum y al este de su complejo funerario, el rey hizo instalar a los obreros en la ciudad de Kahum, el primer ejemplo conocido de ciudad artificial descubierto en Egipto, comparable a la aldea de los artesanos de Deir el-Medineh de época ramésida y a la reciente, más antigua aún, de Giza posiblemente.
Sesostris III
Tras Amenemhat II y Sesostris II reinó Sesostris III (1878-1841) el faraón con el que llegó a su apogeo el Imperio Medio. Este fue el faraón más glorioso de la Dinastía XII, llevando a cabo una serie de hechos que se pueden resumir en los siguientes:
- Consolidó el dominio egipcio en la franja noreste, llegando hasta Palestina Terminó con el poder de los nomarcas y suprimió casi todos sus cargos, de modo que las provincias se gobernaban desde el Palacio Real, divididas en tres departamentos o ministerios, uno para el norte, otro para el sur y el tercero sólo para la llamada cabeza del sur: Elefantina y la Baja Nubia, dirigidos por un alto funcionario y un Consejo, todo bajo las órdenes del Visir.
- Este rey recuperó por la fuerza Nubia, que se había perdido; también realizó una campaña contra Palestina, tomó Siquem y su influjo llegó hasta Biblos y las islas del Mediterráneo.
- De este reinado se conserva una curiosa muestra de la mentalidad político-religiosa de los egipcios. Se trata de unas estatuillas de barro cocido representando a prisioneros atados en las que se escriben los nombres de los enemigos interiores y exteriores del rey (habitantes de los países a los que se denomina Los Nueve Arcos), cuya destrucción se propicia mediante la execración con fórmulas mágicas. Se les denomina impropiamente, Textos de maldición o execración y en ellos aparecen citados príncipes de Nubia y de Asia. Son por tanto una fuente importante para el conocimiento de estos dos polos de la actividad egipcia.
- La monarquía egipcia alcanza sin duda en tiempos de Sesostris III altas cotas de grandeza y esplendor. Los nomarcas habían dejado de ser independientes y pasaron al servicio de la corte. El faraón necesitaba un cuerpo de burócratas eficientes y fieles y esto es lo que fomenta la literatura de inspiración oficial en la Sátira de los oficios.
Últimos faraones del Imperio Medio
A Sesostris III le sucedió Amenemhat III Nemara (1842-1797), en cuyo reinado se consolidó el desarrollo económico del país, conociéndose numerosas expediciones a las canteras de Tura, en el Uadi Hammamat y a Assuán, en las proximidades de Toshka.
Con su sucesor, Amenemhat IV Majerura (1798-1786) la influencia egipcia siguió extendiéndose por el Próximo Oriente.
Le sucedió la reina/rey Sebekneferura O Nefrusobek, Sebekkara (1785-1782) la belleza de Sobek, hija de Amenemhat III y hermana de Amenemhat IV (y tal vez esposa), de la que quedan algunos monumentos e inscripciones, una de ellas en la segunda catarata. Llevó la titulatura real de faraón, Horus. como más tarde Hatshepsut, con algunas diferencias.
La civilización egipcia durante el Imperio Medio
Características generales.
Esta época se caracterizó por una evolución en las ideas religiosas. En lugar de ser considerados como en épocas anteriores, como un dios, los reyes serán considerados ahora como simples mortales, aunque de gran habilidad y valentía. La relación entre la humanidad y la divinidad de los reyes fue un problema intelectual muy importante para los egipcios. Se restauró la unidad acabando con el poder de los nomarcas y desaparecieron los nomos como unidades administrativas y se crearon nuevas unidades administrativas: ciudad y su territorio circundame.
Con la paz y la prosperidad creció una clase media burguesa. Hubo una gran mejora de los sistemas hidráulicos. Se realizaron importaciones y exportaciones abundantes por las excelentes relaciones con el extranjero y se conocen numerosos textos jurídicos de la época de Sesostris II, como donaciones, herencias, compras, ventas, etc.
Religión
Se caracterizó este período por el contraste de la religión osiríaca (que asegura la supervivencia en la otra vida unida a la conservación de las momias) con la de Ra.
