Batalla de las Termópilas
En esta ocasión vengo a hablaros de la batalla de las Termópilas, acontecida durante la segunda guerra médica, una batalla con un poco de mito y con mucho de realiadad y heroicidad, porque digo esto, porque ni los 300 espartanos lucharon solos, ni los persas eran más de un millón de hombres, pero pese a las exageraciones de Heródoto, hay que decir que la fuerza y la valentía de la guardia real de Leónidas y del propio rey fue colosal, y que probablemente gracias a su heroica resistencia, Grecia no fue invadida y aniquilada, por la tiranía del rey del imperio persa Jerjes.
Decir primero que esta era la segunda vez que los persas invadían Grecia, ya lo habían intentado durante la primera guerra médica y había sido derrotado en la batalla de Maratón, pero el imperio persa tenía tanto dinero y esclavos, que pronto preparó la armada más grande que ha conocido el mundo, y invadió de nuevo a los helenos.
Los griegos se unieron para contenerlos, pero en el caso de Esparta su ejército no pudo partir, ya que el oráculo de Delfos, el consejo de esparta le negaron esto al rey, debido a los sobornos del rey persa, de modo que reunió a su guardia real, compuesta por los 300 soldados más fuertes, valientes y leales de esparta y partió hacia las termópilas. El oráculo de delfos ya había advertido al rey Leónidas que si iba a la guerra ya no volvería, pero esto no fue un obstáculo para él, cuando se despidió de su mujer esta le dijo que volviera con su escudo o sobre él, es decir que o alcanzara la victoria o muriera intentando alcanzarla.
La estrategia de los griegos ideada por el gran general Teméstocles era la siguiente, los 300 junto ha más hoplitas de las diferentes polis, bloquearían los caminos a Grecia y detendrían al ejército persa por tierra, mientras que la flota Griega sobretodo la ateniense, retrasaba a la armada persa en Artemisio.
En la batalla las fuerzas persas según los historiadores griegos de la época son exageradisimas, llegando a decir que estaba compuesta por dos millones de hombres, pese a estas exageraciones los griegos eran muy inferiores en número, según las fuentes modernas unos 7.000 hoplitas de las diferntes polis de Grecia, frente a los casi 200.000 persas en su mayoría esclavos.
(infantería del ejército de Jerjes, con su armamento y vestimenta, como se puede observar pocos llevan armadura)
Los espartanos y sus aliados griegos contuvieron a los persas el tiempo suficiente, ya que estaban mejor entrenados e iban mejor equipados otro factor clave era la moral, porque los griegos eran hombre libres que luchaban por defender su tierra, el ejército persa sin embargo estaba compuesto mayoritariamente de esclavos, la ventaja de los persas era el número pero las termópilas, era un paso estrecho por lo que no les servía de nada, la de los griegos eran sobretodo los espartanos reales de Leónidas, que eran la élite de un ejército, el espartano, en el que todos nacen y mueren para la guerra.
La batalla comenzó cuando los persas se acercaron al desfiladero de las termópilas, entraron en combate todos los hoplitas los de Corintio, los de Tebas, los acadios etc, mientras los espartanos se quedaron en la retaguardia, estos, debido a su fuerte y estricta formación hoplítica y a la mejor calidad de sus armas y armaduras, ya que todos solían llevar armadura, al contrario que los persas, y sus escudos eran de madera de roble recubiertos de bronce, los de los persas eran de mimbre, diezmaron a la infantería persa, hasta que los griegos se cansaron, lo que provocó que se empezara a debilitar la formación, fue entonces cuando entraron en batalla los 300 espartanos, mientras el resto de griegos se retiraban a la retaguardia.
El combate de estos fue feroz, luchaban como uno solo y todos se conocían entre ellos ya que muchos eran familiares, lo que hacía mantener la formación aún más vital, los persas no paraban de caer ante sus escudos sin que los espartanos tuvieran apenas bajas.
