Rocas metamórficas

Rocas metamórficas

Una roca es una piedra dura, de gran solidez, que está compuesta por uno o varios minerales. Metamórfico, por su parte, es aquello que fue sometido a un proceso de metamorfismo.

Podemos decir, por lo tanto, que las rocas metamórficas son rocas creadas a partir del metamorfismo. Para comprender el alcance de la noción, debemos saber en qué consiste este proceso.

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El metamorfismo implica la transformación de la composición de un material, sin que se produzca un cambio de estado. El proceso se produce cuando el material en cuestión se enfrenta a condiciones de presión o de temperatura diferentes de aquellas que permitieron su desarrollo. El metamorfismo también puede desencadenarse por la inyección de un fluido.

Una roca, cuando se modifican estas condiciones, pierde su equilibrio termodinámico. De este modo, buscará aprovechar la energía para realizar una evolución que le permita recuperar el equilibrio en las nuevas condiciones. La roca resultante de este proceso recibirá la calificación de roca metamórfica.

Existen procesos similares al metamorfismo, aunque con ciertas características diferentes, que dan lugar a otros tipos de rocas. Las rocas sedimentarias son aquellas que surgen tras un proceso de diagénesis, mientras que las rocas magmáticas se forman a través de la fusión con magma. Las rocas mixtas, por último, son el resultado de una fusión parcial con sectores metamórficos.

Cuando la roca se halla a temperaturas y presiones más elevadas que las originales, la roca metamórfica surge del metamorfismo progresivo. Por otro lado, si cambia a condiciones de energía inferior, se trata de un metamorfismo regresivo.

A continuación se listan algunas de las rocas metamórficas principales:

  • Espilita: pertenece a las basálticas (rocas ígneas volcánicas con un rico contenido en silicatos de hierro y magnesio, y con escaso sílice), específicamente a las alteradas por medio de fluidos a altas temperaturas. Por lo general presenta un color verde o gris y no tiene cristales visibles, aunque esto puede variar. Comúnmente, la espilita se halla en forma de lava acojinada, la cual se forma bajo el agua cuando la lava se dirige hacia el fondo del mar y se solidifica con un aspecto similar al de un cojín;
  • Anfibolita: su composición se basa principalmente en minerales anfíboles (un conjunto perteneciente a los silicatos que se presenta en una amplia gama de variedades, con diferentes apariencias y composiciones). Este tipo de roca metamórfica es la más antigua de todas las que se han encontrado, ya que se estima que pueden llegar a los 4.300 millones de años. Con respecto a su textura, ésta suele ser áspera;
  • Antracita: se trata del más metamórfico de los carbones minerales conocidos, así como del que contiene más carbono. Exhibe un lustre brillante y matices que van desde el gris acero hasta el negro. Si no está húmeda y si no se tienen en cuenta las cenizas, la antracita posee en su masa aproximadamente un 14% de compuestos orgánicos volátiles (sustancias químicas con carbono, presentes en cualquier elemento vivo) y un 86% de carbono. Dichos porcentajes pueden variar, disminuyendo el primero y aumentando el segundo;
  • Corneana: el nombre de esta roca metamórfica se debe a su nombre en alemán, hornfels, que puede traducirse como “roca con forma de cuerno”. Es una roca de gran dureza, capaz de soportar la acción glacial. Se origina a partir de las altas temperaturas de las masas ígneas intrusivas. Por lo general, su grano es fino y presenta un aspecto que mezcla matices de marrón oscuro y partes negras;
  • Cuarcita: también se conoce con el nombre de metacuarcita. Es rica en cuarzo (suele contenerlo en más del 90% de su estructura) y de considerable dureza. Es importante señalar que existe una roca sedimentaria denominada “cuarzoarenita”, a la cual algunas personas se refieren usando el nombre cuarcita, erróneamente.

Rocas transformadas

Cualquier roca cuando se somete a intensas presiones y temperaturas sufre cambios en sus minerales y se transforma en un nuevo tipo que llamamos ROCA METAMÓRFICA.

El proceso metamórfico se realiza en estado sólido, es decir las transformaciones se producen sin que la roca llegue a fundirse. La mayoría de las rocas metamórficas se caracterizan por un aplastamiento general de sus minerales que hace que se presenten alineados. Esta estructura característica que denominamos foliación se ve muy bien en rocas como las pizarras, los esquistos y los gneises.

  • Las pizarras son arcillas metamorfizadas. Presentan foliación muy recta, paralela y próxima. Generalmente son oscuras y con frecuencia contienen fósiles.
  • Los esquistos son rocas que han sufrido un metamorfismo más intenso. Presentan foliación algo deformada y los fósiles que pudiera haber en la roca original desaparecen durante el proceso metamórfico.
  • El Gneis es una roca que ha sufrido un metamorfismo muy intenso. Sus principales minerales son el cuarzo, los feldespatos y las micas (como el granito) pero se presentan orientados en bandas claras y oscuras.

Otras rocas metamórficas muy comunes son:

  1. El mármol: se trata de rocas carbonatadas (como las calizas) que han sufrido metamorfismo y presentan un aspecto cristalino característico.
  2. La cuarcita: son areniscas ricas en cuarzo metamorfizadas.

  Marmol       Gneis    Esquistos Pizarras

El metamorfismo puede ocurrir en diferentes ambientes terrestres, por ejemplo a ciertas profundidades las rocas sufren cambios debidos al peso de los materiales que hay por encima y a las grandes temperaturas. También se produce metamorfismo en los bordes de las placas tectónicas debido fundamentalmente a las grandes presiones que actúan y también en los alrededores de los magmas gracias a las grandes temperaturas reinantes.

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