La Historia

  • La historia es la ciencia que tiene como objetivo el estudio de sucesos del pasado, tradicionalmente de la humanidad​, y como método, el propio de las ciencias sociales/humanas, así como el de las ciencias naturales en un marco de interdisciplinariedad.​ Se trata de la disciplina que estudia y narra cronológicamente.
  • La Historia es la ciencia que estudia y expone de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el presente momento.

Conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social. «Hasta la llegada del hombre a la Luna fue un suceso crucial en la historia de la humanidad» La historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra parte, la palabra se utiliza para definir al periódico histórico que se inicia con la aparición de la escritura e incluso para referirse al pasado mismo. Las formas en la que la historia estudia los hechos trascendentes de la vida de la humanidad pueden ser Sincrónica (de la misma época), relacionando hechos de la misma época con evoluciones o consecuencias en la especie humana, o Diacrónica (de épocas diferentes), analizando hechos anteriores que puedan ser causas o posteriores que sean consecuencia de un hecho o algo concerniente a la propia especie. Los científicos que se especializan en historia, son llamados historiadores.

La historia es una ciencia que los historiadores deciden contar, a través narraciones, imágenes, etc. … La historia tiene dos características , una es la cronología que estudia el orden, las fechas de los sucesos históricos. También sirven para señalar un hecho del pasado.

Qué es la historia y cómo se clasifica?

La historia se clasifica en anticuaria, critica, de bronce y científica. Se conoce como historia a aquella área del saber, que conforme a una metodología especial, procede a la presentación y estudio de los hechos del pasado, referidos a un determinado periodo de tiempo, evento o lugar en específico.

Una de las áreas de la historia, que ha gozado de gran desprestigio y desinterés para muchos, por considerarse que la misma narra o bien se centra en hechos o elementos que no representan gran interés para la sociedad.

No obstante, los anticuarios (los especialistas que se dedican a la narración y expresión de la historia anticuaria), consideran que la misma resulta fundamental e incluso es una rama complementaria de los demás tipos de historia.

El motivo de su desmedro, es por el objeto de estudio, ya que la historia anticuaria, se dedica a la evaluación, tasación, estudio y recreación de los hechos y eventos pasados que puedan rondar sobre un objeto o bien un espacio geográfico determinado en el que se hallen residuos de relevancia biológica.

En efecto, su centro de estudio reside en reliquias y en fósiles, de aquí que para muchos no represente mayor interés, no obstante, esta área, encuentra gran valía en lo que refiere a la arqueología.

Critica

Es aquella reflexión que se realiza de los distintos eventos del pasado, considerando que los mismos resultan procedentes conforme a la óptica analítica del historiador.

Es decir, que conforme a una serie de criterios analíticos, lógicos y de orden metodológico, la persona estudiosa procede al estudio de eventos y de personajes de la historia universal con el fin de poder brindar una réplica o bien reflexión sobre los mismos.

Para ello, es menester que la persona encargada del estudio, someta el personaje o hecho al análisis sociológico, crítico, literario y desde cualquier perspectiva humanista, con el fin de poder abordar de forma idónea el fenómeno y determinar la procedencia del mismo en la historia.

Tal es el caso, por citar un ejemplo,  de evaluar desde esta perspectiva la figura de Hitler y de determinar la existencia de ciertos eventos conforme al mismo, haciendo énfasis en la época, en las circunstancias que rondaban la misma y en los patrones de conducta que el personaje manifestaba.

De bronce

Forma peculiar de plantear los hechos del pasado conforme a la cultura reinante en un país, ya que la misma se consolida como una historia que se plantea alrededor de una serie de hechos y personajes determinados que los gobernantes desean enaltecer con el fin de producir en los ciudadanos una especie de finalidad o devoción hacia los mismos.

Es decir, que la historia de bronce, presupone la exaltación de los próceres patrios de una determinada Nación, la misma se circunda a enaltecer los rasgos más característicos o bien los más notables de los personajes que participaron en la independencia de la Nación o bien en la conformación de la República, según sea la historia de cada país.

