Fosilización

Fosilización

Las rocas

Las rocas y los materiales que forman el globo terrestre pueden a primera vista aparecer muy diversificadas, sin embargo, destacan dos grupos mayores:

Las rocas que se han ido formando en la superficie de la corteza terrestre o en los mares: Son las rocas sedimentarias llamadas “rocas exógenas”;

Las rocas llamadas “endógenas”, nacidas en las profundidades del globo (sometidas a condiciones de temperatura y de presión sin punto de comparación con las de la superficie).

Se distingue dos familias:

  • Las rocas magmáticas resultantes de la cristalización de un magma, y
  • Las rocas metamórficas resultantes de la transformación de otras rocas (*) sometidas (al estado

sólido) a una elevación de temperatura y de presión.

(*) arcillas, areniscas…

Las rocas magmáticas, directamente nacidas del magma forman a su vez dos categorías distintas según su lugar de cristalización:

  • Las rocas plutónicas que cristalizan en la litosfera ;
  • Las rocas volcánicas que cristalizan en dos fases, primero en profundidad, después en la superficie.

Están todas muy bien representadas en la provincia de Almeria.

Las rocas sedimentarias (rocas exógenas) han iniciado su formación en la superficie terrestre. Sus componentes: los sedimentos, se han ido alimentando de la meteorización : alteración física, química, biológica, erosión ,  disolución, transporte, depósito por gravedad, transformación… de múltiples rocas preexistentes sometidas a lo largo de los tiempos geológicos a la acción de agentes atmosféricos, del agua, de organismos y plantas….

Son sobre todo los avances en el conocimiento del ciclo del agua los que hoy permiten saber como actúan las redes y las reservas de aguas de los continentes y de los océanos así como sus complejos intercambios hidrológicos. Ahora se establece muy bien la relación entre el transporte del agua y el transporte de materia geológica tanto en los continentes como en el medio oceánico.

Los sedimentos recogen los fragmentos sólidos (bloques, cantos, arenas…) o disueltos ( calcio, sodio..) de tamaño y naturaleza distintas, resultando de la erosión, que han sido transportados y después depositados, blandos sin consolidar en un periodo de tiempo más o menos largo.

Es el principio de un ciclo que conducirá con el paso del tiempo, (a lo largo de la diagénesis) a sepultar, compactar y endurecer estos sedimentos convirtiéndoles en rocas sedimentarias. Los depósitos que pueden alcanzar varios centenares de metros, a menudo dejan aparecer distintas capas o estratos de rocas  testigos de las fluctuaciones de su ciclo sedimentario.

A este  proceso, hay que añadir el papel directo o indirecto de los seres vivos [alteración de las rocas; evolución de los suelos; formación de arrecifes; acumulación de conchas, de microfósiles; formaciones minerales….], presentes en los medios de sedimentación, sean continentales o marinos…

Según el origen de la partículas, se distinguen en los continentes tres clases de sedimentos:

  • Los sedimentos detríticos: partículas que proceden de la disgregación de rocas existentes.
  • Los sedimentos biógenos : material que constan de una acumulación de organismos vegetales y animales.
  • Los sedimentos hidroquímicos: precipitados depositados a partir de aguas sobresaturadas de sales minerales.

Tanto los sedimentos detríticos, como los biógenos, pueden contener una proporción importante de materia orgánica, en función de la actividad vegetal e/o animal del lugar, entre otros parámetros.  El calcio disuelto durante la erosión química es transportado por las aguas de lluvias y los ríos hasta el mar.

Ahí numerosos organismos marinos (plancton) utilizan este calcio para fabricar su esqueleto, su concha. Así, el calcio participa a formar un nuevo compuesto: el calcáreo (carbonato de calcio). El calcáreo es muy poco soluble en el agua del mar. A la muerte de los organismos marinos, los esqueletos calcáreos caen sobre el fondo y se van acumulando formando un sedimento de origen bioquímico

De esto procede que posteriormente, los estratos de estas rocas derivados de los sedimentos más o menos comprimidos y homogéneos pueden encerrar múltiples cócteles de fragmentos sea de origen mineral , de origen orgánico ( restos de vegetales, de detritus terrígenos, de animales, fósiles, mezclas), o productos de precipitaciones químicas.

