Cuesta

Cuesta

Cuesta, lo que da lugar a dos significados diferentes. Por un lado, cuesta puede proceder del latín costa (“costado”) mientras que, por otra parte, la palabra puede derivar de quaestus (vinculado a la acción de negociar).

Una cuesta es una forma de relieve producida por la erosión en aquellas partes donde los terrenos sedimentarios tienen sus capas ligeramente inclinadas. Estas presentan dos lados: un talud frontal y en la dirección opuesta un dorso de cuesta de menor pendiente y concordante con el buzamiento o inclinación de la cuesta. El Escarpe del Niágara (Niagara Escarpment), en los Estados Unidos, es un buen ejemplo de cuesta.

Formación

La formación de una cuesta supone la existencia de una cuenca sedimentaria de capas alternativamente duras y blandas, todas ellas ligeramente inclinadas. La excavación de esas capas por la erosión en una dirección transversal respecto al sentido de la pendiente da entonces lugar a la formación de un relieve caracterizado por la existencia de un frente, talud abrupto de perfil cóncavo que se yergue sobre la depresión subsecuente, excavada por la erosión en la capa blanda subyacente; una capa dura superior que corona el talud en forma de cornisa; un reverso, meseta ligeramente inclinada en la dirección opuesta a la del frente.

Todo valle que desciende en el sentido del reverso (o sea en el de las capas o estratos) se califican como cataclinal, mientras que el valle que baja en la misma dirección del frente es anaclinal. Un curso de agua que discurre en el mismo sentido de la pendiente cataclinal excava un valle consecuente, mientras que los afluentes perpendiculares al mismo dan valles subsecuentes u ortoclinales.

En ciertas partes, el frente presenta una mayor resistencia a la erosión y al retroceder por efecto de la misma, abandona un cerro isla (también llamado cerro testigo), rematado por la misma roca dura que constituye el reverso de la cuesta. Una misma cuenca puede presentar una sucesión de cuestas más o menos numerosas. Cuando el buzamiento de la cuesta es muy fuerte, se llama hogback, término de origen inglés que se usa internacionalmente en los campos de la geología y geomorfología.

En perfecta sincronización con la madre naturaleza

En el primer caso, una cuesta puede ser un tipo de relieve que se encuentra en declive. De esta forma, se crea una declinación o pendiente. Por ejemplo: “El hombre trastabilló y rodó por la cuesta, sufriendo múltiples fracturas en sus extremidades”, “Ten cuidado con Manuel, no dejes que se acerque a la cuesta”, “Para llegar al refugio, tenemos que caminar dos horas cuesta arriba”.

La cuesta surge como consecuencia de la erosión en las partes de los terrenos sedimentarios cuyas capas presentan una ligera inclinación. En su parte frontal se puede apreciar un talud (también llamado pedrero, se trata de una acumulación de fragmentos de piedra partida) y del otro lado, una ladera un una pendiente moderada. Una cuesta bien conocida es el Escarpe del Niágara, en Norte América.

Para que se forme una cuesta es necesario que en primer lugar exista una cuenca sedimentaria de capas que se alternen entre duras y blandas, y que todas presenten una ligera inclinación. La erosión moldea dichas capas transversalmente respecto del sentido de su pendiente y así se forma un relieve que se caracteriza por el talud y la ladera antes mencionados.

El talud del frente de la cuesta se ve erguido sobre la depresión que la erosión excava en la capa blanda que subyace, y se encuentra coronado por una capa dura que asemeja una cornisa. En su reverso, la cuesta se muestra como una meseta con una ligera inclinación en dirección opuesta al talud. Los valles que descienden en este sentido reciben la clasificación de cataclinales, mientras que los que lo hacen en la dirección del frente se denominan anaclinales.

Los cursos de agua que recorren una pendiente cataclinal excavan un nuevo valle; los afluentes perpendiculares, por su parte, producen valles ortoclinales o subsecuentes.

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A veces, el frente de una cuesta es más resistente a la erosión y cuando retrocede por su efecto deja un cerro isla (que también se conoce con el nombre de cerro testigo), el cual remata la roca dura que se encuentra en el reverso. En una cuenca es posible encontrar una serie de cuestas. Cuando la inclinación de su terreno es muy fuerte se utiliza el término inglés hogback (cuyo significado literal es lomo de cerdo) para denominarlas.

El uso del término cuesta también puede ser simbólico. Puede jugarse con la idea de subir una cuesta como algo complicado, mientras que las cosas que están cuesta abajo son aquéllas que parecen derrumbarse o caer con rapidez: “Empezamos el partido perdiendo por diez puntos, lo que hizo que el trámite se nos hiciera cuesta arriba”, “Creí que tenía todo bien pensado, pero el primer revés hizo que el negocio fuera cuesta abajo”.

A pesar de lo amenazadora que puede parecer una cuesta arriba en sentido simbólico, también promete una gran recompensa a quienes logran escalarla y superar todos los peligros que esconde a lo largo de su pendiente. Del mismo modo, la cuesta abajo puede generar vértigo, pero está en nosotros encontrar el equilibro para burlarla y volver a la llanura.

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