El poema épico

El poema épico, Es un poema narrativo extenso, en estilo elevado, que cuenta las hazañas y aventuras de héroes sobrehumanos. El héroe, cuya cualidad principal es su sentido del honor, es superior a los demás hombres por su fuerza y coraje. El tema central de la épica, con raíces en la tradición oral y representado generalmente con acompañamiento musical, está relacionado con el mito, la leyenda y el cuento popular. La acción se desarrolla en una época heroica del pasado que es incorporada a la propia historia antigua con el fin de exaltarla y engrandecerla. Los componentes esenciales de la épica son los viajes difíciles, las batallas, los dioses, lo sobrenatural y lo mágico.

Épica latina: primeras obras En Roma, la épica se introdujo en el siglo III a. C. con la versión latina de la Odisea de Homero que tradujo Livio Andrónico a versos saturnios. A finales del siglo III a. C. Nevio intentó crear una obra original mediante una composición en versos saturnios sobre las Guerras Púnicas, Bellum Punicum. Ennio, a principios del siglo II a. C., compuso los Annales en dieciocho libros, utilizando por primera vez en la literatura latina el hexámetro dactílico.

Publio Virgilio

Virgilio: La Eneida Publio Virgilio Marón nació en el año 70 a. C. en Andes, una aldea cercana a Padua. Perteneció a una familia de clase media. Fue educado en Cremona y Mediolanum (Milán) y estudió con posterioridad filosofía y retórica en Roma. Fue discípulo en Nápoles del filósofo epicúreo Sirón, adonde se había trasladado debido a las confiscaciones que había sufrido su familia en tiempos de Antonio y Octavio. Murió en Brindis, el 19 a.C., al regreso de un viaje a Grecia que había realizado para conocer los lugares en los que se desarrollaba la Eneida. Virgilio perteneció a la corriente de los poetae novi o neoteri, cuya figura principal había sido Catulo en la generación anterior. De ellos recibió la influencia neo-alejandrina que está presente en sus Bucólicas (o Églogas) y en parte de las Geórgicas. El talento demostrado por Virgilio en su primera obra llamó la atención de Asinio Polión, a cuyo círculo perteneció hasta el año 37 aproximadamente. De la protección de Polión pasó a la de Mecenas, a quien Horacio y Octavio le habían presentado. Tras publicar sus Geórgicas en el 29, dedicó los últimos diez años de su vida a la composición de la Eneida. La Eneida es la obra más importante de la épica latina. Es un poema épico compuesto en hexámetros, concebido para ensalzar el origen y crecimiento del imperio romano, fundamentalmente bajo la protección y auspicios de Octavio Augusto. El tema central es la leyenda de Eneas, el héroe troyano, hijo de la diosa Venus y del mortal Anquises, que sobrevivió a la destrucción de Troya y, tras de un largo y accidentado viaje, fundó un asentamiento en el Lacio, origen de la posterior Roma.

El poema épico Importancia de la Eneida en la política de Augusto 

La llegada de Octavio Augusto al poder trajo a Roma la Paz Augusta, el período de tranquilidad que tanto deseaban los romanos, y supuso la ampliación de las fronteras del Imperio hasta casi su máxima extensión, lo que llenó a los romanos de orgullo nacional. Augusto explota inteligentemente estos sentimientos trazando un programa político que abarca también lo religioso y lo moral. Consciente de la situación, Augusto consiguió armonizar el orgullo nacional romano con las nuevas corrientes helenizantes. Su proyecto comprendía la restauración de la antigua religión y de las austeras costumbres de los primeros romanos, ejemplo de las ilustres generaciones pasadas, sin perder las simpatías de las clases ricas y refinadas. Para conseguirlo, se mostró tolerante con el lujo material y encauzó, ya que no podía restringir, la vida espiritual y la influencia griega. Los romanos cultos y las jóvenes generaciones no veían con buenos ojos las reformas religiosas y morales de Augusto, pero sí admiraban la literatura griega, y aceptarían con agrado la réplica romana de la llíada y de la Odisea. Virgilio iba a lograr satisfacer las exigencias de este público selecto y deseoso de creaciones literarias. Se unió con entusiasmo al movimiento promovido por Augusto para la pretendida restauración moral y cívica de Roma. Había pasado también su juventud en un ambiente literario y compartía el gusto por el helenismo alejandrino. Augusto, con el apoyo de Mecenas, había creado un clima apropiado para el desarrollo de la literatura. Virgilio propuso al emperador la composición de un poema épico nacional, en el que se engrandeciesen los orígenes del pueblo romano y se destacara a la familia imperial como protagonista de aquellas gestas. Los romanos, descendientes de los troyanos, consideraban que tenían virtudes ancestrales extraordinarias, debido a su unión con las poblaciones autóctonas de Italia. Las más antiguas familias romanas se sentían orgullosas de tener a alguno de los compañeros de Eneas como fundador de su estirpe. Julio César había pretendido relacionar a su familia, la Gens Iulia, con Iulo, el hijo de Eneas y, en consecuencia, con los dioses (Venus, madre de Eneas, es, además, hija de Júpiter). El proyecto de la Eneida resultó del agrado del emperador, ya que el tema suponía la unión del carácter nacionalista y dinástico pretendido por Augusto: Roma podía gobernar el mundo y sus descendientes (Augusto, entre ellos) debían gobernar a los romanos. De esta forma, se produjo la coincidencia perfecta entre la idea del poeta, los deseos de Augusto y las exigencias del público culto.