En todo caso, esta modalidad de narración de eventos, se ve en muchos casos con malos ojos de parte de los historiadores críticos, por considerar que la misma se halla viciada, considerando que esta sin duda alguna puede verse manipulada por los representantes  o gobernantes en provecho de un partido, ideología o forma de gobierno en especial.

Científica

Tal cual su nombre lo indica, esta refiere al estudio y evaluó de los hechos científicos, como también de los fenómenos y su respectiva evolución, en todo caso, hace referencia a los estudios y sus distintos avances que han tenido los fenómenos descubiertos.

Esta es una de las formas de narrar los eventos, fenómenos y los estudios entorno a los cuales se está realizando las investigaciones científicas, de modo tal, que esta sigue una secuencia lineal y objetiva.

¿Qué ofrece la historia?

La historia nos ayuda a entender el mundo en el que vivimos. Una mirada a lo que ocurrió en el pasado, nos da un panorama completo de por qué el mundo es como es, no solo nuestra en realidad si no en el contexto global, incluyendo otras culturas y desde luego, la naturaleza.

¿Cuándo nace la historia?

Se toma como fecha de inicio de la historia la de la aparición de la escritura, cuando el hombre pudo poner por primera vez sus ideas e impresiones por escrito. Esto ocurrió en Sumer, antigua región de la baja Mesopotamia (cerca del Golfo Pérsico), a fines del cuarto milenio a.C, hace más de 5000 años.

¿En qué etapas se divide la historia? 
La historia se divide en edades a partir de hechos muy importantes que trajeron aparejados grandes cambios. La primera es la Edad Antiguay transcurre entre la aparición de la escritura hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d.C., con el triunfo de las tropas germánicas al mando de Odoacro. Este hecho da inicio a la Edad Media, que se prolonga hasta la caída del Imperio Romano de Oriente (Bizancio) en manos de los turcos en 1453. Aquí comienza la Edad Moderna,que concluye con la Revolución Francesa de 1789. Con la Revolución se inicia la Edad Contemporánea,que es la que todavía estamos viviendo, aunque algunos historiadores dicen que a partir del bombardeo atómico a la ciudad de Hiroshima (6 de agosto de 1945) se inició la Era Nuclear.

¿Por qué al año 2001 le corresponde el siglo XXI? 
En el siglo VI un viejo monje griego, Dionisio el Pequeño, que vivía en Roma, propuso dividir la historia a partir del nacimiento de Jesús. El siglo I de la era cristiana comienza el 1º de enero del año 1 y termina el 31 de diciembre del año 100. De igual modo, el siglo XXI comenzó el 1º de enero del año 2001 y terminará el 31 de diciembre del año 2100.

¿Quiénes escriben la historia? 
Los historiadores, basándose en diferentes elementos a los denominamos fuentes. Hay fuentes escritas, como documentos, cartas, libros;  fuentes orales, como las historias y relatos que se fueron transmitiendo de generación en generación, como las cosas que te cuentan tus abuelos y tus papás sobre cómo era nuestro país en otros tiempos; arqueológicas, como monumentos, objetos antiguos, que nos pueden dar datos valiosísimos sobre civilizaciones extinguidas. A partir del estudio y la comparación de las distintas fuentes y del trabajo de investigadores anteriores, los historiadores van armando la narración histórica. Podés encontrar a veces sobre un mismo hecho versiones distintas. Esto tiene que ver con que cada historiador puede darle una interpretación distinta a los hechos de la historia. Esto lejos de hacerla dudosa, la enriquece porque nos ayuda a pensar de diferentes formas sobre un mismo acontecimiento.

¿Para qué sirve la historia? 
La historia sirve para muchas cosas. En primer lugar, para conocer el pasado, para saber de dónde venimos. Esto es lo que nos va a permitir saber adónde vamos. En segundo lugar, nos ayuda a entender lo que nos está pasando ahora, porque el presente es el resultado de nuestro pasado. En tercer lugar, nos sirve para no volver a cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado y para recordar (del latín re-cordi = volver a pasar por el corazón) las situaciones buenas y malas que fueron formando la cultura, la forma de ser, la historia de nuestro país. Ese pasado no ha muerto; permanece presente en el mundo que nos rodea; nos pertenece a todos y, por lo tanto, tenemos todo el derecho de conocerlo.