A partir de la Dinastía XI, el dios Osiris adquirió una mayor preponderancia en el terreno religioso porque era un dios popular cercano al hombre que como un humano sufría y moría, mientras que Ra era un dios solar y lejano. Al lado de la religión popular de Osiris, aparece con la Dinastía XI, una nueva religión con tendencias netamente heliopolitanas, cuyo dios principal era Amón-Ra. El dogma fue establecido por el colegio sacerdotal de Tebas, que vivía cerca del rey. Los primeros reyes de la Dinastía XI habían favorecido el culto a Osiris por razones políticas y sus sucesores reaccionaron contra una religión que se había vuelto demasiado popular. Durante la Dinastía XII las dos tendencias religiosas se desarrollaron paralelamente, adquiriendo ambas enorme importancia.
Literatura
El Imperio Medio es la época de esplendor y apogeo de la literatura egipcia. Su lengua es considerada como clásica, siendo las obras de este periodo copiadas sin cesar por los escribas y aprendices de épocas anteriores. Conocemos, entre otras, las Enseñanzas del Amenemhat (Sesostris I pone instrucciones en boca de su padre). Se conservan en el Papiro Millinge y en el Papiro Sallier II. Solían servir para los ejercicios escolares. Otros ejemplos son El papiro de Sinuhé, Histeria del náufrago, Cuentos de magia y la Profecía de Neferti. Entre los relatos mitológicos están el Cuento de Isis y Ra y el de Horus y Seth. También los grandes dramas sagrados como el Drama de la coronación o el Drama menfita. Muchos documentos demuestran el progreso científico, tanto en matemáticas como en astronomía, como el Papiro Matemático y el Papiro Rhind.
En medicina es importante el Papiro Ebers. Desde la XII Dinastía conocemos los Textos de los Sarcófagos. A esta época pertenece también la célebre Sátira de los oficios o Instrucción del escriba Hety, hijo de Dwa.
Manifestaciones artísticas en el Imperio Medio
Con la unificación del país, conseguida por los Príncipes tebanos, la situación artística adquirió unos nuevos caracteres que se aprecian tanto en arquitectura como en escultura, pintura y en toda una serie de las denominadas artes menores.
Actividad comercial
Destaca la relación con los dos centros comerciales más importantes del Mediterráneo Oriental: la isla de Creta (en la actual Grecia) y la ciudad de Biblos (en el actual Líbano). Creta era la principal potencia naval de la época, y su principal producción era la cerámica, muy estimada en Egipto. Biblos, abastecía de madera a Egipto, y su relación oscilaba entre la alianza comercial y el vasallaje. De hecho Sesostris III (1878-1842 a. C.) realizó campañas militares contra Biblos, permitiendo el establecimiento de la hegemonía egipcia en la región.
Otra de las principales rutas comerciales era el mar Rojo; el principal cliente era Punt (identificado con la actual Somalia), país productor de incienso, que llegaba a Egipto a través de los puertos del mar Rojo. En el reinado de Sesostris I (c. 1962-1928 a. C.) se construyó un canal que unía el mar Rojo con uno de los brazos del delta del Nilo, posibilitándose la conexión entre los mares Rojo y Mediterráneo.
También se promovió la actividad comercial con Kush, aunque el principal interés de los egipcios era su explotación minera.
El reinado de Amenemhat II (c. 1928-1895 a. C.) es considerado el más próspero de la dinastía XII en cuanto a comercio internacional.
Cronología del Imperio Medio
Cronología estimada por los siguientes egiptólogos:
- Primer faraón: Mentuhotep II Nebhepetra
- 2066-2014 (Dodson)
- 2061-2011 (Redford)
- 2055-2004 (Shaw)
- 2050-1999 (Malek)
- 2046-1995 (Von Beckerath)
- 2040-2009 (Grimal)
- 2008-1957 (Franke)
- Mentuhotep II Sanjibtauy
- 2061-2040 (Grimal)
- 2011-2000 (Redford)
- Último faraón: Neferusobek
- 1805-1801 (Malek)
- 1799-1795 (Shaw)
- 1798/97-1794/93 (Von Beckerath)
- 1790-1786 (Redford)
- 1790-1785 (Grimal)
- 1787-1783 (Arnold)
- 1785-1781 (Dodson)
- 1763-1759 (Franke)
- 1760-1756 (Krauss)