Ciertos sedimentos remodelados como arenas, arcillas, margas, barros….,  se encuentran en las cadenas montañosas y contienen a menudo fósiles de organismos marinos, lo que demuestra que los sedimentos de los que derivan esas rocas se han ido acumulando previamente en un medio marino (o lacustre) a menudo en una cuenca (oceánica, lago, depresión…) que posteriormente por el eustatismo (variaciones del nivel del mar…) o la tectónica han emergido al aire libre.

También abundan las rocas metamórficas en las cadenas montañosas, son antiguas rocas preexistentes: sedimentarias o ígneas (magmáticas) cuyos minerales han experimentado al estado sólido, una transformación  endógena bajo el efecto de temperaturas y presiones elevadas ( La transformación suele tener lugar en las profundidades de las cordilleras en la corteza terrestre, en zonas de subducción por ejemplo, durante periodos de orogénesis ( formación de montañas).

Más raramente, en algunas de ellas se pueden encontrar fósiles.(ver trilobite)

Así pues, los materiales de las rocas recorren un ciclo ( llamado ciclo sedimentario) cuya mitad se efectúa bajo la influencia de factores exógenos, estrechamente dependientes del sistema solar. Es la energía solar la que mete en movimiento las masas de aire provocando la evaporación del agua, activando el ciclo del agua: evaporación, precipitaciones, chorreo, infiltración… Es también el sol el que suministra la energía necesaria al desarrollo de los ciclos biológicos.  Eso hace que, a lo largo de los tiempos geológicos, las rocas de la parte superficial de los continentes solo tienen una existencia transitoria.

La otra mitad del ciclo de las rocas (orogénesis, metamorfismo, granitización…)se desarrolla por lo contrario bajo la actuación de la dinámica interna de globo terrestre en las profundidades del globo cuyas manifestaciones las más espectaculares y también las más catastróficas son las erupciones volcánicas, los terremotos y los tsunamis que liberan de repente considerables cantidades de energía y mueven mucho material.

(El magma genera constantemente  rocas magmáticas (volcánicas o plutónicas) llamadas de primera generación o juveniles porque no proceden directamente de otras rocas).

Estas fuerzas internas se manifiestan por variaciones considerables de presión y temperatura que modifican la distribución de los elementos químicos y así pues la existencia de ciertos minerales. La energía no  procede solo de la energía almacenada cuando se formo la tierra sino también de la radioactividad de algunos de sus componentes (el globo terrestre actúa como una gigantesca central nuclear).

Los avances realizados en el estudio de la tectónica de las placas nos revelan cada vez más precisión como interactúan los actores de la maquinaria interna, en la interfaz de relación con la corteza terrestre(*), la corteza oceánica (*) (placas litoesféricas) …

Así pues, las rocas que pisamos no son materias paralizadas, son los constituyentes de un puzzle de placas en constantes movimientos y afrontamientos, reajustes que demuestra la inagotable actividad del planeta tierra.

Ramas de la paleontología    

Los fósiles que se encuentran presos mayoritariamente en rocas sedimentarias, desempeñan un papel importante porque nos informan sobre la existencia de seres vivos hoy desaparecidos, revelándonos la existencia de transformaciones progresivas de ciertas especies. Una especie animal o vegetal nueva deriva siempre de una especie más antigua

Hacer “hablar” los fósiles es un trabajo complejo y analítico que se desborda de la simple observación en el terreno.

Por eso enfoca otras ciencias  indispensables: geología, biología, química, física, matemáticas… utilizando sus técnicas como por ejemplo la modelización informática, las estadísticas que son herramientas ya corrientes de la paleontología.