EL CONCEPTO DE HISTORIA
De Clío a la historia del hombre. De Clío a la historia De Clío a la historia del hombre. del hombre. Clío es la musa que representa la historia gracias a la intelectualidad académica de Alejandría. De las nueve hijas de Zeus y
Mnemosine, musas patrocinadoras de las artes, la primera de ellas es Clío, quien es representada por una imagen de mujer coronada de laurel y portando un rollo de papiro en la mano izquierda. La historia es una de las pocas disciplinas que cuentan con una musa, nadie más que ella ha compartido la naturaleza y el destino de los hombres ya que “no hay ninguna ciencia que tenga las puertas tan abiertas al gran público como las tiene la historia”.
Que la historia tenga musa denota, en parte, la importancia que, desde los tiempos de Herodoto, ha tenido para el hombre; sin embargo, dado que las musas son consentidoras de las artes, se plantea de entrada el problema acerca de si la historia es un arte, tal como creía Aristóteles o si es un conocimiento científico. Pues bien, tendremos primero que navegar en otras honduras antes de llegar a cualquier conclusión.

Por otra parte, enfocando el origen del término que se rastrea desde el punto de vista epistemológico, la palabra castellana historia proviene directamente de la correspondiente palabra griega que significa narrar, describir, explicar (esos significados, no obstante que se pueden entender en ciertos ámbitos como sinónimos de historia, marcan también una problemática dentro de la filosofía de la historia, puesto que narrar, describir o explicar, pueden constituir más bien partes del proceso
del conocimiento histórico por el cual atraviesa el historiador como sujeto cognoscente de la historia). Por eso, historia es un concepto cuya comprensión ofrece algunas dificultades tanto en la definición como en la explicación que le han dado diferentes autores.
Se ha empleado el término historia en el sentido amplio de estudio de los
cambios sucesivos que se han producido en cualquier ámbito de fenómenos, y no solamente en el de las cuestiones humanas; así lo que llamamos historia es externamente lo que, en el espacio y el tiempo, acontece en su determinado lugar.
La historia, así entendida, trata de todo tipo de asuntos, humanos o no humanos, y no tiene porqué ser pasajera, vale decir, tiene rasgos de eternidad. Hablamos, pues, de la historia de la Naturaleza y de la historia del Hombre; a las dos es común un proceso continuo e irreversible en el tiempo, ya que son distintas en su esencia y en su sentido. En la historia de la Naturaleza, ésta no es consciente de sí misma, es apenas un acontecer que no sabe de sí, sólo sabe de ella el hombre. Los procesos y cambios evolutivos más importantes son tan impredecibles como los procesos históricos o los cambios históricos más señalados.
Pero en la historia humana “conciencia y propósito no son factores de ese acontecer natural”, es decir, que el hombre ha llegado a preguntarse y a saber de sí mismo mediante la conciencia pensante en una tradición histórica ininterrumpida. La historia del hombre la representamos, en cambio, como una pequeña parte de la historia de la vida sobre la tierra. La historia de seis mil años que conocemos por tradición es un proceso muy breve comparado con la larga historia, sin historia, del hombre durante milenios. Por lo tanto la historia no existe como naturaleza, sino sobre la base de la naturaleza que en el ilimitado tiempo anterior a la historia existía y existe hoy para soportar todo lo que somos y a partir de allí el concepto se hace ambiguo y se restringe, como lo indica Moulines.
Es decir, que historia es un concepto que se entiende sólo a partir del hombre o de asuntos relacionados con él, porque con respecto a las medidas humanas, la historia de la naturaleza tiene un curso muy lento, en tanto que para la historia humana la repetición de lo idéntico constituye un aspecto central, este aspecto contradictorio hace que la naturaleza sea ahistórica.
Características de la historia. acterísticas de la historia. Admito en principio dos significados del término historia: como proceso histórico objetivo (res gestae) y como descripción de este proceso, o sea la historiografía (historia rerum gestarum). Esta distinción se basa en la concepción filosófica, implícita o explícita, que acepta dos órdenes distintos: por una parte, la realidad que existe fuera e independientemente de cualquier espíritu
