Aparición u omisión del pronombre sujeto. El español es una lengua de sujeto no obligatorio (Vino y nos dijo que no saliéramos a la calle). Esto no significa, sin embargo, que la aparición o elisión del pronombre de sujeto sea aleatoria o indiferente. Por el contrario, es fácil reparar en que la aparición de sujetos pronominales explícitos es a veces anómala, mientras que, en otros casos, su presencia es posible o resulta imprescindible.
Por otra parte, en ciertas variedades del español, con especial incidencia en el habla caribeña, la -s final se aspira, se debilita o se pierde, de manera que la segunda persona del singular puede llegar a converger oralmente con las formas de primera y de tercera, según los tiempos, lo que justifica la frecuencia con la que se hace explícito, en esas zonas, el sujeto tú: «¿Qué tú quieres más que eso?» (González Provisiones [Cuba 1975]).
Para la primera y la segunda persona no existen formas pronominales tónicas
específicamente reflexivas, sino que, como ilustran los ejemplos anteriores, estas son las mismas que se emplean en cualquier complemento preposicional: mí, ti, vos, nosotros/as, vosotros/as. Solo la tercera persona posee una forma tónica específicamente reflexiva, el pronombre sí
(→sí,), Adverbio de afirmación. Se usa normalmente en respuesta a oraciones interrogativas, para contestar afirmativamente a lo preguntado o propuesto: —¿Has visto mis llaves? —Sí, están sobre la mesa; —¿Te vienes al cine? —Sí. En forma interrogativa, se dice en algunos países de habla hispana al descolgar el teléfono. También se emplea con valor enfático para reforzar una afirmación, frecuentemente seguido de la conjunción que: Te ayudaré, sí, aunque sea lo último que haga; Esto sí que ha sido una sorpresa. Seguido de que se emplea irónicamente para reforzar una negación: Sí que la has hecho buena.invariable en género y número:
2. Como sustantivo masculino, ‘permiso o conformidad’: «Estela habló con sus padres para que le consintieran los amores y consiguió de ellos el sí tan deseado» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Su plural culto es síes (→ plural, ): «Las escasas posturas negativas […] se tornaron síes».
. Sí es también la forma tónica reflexiva de tercera persona, tanto del singular como del plural.
.1. Su uso está sujeto a dos condiciones:
a) Siempre ha de ir precedido de preposición: Pedro no daba más de sí; Los asistentes no cabían en sí de gozo; No podrá usted huir de sí mismo. Ante la preposición con adopta la forma consigo: No olvide traer consigo todas sus pertenencias; no es correcto, pues, el uso de la secuencia
b) Por ser un pronombre personal tónico exclusivamente reflexivo (→ pronombres personales tónicos), sí solo debe emplearse cuando el complemento posee sentido reflexivo, esto es, cuando el referente del pronombre es el mismo que el del sujeto de la oración en que aparece o que el de una paráfrasis implícita en la secuencia a la que pertenece: María reclamó para sí las joyas de su madre; Yo lo veo seguro de sí mismo (donde subyace la oración Él está seguro de sí mismo). No es recomendable emplear el reflexivo sí en oraciones impersonales con referente inespecífico o genérico; en esos casos, lo normal y preferible es usar el indefinido uno (→ uno,); así, en lugar de Aquí se viene a hablar de sí mismo resulta preferible decir Aquí se viene a hablar de uno mismo.
3.2. Para el uso, con sentido reflexivo, de las otras formas tónicas de tercera persona (él, ella, etc.), → pronombres personales tónicos.
3.3. No es recomendable el uso de la forma reflexiva sí para referirse a una primera o una segunda persona, tanto del singular como del plural: «No sé qué decir, cómo expresarme, son sentimientos muy fuertes. Todavía no volví en sí» Podías haberme dicho que no dabas más de sí; «Solo la mona y yo nos hallábamos fuera de sí» (Vicent Balada [Esp. 1987]); debió decirse volví en mí, no dabas más de ti, nos hallábamos fuera de nosotros. No obstante, ha de tenerse en cuenta que el uso de estas locuciones no se da con normalidad en las personas de plural.