Abarca también  imprescindibles especialidades en función del tipo de fósil considerado, como por ejemplo:

  • La micro paleontología enfoca los fósiles de tamaño microscópico (microfósiles), son los más corrientes y los más numerosos del registro fósil, su tamaño (< 1mm) no permite verlos a simple vista (se necesita la utilización del microscopio).
  • La palinología estudia también, con técnicas particulares, los microfósiles de pared orgánica (esporas, pólenes, bacterias …),
  • La paleoicnología estudia las huellas dejadas por los animales (madrigueras, pistas…)
  •  La paleo coprología se dedica al estudio de los excrementos que suministran muchos datos sobre la dieta de los animales y su medio ambiente…

Los objetivos, labores e investigaciones llevados a cabo por el paleontólogo pueden ser tan variados como los terrenos que explorar:

  • reconstruir, identificar los organismos (animales, plantas…) en sus entornos con todos los datos disponibles ( geológicos, biológicos, paleobotánicos, sedimentológicos, geoquímicos…) desde el origen de la vida hasta el presente,
  • reconstruir la biodiversidad del pasado; estudiar la vertiente biológica de los organismos( fases embrión eras, desarrollo, adaptaciones, tafonomía,  modos de vida, interacciones con otros organismos…),
  • también comprender los mecanismos evolutivos de los organismos, sus lugares en el “árbol de la vida”(evolución, relaciones de filiación; modos de especiación; series filo genéticas…
  • establecer las relaciones pasadas entre biodiversidad, geología, y medio ambiente (clima, tectónica, geografía, …)

Este trabajo pluridisciplinario fusiona o se complementa estrechamente con el del geólogo porque resulta que los fósiles se encuentran solo en determinadas rocas.

  • La bioestratigrafía permite datar las rocas sedimentarias, comprender por ejemplo, mediante el análisis de fósiles y microfósiles, la formación de las cuencas sedimentarias a menudo muy relacionadas con yacimientos minerales  (petróleo, carbón, gas,  mineralizaciones metálicas, yesos…..).
  • La paleoecología informa de las redes alimenticias del pasado (la biodiversidad de fósiles              marinos  informa sobre la configuración del lugar como por ejemplo zona litoral, batial, abisal ) …        proporcionando datos sobre , profundidades, salinidad, cambios eustáticos, temperaturas de las        aguas, corrientes,…
  • La bioquímica permite encontrar los medio ambientes y climas,
  • La biogeografía  estudia la distribución espacial de la especies (fauna y flora), situando a la vez las  barreras que limitan o favorecen su extensión.
  • La paleobiogeografía  perfila el precedente estudio, utilizando los fósiles para reconstituir la posición pasada de los continentes y océanos (con ayuda del paleomagnetismo), aportando información sobre la dinámica de las especies y de su evolución.

La clasificación

A pesar de la extraordinaria biodiversidad del mundo vivo, atestiguada por las cerca de 2 millones de especies identificadas en la naturaleza actual (  pequeña parte emergida del iceberg del mundo vivo hoy conocido)(*)existe entre los organismos una profunda unidad de organización y funcionamiento : Los seres vivos comparten,  características no visibles a simple vista pero no menos relevantes para comprender su historia evolutiva, como datos embriológicos; moleculares: estructura  y metabolismo celular, secuencias de ADN y ARN, proteínas; código genético; datos paleontológicos…

(*) El cual además esconde millones de especies desaparecidas, con solo una ínfima  parte de ellas fosilizadasLos científicos consideran que el 99 % de las especies habiendo existido hoy han desaparecido. O, más exactamente, que las especies que pueblan hoy nuestro planeta solo representan el 1 % de las que han existido.

Esta unidad estructural y funcional del mundo vivo de la biosfera actual induce que ésta es el resultado de una larga  y continúa evolución que se remonta a unos 3,8 mil millones de años, fecha de la aparición de la vida.

En el transcurso de los tiempos geológicos, las especies aparecen, se transforman, sufriendo  sin cesar complejas mutaciones,  transmiten a su descendencia sus caracteres, dando origen a más especies nuevas, de las que muchas desaparecerán. Pero todas, de modo más o menos cercano descienden de  antepasados comunes y por consiguiente son, en su conjunto, emparentadas.