cognoscente; por otra, el pensamiento relativo a dicha realidad. Es en el contexto de esta concepción y distinción donde se plantean problemas para la teoría del conocimiento, y para la teoría de la historia. Esta primera aproximación nos indica que la historia sólo es posible mediante el hombre. El concepto de historia no está ligado necesariamente a la hipótesis de un orden total. Tal como se ha venido estudiando podemos reconocer la historia como el conocimiento del devenir humano, en donde lo determinante es la conciencia del pasado y la voluntad de definirse en
función de él. La historia es conocimiento del pasado humano porque es el recuerdo, para conocerlo y para vivir de él, es el fundamento al cual quedamos vinculados para no diluirse, es el modo que tenemos para aspirar a participar en el ser del hombre.
Herodoto advierte que “la historia exhibe al hombre como un agente racional, es decir, que su función es en parte descubrir lo que el hombre ha hecho y en parte por qué lo ha hecho”. Herodoto, en efecto, no reduce su atención a los simples acontecimientos; los considera humorísticamente en cuanto actos de seres humanos que tuvieron sus motivos para obrar del modo que obraron; motivos que no son ajenos al interés del historiador.
Admito con Collingwood que la historia es un tipo de investigación o inquisición, que es una forma de pensamiento que consiste en plantear preguntas que intentamos contestar. Esto explica que desde Herodoto la historia se ha constituido en una búsqueda de vestigios, de interés para el hombre, ocurridos en las coordenadas del tiempo y del espacio y a partir de los cuales se puede tener certeza de la ocurrencia de los hechos.
La afirmación de Moulines indica que se han tenido rastros de la actividad del hombre en el tiempo anterior a los historiadores, esos rastros son apenas testigos de las actuaciones de los seres humanos en el pasado remoto, pero cuando hablamos de historia, la única realidad que designamos es la toma de conciencia de ese pasado humano obtenida en el pensamiento del historiador por su propio esfuerzo.
En general, las características de la historia de acuerdo con el concepto que se viene delineando, es decir, como el conocimiento del devenir humano, se resumen en lo siguiente: la historia es científica en la medida que comienza por hacer preguntas, mientras que el escritor de leyendas empieza por saber algo y relata lo que ya sabe; la historia es humanística, porque plantea preguntas acerca de cosas hechas por los hombres en un tiempo preciso en el pasado; la historia es racional, ya que las respuestas que ofrece a sus preguntas tienen ciertos fundamentos, es decir, recurre a testimonios, y la historia es una instancia de auto revelación, esto es, existe con el fin de decirle al hombre lo que es él, lo que él ha hecho. En su transformación a través del tiempo, el hombre que es finito, inconcluso e inconcluible, debe percatarse de lo eterno, y sólo por ese camino, que es el camino histórico, puede hacerlo. Esto es algo que se encuentra en el hombre mismo. Ésa es la razón por la que hay en general historia.
Historia como historia del conocimiento y del pensamiento. Entonces la
historia humana es, en gran medida, la historia de nuestro conocimiento. Puede decirse que desde la invención de la discusión crítica y de la escritura, se ha ido produciendo el desarrollo del conocimiento histórico y científico. El conocimiento, y su desarrollo han ejercido una influencia en la vida de los hombres, tanto directamente como a través de las aplicaciones tecnológicas.
En efecto, Popper acepta que si la historia humana es la historia de nuestro
conocimiento, en la misma medida el desarrollo del conocimiento se constituye en trama de la historia; desde la naturaleza como una evolución biológica y desde esa evolución hasta la historia, mediante la conciencia racional, el historiador sabe del desarrollo del conocimiento.
La comprensión del presente a través de las fuentes. La comprensión del presente a través de La comprensión del presente a través de las fuentes. las fuentes. Para quien conciba la historia como aquella disciplina consagrada en exclusiva a conocer el pasado, nada, en apariencia, debería cambiar; pero en el presente del historiador existen variaciones que corresponden a una imagen específica del conocimiento adecuado: el proceso histórico objetivo (res gestae) y el pensamiento sobre este proceso (historia rerum gestarum), vale decir pensamiento sobre la historia.