El poema épico Estructura de la Eneida

El modelo de la Eneida es la épica homérica: los seis primeros libros están inspirados en la Odisea, con el relato de los viajes de Eneas desde Troya a Italia; los seis últimos imitan a la Ilíada, con las guerras que Eneas lleva a cabo hasta que conquista definitivamente el Lacio. El poema comprende doce cantos. En el primero se narra la llegada de Eneas a Cartago después de una terrible tempestad provocada por Juno para desviarlo de Italia, tierra prometida por el destino, tras la destrucción de Troya. En los dos libros siguientes el héroe cuenta la destrucción de su patria y sus aventuras hasta su llegada a Sicilia, en donde muere su padre Anquises. El libro cuarto narra los desventurados amores de Eneas y Dido, reina de la naciente Cartago. El quinto tiene como tema central los juegos fúnebres celebrados en Sicilia en el aniversario de la muerte de Anquises. En el sexto se cuenta el descenso de Eneas a los Infiernos, donde el alma de su padre le hará ver el destino de Roma. En el libro séptimo los troyanos llegan por fin a la desembocadura del Tíber y son bien recibidos por el rey Latino, quien le ofrece una alianza y la mano de su hija Lavinia. Esta decisión y la intervención de la diosa Juno provocaron las hostilidades entre los troyanos y los pueblos itálicos, muchos de cuyos reyes –Turno entre ellos– eran pretendientes de Lavinia. En el octavo Eneas busca la alianza con Evandro, rey de los arcadios, y con los etruscos y recibe de su madre Venus la armadura y el escudo en el que están representados los acontecimientos más importantes de la futura historia de Roma hasta la batalla de Actio. En los libros noveno y décimo se producen varios episodios bélicos, entre los que destacan la intervención heroica de Niso y Euríalo o la muerte de Palante, hijo de Evandro. En el undécimo se pacta una tregua entre ambos bandos y se decide que Eneas y Turno se enfrenten en combate singular. En el último libro se narra la ruptura de la tregua por parte de los rútulos y la muerte de Turno a manos de Eneas.

El poema épico Estilo

La característica principal de Virgilio, que lo separa de Homero, su modelo, es el tratamiento del personaje principal: el héroe no es un guerrero que combate de forma incansable, sino un hombre que soporta el sufrimiento por obediencia a los dioses y a su destino. A Eneas lo caracteriza la pietas, la religiosidad que implica la sumisión a la divinidad. El gran mérito de Virgilio es mostrar no sólo el origen divino de Roma y su destino dirigido hacia la dominación, pacificación y civilización, sino también el gran sufrimiento que esto supone para todos. Con su sensibilidad exquisita consigue plasmar el contenido mediante una elegancia armoniosa, creando figuras y comparaciones inmejorables. Mezcla por primera vez en una obra épica recursos dramáticos y líricos con un lenguaje combinado de neologismos y arcaísmos que proporcionan gran solemnidad a la obra. Es el poeta del equilibrio: muestra con gran delicadeza y perfección formal tanto el mundo exterior como el alma de los personajes. Fue considerado el poeta nacional de Roma y su obra era estudiada en las escuelas.

Lucano En la Edad de Plata de la literatura latina, la épica se hizo más retórica y parece escrita para ser declamada. La mejor obra épica de este período fue la Farsalia -o De Bello Civili-, de LUCANO (39-65 d. C.), obra escrita en diez libros e inacabada por la muerte de su autor. Lucano, cordobés de nacimiento, narra la guerra civil entre César y Pompeyo introduciendo importantes novedades: rompe con la concepción tradicional de la épica al aplicar el racionalismo estoico que elimina la intervención divina en el comportamiento de los hombres. Tampoco existe un héroe-protagonista, sino tres personajes destacables: César, Pompeyo y Catón. En cuanto al estilo, la Farsalia está impregnada de ornamentación retórica; pero no le falta brillantez ni vigor poético. Otros autores épicos importantes fueron Silio Itálico, Valerio Flaco y Estacio, todos del siglo I d. C. y de influencia virgiliana.

Entradas Relacionadas