La evolución no es una línea recta que conduce hacía el hombre sino un árbol con numerosas ramificaciones. La evolución es arborescente y no tiene dirección definida, lo que invalida una visión lineal que conduce al hombre y toda escala de valor entre los seres vivos.

La sistemática, rama importante de la biología se esfuerza en clasificar las especies con arreglo a sus lazos de parentesco y aprehender sus relaciones y así  pues permitir comprender sus respectiva(s) historia(s) evolutiva(s) (o filogenia).

La noción de evolución es la línea directiva de la nueva visión de la clasificación de los organismos o  clasificación filogenética se basa sobre los  caracteres que los seres vivos poseen en común y no aquellos que no poseen, se distingue de la genealogía (cuyos protagonistas son identificados), la cual busca responder a la pregunta ” ¿ quién desciende de quién? ” mientras que la filogenia intenta averiguar ” ¿ quién es más próximo de quién? “.

Incumbe a la rama de la taxonomía describir los organismos vivos  y reagruparlos  en entidades evolutivas llamadas taxones(*), teniendo como base el reparto de carácteres comunes poniendo en evidencia una jerarquía en la distribución de sus caracteres, del más compartido al menos compartido, con el fin de identificarlos, luego nombrarlos, y por fin clasificarlos en una nomenclatura codificada a nivel internacional, lo que permite a los investigadores comprenderse entre sí e intercambiar datos, llamando a los seres vivos por el mismo nombre…

(*)Taxón : Unidad de clasificación, base de la clasificación. Concepto de agrupamiento de organismos formando una unidad formal en la clasificación de los seres vivos. Por ejemplo, los cánidos (perro, lobo, zorro, hiena, etc.) constituyen un taxón de “familia”; Canis lupus (lobo) es un taxón de género….

Si se habla de clasificación clásica (de Linneo; hoy obsoleta por no reflejar  correctamente las proximidades evolutivas entre especies)), un taxón puede ser una especie, un género, una familia, una orden…

De ella, solo se conserva la nomenclatura binomial  es decir los rangos taxonómicos encajados especie y género y tri nomiales para la subespecie. Cada animal o vegetal… tiene un nombre latino formado de dos palabras . La primera palabra es el género, y el segunda la especie . Por ejemplo, el nombre científico de la  abeja europea es Apis mellifera.

Si se habla de clasificación filogenética, un taxón es necesariamente un grupo natural. La jerarquía de la clasificación filogenética es estrictamente la del encajado de taxones unos dentro de otros. Por el hecho de que comparten un carácter común que otras especies no tienen, las especies en el seno de un taxón están consideradas como más allegadas filogenéticamente entre ellas que las especies de otros taxones.

La especie  es la unidad de base de la clasificación. Una especie reagrupa a individuos que presentan semejanzas morfológicas, anatómicas, biológicas, ecológicas y son capaces de reproducirse entre ellos de modo natural y duradero y producir una descendencia fecunda.

El conjunto de especies con ciertos rasgos comunes se agrupan y encajan en un taxón mayor denominado género. Varios géneros con rasgos comunes pueden formar a su vez un conjunto encajado en otro taxón llamado tribu.

Del mismo modo, un conjunto de tribus cercanas se agrupa y encaja en el siguiente taxón denominado familia. Caminando hacia la raíz del árbol filogénico, las familias encajan en órdenes, que pueden ser reagrupados en clases, éstas en filos (o división), a su vez contenidas en distintos reinos, llegando casi a la “raíz” del árbol, a los tres dominios…(*)

(*) Diferentes subgrupos y secciones pueden ser determinados con el fin de afinar la clasificación : sub-especie; sub-tribu; sub-familia; super-familia; Infra orden; sub-orden; super-orden; sub-clase;.