Historia y ciencia. Historia y ciencia. “La Historia y ciencia. historia se puede identificar con el pensamiento sobre la historia y con la ciencia de la historia”, esto indica que hay que distinguir esos dos elementos sin separarlos, ya que sería una invención el conocimiento histórico sin hechos y, más aún, una agrupación sin sentido unos hechos sin conocimiento. Pero aunque la inseparabilidad no suprime la distinción, la filosofía de la historia ha actuado en dos direcciones: la formal y la material. Esta última se ha ocupado de abarcar y ordenar los sucesos históricos, y la primera, se ha encargado de investigar la formación del concepto de historia y la posibilidad del conocimiento histórico. La historia es, pues, el conocimiento del pasado humano y de la naturaleza en tanto el hombre, pues el punto común de la investigación entre las ciencias de la naturaleza y del espíritu se encuentra en el hombre. La historia involucra tanto la ocurrencia de hechos como un proceso histórico objetivo (res gestae), como el pensamiento sobre esos hechos (historia rerum gestarum), pensamiento que se hace posible mediante la conciencia crítica del historiador.
CIENCIA, CONOCIMIENTO CIENTÍFICO E HISTORIA
Ciencia, historia y ciencias sociales. Ciencia, historia y ciencias sociales. Con el siglo XX la concepción clásica de la ciencia, aparentemente indestructible, comenzó a agrietarse. Aparecieron nuevas geometrías, el determinismo dejó de ser absoluto, la materia no era algo homogéneo ni determinado, la objetividad se volvió relativa. Se habló entonces de indeterminismo,
de esquematismo, del valor relativo de las hipótesis, se llegó a afirmar cierto agnosticismo científico. Y la misma maduración de las ciencias hizo tomar conciencia de sus propios límites. Durante los últimos tiempos se ha discutido acerca de la diferencia de método entre las ciencias naturales y las ciencias históricas o humanísticas. En todas las ciencias se selecciona la materia según los valores reconocidos por cada comunidad científica se buscan, registran y sistematizan datos, se enuncian hipótesis que se contrastan con los hechos; “se concede, por tanto, que una historia universal exija otros instrumentos y otros métodos, pero aunque diferentes entre sí todas las disciplinas, en definitiva, con todas se hace historia.” El método científico que se aplica en las ciencias sociales se aplica también a la historia, el método científico no se afectó cuando abarcó los problemas sociales, ni otras disciplinas, como las humanísticas; se reconoce que en ninguno de los casos se puede emplear directamente el método experimental, pero tampoco hay porqué prescindir de la experiencia derivada de las ciencias experimentales.