3.4. de por sí. La locución adverbial de por sí, que significa ‘por su propia naturaleza’, también debe variar según la persona gramatical a la que se refiera: «Ella es estirada de por sí» (Hidalgo Azucena [Esp. 1988]); «Tengo la piel morena de por mí» (SchzFerlosio Jarama [Esp. 1956]). No obstante, lo normal es usarla solo en tercera persona y utilizar, en el resto de los casos, la expresión equivalente por naturaleza.
«Vladimir creyó tener ante sí al psiquiatra del lugar»; «Tiene usted un bajo concepto de sí mismo» ;
«Aquellas flores le devolvieron […] la confianza en sí misma» ;
«Su dogma les permite […] decidir, por sí mismos, la suerte de quienes les rodean» .
Como se ve en varios de los ejemplos citados, junto a las formas pronominales con sentido reflexivo aparece frecuentemente el adjetivo mismo, como refuerzo, a veces opcional, a veces obligatorio.
(él, ella, ellos, ellas, usted, ustedes), especialmente si hacen inequívoco este valor mediante el refuerzo mismo:
No obstante, en el habla esmerada se recomienda emplear, en estos casos, la forma propiamente reflexiva: La candidata lució guapa y segura de sí misma;
Póngase a pensar en sí mismo; Sánchez empezó a maldecir, como hablando consigo mismo.
No es obligatoria la presencia de un pronombre tónico en función de complemento directo o indirecto, pero, si aparece, es forzoso que aparezca también el pronombre átono correspondiente; sobre la coaparición de pronombres tónicos y clíticos y, en general, sobre la duplicación de complementos, → pronombres personales átonos.
Los pronombres personales son los que sirven de sujeto en una oración. Ellos son:
persona | singular | plural |
1ª | yo | nosotros, nosotras |
2ª | tú | vosotros, vosotras |
3ª | él, ella, Ud., ello | ellos, ellas, Uds. |
Ejemplos:
Si un pronombre tiene forma masculina y femenina (ellos/ellas; nosotros/nosotras; vosotros/vosotras), se usa la forma femenina sólo cuando el grupo entero se compone de seres femeninos, de lo contrario se usará la forma masculina.
Ejemplos:
Esas chicas son españolas; ellas son de Madrid. Esos chicos y chicas son mexicanos; ellos son de Querétaro.
El pronombre de la segunda persona familiar, tú, se usa con amigos, animales, Dios, niños, compañeros de clase y en situaciones sociales a que asiste gente de aproximadamente la misma edad y clase social. Ud. es más formal e implica algún respeto por la persona o por su oficio. Se usa con personas mayores, en situaciones sociales formales, con médicos, policías, profesores, etc. La forma informal plural vosotros/vosotras y la forma formal plural Uds. se emplean igual como tú.
Ejemplos:
Aunque entendido por todo el mundo hispánico, el pronombre vosotros sólo se usa con frecuencia en España. En otros países de habla española, normalmente se emplea Uds.
Ejemplos:
En España en otros países | Vosotros no tenéis la menor posibilidad de ganar este partido. Uds. no tienen la menor posibilidad de ganar este partido. |
Normalmente, hay una forma diferente del verbo según el número y la persona, pues se sabe quién es el sujeto del verbo en la mayoría de los casos. Por eso, el pronombre personal generalmente se suprime, ya que su uso resulta superfluo. Se puede usar en los casos siguientes:
Dado que la forma del verbo de la tercera persona, singular y plural, puede referirse a varios sujetos (él, ella, Ud.; ellos, ellas, Uds.), a veces es necesario emplear el pronombre personal para evitar la ambigüedad.
Ejemplo:
— ¿Conoces a Juan López?
— Sí, tiene una hermana casada.
— ¿Cuántos años tiene?
— ¿Quién? ¿Ella o él?
Para enfatizar la singularidad del sujeto o para hacer una comparación implícita, se usa el pronombre personal.
Ejemplos:
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