Hay que señalar que la especie paleontológica no tiene el mismo significado que en biología por varios razones:

El paleontólogo trabaja con material “muerto”, transformado muy a menudo por la diagénesis, con el cual las observaciones y experimentaciones llevadas a cabo en organismos vivos son  imposibles de realizar en fósiles. Tampoco la delimitación de las especies fósiles no puede hacerse basándose en el criterio de inter fecundidad.  Además la separación de las poblaciones naturales en el espacio y en el tiempo ( a escala de los tiempos geológicos)dificulta la clasificación.

Eso hace que la especie paleontológica principalmente es reconocida sobre criterios morfológicos, (reparto de carácteres, homogeneidad general) sometidos a avisos de especialistas. También se tiene mucho en cuenta el factor tiempo.

No obstante los datos paleontológicos permiten comprender mejor los mecanismos de la evolución. El descubrimiento de fósiles que presentan una asociación de carácteres evolucionados y de carácteres primitivos, permiten precisar que todos los carácteres no evolucionan de modo simultáneo y regular en el curso del tiempo.

La fosilización

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La fosilización

En pleno de las ciencias de la tierra y de la vida, entre geología, biología, química, y con la contribución de avanzadas técnicas científicas de otras disciplinas (*), la paleontología incrementa sin cesar nuestro conocimiento  sobre la evolución de la vida y sus mecanismos.

  • El paleontólogo suele trabajar en equipos pluridisciplinarios (geólogos, biólogos, ( Son muchas las ramas de la biología que intervienen: Bioquímica;  Biología molecular; Genética; Antropología molecular, filogenética….);geofísicos; oceanólogos; climatólogos; Físicos nucleares,…..

Gracias a este núcleo de ciencias en marcha que se complementan, nuevas ventanas de abren sobre el modo de vida de los innumerables seres vivos que se sucedieron tiempos atrás, con los cuales como primates, mamíferos, vertebrados…compartimos una lejana herencia.

La historia de la tierra se inscribe en las rocas. Pacientemente, colocando las innumerables piezas del gran puzzle de unos 3.800 millones de años de vida sobre nuestra tierra, equipos de geólogos, paleontólogos… sacan a luz, en el transcurso de sus múltiples estudios científicos, restos o huellas de organismos fosilizados, algunos inesperados, perturbando hipótesis arraigadas desde decenios e induciendo nuevas teorías sobre la biodiversidad, otros aportando piezas inéditas sobre el muy ramificado árbol genealógico de la vida.

La fosilización desvela sus complejas ecuaciones y hace que hoy se circunscribe y se descifre con cada vez más precisión el conjunto de fenómenos bio físico-químicos que transforman los organismos muertos, unos grandes, otros microscópicos en fósiles, en interacción con las rocas que los aprisionan y que a la vez se van trans/formando con ellos.

Paralelamente se llega a un mayor conocimiento de los grandes grupos de organismos, de su distribución a través del tiempo y de las complejas transformaciones que han experimentado en el transcurso de los tiempos geológicos, así valoramos más la interdependencia  de las especies entre ellas, que cada una a su manera ha contribuido a construir el mundo en el que hoy vivimos, y que a pesar de su inmensa diversidad, presentan una unidad de estructura y de funcionamiento.

Desde la aparición de la vida,3.800 M.a. atrás, la historia evolutiva de los seres vivos no aparece forzosamente gradual , lenta y tranquila, si no salpicada por algunos cambios bruscos  en cortos lapsos de tiempo, marcados por picos de extinciones masivas de grupos de especies tanto marinos como continentales, seguidos de largos intervalos de readaptación,(de re/evolución)  con cambios graduales.

Estas extinciones o crisis biológicas que surgen al compás de las convulsiones terrestres o espaciales desembocan en  el éxito evolutivo repentino de especies paleontológicas descendiente de las especies que han sobre/vivido. Esos nuevos protagonistas van ocupando los nichos ecológicos dejados vacantes dando lugar al paso del tiempo a otra rica biodiversidad.

Los cambios físicos (geológicos) de la tierra y las modificaciones de la biosfera son interdependientes: Cinco crisis biológicas importantes han orientado la evolución de la vida, seguidas de complejas mutaciones que han  ido incrementando la diversificación de las especies.