Las ciencias sociales se han inspirado en la filosofía positivista y en la marxista como una forma de práctica de la concepción heredada de las ciencias físicas en aplicación al conocimiento de la sociedad; así las cosas, y en abierta oposición a otras filosofías como las idealistas y las kantianas, esas filosofías intentaron estudiar al hombre al modo en que se estudia una roca o un animal. Eso quiere decir que las diversas ramas de las ciencias sociales se han adentrado en el terreno científico, o están avanzando en esa dirección, en ellas se formulan modelos teóricos y se los discute a la luz de datos empíricos; ellas adoptaron las reglas metodológicas de las ciencias
físicas y naturales y han creado el cuerpo de conceptos, leyes y teorías de amplio valor explicativo y predictivo. En el interior de la historia pueden establecerse leyes, en el entendido de que tales leyes son siempre relativas a la sociedad o acontecimiento considerado. Pero también en la historia, la ciencia puede abordar el conocimiento de las condiciones de existencia, realización y variación, a partir de la configuración significativa de conjuntos históricos concretos como sociedades o épocas. Para Carr, “la verdadera importancia de la revolución de Darwin fue que éste introdujo la historia en la ciencia natural. La ciencia ya no se ocupaba de algo estático y fuera del tiempo, sino de un proceso de cambio y desarrollo”.
Hoy la ciencia, al haberse asegurado una influencia incuestionable sobre las ramas del saber y sobre el ambiente espiritual de nuestro tiempo, no pretende ser ella la que diga una nueva y definitiva palabra sobre el hombre y la sociedad; ha venido a comprender que aún quedan campos libres para otras formas de saber. No trata la ciencia de darnos por sí misma, explotando su prestigio intelectual, un saber del hombre, sino abrir ante nosotros una profunda perspectiva por donde pueda avanzar un específico conocimiento de las cosas humanas. Ahora la filosofía y la ciencia admite que su manifestación o fenómeno es algo imperfecto, parcial y aproximado. La crisis de las ciencias positivas ha producido un doble acercamiento a las ciencias del espíritu; primero, porque ha dejado el campo libre para otros saberes igualmente válidos, pero diferentes; y segundo, porque ha renunciado a la pretensiones de absolutez y objetividad y han puesto de relieve que toda ciencia, por muy adelantada que esté, es una simple y progresiva aproximación a la realidad. En la complejidad del término ciencia que aún no acaba de precisarse, aparece el concepto historia como integrante del conocimiento científico. La historia se mezcla en la ciencia social como estudio del devenir humano pero se une a la ciencia natural por ser ella una actividad humana; en este sentido se reconoce que la carga de subjetividad que contiene la historia aparece también contenida en la actividad científica y que antes de luchar entre ellas, amparándose en lo subjetivo, se reencuentran en el conocimiento.
Para ahondar más en este asunto es necesario examinar las posturas y planteamientos que siguen, los cuales estudian la posibilidad de la historia como ciencia.
LA HISTORIA DENTRO Y FUERA DE LA CIENCIA
La tarea de la historia y el of ea de la historia y el oficio de historiador inicio de historiador. Los problemas que surgen de la posibilidad de que la historia pueda ser una ciencia, nacen de la natural reflexión
inteligente sobre su materia. En primer lugar, la historia debe ser conocimiento del pasado humano, de otro modo no es posible defender la idea de la historia como estudio del pasado absoluto y a la vez tratar de fundar su autonomía como forma de conocimiento y, como se sabe, hay grandes segmentos del pasado de los que la historia, tal como normalmente se la entiende, no toma ningún conocimiento, porque como se explicó en el primer capítulo, la historia es un estudio sobre el pasado en tanto los seres humanos, y puesto que son ellos los que tienen la posibilidad de conocerlo y de darle sentido a ese conocimiento; cobra sentido su estudio sólo cuando aparecen en él los seres humanos. En realidad, se ha creído que cuando el historiador ha llegado a resultados expresados en enunciados acerca del pasado, termina su tarea, que consiste únicamente en descubrir la verdad. El historiador ha abandonado la búsqueda de leyes fundamentales y se contenta con la investigación de cómo funcionan las cosas. Sin embargo, el historiador debe hacer selecciones y abstracciones
de los sucesos concretos que estudia, esto significa que es el historiador quien toma de la realidad los hechos que en su concepto son dignos de ser destacados y abstrae la relación de esos hechos con otros con el fin de poderlos estudiar y, además, sus afirmaciones acerca de lo que es individual requiere el uso de términos descriptivos generales; de las caracterizaciones que hace de los hechos individuales infiere que hay varios tipos de acontecimientos y, en consecuencia, deriva regularidades empíricas determinadas, asociadas con cada tipo y que permiten diferenciar unos de otros.
Los historiadores tratan de comprender y explicar los sucesos que registran en términos de causa y consecuencia, y tratan de hallar relaciones de dependencia causal entre algunos de los sucesos ordenados secuencialmente; para realizar estas tareas disponen de una gran variedad de leyes generales, algunas de las cuales aceptan tácitamente, como conocimiento del sentido común, mientras que otras se adoptan porque se hallan garantías por alguna ciencia natural o social.

