Colina. Se conoce como colina, también conocido como cerro, a la elevación de terreno de menor altura que la
Montaña o el monte.
La palabra colina es de origen italiano “collina”, derivado del “colle”, y este del latín “collis”.
Generalmente, la colina no supera los 100 metros desde la cima hasta la base, aunque existen excepciones como México, Sudamérica, y Centroamérica que nombran colina o cerro picos que alcanzan 3000 metros de altitud.
La colina se forma por algún accidente geográfico, bien sea por fallas tectónicas, erosión de otros terrenos, como montañas u otros cerros, movimiento y deposición de sedimentos de un glaciar.
Antiguamente, las colinas eran usadas como establecimiento o asentimiento de comunidades que buscaban protegerse de las intemperies del tiempo, como inundaciones o crecidas de ríos.
Los cerros pueden formarse por varios fenómenos; entre los más comunes están los geomorfológicos: por la surgencia de fallas; por erosión de otros accidentes mayores del terreno, tales como las mismas montañas u otros cerros; por movimiento y deposición de sedimentos de un glaciar (por ejemplo, morrenas y drumlins); etcétera. La forma redondeada de algunos cerros obedece a movimientos de difusión del suelo y a regolitos que cubren el cerro, en un proceso denominado reptación.
Algunas regiones que pudieron haber tenido cerros no los tienen por causa de la cobertura de glaciares durante la Era de Hielo.
Por ejemplo, el contraste entre las vastas colinas del norte del estado estadounidense de Indiana y los numerosos cerros del sur del estado son el resultado de esto.
Existen varias denominaciones específicas usadas para describir tipos particulares de cerros, según su apariencia y método de formación. Muchos nombres se han originado en una región geográfica para describir una forma de cerro peculiar de esa región. Otras denominaciones incluyen:
- Loma — pequeño cerro con una mínima elevación, pero prolongada;
- Otero – cerro aislado que domina un llano
- Drumlin — cerro formado por acción glacial;
- Butte — cerro isla con costados muy escarpados y una cima muy plana, formados por acción climática;
- Tor — formación rocosa en la punta de un cerro, común en el suroeste de Inglaterra;
- Puy — cerro isla cónico y de origen volcánico común en Francia;
- Pingo — montículo de hielo cubierto de tierra que se puede encontrar en el Ártico y en la Antártica;
- Teso o tesa — pequeña colina con cima llana;
- Mota — se caracteriza por ser de baja altura y estar aislada;
- Montículo — puede ser de origen natural o artificial
Muchos asentamientos fueron originalmente construidos sobre cerros, para evitar crecidas de ríos cercanos e inundaciones, o para defenderse ya que ofrecen una buena visión de las tierras colindantes. Por ejemplo, la Roma Antigua fue construida sobre siete colinas para protegerse de los invasores.
En Europa del Norte, muchos monumentos están situados sobre cerros. Algunos de estos son estructuras defensivas (como los castros de la Edad de Bronce), pero otras parecieran haber tenido una connotación religiosa. En el Reino Unido, muchas iglesias construidas sobre cerros se creen que fueron erigidas sobre antiguos lugares sagrados paganos. La Catedral Nacional de Washington siguió esta tradición y fue construida sobre el cerro más alto de la ciudad.
Asimismo, varias culturas comúnmente depositaban a sus muertos en algún sitio determinado y luego lo cubrían con tierra, creando una estructura similar a un cerro, llamado túmulo.