La primera al fin del ordovícico (-440 M.a.); del devoniano (-367 M.a.); del pérmico (-245 M.a.); del trías (-208 M.a.); del cretácico (-65 M.a.). Esta última que da paso a la era terciaria  marca la desaparición de los dinosaurios, de los ammonites y gran parte de los habitantes de los fondos marinos; Sobrevivirán  los pequeños mamíferos, las plantas terrestres, los peces y ciertos corales.

Después de cada ola de extinción, la vida se ha recuperado ; La diversificación de los posibles lugares de vida debida al disloque y a la deriva de los continentes (orogénesis, formación de cordilleras, 0 islas volcánicas, cambios oceánicos, climáticos,…) ha ido enriqueciendo cada vez más la biodiversidad.

En el superficie de nuestro planeta, por tierras, aire y mares, una explosión increíble de formas de vidas, animales y vegetales se ha propagado: Organismos nadando, coleando, reptando, trepando, andado o volando, echando raíces… todos dotados de sofisticas herramientas de atracción, de defensa como de combate, dando prueba de increíbles subterfugios para adaptarse y sobrevivir cueste lo que cueste…

Sin sus restos o huellas fosilizados, no podríamos reconstituir lo que fue la vida pasada, saber entre otras cosas como hemos conseguido liberarnos de las formas elementales de vida  que nacieron en los mares primitivos para llegar a “dominar” el planeta. En esta búsqueda, paradójicamente, algunas criaturas muy alejadas del hombre nos pueden aclarar sobre nuestro propio pasado.

Entre las numerosas herramientas de la que dispone la biología  par estudiar la fauna desaparecida se puede citar la filogenia que es el estudio de las características heredadas de la evolución de las especies en vista de reencontrar sus vínculos evolutivos, lazos que  se representan en esquemas o “árboles genealógicos”; Otra es la etología que consiste en estudiar el comportamiento de los animales actuales en su medio natural, los cuales supuestamente pueden tener puntos comunes con ciertos antepasados  fosilizados. Por otra parte, la ecología estudia las interacciones de los seres vivos entre ellos así como los lazos con su medio ambiente…

Sacando así analogías entre presente y pasado, podemos entrever el modo de vida de estas criaturas, saber de que se alimentaban, como se reproducían… bajo que climas y ecosistemas actuaban….

A pesar de ser un tanto hastiados de imagen y reportajes, la multiplicidad de aspectos que adoptan los fósiles no deja de interrogarnos, de suscitar el asombro, la expectación. Por eso, a menudo el cine nos proyecta  millones de años atrás en mares y bosques virtuales que nunca el hombre pudo pisar, haciéndonos compartir la suerte de reptiles gigantes y otras criaturas extraordinarias.

Que sean microscópicas o gigantescas, muchas formas de vida han tropezado con un umbral de adaptación infranqueable y se han extinguido, unas solo dotadas de poco tiempo de vida , otras como los famosos dinosaurios reinando durante unos 135 millones de años antes de volatilizarse para siempre, como si no hubieran existido nunca. Algunos fracasos de la evolución fueron cruciales para el desarrollo del hombre cuyo linaje puede ser casi reconstituido hasta los primeros vertebrados.

Aunque muy fragmentarios, los restos fosilizados que poseemos son instantáneas de la evolución, clichés de una larga película de cambios paleogeográficos, que revelan múltiples fracasos, divergencias y formas de transición en el árbol de la  biodiversidad, desde las primeras bacterias, algas y hongos del llamado “caldo  primigenio orgánico” del precámbrico hasta la  fauna y la flora actual del holoceno.

A pesar de que algunos yacimientos  suelen contener gran cantidad de fósiles, los científicos  consideran que aproximadamente un 99% de las especies que antes existieron hoy han desaparecido o más exactamente, que las especies que poblan hoy el planeta solo representan el 1% de las que antes existieron. Se considera también que la proporción de seres vivos fosilizados es del orden de del 0,1%, ¡ muy pequeño porcentaje del cuál solo conocemos unas 300 000 especies fósiles!

