El sistema nervioso periférico El sistema nervioso periférico hace referencia a las partes del sistema nervioso que están fuera del sistema nervioso central, es decir, que están fuera del encéfalo y de la médula espinal.
El sistema nervioso periférico está formado por
- Los nervios que conectan la cabeza, el rostro, los ojos, la nariz, los músculos y los oídos con el cerebro (pares craneales)
- Los nervios que conectan la médula espinal con el resto del organismo, incluidos los 31 pares de nervios espinales
- Más de 100 mil millones de células nerviosas que recorren todo el cuerpo
El sistema nervioso periférico. Usar el cerebro para mover un músculo
Mover un músculo por lo general implica la comunicación entre el músculo y el cerebro a través de los nervios. El impulso de mover un músculo tiene su origen en los sentidos. Por ejemplo, las terminaciones nerviosas especiales de la piel (receptores sensoriales) permiten sentir el dolor, como cuando se pisa una piedra afilada, o la temperatura, como cuando se coge una taza de café caliente. Esta información se envía al cerebro y este envía un mensaje al músculo para saber cómo responder. En este tipo de intercambio intervienen dos vías nerviosas complejas:
- La vía nerviosa sensorial hacia el encéfalo
- La vía nerviosa motora hacia el músculo
- Si los receptores sensoriales de la piel detectan dolor o un cambio de temperatura transmiten un impulso (señal) que llega al cerebro.
- El impulso viaja a lo largo de un nervio sensorial hasta la médula espinal.
- Cruza la sinapsis (unión entre dos células nerviosas) entre el nervio sensorial y una neurona de la médula espinal.
- El impulso va desde la neurona de la médula espinal hasta el lado opuesto de la médula espinal.
- El impulso asciende por la médula espinal y a través del tronco del encéfalo hasta el tálamo, que es un centro de procesamiento de la información sensorial ubicado en las profundidades del encéfalo.
- El impulso cruza una sinapsis en el tálamo hacia las fibras nerviosas, que llevan el impulso de la corteza sensorial cerebral (el área que recibe e interpreta la información desde los receptores sensoriales).
- La corteza sensorial percibe el impulso. Entonces se inicia el movimiento, lo que desencadena que la corteza motora (el área que planea, controla y ejecuta los movimientos voluntarios) genere un impulso.
- El nervio que lleva el impulso cruza hasta el lado opuesto de la base del cerebro.
- El impulso se envía a la médula espinal.
- El impulso cruza la sinapsis entre las fibras nerviosas de la médula espinal y un nervio motor que se encuentra en la médula espinal.
- El impulso se desplaza hacia el exterior de la médula espinal a lo largo del nervio motor.
- En la unión neuromuscular (el lugar donde los nervios se conectan con los músculos), el impulso cruza desde el nervio motor hasta los receptores situados sobre la placa motora terminal del músculo, donde el impulso estimula al músculo para que se mueva.
La disfunción de los nervios periféricos puede deberse a una lesión en cualquier parte del nervio:
- Axón (la parte del nervio que envía mensajes)
- Cuerpo de la neurona
- Vainas de mielina (las membranas que rodean el axón y que funcionan igual que el aislante alrededor de los cables eléctricos, permitiendo que los impulsos nerviosos viajen rápidamente)
- El daño a la vaina de mielina se llama desmielinización, como ocurre en la esclerosis múltiple.
Aislamiento de una fibra nerviosa
La mayoría de las fibras nerviosas situadas dentro y fuera del cerebro están envueltas por varias capas de tejido compuesto por una grasa (lipoproteína) denominada mielina. Estas capas forman la vaina de mielina. De forma semejante al aislamiento alrededor de un cable eléctrico, la vaina de mielina permite la conducción de los impulsos eléctricos a lo largo de la fibra nerviosa rápidamente.
Cuando la vaina de mielina está lesionada, los nervios no conducen los impulsos eléctricos con normalidad.