Es claro que los episodios particulares del pasado son únicos e irrepetibles, en la medida en que los hechos acontecen en la realidad dentro de las coordenadas de tiempo y lugar: esto nos lleva a establecer que ocurran eventos en el mismo lugar en condiciones similares y con la participación de diversos personajes, pero en tiempo diferente, hay una sucesión que hace imposible que no existan más que episodios particulares; y si acaso habláramos de simultaneidad, la sincronicidad obligaría a contar con espacios diferentes para la ocurrencia del mismo hecho. Ésa es la
característica que impide que el pasado desborde sus propios límites, pero al mismo tiempo es la que lleva a pensar que el pasado se define como parte de una categoría superior; no obstante, la historia es una ciencia que existe desde un pasado que alcanza a nuestro hoy, las regularidades que ella estudia seguirán produciéndose, así “la historia tendrá interés en función de la mayor o menor actualidad del pasado al que se refiera”. La historia, esto es, el estudio del pasado humano, hace posible la comprensión del presente, y puesto que hay diferentes conocimientos que corresponden a distintos pasados y que interesan de múltiples maneras al presente, sostener que la historia hace posible la comprensión del presente implica también suponer que en ella se encuentran los orígenes del actual estado de cosas.

Crítica historicista al conocimiento científico de la historia.

Crítica historicista al conocimiento científico de la historia. A pesar de las
diferencias que pueden surgir entre escribir sobre un acontecimiento histórico y escribir sobre ciencia natural, también se pueden establecer similitudes; por ejemplo, cuando un historiador describe el pasado se ve afectado por lo que él tiene que decir, por sus propios intereses, por sus prejuicios y por las personas de quienes habla. De este modo la descripción contiene una exposición de los hechos vistos desde un punto de vista particular, esto es, contiene un elemento subjetivo que algunas veces se toma como un factor de selección; no obstante, el hecho de que la historia seleccione no implica necesariamente que sea se subjetiva, de este modo, la historia es como la mayor parte de las obras de ciencia que también son selectivas. El objeto primordial del estudio de la historia es el pasado humano, pero para determinar cuál es el tipo de conocimiento al que aspira hay que examinar dos posibilidades: la primera, que el historiador se limite a la descripción exacta de lo que pasó relatando los acontecimientos sucedidos, y la segunda, que se proponga explicar los acontecimientos. Esto indica que el nivel en que se mueve la historia es comparable al de la simple percepción o al de la ciencia. Pero la verdad es que el historiador aspira a una reconstrucción del pasado que sea inteligente e inteligible, esto es, que además de decirnos lo que ocurrió, también explique por qué ocurrió. La historia propiamente dicha debe implicar un relato significativo del pasado de los seres humanos. De este modo la historia consiste en un estudio científico realizado por los historiadores de acuerdo con un método y una técnica propios, en donde formulan conclusiones obtenidas mediante el examen de un acontecimiento, y de acuerdo con las reglas precisas que fueron establecidas por generaciones de investigadores. La condición y calidad de las hipótesis utilizadas por el historiador en el proceso de su investigación se asemejan, especialmente, a las que caracterizan las hipótesis de que se vale el científico. Pero también las analogías entre ciencia e historia son una trampa peligrosa.
Crítica cientificista al conocimiento científico de la historia. Crítica cientificista al conocimiento científico de la Crítica cientificista al conocimiento científico de la historia. historia. A los cientificistas
también se les entiende como aquellos que otorgan a la ciencia, entendida ésta desde la concepción heredada, mayor importancia; aun por encima de las demás actividades humanas, por eso establecen razones para descalificar de científicas a disciplinas como la historia. La historia trata, principalmente, sobre la descripción de los hechos particulares del pasado antes que de la búsqueda de las leyes generales que rigen esos sucesos. Esto es, en otros tiempos, la historia podía formular algunas conclusiones con certidumbre, tal como ocurre con la ciencia, por haber creado técnicas que podían ser compartidas y practicadas por individuos en general, esta concepción implicaba un supuesto ingenuo a saber: que los historiadores podían llegar a verdades definitivas sobre el pasado. Pero lo único realmente sostenible es que los historiadores tenían procedimientos seguros y convenidos para resolver algunas cuestiones, sin suponer que con reunir fragmentos de una situación real, resultaría la construcción de un todo, con el cual se pudiera pasar de saber verdades sobre el pasado a saber la verdad. Podría ser un error describir la historia como una ciencia, sobre la base que los historiadores crearon técnicas confiables para describir hechos particulares, y la afirmación que la historia es una ciencia, con sólo llamar la atención hacia esas técnicas y sostener que se pueden emplear con buen resultado; no, la historia es más compleja de lo que comúnmente se cree, al seleccionar por Según los cientificistas, los juicios que el historiador formula son solamente resúmenes condensados de sucesos particulares, son enunciados de hechos individuales, que no constituyen verdaderos juicios universales y se refieren a una clase cerrada de individuos que podrían enumerarse; esto es, son juicios que hablan de los hombres que vivieron en cierto tiempo y lugar, además, la actitud de los historiadores hacia los hechos que investiga no consiste en hacer predicciones. En contraste, un científico formula leyes destinadas a aplicarse a todo lo que las satisface y puede referirse a todos los hombres pasados, presentes y futuros, que tienen determinadas características, y su capacidad para hacer predicciones acertadas emerge directamente de su preocupación en los acontecimientos que investiga.48 Estudiamos el pasado porque sabemos que es el mecanismo que nos permite comprender el presente y, a pesar de la imposibilidad que tiene la historia para predecir el futuro, su estudio nos pone en mejor situación para preverlo. El estudio del pasado consiste, fundamentalmente, en explicar cómo debió ser el pasado, con apoyo en testimonios; en explicar el presente con base en el pasado antes que aventurarse en hacer predicciones del futuro, tarea ésta que no le atañe a la historia.49 Mientras que el científico está en situación de construir predicciones, el historiador hace retroacciones, ambas conductas son paralelas en la medida en que su razonamiento avanza a partir de la conjunción de premisas particulares con verdades generales, la ciencia con leyes de la naturaleza, la historia con leyes de la conducta humana.50 En general, el historiador sólo describe hechos; si se propusiera ser exclusivamente descriptivo sólo produciría tablas y listas, y ellas por sí mismas no serían informativas. Hempel había sostenido que el historiador debe intentar aportar una explicación completa, especificando explícitamente las leyes generales que cumplen con el esbozo de explicación, como el historiador no puede eludir la exigencia de explicación, y puesto que la forma narrativa que emplea invita al lector a deducir que está explicando por qué ocurrieron los hechos, esa explicación no tiene la pretensión de exigir la conformidad con el modelo de ley de cobertura propuesta por Hempel.