Por múltiples razones, una  gran mayoría de los seres vivos que han poblado de la tierra no han dejado rastro alguno después de su muerte, al no poder reunir las condiciones suficientes para  fosilizar.

Los fósiles pueden ser:

  • Organismos enteramente conservados fuera del medio acuático:

Mamutes, bueyes almizclados,…congelados en el permafrost; Insectos, pólenes,bacterias…en el ámbar; Microfósiles en algunos sílex; Organismos presos en sales, turba, asfalto, cenizas volcánicas…

  • Restos mineralizados de organismos (animales y plantas):

Huesos; Dientes; Conchas; Troncos…

  • Huellas:

Moldes externos o internos de conchas; Hojas; Plumas; Escamas…

  • Producción biogénica (huellas biológicas debidas a actividades de seres vivos del pasado):

Huellas o señales locomoción (icnitas *); Bioturbaciones y perforaciones en lodo o cieno; Madrigueras; Huellas de reproducción: Puesta de huevos; Larvas; Pólenes; Cambios de muda; Coprolitos; Gastrolitos…

  • El estudio de las pistas fósiles (icnitas) es la paleoicnología.

La fosilización: Un azar excepcional

La fosilización es principalmente el resultado de un proceso lento y continuo, un organismo muerto pasa a ser fósil cuando su materia orgánica es sustituida por componentes minerales: El organismo es literalmente convertido en piedra (*) a lo largo de un proceso llamado “Diagénesis”.

  • Proceso habitual, pero existen otras formas de fosilización.

Unas de las condiciones imprescindibles  para que el proceso de fosilización pueda tener lugar, es que el organismo muerto sea sepultado con rapidez bajo una cantidad importante de sedimento blando (arena, lodo, limo..), o otra “mortaja”, lo cual lo mantendrá físicamente (pero provisionalmente) a salvo.

Posteriormente, la suerte de fosilizar depende esencialmente de dos disparadores: El biotopo donde se encuentra el organismo y su estructura íntima. Para que el fósil se vaya formando, se tiene que instaurar un equilibrio químico entre las materias orgánicas y el estrato de sedimento que lo aprisiona en el largo transcurso de la diagénesis, proceso muy contado que necesita la conjunción excepcional de múltiples parámetros, porque cuando un organismo muere, lo más habitual, es que las sustancias  que lo componen sean casi inmediatamente reutilizadas en las cadenas alimenticias, devoradas por depredadores, insectos, descompuestas por bacterias, alteradas por el oxígeno …

Las condiciones climáticas participan a la destrucción del cadáver (lluvias, calor, heladas….), sin embargo, ciertas condiciones climáticas pueden conducir a una preservación excepcional del animal o vegetal.

Por último, en el transcurso de la diagénesis, es necesario que los sedimentos que encierran los fósiles no sean sometidos a fenómenos algo brutales orquestados por ejemplo por los movimientos de la corteza terrestre y sean demasiado comprimidos, o plegados… , y que también no sean expuestos a agentes físicos muy erosivos (corrientes, olas, viento… aunque la erosión resulta necesaria para sacar el fósil a la superficie) o temperaturas elevadas, lo que produciría  su alteración o destrucción. Son tantos factores negativos que reducen las posibilidades de fosilizar.

El medio particularmente adecuado  a la fosilización es el medio marino o lacustre, allí en algunos puntos bajos, los ciclos repetitivos de aporte/estabilización de sedimentos hacen posible sepultar y preservar con cierta rapidez innumerables organismos  sin vida que acaban casi inevitablemente depositándose sobre el fondo.

Por regla general, los fósiles de organismos acuáticos abundan más y son mejor conservados que los organismos terrestres,

Aunque en algunos biotopos terrestres el volumen de sedimento desplazado puede ser también importante, éste no llega forzosamente a captar y sepultar con “suavidad” cantidad de organismos como ocurre en el fondo marino. Hay  focos de fosilización continentales excepcionales pero son muy puntuales.