Viendo que no podía con ellos envió a sus soldados de élite los inmortales persas, llamados así porque cada vez que uno caía venía otro a reemplazarle inmediatamente, por lo que la unidad nunca mermaba su número, pero como guerreros, no eran ni por asomo tan hábiles como los espartanos, por lo que cayeron de igual manera. Leónidas solía reírse del ejército persa, diciendo a sus hombres que Jerjes poseía muchos esclavos, pero ningún guerrero.
(a la izquierda formación hoplita, a la derecha el equipamiento del hoplita, que era mucho más pesado que el persa)
Aún pese a las continuas victorias de los espartanos, los persas no paraban de llegar debido a su número, un explorador griego les dijo a los espartanos, que los persas tenían tantos arqueros que las flechas de estos ocultarían el sol, un espartano respondió, entonces lucharemos a la sombra, lo que es muestra de la arrogancia espartana.
Los 300 en los que se les ve cubriéndose de las flechas persas
Oleada tras oleada los persas seguían cayendo, y las flechas no les servían a los persas, ya que solo disparaban desde una dirección y la disciplinada formación, conseguía cubrirse de ellas, los valientes espartanos y su aún más valiente rey aguantaron así casi dos días, ellos tenían el siguiente lema muy presente en la batalla:
“si estabas cansado no importaba, eres un guerrero, si estabas herido no importaba, eres un guerrero y el guerrero espartano solo lucha”
Los persas y el propio Jerjes se volvieron impotentes ante los echos, pero todo esto cambió cuando un griego de Tesalia, llamado Efialtes, que ansiaba hacerse rico, traicionó a los suyos y le dijo a Jerjes, el camino hacia la retaguardia de los espartanos, cuando los griegos se enteraron del que el ejército de Jerjes les rodearía por ambos flancos, dieron la lucha por perdida, Leónidas mandó a todos los griegos a casa ya que no quería bajas innecesarias, mientas el y los espartanos que habían sobrevivido contendrían al ejército persa hasta el final, antes de la batalla le advirtió a sus soldados que esa noche cenarían en el Hades.
Cuando los persas llegaron atacaron al ejército espartano por todas partes, aún así no podían con ellos, y los persas seguían teniendo bajas así que decidió usar un arma que los espartanos consideraban de cobardes, el arco , y acabaron con todos y cada uno de ellos, les dispararon miles de flechas desde todas las direcciones. En cuanto cayó Leónidas los soldados restantes fueron a proteger su cuerpo de los persas, para evitar que lo mutilaran lo que demuestra el respeto y la admiración que sentían por su rey, pero cuando acabó todo, y no quedó ni un solo espartano Jerjes ordenó cortarle la cabeza y clavarla en una pica, Leónidas había echo peligrar su invasión.
Cayeron 10.000 persas en la batalla, eso para el ejército de Jerges no era una gran pérdida, pero afectó seriamente a la moral del ejército ya que los persas se dieron cuenta de que los griegos no rendirían Grecia fácilmente y que defenderían su patria, sin importar el precio a pagar.
(En las imágenes un busto de bronce de Leónidas izquierda, y una moneda con el retrato de jerjes, derecha)
Por último decir que los espartanos usaban un método parecido al de las chapas de identificación para contar a sus muertos, cogían una rama, la partían por la mitad y ponían una marca en ambas partes, después, dejaban una parte en la retaguardia, metida en un recipiente y llevaban la otra atada en la muñeca, si sobrevivías cogías tu la parte con tu marca, las que se quedaban en los recipientes, se sabía que pertenecían a soldados que habían muerto o desaparecido, ninguno de esos 300 valientes pudo recogerla excepto uno, un hombre que seguiría haciendo templar al imperio persa, hasta la derrota de este en Salamina y Platea, estos echos significarían el fin de la segunda guerra médica, después de esto Grecia pasaría a la ofensiva.