Los trastornos de los nervios periféricos pueden afectar
- Un único nervio (mononeuropatía)
- Dos o más nervios periféricos en áreas distintas del cuerpo (mononeuropatía múltiple)
- Muchos nervios por todo el cuerpo, pero, en general, alrededor de las mismas zonas en ambos lados del cuerpo (polineuropatía)
- Una raíz nerviosa espinal (la parte del nervio espinal conectada a la médula espinal)
- Un plexo (una red de fibras nerviosas, donde las fibras se clasifican y se recombinan para servir a un área particular del cuerpo)
- La unión neuromuscular (donde el nervio y el músculo se conectan)
Si los nervios motores (que controlan el movimiento muscular) están dañados, los músculos se debilitan o se paralizan. Si los nervios sensitivos (que transportan la información sensorial, como dolor, temperatura y vibración) están dañados, se experimentan sensaciones anormales o pérdida de sensibilidad.
Las enfermedades de los nervios motores (neuronas) son poco frecuentes, pero son progresivas y, a menudo, mortales.
Los trastornos de los nervios periféricos pueden ser hereditarios o adquiridos (causados por la exposición a toxinas, lesiones, infecciones o trastornos metabólicos o inflamatorios).
Diagnóstico
- Evaluación médica
- Posiblemente, electromiografía y estudios de conducción nerviosa, pruebas de diagnóstico por la imagen o una biopsia
- Ante la sospecha de una neuropatía hereditaria, las pruebas genéticas
Para diagnosticar un trastorno de los nervios periféricos, los médicos piden a la gente para describir sus síntomas, incluyendo
- Cuando comenzaron los síntomas
- Qué síntomas aparecieron primero
- Cómo se han modificado los síntomas con el tiempo
- Qué partes del cuerpo se ven afectadas
- Qué alivia y qué empeora los síntomas
Los médicos también preguntarán acerca de posibles causas, como si se ha sufrido una infección u otros trastornos, ya que pueden haber estado expuestos a toxinas, y si algún miembro de la familia ha tenido síntomas similares. Esta información orienta al médico sobre la causa probable de los síntomas.
Un examen físico y neurológico exhaustivo puede ayudar a identificar la causa. Se evalúan los siguientes:
- La sensibilidad, si el sujeto puede sentir estímulos normalmente o tiene algunas sensaciones anormales como hormigueo.
- Fuerza mus cular
- Reflejos
- Nervios craneales
- Procesos internos del organismo (regulados por el sistema nervioso autónomo)
Los hallazgos de la historia clínica y la exploración física pueden sugerir posibles causas y las pruebas que pueden ser necesarias.
Las pruebas pueden incluir las siguientes:
- Electromiografía y estudios de conducción nerviosa para ayudar al médico a determinar si el problema se encuentra en los nervios o en los músculos
- Pruebas de diagnóstico por la imagen para detectar anormalidades (como tumores) que afectan los nervios craneales o la médula espinal y descartar otras causas de los síntomas
- Una biopsia de músculo y de nervio para identificar el tipo de problema (como una desmielinización o una inflamación de los nervios)
- Si se sospecha una neuropatía hereditaria se pueden hacer pruebas genéticas (análisis de sangre para detectar el gen anómalo)
Tratamiento
- Tratamiento de la causa siempre que sea posible
- Alivio de los síntomas
- Probablemente, fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia
Si es posible, se trata el trastorno que causa los síntomas. En caso contrario, los médicos se centran en el control de los síntomas.
Los cuidados proporcionados por un equipo de diferentes tipos de profesionales de la salud (equipo multidisciplinario) pueden ayudar a los afectados a afrontar la invalidez progresiva. El equipo puede incluir
- Los fisioterapeutas para ayudar a que el sujeto continúe usando sus músculos
- Los terapeutas ocupacionales recomiendan dispositivos de asistencia para ayudar al afectado a realizar las actividades de la vida cotidiana (como por ejemplo dispositivos para ayudar a caminar)
- Los terapeutas del habla y del lenguaje para ayudar al sujeto a comunicarse
- Especialistas para ayudar con problemas específicos, tales como dificultad para tragar o respirar
Si un trastorno de los nervios periféricos reduce la vida útil, el paciente, los familiares y los cuidadores deben hablar francamente con los profesionales de la salud acerca de las decisiones de atención médica en caso de que la persona se vuelve incapaz de tomar decisiones sobre el cuidado de la salud. El mejor enfoque es preparar un documento legal donde se especifican los deseos de la persona que lo suscribe en relación con las decisiones a tomar en su atención sanitaria en caso de que se encuentre en una situación de incapacidad para decidir (denominadas voluntades anticipadas).