Otra causa es que en los medios ambientes terrestres suele predominar la erosión, además el aire libre posibilita la alteración, y por consiguiente los restos de fauna o flora terrestre escasean más, excepto quizás en lugares secos ( desiertos, estepas…) donde las condiciones son más propicias a la conservación: Enterramiento rápido, sin perturbación, suponiendo un proceso de desecación, más bien que descomposición.

En el amplio muestrario de fósiles de animales, los de los antepasados del hombre ocupan un lugar privilegiado, gracias a ellos, nos acercamos cada vez más hacia la reconstitución de la historia de la especie conforme iba surgiendo de las formas prehumanas, no obstante la singular evolución del hombre solo se puede comprender en relación con la demás especies.

Desde los pequeños primates con posición vertical hasta las manadas socialmente estructuradas de homo sapiens,  un largo camino lleno de recodos ha sido recorrido, conduciendo a una evolución social sin precedentes.

El desarrollo del cerebro, de la facultad de la palabra, las creencias, el culto de los muertos, el uso del fuego, la capacidad de expresarse por el arte, de imaginar y construir armas y herramientas, refugios, más tarde de domesticar plantas y animales…, de transmitir de generación en generación  su experiencia, han permitido al hombre adquirir tecnologías que le libran de las vicisitudes climáticas, favoreciendo su adaptación a una amplia mayoría de ecosistemas, situándolo así por encima de todos los demás seres vivos.

Si la paleontología nos enseña mucho al reconstituir la larga historia de la vida, también nos invita a hacer balance de  los tremendos cambios  acarreados en poquísimo tiempo a escala humana.

Desde la revolución industrial, al compás del desarrollo de sus actividades de producción y de la expansión de sus  redes de transporte, el hombre “moderno” se  ha apoderado de los mandos del planeta,  perturbando a menudo los equilibrios ecológicos existentes, acelerando el proceso de extinción en masa,(1) tanto de  especies animales como vegetales ( sin mucho pensar en las consecuencias que  eso puede suponer), antes también de haber elaborado un inventario completo de la biodiversidad marina y terrestre del planeta,(2) ni plantearse seriamente la repartición y la renovación de los recursos disponibles.

  1. Con la acción del hombre (Caza y pesca intensiva, destrucción de bosques de  plantas, de hábitat, introducción de otras especies) la taza de extinción es varias centenas de veces superior a la taza de extinción natural.
  2. El número de especies actuales identificadas gira alrededor de 1,6 millón, se considera que unas cuantas decenas más quedan por descubrir (en su mayoría pequeños invertebrados y plantas).

Se calcula que hace unos 10 000 años la población total de la tierra era de unos 10 millones de almas, hoy rozamos casi los siete millares de individuos.

El mosaico de comunidades humanas discordante que formemos puede inducir graves desequilibrios : abundancia de alimentos y de tecnologías para algunos y penurias para otros.

Con el crecimiento de la población, el uso desconsiderado y desenfrenado de las materias primas fosilizadas no renovables, muy codiciadas por la industria: gas, carbón, petróleo y otros minerales (efecto invernadero del CO2) …, asociados al recién desencadenamiento del cambio climático y al incremento de la contaminación, una cuanta atrás parece haberse activado.

El inicio de esta crisis biológica nos conduce a reflexionar sobre el porvenir de nuestra especie, la del llamado “Homo Sapiens” (el hombre “sabio”…), convertido hoy aprendiz de brujo capaz para lo bueno y para lo malo de modificar el curso  natural de la evolución con sofisticadas herramientas genéticas;  único y temible predador frente a las demás especies. No somos solos, la evolución nos interroga también sobre nuestras relaciones con las demás especies y nuestro medio ambiente.

La evolución continuara de una manera o de otra. La cuestión que sé plantea es saber como acompañar y gestionar los cambios, preservando la biodiversidad.

La paleontología nos enseña que el porvenir de una especie se abre solo sobre dos opciones:  Adaptarse o desaparecer… , tenemos la capacidad de reflexionar sobre nuestras orígenes y nuestro futuro pero el tiempo corre,  urge encontrar soluciones.

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