Como en las ciencias sociales las cosas no se muestran de una forma determinista, a causa de una falta de comprobación sólo posible en las ciencias exactas, los fenómenos de la historia pueden analizarse desde múltiples perspectivas y mostrar incluso hechos contradictorios entre sí. Y, así como la historia no puede analizar el pasado de forma determinista, tampoco puede predecir el futuro de la humanidad a partir de datos empíricos. Con todo esto podemos decir que para realizar un análisis histórico debe tenerse en cuenta la libertad de cada individuo dentro del grupo social al que se estudia.

La historia y su conexión con otras ciencias

Se considera que la historia es una ciencia porque intenta ser lo más objetiva posible, dar un conocimiento demostrativo de los hechos, buscando pruebas que respalden sus conclusiones. Dichas pruebas se recogen a través de diferentes métodos, los cuales pueden ser de alta especialización (tecnología de punta desarrollada para extraer información de determinada fuente) o procedimientos matemáticos (estadísticas, y datos que se extraen de la sociedad y permiten analizar de la forma más empírica posible un fenómeno).

La sociología considera que el análisis de los fenómenos de la historia debe tener presente algunos factores para desarrollarse, como los sociales y los económicos, los cuales influyen no sólo en la sociedad sino en cada individuo en particular. Además de los factores geográficos, demográficos, sociales y políticos.

La Filosofía de la Historia es una especialización de la filosofía que reflexiona sobre la significación de los hechos que forman parte de la historia de la humanidad. Esta disciplina analiza la posible existencia de un diseño, propósito o finalidad en el proceso histórico.

La historia se relaciona con otras ciencias para llevar a cabo sus conclusiones. Necesita de la geografía para analizar las consecuencias que ciertos fenómenos geográficos pueden obrar en las decisiones de una sociedad, la arqueología para analizar el pasado y entender a partir de él la actualidad y las matemáticas y las estadísticas para contrastar datos que hayan juntado en sus investigaciones.

Entradas Relacionadas